Seguía mirándolo, todavía anonadada, me acerque lento, él esbozo una gran sonrisa y dijo
- Hey, tú, ¿qué tal? -
¿Como podía estar tan tranquilo?
- Que..haces...aaa..quí? - vale, perfecto ahora era tartamuda.
Él se carcajeo y como si fuera lo más gracioso del mundo, me imitó diciendo.
- Estudio...aaa...quí, algún...prooo...blema?-
- No me hace ni puta gracia, Hold -dije con tono duro, no habíamos estado hablando más de diez segundos, y ya empezaba a cabrearme, el tío es experto en sacarme de quicio.
Todos los alumnos que habían llegado se formaron alrededor e hicieron el típico, uhh, alentando la "pelea".
- Porque dices esas palabras, dulzura, ni siquiera te conozco - dijo con una inocencia, que para todos era creíble, menos para mí.
De nuevo hicieron otro de sus uhh.
- Que?? pero si te metiste a mi habitación anoche!! - le dije gritando, no lo pensé, simplemente salió, luego me di cuenta de lo mal que se podía interpretar.
El rio fuertemente, la carcajada más falsa que he visto y dijo con cinismo.
- Dulzura, nunca te he visto en mi vida, te he saludado por cortesía, y porque te has quedado mirándome como colegiala - Paró unos segundos como si estuviera pensando y después continuo - Por cierto, ¿cómo sabes mi apellido? -
Le mandé la mejor mirada de odio que pude lo encaré, ya sabía por dónde iba esto, le había ayudado y el idiota tan solo iba a hacer como que no me conocía.
-Te conozco Ethan, lo creas o no, ¿cómo no voy a saber el apellido del bastardo que conocí y que nunca quiero volver a ver? -
Con eso, salí con la ira en mis ojos, con la sangre corriendo rápidamente por mis venas y con mi corazón palpitante a mil por hora, y no de la manera bonita.
Lástima que tendría que verlo todos los martes en la maldita clase de química.
Por obvias razones, no entré a clase, maldito idiota, quien rayos se creía, lo había ayudado ayer, tampoco pedía que se hiciera mi mejor amigo para siempre, que le costaba simplemente un hola, responder mi pregunta y seguir con su vida.
Aunque aun así todavía no lo entendía, acaso era bipolar, ¿me había dejado una nota no?, acaso no me reconoció?, no, la pregunta no es esa... la verdadera pregunta es:
¿acaso la idiota soy yo?, claro que me reconoció, me vio perfectamente en la mañana, ¡simplemente no lo quiero volver a ver en mi vida!
Regresé a mi casa no logré concentrarme en ninguna clase, todavía tenía ira contra Ethan, subí las escaleras hasta mi habitación y decidí darme una ducha procurando que el agua calmara mis agitados pensamientos y bajara mis ganas de meterle un puñetazo en su egocéntrico rostro.Salí de la ducha un poco más calmada, y vi que había estado demasiado tiempo allí, el espejo de la ducha tenía tanto vaho que ya parecía una sauna, decidí ir a limpiarlo con una toalla pequeña.Así que até una toalla arriba de mis pechos, abrí la puerta y la agitación que había dejado en la ducha regresó rápidamente por todo mi cuerpo como una inyección de adrenalina, al verlo a él, a Ethan sentado en el borde de mi cama, con las piernas estiradas y los brazos hacia atrás, con la sonrisa de idiota que parecía siempre tener.Repasó todo mi cuerpo con sus ojos, mientras yo procuraba no explotar en un gran drama, antes de que pudiera decirle algo, se levantó despacio y repitió
Estuve inquieta todo el resto del día, pensando en si volvería, en que me escondía y esperando que me explicara porque fingió que no me conocía cuando estábamos en el instituto.Mi madre había llegado diez minutos después de que Ethan salió de mi casa, ahora estaba preparando la cena, mientras yo miraba fijamente un capítulo de CSI: Miami en el salón, en realidad no tenía ni idea de que iba, había estado pensando en todo lo que pasó, intentando encontrar una razón por la cual Ethan actuó de esa manera, al final siempre daba con la misma respuesta.Es un idiota.Mi madre me llamó a cenar y como un zombi me senté a su lado, todavía estaba absorta en mis pensamientos, no me di cuenta de que no había probado la comida así que mamá preguntó:- ¿Te pasa algo, hija? - decidí mentirle y le dije.- ¿No mamá, porque lo dices? -- No has probado la comida, ¿No te gusta? - mierda, ahora pensaba que era ella la causante de que no
- ¿Es broma verdad? -- Vamos bonita acepta, ¿recuerdas los tipos que me persiguieron el otro día? -Me parece que esto no me va a gustar, solo asentí, recordando lo que me había dicho la noche que creí que era un asesino, violador o ladrón.- Pues bien, me están buscando, saben dónde vivo y necesito esconderme por algún tiempo, que mejor lugar que aquí ¿aceptas? - al decir eso puso cara de perrito abandonado, se veía tan infantil que no pude evitar sonreír y pregunté.- ¿Qué no eran de nuestro instituto, igual los verás no es así? -- Es solo que... estaba en otro instituto, me transfirieron para el tuyo- sonrió, sonó falso, o tal vez era mi imaginación y solo le daba vergüenza admitir que estaba huyendo de ellos.- Si aceptara, cosa que todavía no he hecho, ¿Cuántos días te quedarías? --Tal vez tres o cuatro -- ¡¿CUATRO?!, pensé que tal vez serían uno o dos -- Te prometo
Sol entraba por mi ventana, y un aire cálido soplaba en mi cuello, mi cama era más suave que de costumbre, los dedos de mi mano estaban en algo sedoso y mi pierna estaba en una posición bastante cómoda.No recuerdo haber puesto la alarma, tal vez...lo había hecho, tal vez no...o quizás me estaba despertando un poco temprano, no lo sabía...Toc...toc...toc, escucho golpeteos, ¿estoy soñando?Toc.toc.toc., de nuevo.Toc.toc.toc, Sarah, levántate, ¡llegaras tarde!- grita mi madre.Abro mis ojos, me doy cuenta de que no es un sueño, y mierda, Ethan sigue aquí, y no solo es eso, su cabeza estaba enterrada en el espacio entre mi hombro y mi mandíbula, respirando pacíficamente, mis dedos están enterrados en su cabello, su gran brazo rodeándome por la cintura, mi pierna sobre su cadera...- ¡Sarah!, ¡levántate! - Joder mi madre, la había olvidado.Me levanto rápidamente,
- Hola Abby - Nada más entrar al instituto, localicé a mi mejor amiga.- ¡Hola Sarah!, ¿Qué tal? - dijo mientras se posicionaba frente a mí, dejando a su espalda el casillero, tenía que contarle, debía saberlo, no podía ocultárselo a ella, así que después de que me jurara unas cuantas veces y prometiera unas cuantas cosas, le conté todo, sin mencionar el nombre de Ethan, solo dejándolo en "el chico".Sus grandes ojos cafés estaban expectantes, su delgada boca entreabierta y su espalda recta, escuchando atentamente lo que estaba contándole, apenas terminé le pedí su opinión.- ¿Y bien?, ¿Qué crees que pasa? ¿Por qué no quiere que me reconozcan como amiga suya? -Abrió su boca, sabía que pegaría un grito que despertaría a los cachorros de todo el país así que antes de que sucediera una catástrofe mundial puse mi mano sobre su boca y le ordene que respirara.- Abby, compórtate por todos los dioses, necesito tu ayuda para
No quería volver a mi habitación de nuevo, no quería ni verlo, estaba realmente molesta por su egocentrismo exagerado, entonces no lo hice.Caminé hacia la habitación de mi madre, no era muy colorida, desde que mi padre murió, las paredes quedaron desnudas, donde antes habían fotos, lo único que aportaba un poco de color a la habitación era una rosa roja echa de papel que mi madre tenía siempre sobre el cajón al lado de su cama, nunca le he preguntado donde la consiguió, o porque la conserva, me deshice de mi ropa, y me metí en la cama, se sentía fría, sola, monótona, incorrecta, se sentía como yo en estos momentos, por algún impulso irracional estiré mi mano, tocando la pared que conectaba con mi habitación, a sabiendas de que Ethan se encontraba justo al lado, puse mi mano estirada con los dedos hacia arriba, y estando así
Después de que Ethan y yo hubiéramos pasado por un tiempo de confesión, intenté preguntarle porque decía que no me merecía, que no podía darme algo mejor, a pesar de mi constante insistencia no me dijo nada relevante, aparte de decirme que terminaría odiándolo, que algún día me contaría todo, pero que aún no lo haría.Durante un par de días, solíamos hablar, de diferentes temas, me di cuenta de que sabía y pensaba cosas que eran algo avanzadas para la edad que aparentaba, no volvimos a besarnos ni siquiera hablamos de ello, supongo que se debió a que fue demasiado intenso la primera vez, reímos, jugamos, tonteamos, Ethan seguía con ese cambio suyo, ese cambio que no lo hacía ver como un idiota, al contrario se veía feliz e incluso dulce.Mi madre había llegado lo supe porque escuchamos su camioneta estacionarse en el garaje, así que deje a Ethan en mi cuarto y bajé a comer, recordé que lo más seguro es que tuviera hambre, debía pensar en la
Después de oír lo que Ethan dijo, mi cerebro no pensó coherentemente mi corazón fue el que tomó la decisión, me abalancé sobre el abrazándolo lo más fuerte que pude, refugiándome en sus brazos e inhalando su olor, después de pasar algún tiempo así lo miré.- ¿Y ahora?,¿cuándo podrás contarme todo, cuando confiarás lo suficiente?Él respondió con la voz un poco ronca- Te tengo confianza bonita, más de la que crees, pero no quiero que te hagan daño-- Pero Ethan, que pueden hacer unos niñatos, no creo que les hayas hecho algo tan malo -Él se tensó, ignoró mi pregunta, me abrazó y repitió más para el que para mí-Te perderé, sé que lo haré -Nos quedamos así, cada uno con su cabeza inundada en pensamientos negativos, intenté sonreírle, no pude, aún no sabía que había hecho, ¿había sido algo tan malo?Nos sentamos en el suelo, aun abrazándonos, cons