Ana no tenía miedo de que su padre se enojara con ella, por convertir a Belén en el Hazmerreír, después de todo se había sacrificado, dándole su vestido más costoso.
No hay ningún vestido adecuado que pueda usar, una mujer tan corriente como Belén, por muy exquisita que se vista, no borraría el hecho de ser una tonta campesina. Ana sentía ciudad interna, por pensar que Belén no pudiera entrar en su vestido. Ni poder utilizar, los tacones de diez centímetros de alto, qué le había preparado. Apuesto que esa campesina inútil, jamás ha utilizado tacones en su vida, y podría resbalarse cuando baje por las escaleras. Ah, no estaba tan orgullosa de su ingenio que casi se felicitaba ella misma, no podía esperar ver la reacción de los invitados, cuando Belén apareciera. “Quiero que todos sepan, que esta campesina no merece ser mi hermana” Recordándole a Belén, que la cena estaba comenzando, bajó las escaleras. “DE ACUERDO” Al escuchar la respuesta, Ana bajó con una gran sonrisa. “Que comience la fiesta, así todos los invitados, Y en especial Daniel, tendrá la oportunidad de verlo espantosa que es”. En ese momento Ana se había olvidado de la vergüenza de que la hizo pasar Daniel. “Está bien, pronto la gente lo olvidará y lo único que recordarán, es lo ridícula que se vería Belén” En la habitación Belén estaba modificando un poco el vestido, sabía que Ana la avergonzaría al darle un vestido que le quedara mal, ella encontró un costurero en la sala de estar y lo llevó a la habitación. Después de modificarlo se vio en el espejo y quedó satisfecha con los resultados. El vestido era de alta costura, se veía excelente en su alto y experto cuello, y su clavícula se volvieron aún más evidentes al pasar una semana en la montaña. “Le quedaba como anillo al dedo, como si estuviera hecho a su medida” “¿Desde cuándo, Ana era tan generosa? ¿Acaso no es tan mala como pensaba que era?” Belén decidió confiar en su instinto inicial, antes de ponerse el vestido volvió a revisarlo, y no le encontró nada sospechoso. “Mmmm, eso era extraño” Después de ponerse el vestido se miró en el espejo y analizó de cerca el corte. Luego se dio cuenta de lo difícil que era que alguien luciera bien este vestido, ya que quien lo usara no solo debería ser alta y delgada, sino que también debía tener un buen tamaño de busto para acentuar su corte específico. Cualquier mujer, con brazos robustos y hombros anchos, no se vería elegante. Sin embargo, si la persona que lo usaba cumplía con todos los requisitos, se vería gloriosa con ese vestido. Belén esbozó media sonrisa. “Así que esa era la intención de Ana todo el tiempo, ¡qué lástima!” No puedo esperar a verle la decepción en su rostro. Al principio, ella quería pasarte desapercibida dado que no se quería convertir en un centro de atención de la fiesta de cumpleaños de otra persona, lo que hizo Ana, hizo que se diera cuenta de que no tenía otra opción más que hacer algo para agitar el avispero en esa familia. Belén creía que la verdad saldría a la luz una vez que la familia, que parecía pacífica, se volviera un caos. Salió de la habitación después de ponerse los tacones plateados. Que Ana le había preparado, Ana decidió comenzar la fiesta más temprano y encendió todas las lámparas de la sala que había sido decorada de manera extravagante. Todos los invitados sostenían una copa de champán en sus manos, mientras escuchaban el discurso de Ana. Daniel, quien había terminado de arreglarse, también se encontraba en la multitud, más no estaba interesado ni en la fiesta de cumpleaños, ni en los pretenciosos miembros de la alta sociedad que tenía a su alrededor. Solo se quedó ahí para despedirse de Belén, salvadora, ya que eso era lo correcto a pesar de que creía que la muchacha que lo salvó era vulgar y poco sofisticada. Ana se subió al escenario y miró a Daniel: al percatarse de que aún se encontraba cerca, creyó que se había quedado por ella. “Alguien tan apreciado como él debe estar demasiado avergonzado para admitir que está interesado en mí”. Por ese motivo fingió que no me conocía, bien supongo que todos los hombres poderosos son así. Decidió tomar la iniciativa y expresar su interés en Daniel, se acercó al micrófono e intentó hacer contacto visual con él. Buenas noches, señor Peralta, bienvenido a mi fiesta de cumpleaños. Estoy feliz de verlo aquí, y que nos honrarás con su linda presencia. Daniel frunció el ceño al escucharla. “¿Quién diablo es esa ridícula? ¿Por qué actúa como si la conociera bien? ¿Dónde está esa muchacha? ¿Por qué no ha bajado todavía?” El discurso de Ana, giró en torno a Daniel, era como si se esforzara bastante para recortarle su presencia a los demás invitados. En ese momento, una ama de llaves se acercó a ella y le susurró: “La señorita Suárez está bajando ahora mismo”. ¡Excelente! Enciendan todas las luces cerca de las escaleras. “Quiero que todas dirijan su atención a la ridícula” Sí. Señorita, respondió el ama de llaves. Las escaleras se iluminaron de repente y cualquiera que estuviera ahí habría sido empujado hacer el centro de atención. “No puedo esperar a que la ridícula sea el centro de atención” “Damas y caballeros, hoy en verdad es un día significativo para nuestra familia, ya que mi media hermana por parte de mi padre por fin está en casa” Ana volvió a hablar con entusiasmo por el micrófono. Hace diez años, la secuestraron traficantes de persona, y hoy regresó del pueblo. Estoy verdaderamente feliz… Antes de que Ana pudiera terminar de hablar, todos los invitados se voltearon. Al escuchar pasos por las escaleras, el rostro de Ana se veía deformado, ya que intentaba reprimir su sonrisa sarcástica: levantó la mano y señaló las escaleras. “Demos un fuerte aplauso para darle la bienvenida a mi hermana”. Ninguno de los invitados sabía lo que sucedía, pero siguieron la corriente y aplaudieron a regañadientes. “¿Por qué deberíamos aplaudir, para darle la bienvenida a una muchacha del pueblo”? Los invitados lo hicieron solo para mostrar algo de respeto a la familia García, ya que era una de las familias prominentes del distrito imperial. Si no fuera por eso, ni siquiera se molestarían en mirar a la desaliñada pordiosera. Belén frunció su ceño y sonrió al escuchar cómo la había presentado su hermana. “No puedo esperar a que me ponga en ridículo, ¿verdad?” Belén no era alguien que se enorgulleciera de su aspecto, ya que sabía que la apariencia era solo una fachada. Pero ante tales circunstancias, deseaba aprovechar esa oportunidad para enseñarle a Ana un poco de humildad.Belén ocultó sus emociones, se levantó el vestido y descendió por las escaleras. Lo primero que se dieron cuenta los invitados, los invitados, fueron unas piernas hermosas, que alimentaban la su imaginación.Llevaron unos tacones de alta Gama, la luz que incidía en ella acentuaba más sus delicados pies y sus tobillos de seda. Ana las perfectas piernas, miró de reojo alguno de los invitados y todos estaban estupefactos.Ana, también sorprendida por lo perfectas que eran sus piernas, miró a los invitados y se dio cuenta de que babeaban por ella. También se dio cuenta de que Daniel no podía apartar los ojos de sus piernas.Ella empezó a entrar en pánico, pensó que se había equivocado, al entregarle ese vestido y hace parte de tacones a Belén.Luego recuperó la compostura. “Solo son un par de piernas, vomitará enseguida al ver su rostro”Cuando volvió a prestar atención a la escalera, Belén ya estaba bajando al salón.“Adelante, camina más rápido: ¡No puedo esperar a que te caigas con es
“¡No tuve opción!” Belén creía replicar, pero se contuvo. Si no hubiera sido por él, se hubiera lastimado mucho por la caída después de todo. El hombre solo estaba preocupado por su seguridad.En ese momento, cuando Belén estaba por agradecerle, Santiago llegó apresurado hacia ellos.Querida hija, ¿te lastimaste? Tu padre iba a ayudarte, pero el Señor Peralta se me adelantó.El señor Peralta parece que te trata muy bien, dijo Santiago de forma significativa con preocupación, se notaba a simple vista la fingida preocupación de parte de Santiago, pero Belén no lo expuso.Por otro lado, Santiago ni siquiera miró a soledad, a quien llevaban hacia arriba a su habitación.Ese interesante gesto sorprendió a Belén. Ella creía que su padre era efectivo y que cuidaba de su hija; sin embargo, ahí se demostró, que era un padre frío y calculador.Lo que Belén no podía entender era por qué su madre, eligiera casarse con ese hombre, pues en teoría su madre era perfecta.Tenía que haber algo escondid
Mientras Belén estaba exhorta en sus pensamientos, algunas mujeres de la alta sociedad se le acercaron de forma amistosa.Señorita Suárez, luce muy bonita en persona. ¿Somos amigas?Señorita Suárez, tiene una muy buena figura. ¿Le gustaría compartir algunos consejos para mantenerse en forma?Deberíamos intercambiar contactos. Ya que está de regreso en Distrito imperial, deberíamos mantenernos en contacto con más frecuencia.Esas mujeres parecían ser muy amistosas y estar muy interesadas en ser amigas de Belén.Sin embargo. Ella podía percibir con claridad sus verdaderas intenciones, pero fingió ignorancia, puesto que asintió con una expresión inocente.“¡Por supuesto, me encantaría, ser amigos aquí!”Mientras las mujeres de la alta sociedad se juntaban alrededor de Belén, y conversaban con ella con entusiasmo, Ana, quien estaba arriba, por fin se despertó.Vio a Alicia, quien le sostenía la mano con fuerza, preocupada, mientras que Santiago parecía distraído como si no estuviera preoc
El humor de Ana mejoró de forma considerable después de saber que era la ganadora de la competencia de clase alta. Después de arreglar su apariencia, bajó con Alicia de nuevo.Una vez que bajó, comenzó a buscar a Daniel, pero el hombre no estaba por ningún sitio. Justo en ese momento, vio a otra mujer de la alta sociedad, de la que era amiga, y le preguntó: ¿viste al señor Peralta?¡El señor Peralta se fue hace mucho!¿Dijo algo antes de irse? Insistió Ana.No paraba de hablar con tu hermana. Tenía guardaespaldas a su alrededor, y no pude escuchar la conversación, pero no parecía muy contenta, respondió la mujer después de pensarlo por un momento.“¿No lucía contenta?” El rostro de Ana resplandeció, y continúa preguntando: ¿a qué te refieres?“No estoy segura”. Al final, el señor Peralta se fue sin decir nada. Tu hermana lo persiguió, queriendo continuar la conversación, pero sus guardaespaldas la detuvieron.Eso no quiere decir que ella y el señor Peralta, no son tan cercanos despu
Después de que el intruso se había ido, Belén decidió levantarse para echar un vistazo, pero, en vez de encender las luces, eligió confiar en la iluminación del teléfono, mientras revisaba cada esquina de la habitación.“¡Sss! De repente, escuchó mucho ¡Sss! Algo raro que sonaba como si alguien o algo estuviera respirando de forma agitada.”Le llevó un momento localizarlo, pero no captaba la dirección. Al final, Belén logró localizar de dónde venía el sonido. Venía de su cama, y estaba solo un poco más de un metro de ella. “¿Qué demonio es eso?”Belén se apresuró a incrementar la luminosidad de la pantalla del teléfono, y la apuntó en dirección del sonido.Para su horror, eran no una, sino que varias cobras que siseaban con enojo. Las cobras así ya ratos que las cobras habían puesto sus vistas en Belén mientras se levantaban y las miraban con ojos verdes penetrantes.Si no se hubiera levantado porque el sonido la molestaba, Belén habría sido víctima de las mordidas venenosas de las c
“¿Qué?”Que todos miraron en la dirección que señaló el ama de llaves y vieron varias serpientes que les devolvían la mirada y siseaban.Los reptiles No se parecía a ninguno de los que habían visto los empleados en la casa en el pasado, tenían una cabeza enorme y habían ensanchado su cuello como que si estuvieran dispuestas a atacar, todos se quedaron petrificados y retrocedieron aterrado.“¡Rápido! ¡Corran!”, gritaron los sirvientes mientras huían en manada de la habitación.En ese momento, Santiago y Alicia llegaron por fin a la habitación de Ana. Al ver tantas serpientes que aún se retorcían y siseaban, Santiago también retrocedió con temor a ser mordido.“¿Qué sucede? —preguntó Alicia mientras temblaba y palidecía. ¿Por qué ahí tantas serpientes? ¿Por qué están parados? ¡Qué alguien las mate ahora!”Los sirvientes intercambiaron miradas de terror, ya que ninguno quería ofrecerse para sacar las serpientes. Dejar que cualquiera de ellas se ocupara de las cobras venenosas era como en
En ese momento Santiago recordó que Ana seguía en el suelo mientras se retorcía sin parar. El hombre ordenó a las mujeres que varan a Ana abajo mientras él se preparaba para ir con Belén al hospital. “¡Cariño! ¡Por favor, llévame contigo!”, suplicó Alicia mientras las lágrimas no dejaban de resbalar por su rostro. Ana es mi… es a quien vi crecer. ¡No puedo quedarme en casa! A pesar de lo lastimosa y aterrorizada que se veía Alicia, Santiago endureció su corazón hacia ella. “¡No! ¡Quiero que reflexiones sobre lo que hiciste! ¿Alguien puede llevar a la señora García su habitación? ¡Nadie debe dejarla salir si yo no lo ordeno!” Una sirvienta asintió de inmediato y llegó arrastra a una Alicia llorosa, mientras que Belén acompañaba a Santiago la ambulancia. “¡Padre! ¿Por qué no dejamos que la tía Alicia nos acompañe?” Veo la unidad que es con Ana. Dejarla en casa, solo va a preocuparse. Suplicó Belén en voz baja. Por desgracia, Santiago se negó a ceder. “¡Niña boba! Volvió su mir
Minutos más tarde, llevaron a la niñera a la fuerza frente a Santiago, en cuanto Elena vio a Santiago, como comenzó a gritar Presa del pánico.“Señor García, soy inocente.” Salí anoche porque el inútil de mi hijo volvió a jugar y perdió todo, y se metió en problemas.Le juro, por mi vida, que no tengo nada que ver con el incidente de las serpientes. “Recuerde, yo siempre he sido fiel a la familia García”.Santiago no le prestó atención a la súplica de Elena, le entró por un oído y le salió por el otro mientras ignoraba los gritos de Elena, ordenaba a los sirvientes que lo ataran y que hicieran lo que les había ordenado.Caminó en silencio hasta una mesa en un salón, encontró un cinturón de cuero que se les había quedado a unos invitados.Ordenó al personal que azotaron a la sufrida Elena mientras les entregaba el cinturón al ama de llave.A pesar de su vacilación inicial, el ama de llaves, llevó a cabo las órdenes de Santiago.“¡Zas!” Dando el primer golpe, Elena sintió que se le abri