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Capitulo 3 Por fin mi niña regresa a su hogar

No habían terminado de adularla, cuando su madre se acercó para recordarle que era tiempo de ir a presentar el pastel de cumpleaños.

Pero cuando estaban entrando a la mansión, su madre Alicia García la tomó del brazo y se dirigió al cuarto exterior, susurrándole a Ana García y preguntándole en secreto, por una misión que le había dado días atrás.

Luego Ana le dijo a Alicia: “No quiero que mis amigos, ni mucho menos mi familia, se enteren de que existe, una niña de campo, porque esto sería el hazmerreír de la sociedad”.

Alicia, acomodándole su hermoso cabello, murmuró:  “No hay noticias de la misión, eso es una buena señal”. “Tu gente todavía no ha dado señal de vida”, mantengamos los nervios tranquilos, no habrá ninguna sorpresa, eso te lo aseguro.

Ana no se quitaba de la cabeza, que la persona que había mandado a secuestrar. Pudiera regresar.

Luego pensó en la orden que había dado, que no permitiera que una mujer campesina, como su hermanastra, regresara a su casa reclamando lo que por derecho le pertenecía a ella, quería que Los Traficantes que La secuestraron en su pueblo la tiraran al mar y así desaparecerla.

En ese momento el ama de llaves entró gritando: “Señora García, hay malas noticias”.

Mientras la mujer se inclinaba diciendo: Hay una docena de coches todoterreno, utilizando todo el parqueo, los autos tienen la insignia de la familia Peralta.

“¿Los Peralta? ¿Qué hacen los peraltas en la residencia García?”

Aunque la familia Peralta no tenía un vínculo con la familia, García era la familia más rica de la ciudad y era el número uno en la alta sociedad.

La familia Peralta era la que dirigía todo el distrito imperial, tenía los mejores negocios en el país, era la familia más prominente y era la más importante del mundo. 

Cuando la madre de Ana, Alicia García, se dio cuenta de que los Peraltas la visitaban, los ojos de esta se le iluminaron. Ana se preguntaba a quién había invitado a su banquete de mayoría de edad, al famoso y muy respetado Daniel Peralta.

Aunque los peraltas, era la familia más importante del mundo, Daniel Peralta era El Heredero del grupo Peralta, y la familia García, no tenía la capacidad ni mucho menos el honor para invitarlo a una fiesta de presentación.

Saliendo de su asimilación, Alicia estaba perpleja, pero era una sorpresa muy agradable, porque frente a todas estas personas, demostraba lo importante que era la familia García, para la famosa y prestigiosa familia Peralta.

“Si la familia García lograra conseguir establecer una relación sea de negocio sentimental con la familia Peralta, ya no tendrían que preocuparse por nada.”

Después de que las dos integrantes principales de la familia García se prepararan, caminaron, con mucho entusiasmo, hacia el lugar donde se llevaba la celebración.

Para ese momento, ya estaban reunidas muchas jóvenes hermosas de la alta sociedad, esperando la llegada, del heredero del grupo Peralta.

Muchos invitados entusiasmados miraban con envidia a las dos mujeres que se acercaban para recibir al majestuoso joven.

Ana García se pavoneaba Enfrente de sus amigos, recibiendo elogios y mucha mirada de envidia.

“¿Anita? ¿Por qué no me dijiste que una figura importante vendría a tu fiesta?”  Me hubiera vestido más elegante y hubiera contratado a un maquillador profesional para mí.

Ana García sonrió y se burló en sus adentros de la bola de hipócritas que existía en la alta sociedad.

¿Luego pensó: “¿cómo es que el joven Daniel Peralta, está en mi fiesta de mayoría de edad? Debe de haberse interesado por mí, en la ceremonia de celebración del mes pasado”.

Ana, en su ensoñación, se imaginaba cómo sería su boda y su luna de miel con el joven Peralta.

En ese momento, la puerta de uno de los autos se abrió despacio. Mientras todos miraban salir, a una joven, delgada, con el rostro cubierto de suciedad y polvo. Lo que ocultaba su aspecto original, incluso su cabello, mostraba nudos como si no lo hubiera lavado por mucho tiempo.

Todos estaban a la expectativa, voltearon a mirar a Ana, y con lo que no se llevaba bien empezaron a burlarse de ella.

Ana y Alicia quedaron sorprendidas al ver aquella joven toda harapienta, con zapatos rotos y un vestido desdichado. “¿Qué era eso?”.

Acercándose hacia la joven, Ana García preguntó: ¿Quién te crees tú para venir a mi fiesta, y en esos harapos?

Furiosa Ana García se abalanzó sobre la recién llegada, inmediatamente Belén se dio cuenta de que esta chica era demasiado arrogante.

Mucha gente de la alta sociedad sabía que la familia García había adoptado a una joven, cuando secuestraron a la verdadera señorita García. Que se apellidaba Suares qué era el apellido de su madre

En ese instante, Belén se dio cuenta de que aquella chica arrogante era la joven que había adoptado tomando su lugar.

Pero luego recordó, que meses atrás ella contrató un detective para investigar a la familia García. La investigación concordó que Ana García era la hija ilegítima de Alicia y Santiago García.

En ese momento, Belén se decepcionó de esta familia. “Ni siquiera sabían, que su verdadera hija estaba viva”, inmediatamente soltó una carcajada. Al ver eso, Ana García frunció el ceño y el contorno de sus ojos se mostraban rojo de la ira que se le estaba acumulando.

Belén fijó su mirada en la chica, y volvió a sonreír sarcásticamente, luego contestó: “Soy la verdadera señorita de la familia García”. Soy Belén Suares.

Ana García, ya con la ira en sus ojos, le gritó: “¡Tú!”.

Soy la verdadera heredera de la familia García, soy la hija de mi padre, contestó Belén, antes de que Ana García perdiera la razón.

Luego los presentes, se mostraron interesados en ver cómo se desarrollaba esta escena, y prever cómo la familia García terminaba haciendo el ridículo.

En ese momento, en su mente, Ana García pensó:  Belén Suares, luego tartamudeó y dijo: “Tú”. Volviendo en sí.

Por suerte, la madre de Ana era una mujer muy inteligente y para no dejar en ridículo a su hija, caminó apresuradamente a pararse enfrente de Belén.

Alicia se acercó lentamente a Belén, le puso la mano sobre el hombro, y dijo melosamente.  “Belén, ¿eres tú? Te hemos estado esperando durante un largo tiempo, ¡por fin mi niña has regresado a tu hogar!…”

Luego, siguiendo la hipocresía de Alicia, los labios de Belén se curvaron en una sonrisa. “Hola, tía Alicia, ha pasado mucho tiempo sin verte”¿cómo estás?

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