A pesar de que la sonrisa de Belén en sus labios era hermosa, su tono era demasiado sarcástico. Alicia notó el sonido de sus palabras, frunció el ceño, pero rápidamente se recompuso.
Luego Belén miró cómo aturdida a su tía, le preguntó: sácame de una duda, tía. ¿Cómo es eso que la hermana menor de mi madre se casó con mi padre? Y ¿qué mi padre se casó con mi tía? ¿Dime qué tontería hizo esta familia, debe estar sucediendo algo, me lo puedes explicar? La cara de Alicia se le empezó a enrojecer por la ira y la vergüenza. Al escuchar a los invitados que comenzaban a susurrar entre ellos, el rostro de Alicia se le empezó a hinchar como cuando un sapo empieza a tirar su leche, al Escuchar tantos comentarios negativos hacia ella y hacia su familia. Según Tengo entendido, la señora García era la hermana menor de la anterior señora García, que se apellidaba Suares cuando la señora Suares desapareció. Esta señora tomó su lugar en la familia García. Esta debe de ser la verdadera señorita Belén Suares quien fue secuestrada hace tiempo por Traficante de persona. Hace cinco años la encontraron, pero cuando venía de camino volvieron a secuestrarla. Qué mala suerte ha tenido esta niña desde que su madre murió, qué pudo haber pasado en su vida pasada para estar pagando este karma. Los García solían ser Suárez, Santiago García se casó y se unió a la familia Suárez con su apellido, cuando la señora Cristina Suárez murió, se deshizo a la familia Suárez y se adoptó el apellido García. Al escuchar todos estos comentarios, la mente de Alicia se inundó de vergüenza, porque la verdad era que todo había ocurrido como lo estaban describiendo los invitados que susurraban entre ellos. Luego, tratando de controlar su vergüenza, tomó las manos sucias de Belén y, con cierta mueca en su rostro, murmuró: “Cariño”, qué bueno que has vuelto. Después de aclararse un poco, la garganta dijo: Te llevaré a lavarte. Mira qué sucia has regresado, me imagino que debiste tener una vida demasiado difícil en el campo. Belén se le dibujó una sonrisa en sus labios. “Parece que no va a dejar de recordarme y expresarles a los demás que fue criada en el campo, creo que no tiene mucho cariño hacia mí”. En ese momento que le que Belén se disponía a entrar a la villa, una voz grave sonó detrás de ella. “¡OYE!”. Todos se volvieron inmediatamente hacia donde venía el sonido de la voz, y al girar contemplaron a una persona, que bajaba del mismo auto, de donde se bajó Belén, e inmediatamente se sorprendieron con la persona que salía del auto. El hombre mundialmente reconocido como el que manejaba la economía mundial, un filántropo, en la economía a su temprana edad, era reconocido mundialmente. Era Daniel Peralta, Ana se adelantó hacia él emocionada para darle la bienvenida. Luego, con cortesía, dijo: “Presidente Peralta”, gracias por haber venido a mi fiesta. Ana García no podía ocultar la alegría en su rostro y el rubor en sus mejillas estaba a la vista de todos. Al principio, pensó que Daniel solo había enviado a alguien para felicitarla por su cumpleaños, pero resultó que él vino personalmente. En ese momento pensó en las mil y una cosas que podía hacer, siendo la esposa de Daniel pensando en tener una vida feliz. Los invitados de la fiesta la miraban con mucha envidia, aunque no era la hija legítima. Parecía haber conseguido mucho, por ejemplo, la atención de uno de los jóvenes más millonarios del país, y para ellos significaba que les esperaba una buena vida por delante. “En ese momento…” Daniel preguntó: ¿Quién eres tú? Daniel frunció el ceño, pues no conocía a esta mujer la impaciencia y la confusión en sus hermosos ojos era visible para todos. Algunos invitados no pudieron contener la risa, luego comentaron: pensé que el presidente Peralta estaba aquí como invitado para celebrar la mayoría de edad de Anita, pero resulta que ni siquiera la conocía. “¡Ja, ja, ja! Esto es una vergüenza, si fuera ella enteraría mi cuerpo en la tierra y no volvería a salir hasta después de una década. La vergüenza en la cara de Ana no pasó desapercibida, la expresión de una mirada asesina se dirigió hacia los miembros de la alta sociedad que se reían de ella, el cuerpo de Ana García tembló de rabia. Al final su madre quiso salvar la situación, recobró la compostura y se paró enfrente del recién llegado. No sabíamos que tendríamos el privilegio de tener en nuestra presencia al presidente Peralta. Disculpe presidente, mi preciosa hija se confundió, Cómo es su cumpleaños pensó que venía a desearles felicitaciones, Es un honor para nosotros que usted haya venido. Pero parece que no es el caso, me imagino que está aquí para discutir colaboración empresarial con mi esposo. Él está arriba, así que por favor Pase adentro. La cara de los asistentes cambiaron inmediatamente la mirada de burla que antes les habían hecho, desaparecieron al instante. También era un honor que el presidente Peralta llegará a su casa para discutir acuerdos empresariales con el señor García. Sin embargo, al minuto siguiente… “¿La conozco?” El gesto de invitación se quedó en el aire. Alicia, con la cara más roja que un tomate, se sintió tan incómoda y avergonzada. Una vez más, los invitados estallaron en risa, pensaron que una fiesta tan cómica como esta no se veía muy seguida. Resultaba que el presidente Peralta no conocía a esta familia. “¿Pero, Y entonces por qué el presidente Daniel Peralta, había venido y por quién?” Esa era la pregunta que se hacían los invitados. De repente, a Alicia se le vino a la mente que quien había bajado primero del auto era Belén Suárez, y ahí recordó que el presidente Peralta venía junto a Belén Suárez. “¿Acaso Belén conocía a Daniel?” ¿Cómo podría ser? Todos miraban con desprecio a Belén y su aparición repentina y sorpresiva. La llevaba a pensar que Belén podría tener una relación con el joven presidente del grupo Peralta. En el momento en que esos pensamientos estallaron en su mente, no queriendo aceptar el hecho de que Belén era una campesina sucia, vio a Daniel pasar junto a ella y dirigirse hacia Belén. Daniel se paró frente a Belén, le tomó el hombro y preguntó: “¿Está segura de que este es tu deseo? ¡Te daré otra oportunidad, así que aprovéchala!”. Belén frunció el ceño y lo miró aturdida. “¿Quieres concederme otro deseo? ¿Te crees el genio de la lámpara? ¿Entonces me debes dos deseos?, porque según la leyenda: “El genio de la lámpara concede tres deseos”. Daniela, al escuchar eso, frunció el ceño Y puso un rostro frío. “¡No tienes tu suerte!”Todos, incluso Ana García y su madre Alicia, se quedaron incrédulos al escuchar a la pareja tratarse confiadamente.“¿Qué sucede?” ¿Acaso esta harapienta sucia pordiosera conoce a al famoso Daniel Peralta?Daniela miró a los ojos, y cuando estaba a punto de responderle, un hombre gordo con panza cervecera caminó hacia él. Este era Santiago García, padre de Belén.“Encantado de conocerlos, señor Peralta, es un honor tener en nuestra casa a una persona tan importante como usted, ¿por qué no nos avisó que vendría?”Todos los invitados se quedaron boquiabiertos cuando Santiago García lo saludó.Alicia cerró los ojos de inmediato, sintiendo una gran vergüenza, que no se atrevía a imaginar lo que sucedería a continuación.“¿Qué demonios sucede aquí?”Santiago, al fin se percató de que algo andaba mal, comenzó a mirar a su alrededor, fijando su mirada en una mujer sucia y harapienta, frunció el ceño en un instante, se volvió hacia Alicia y dijo: “¿Por qué invitaste a una sucia pordiosera
Ana no tenía miedo de que su padre se enojara con ella, por convertir a Belén en el Hazmerreír, después de todo se había sacrificado, dándole su vestido más costoso.No hay ningún vestido adecuado que pueda usar, una mujer tan corriente como Belén, por muy exquisita que se vista, no borraría el hecho de ser una tonta campesina.Ana sentía ciudad interna, por pensar que Belén no pudiera entrar en su vestido. Ni poder utilizar, los tacones de diez centímetros de alto, qué le había preparado.Apuesto que esa campesina inútil, jamás ha utilizado tacones en su vida, y podría resbalarse cuando baje por las escaleras.Ah, no estaba tan orgullosa de su ingenio que casi se felicitaba ella misma, no podía esperar ver la reacción de los invitados, cuando Belén apareciera.“Quiero que todos sepan, que esta campesina no merece ser mi hermana”Recordándole a Belén, que la cena estaba comenzando, bajó las escaleras.“DE ACUERDO”Al escuchar la respuesta, Ana bajó con una gran sonrisa.“Que comience
Belén ocultó sus emociones, se levantó el vestido y descendió por las escaleras. Lo primero que se dieron cuenta los invitados, los invitados, fueron unas piernas hermosas, que alimentaban la su imaginación.Llevaron unos tacones de alta Gama, la luz que incidía en ella acentuaba más sus delicados pies y sus tobillos de seda. Ana las perfectas piernas, miró de reojo alguno de los invitados y todos estaban estupefactos.Ana, también sorprendida por lo perfectas que eran sus piernas, miró a los invitados y se dio cuenta de que babeaban por ella. También se dio cuenta de que Daniel no podía apartar los ojos de sus piernas.Ella empezó a entrar en pánico, pensó que se había equivocado, al entregarle ese vestido y hace parte de tacones a Belén.Luego recuperó la compostura. “Solo son un par de piernas, vomitará enseguida al ver su rostro”Cuando volvió a prestar atención a la escalera, Belén ya estaba bajando al salón.“Adelante, camina más rápido: ¡No puedo esperar a que te caigas con es
“¡No tuve opción!” Belén creía replicar, pero se contuvo. Si no hubiera sido por él, se hubiera lastimado mucho por la caída después de todo. El hombre solo estaba preocupado por su seguridad.En ese momento, cuando Belén estaba por agradecerle, Santiago llegó apresurado hacia ellos.Querida hija, ¿te lastimaste? Tu padre iba a ayudarte, pero el Señor Peralta se me adelantó.El señor Peralta parece que te trata muy bien, dijo Santiago de forma significativa con preocupación, se notaba a simple vista la fingida preocupación de parte de Santiago, pero Belén no lo expuso.Por otro lado, Santiago ni siquiera miró a soledad, a quien llevaban hacia arriba a su habitación.Ese interesante gesto sorprendió a Belén. Ella creía que su padre era efectivo y que cuidaba de su hija; sin embargo, ahí se demostró, que era un padre frío y calculador.Lo que Belén no podía entender era por qué su madre, eligiera casarse con ese hombre, pues en teoría su madre era perfecta.Tenía que haber algo escondid
Mientras Belén estaba exhorta en sus pensamientos, algunas mujeres de la alta sociedad se le acercaron de forma amistosa.Señorita Suárez, luce muy bonita en persona. ¿Somos amigas?Señorita Suárez, tiene una muy buena figura. ¿Le gustaría compartir algunos consejos para mantenerse en forma?Deberíamos intercambiar contactos. Ya que está de regreso en Distrito imperial, deberíamos mantenernos en contacto con más frecuencia.Esas mujeres parecían ser muy amistosas y estar muy interesadas en ser amigas de Belén.Sin embargo. Ella podía percibir con claridad sus verdaderas intenciones, pero fingió ignorancia, puesto que asintió con una expresión inocente.“¡Por supuesto, me encantaría, ser amigos aquí!”Mientras las mujeres de la alta sociedad se juntaban alrededor de Belén, y conversaban con ella con entusiasmo, Ana, quien estaba arriba, por fin se despertó.Vio a Alicia, quien le sostenía la mano con fuerza, preocupada, mientras que Santiago parecía distraído como si no estuviera preoc
El humor de Ana mejoró de forma considerable después de saber que era la ganadora de la competencia de clase alta. Después de arreglar su apariencia, bajó con Alicia de nuevo.Una vez que bajó, comenzó a buscar a Daniel, pero el hombre no estaba por ningún sitio. Justo en ese momento, vio a otra mujer de la alta sociedad, de la que era amiga, y le preguntó: ¿viste al señor Peralta?¡El señor Peralta se fue hace mucho!¿Dijo algo antes de irse? Insistió Ana.No paraba de hablar con tu hermana. Tenía guardaespaldas a su alrededor, y no pude escuchar la conversación, pero no parecía muy contenta, respondió la mujer después de pensarlo por un momento.“¿No lucía contenta?” El rostro de Ana resplandeció, y continúa preguntando: ¿a qué te refieres?“No estoy segura”. Al final, el señor Peralta se fue sin decir nada. Tu hermana lo persiguió, queriendo continuar la conversación, pero sus guardaespaldas la detuvieron.Eso no quiere decir que ella y el señor Peralta, no son tan cercanos despu
Después de que el intruso se había ido, Belén decidió levantarse para echar un vistazo, pero, en vez de encender las luces, eligió confiar en la iluminación del teléfono, mientras revisaba cada esquina de la habitación.“¡Sss! De repente, escuchó mucho ¡Sss! Algo raro que sonaba como si alguien o algo estuviera respirando de forma agitada.”Le llevó un momento localizarlo, pero no captaba la dirección. Al final, Belén logró localizar de dónde venía el sonido. Venía de su cama, y estaba solo un poco más de un metro de ella. “¿Qué demonio es eso?”Belén se apresuró a incrementar la luminosidad de la pantalla del teléfono, y la apuntó en dirección del sonido.Para su horror, eran no una, sino que varias cobras que siseaban con enojo. Las cobras así ya ratos que las cobras habían puesto sus vistas en Belén mientras se levantaban y las miraban con ojos verdes penetrantes.Si no se hubiera levantado porque el sonido la molestaba, Belén habría sido víctima de las mordidas venenosas de las c
“¿Qué?”Que todos miraron en la dirección que señaló el ama de llaves y vieron varias serpientes que les devolvían la mirada y siseaban.Los reptiles No se parecía a ninguno de los que habían visto los empleados en la casa en el pasado, tenían una cabeza enorme y habían ensanchado su cuello como que si estuvieran dispuestas a atacar, todos se quedaron petrificados y retrocedieron aterrado.“¡Rápido! ¡Corran!”, gritaron los sirvientes mientras huían en manada de la habitación.En ese momento, Santiago y Alicia llegaron por fin a la habitación de Ana. Al ver tantas serpientes que aún se retorcían y siseaban, Santiago también retrocedió con temor a ser mordido.“¿Qué sucede? —preguntó Alicia mientras temblaba y palidecía. ¿Por qué ahí tantas serpientes? ¿Por qué están parados? ¡Qué alguien las mate ahora!”Los sirvientes intercambiaron miradas de terror, ya que ninguno quería ofrecerse para sacar las serpientes. Dejar que cualquiera de ellas se ocupara de las cobras venenosas era como en