Sentí un nudo en la garganta, no podía tragar la saliva que se me había acumulado en la boca, ni podía hablar. Esto era lo mejor que podía pasar, mi cabeza gritaba, pero la tensión de mi cuerpo no desaparecía. El sistema de autoprotección de mi cuerpo se había activado sin que yo me diera cuenta.
Era contradictorio hasta el punto que me sentía demencial con todo lo que estaba sucediendo, una guerra de mi mente contra mi corazón. No debería estar haciendo esto, me estaba comportando de forma inapropiada, pero ya era demasiado tarde, había perdido el control de mí mismo."Señor, señor Macalister", la voz era lo suficientemente aguda como para perforar mi tímpano, era mi cabeza recordando cosas inútiles de nuevo, "¡Señor!"."Señorita Brattul, si tiene algo de lo que informar, hágalo ahora, mi tiempo es valioso", advertí mientras abría la carpeta de expedientes que habían sido mal manipulados y necesitaban ser reimpresos. Para recuperar un poco mi cordura.Ya he tenido bastantes problemas esta mañana. Soy un hombre coherente, pero la incompetencia que me rodeaba había agotado mi cuota de paciencia a media mañana.Después de revisar los contratos y precontratos filtrados por mi nueva asistente, comprendí de dónde venía mi mal humor. Me moría de ganas de ver qué había detrás de todo aquello. Comprobé su expediente en la base de datos de empleados, como director general tengo acceso a todos los departamentos de M&S, fue relativamente fácil.Cuando abrí la carpeta, me di cuenta de que su puesto no coincidía con su currículum. El sello del director financiero aparecía debajo de la firma del contrato de adhesión a la empresa, y la dirección que aparecía en la documentación de mi incompetente ayudante era la de uno de los muchos departamentos a nombre de mi incompetente medio hermano. Llevaba más de 3 meses trabajando y lo único que había hecho era aumentar mi carga de trabajo.La mujer que tenía delante era guapa y eso debe ser todo lo que tiene.Sus rasgos son finos, labios carnosos; ojos azul claro y demasiado maquillaje. Cualquier cosa artificial en su rostro era demasiado.Su mirada está cargada de ansiedad. Sabía reconocerla. Era habitual recibirla. Deseo, anhelo y codicia. Estoy cansado. "Sal de mi oficina". No quiero perder más mi tiempo con alguien que ni siquiera puede articular palabra."Señor...""Señorita compruebe su currículum", la cara de la chica perdió el color. "Ambos sabemos que no tiene ni idea de lo que hay escrito ahí. Estos contratos en tus manos se han convertido en trozos de papel inútiles". Tardará 180 segundos en salir corriendo y llorando de aquí. "Eres la nueva amante de mi hermano y este no es tu lugar. Presenta tu dimisión a Recursos Humanos o tendré que exponer la verdad de tu situación. Este es mi máximo consenso para alguien como usted"."No, no, por favor, Sr. Macalister, yo puedo...""¿Aprender?" Termine su burda frase."¿Necesitas que te acompañen fuera?""Señor..." Las lágrimas habían empezado a caer. Pulsé el botón amarillo de mi comunicador. No pasaron más de 30 segundos antes de que la seguridad del edificio entrara por la puerta, agitados y más asustados que mi antiguo asistente."Escolten a la nueva amante del director de finanzas lejos del edifico. Tiene prohibido volver a poner su pie aquí"."¡No, por favor, no! No tuve elección. Señor Macalister, yo me he enamorado de usted. No podría soportar a su hermano, realmente me da asco", la mujer dio una patada en el aire al verse reducida, intentó correr hacia mí pero fue detenida a mitad de camino. "No, no sueltenmen, señor en realidad lo amo"."Sáquenla de aquí", su voz es irritante. Los guardias no perdieron ni un segundo. Desaparecieron del despacho y se la llevaron a rastras. "Tengo contratos que procesar".Todavía la echas de menos. Apreté tanto la mandíbula que me dolía. Tenía miedo. Sabía que mi cuerpo temblaba, pero me obligué a contener los malditos espasmos. "No pienses cosas inútiles", me ordené. "Ya no importa, lo olvidaste todo hace demasiado tiempo".Era un capricho preadolescente hasta que te hiciste adulto. ¿Cumpliste tu fantasía? Lograste el ideal de todo adolescente, largamente postergado de tu mente.Cogí el documento y me levanté. Me masajeé las sienes."Procesa los documentos o este día no habrá terminado", me hundí de nuevo en el ordenador y empecé a hacer el trabajo que debía haber hecho.Cuando salí del trabajo, eran las once de la noche, y mi tolerancia a la incompetencia había alcanzado su punto máximo horas antes. Mi ayudante fue despedida y mi secretaria dimitió después de que le ordenara que contratara a una ayudante lo bastante cualificada y también le ordene que deje de tirarse a mi hermano, y comience a hacer su maldito trabajo. Porque mi secretaria, como tantas otras, era una asidua visitante del departamento de finanzas y no por motivos de trabajo. Emily, como tantos otros, intentó meterse entre mis piernas y, al fracasar, encontró consuelo en mi medio hermano. Lo cual no me molesta mientras ella haga su trabajo antes de tirárselo, lo único que le pedía era un poco de ética laboral. No es que fuera tan difícil. Pero lo fue para ella, y decidió mandarme al infierno después de renunciar.Cuando volví a mi oficina, tuve que obligarme a terminar de leer un asqueroso informe de 34 páginas del departamento financiero que Emily había editado y aprobado. A la segunda página ya me sangraban los ojos. Cuando termine de reinscribir el balance del último mes. Debi reorganizar la documentación para la reunión con la junta directiva en la sala de conferencia programada a las 8 a.m. del día siguiente.También había tenido que reeducar a mitad de la tarde a los nuevos becarios del departamento de Marketing, mostrarles sus descuidados informes y, aguantar una sesión de dos horas sobre preguntas básicas que debieron de aprender en su primer año de mercadotecnia.Si no fuera uno de los principales inversionistas y futuro dueño hubiera renunciado hace mucho tiempo.Hedere el talento de mi madre para actuar como una dama, una mente fría y una gran sonrisa cálida cuando no sientes nada."Señora, ha llegado una carta para usted"."Gracias", dije mientras cogía el sobre sin remitente de manos de ¿Ariana o Luisa? El nuevo juguete que mi marido había traído a casa. "¿Sucede algo?"La chica que tenía delante se retorció las manos nerviosa. "¿No ha vuelto el señor de su viaje de negocios?".¿Está preocupado por mi marido? Qué dulce. "¿Te llamas Ariana o Luisa?""Soy Ariana, señora", se apresuró a contestar."¿Tienes dieciocho años?""Sí, empecé a trabajar aquí después de cumplir los dieciocho"."Sigues siendo una niña. Por eso voy a hacer como si tu pregunta no hubiera existido". Le advierto suavemente."¿He... he hecho algo malo?"."El itinerario de mi marido, ¿por qué iba a compartirlo contigo?". A la nueva criada se le calientan las mejillas y le tiemblan los labios. "No tienes que responder, vuelve a tu trabajo"."Sí, señora". Se supone que la ropa
Aprieto los dientes y cierro los ojos con un suspiro. "Mamá, ¿por qué lo habéis escondido hasta ahora?"."No es que quisiéramos ocultarlo. No queríamos involucrarte en los errores de tu padre"."Bueno, madre, entiendo perfectamente el no teníamos. Ahora que la situación se les fue de las manos ¿si quieren hacerlo?""No lo comprendes Leah. Tu madre no tiene ningún pretexto, esa era nuestra postura, pero la situación amerita que te involucres, eres Conolly, Leah". Explicó con un tono suave y paciente que yo conocía demasiado bien. Mi madre lo utiliza siempre que quiere algo de mí. Es su chantaje emocional. Eso es lo que es, y aunque soy consciente de ello, siempre acabo cediendo. "Mamá entiende que la situación pueda resultarte un poco confusa, pero no tenemos elección, hija, ¿te das cuenta de cuántas familias dependen de nosotros? ¿Cuántas sucursales y filiales hay detrás de la empresa?"."Mamá, si quieres tirarme una patata quemada y que la devuelva a su estado anterior, eso es imposi
Fui a la cocina y, cuando abrí el frigorífico, la pizza de la noche anterior ya no estaba. Abrí los armarios y estaban vacíos. "Sigues siendo un niño". Dijo enfadada y muy molesta."Es mi día libre Isabella, ¿qué haces aquí, qué has hecho con mi comida?", tendré que cambiar la cerradura por novena vez y la empresa de limpieza por sexta."¿Isabella?, Ethan, soy tu madre, y así es como debes dirigirte a mí"."Una madre respeta a sus hijos. Tú no sabes hacer eso, Isabella". Ella no contestó, aunque su silencio era la respuesta, y era sí. "¿Qué has hecho con mi comida?""A eso no se le puede llamar comida, ¿cómo puedes consumir esa basura y llamarla comida?"."¿Qué has hecho con ella Isabella? Vamos", la insté mientras agarraba las llaves y las sacudía."Ya te lo he dicho"."¿Sabes? Ya no me importa, Isabella. Necesito que salgas de mi casa y me devuelvas las llaves que no deberías tener"."Me he enterado de que has despedido a tu secretaria, igual que ha renunciado tu asistente, y que h
No entiendo por qué estoy haciendo esto otra vez. Ya no soy un niño para esconderme. Tengo la fuerza suficiente para pararme orgullosamente frente a cualquier persona.La primera vez que vi reír a Leah fue cuando huía de Johan y sus amigos. Sabía que sería mi fin si me atrapaban, pero no me arrepentí de los golpes que les di por insultar a Loreine.Mi corazón estaba agitado, no era la primera vez que huía de aquellos matones. Aunque era la primera vez que sentía que el corazón se me salía del pecho, no fue tan doloroso como el último día que vi a mi madre, no sabría describirlo, sólo sabía que era raro y agradable, quería acercarme a ella, aunque al final me conformé con observarla desde la distancia. No sabía quién era, en algún momento de la noche bostezó más a menudo. Al final se tumbó junto a la fuente, no pude controlar mi curiosidad, quería ver su bonita cara de cerca, ¿Cómo sabía que era bonita? No lo sé, pero estaba seguro que lo era. Ella estaba dormida. Su piel era pálida,
"Nueva asistente, Ethan.""No tengo tiempo para jugar Sr. Ronald. Tome asiento". Ordenó Ethan, mi jefe a uno de los principales accionistas de R&Q, una pequeña empresa que ha crecido a pasos agigantados, consolidándose hasta el punto de poder asociarse con el conglomerado Macalister. Ese hombre no parece tener más de 30 años. Sus pupilas irradian un calor abrasador mientras mira fijamente mis piernas. Esto es incómodo."Creía que no querías a una mujer como ayudante. Tu nueva secretaria también es bastante guapa, no está mal". Comenta despreocupado, sonriendo como si estuvieran hablando del tiempo.No me ruborice, me obligue a sonreír suavemente y a fingir que no he oído nada. Tengo en claro que no soy un pedazo de carne que necesita su aprobación."Sr. Ronald, mi tiempo vale su peso en oro. He perdido exactamente 2 preciosos minutos escuchando sus tonterías. Srta. Conolly, reprograme la cita del Sr. Ronald para dentro de 6 meses. Debería tener un hueco en mi agenda"."Maldita sea, Et
Me sentía agotada, y ni siquiera había llegado a la mitad de mi jornada laboral, ni siquiera me acercaba a las horas extras.Miré las carpetas apiladas por orden alfabético. Mientras seguía organizando y sincronizando su agenda personal con la mía. Soy economista, pero me he convertido en la niñera de un cabrón.En realidad, es un cabrón con talento, por mucho que mi marido intente imitarlo, el aura y el talento que posee es algo que el podra alcanzar. Al principio pensé que sólo intentaba aprovecharse de su hermano mayor, pero viendo su agenda. El único que intenta aprovecharse es Johan."Leah, has oído los rumores. Tienes que tener cuidado"."¿De qué rumores estás hablando?" Pregunto exasperada. Me duele la cabeza."Del jefe de finanzas".¿Qué ha hecho ahora?"No entiendo lo que quieres decir".Ana baja la voz y me hace señas para que me acerque. "Dicen que está casado. Pero su mujer suele ignorarle, que vive de viajes o de compras. Ni siquiera nadie conoce su cara en el trabajo. ¿E
Una parte de mí grita que me hunda en su cuerpo sin remordimientos, y otra me dice que marche lento, que haga lo correcto. Sus ojos brillan cuando me ve, finge ignorarme. Nos conocemos demasiado bien, ella debió de tener sus malditas razones hace dos años y ahora yo tengo las mías.Nuestro deseo, nuestra necesidad es palpable en el aire, por mucho que lo neguemos. Ella es una gran actriz y yo no pierdo en comparación, por eso nadie se fija en ella, ella cree que yo tampoco, pero está claro lo que provocó en ella. Está aterrada, lo noto. ¿Qué escondes, Leah, cuánto tiempo podremos seguir así?"¿Qué estabas haciendo?", demande molesto. Era casi ilegal que llevara ese vestido."Contemplando el cielo", ella hizo una mueca desagradable, "Por favor Ethan cumpliendo tus órdenes", respondió, tan molesta como yo."¿Cuándo te órdene que coquetees?"La contusión en su rostro fue fugaz. "¿Eh? ¡¿Cuándo he coqueteado?!""Eso fue rápido. Pasaste de insegura a decidida. Te veías muy cómoda sonriéndo
Mientras mi marido estaba en la ducha, su teléfono no paraba de parpadear, empezaron a llegar un número considerable de mensajes, me acerqué a él para ver qué pasaba y me di cuenta de que eran de su secretaria. Sólo con leer la forma cariñosa en que se dirigía a Johan confirmaba mi sospecha de que los rumores que circulaban por la empresa eran ciertos.No me decepcionó, pero me incomodó un poco saber cómo se comportaba mi marido en la cama con ella. Significaba que sólo era malo conmigo.Escuche el ruido de la puerta del baño, entré automaticamente en mi faceta de dama honorable y actué como siempre, como si no pasara nada malo. Volví a colocar el teléfono en su sitio antes de que él pudiera darse cuenta.Me levanté, alisando las arrugas de mi pijama. Me alisé el pelo en el espejo. Tome mi maquillaje, aplique una ligera capa de base y rubor. "Te quiero", susurró Johan, con su aliento caliente golpeándome el cuello.Un gruñido escapó de los labios de mi marido, sus manos fueron direct