Mientras Belén estaba exhorta en sus pensamientos, algunas mujeres de la alta sociedad se le acercaron de forma amistosa.Señorita Suárez, luce muy bonita en persona. ¿Somos amigas?Señorita Suárez, tiene una muy buena figura. ¿Le gustaría compartir algunos consejos para mantenerse en forma?Deberíamos intercambiar contactos. Ya que está de regreso en Distrito imperial, deberíamos mantenernos en contacto con más frecuencia.Esas mujeres parecían ser muy amistosas y estar muy interesadas en ser amigas de Belén.Sin embargo. Ella podía percibir con claridad sus verdaderas intenciones, pero fingió ignorancia, puesto que asintió con una expresión inocente.“¡Por supuesto, me encantaría, ser amigos aquí!”Mientras las mujeres de la alta sociedad se juntaban alrededor de Belén, y conversaban con ella con entusiasmo, Ana, quien estaba arriba, por fin se despertó.Vio a Alicia, quien le sostenía la mano con fuerza, preocupada, mientras que Santiago parecía distraído como si no estuviera preoc
El humor de Ana mejoró de forma considerable después de saber que era la ganadora de la competencia de clase alta. Después de arreglar su apariencia, bajó con Alicia de nuevo.Una vez que bajó, comenzó a buscar a Daniel, pero el hombre no estaba por ningún sitio. Justo en ese momento, vio a otra mujer de la alta sociedad, de la que era amiga, y le preguntó: ¿viste al señor Peralta?¡El señor Peralta se fue hace mucho!¿Dijo algo antes de irse? Insistió Ana.No paraba de hablar con tu hermana. Tenía guardaespaldas a su alrededor, y no pude escuchar la conversación, pero no parecía muy contenta, respondió la mujer después de pensarlo por un momento.“¿No lucía contenta?” El rostro de Ana resplandeció, y continúa preguntando: ¿a qué te refieres?“No estoy segura”. Al final, el señor Peralta se fue sin decir nada. Tu hermana lo persiguió, queriendo continuar la conversación, pero sus guardaespaldas la detuvieron.Eso no quiere decir que ella y el señor Peralta, no son tan cercanos despu
Después de que el intruso se había ido, Belén decidió levantarse para echar un vistazo, pero, en vez de encender las luces, eligió confiar en la iluminación del teléfono, mientras revisaba cada esquina de la habitación.“¡Sss! De repente, escuchó mucho ¡Sss! Algo raro que sonaba como si alguien o algo estuviera respirando de forma agitada.”Le llevó un momento localizarlo, pero no captaba la dirección. Al final, Belén logró localizar de dónde venía el sonido. Venía de su cama, y estaba solo un poco más de un metro de ella. “¿Qué demonio es eso?”Belén se apresuró a incrementar la luminosidad de la pantalla del teléfono, y la apuntó en dirección del sonido.Para su horror, eran no una, sino que varias cobras que siseaban con enojo. Las cobras así ya ratos que las cobras habían puesto sus vistas en Belén mientras se levantaban y las miraban con ojos verdes penetrantes.Si no se hubiera levantado porque el sonido la molestaba, Belén habría sido víctima de las mordidas venenosas de las c
“¿Qué?”Que todos miraron en la dirección que señaló el ama de llaves y vieron varias serpientes que les devolvían la mirada y siseaban.Los reptiles No se parecía a ninguno de los que habían visto los empleados en la casa en el pasado, tenían una cabeza enorme y habían ensanchado su cuello como que si estuvieran dispuestas a atacar, todos se quedaron petrificados y retrocedieron aterrado.“¡Rápido! ¡Corran!”, gritaron los sirvientes mientras huían en manada de la habitación.En ese momento, Santiago y Alicia llegaron por fin a la habitación de Ana. Al ver tantas serpientes que aún se retorcían y siseaban, Santiago también retrocedió con temor a ser mordido.“¿Qué sucede? —preguntó Alicia mientras temblaba y palidecía. ¿Por qué ahí tantas serpientes? ¿Por qué están parados? ¡Qué alguien las mate ahora!”Los sirvientes intercambiaron miradas de terror, ya que ninguno quería ofrecerse para sacar las serpientes. Dejar que cualquiera de ellas se ocupara de las cobras venenosas era como en
En ese momento Santiago recordó que Ana seguía en el suelo mientras se retorcía sin parar. El hombre ordenó a las mujeres que varan a Ana abajo mientras él se preparaba para ir con Belén al hospital. “¡Cariño! ¡Por favor, llévame contigo!”, suplicó Alicia mientras las lágrimas no dejaban de resbalar por su rostro. Ana es mi… es a quien vi crecer. ¡No puedo quedarme en casa! A pesar de lo lastimosa y aterrorizada que se veía Alicia, Santiago endureció su corazón hacia ella. “¡No! ¡Quiero que reflexiones sobre lo que hiciste! ¿Alguien puede llevar a la señora García su habitación? ¡Nadie debe dejarla salir si yo no lo ordeno!” Una sirvienta asintió de inmediato y llegó arrastra a una Alicia llorosa, mientras que Belén acompañaba a Santiago la ambulancia. “¡Padre! ¿Por qué no dejamos que la tía Alicia nos acompañe?” Veo la unidad que es con Ana. Dejarla en casa, solo va a preocuparse. Suplicó Belén en voz baja. Por desgracia, Santiago se negó a ceder. “¡Niña boba! Volvió su mir
Minutos más tarde, llevaron a la niñera a la fuerza frente a Santiago, en cuanto Elena vio a Santiago, como comenzó a gritar Presa del pánico.“Señor García, soy inocente.” Salí anoche porque el inútil de mi hijo volvió a jugar y perdió todo, y se metió en problemas.Le juro, por mi vida, que no tengo nada que ver con el incidente de las serpientes. “Recuerde, yo siempre he sido fiel a la familia García”.Santiago no le prestó atención a la súplica de Elena, le entró por un oído y le salió por el otro mientras ignoraba los gritos de Elena, ordenaba a los sirvientes que lo ataran y que hicieran lo que les había ordenado.Caminó en silencio hasta una mesa en un salón, encontró un cinturón de cuero que se les había quedado a unos invitados.Ordenó al personal que azotaron a la sufrida Elena mientras les entregaba el cinturón al ama de llave.A pesar de su vacilación inicial, el ama de llaves, llevó a cabo las órdenes de Santiago.“¡Zas!” Dando el primer golpe, Elena sintió que se le abri
Conduce más rápido: ¡quiero llegar a casa de inmediato! ¡Ana le insistió al chofer! “Esa pequeña zorra es tan malvada, sin duda mi padre se va a deshacer de ella y yo seré la única señorita García” Al llegar a la residencia de los García, en cuanto bajó del auto, vio que las luces de La Mansión estaban encendidas, como si todos estuvieran despiertos. “¿Por qué seguirán despiertos?”A lo mejor están preocupados por mí. Todavía soy la princesa de los Garcías. Con ese pensamiento, Ana se dirigió a la puerta con alegría. Se imaginaba la manera en que Santiago y Alicia preguntarían por su salud una vez que regresara a su casa. Cuando eso sucediera, le señalaría que lo más probable era que fue que consiguió las serpientes para lastimarla, de esa manera tendría que empacar sus cosas y marcharse de inmediato. “Belén ni siquiera trajo nada con ella, así que puede irse ya” Solo pensar que echaría a Belén, sus emociones saltaban más rápido, y en ese momento, casi se había olvidado de los
Belén observó a Alicia llevar a Ana a la planta de arriba con una mirada indiferente: de hecho, sus ojos reflejaban solemnidad. Al parecer, la bofetada de Alicia valió la pena; sin embargo, “¡esta será la última vez que se le permitirá golpearme!”. Una vez que Ana se había ido, Santiago se dirigió hacia Belén y dijo: “Bely, recuerdo que solía llamarte así, ¿verdad?” Esta asintió, su apodo sonaba como el nombre que odiaba tanto, así que ya no le gustaba. Santiago suspiró antes de fruncir los labios y luego dijo: “¡He malcriado, Ana, en parte es mi culpa que haya hecho algo tan horrible!” Deberíamos haber llamado a la policía, pero sigue siendo tu hermana pequeña y somos una familia. Además, estás bien y ella ha cosechado lo que sembró. Lo de esto. ¿De acuerdo? Sin embargo, aún la castigaré y te compensaré, ¿está bien? Belén cerró las manos en puño bajo las mangas del pijama. “¿Qué quiere decir con esta bien?” “Si realmente me hubiera mordido esas serpientes, Ana se habrí