"Nueva asistente, Ethan."
"No tengo tiempo para jugar Sr. Ronald. Tome asiento". Ordenó Ethan, mi jefe a uno de los principales accionistas de R&Q, una pequeña empresa que ha crecido a pasos agigantados, consolidándose hasta el punto de poder asociarse con el conglomerado Macalister. Ese hombre no parece tener más de 30 años. Sus pupilas irradian un calor abrasador mientras mira fijamente mis piernas. Esto es incómodo."Creía que no querías a una mujer como ayudante. Tu nueva secretaria también es bastante guapa, no está mal". Comenta despreocupado, sonriendo como si estuvieran hablando del tiempo.No me ruborice, me obligue a sonreír suavemente y a fingir que no he oído nada. Tengo en claro que no soy un pedazo de carne que necesita su aprobación."Sr. Ronald, mi tiempo vale su peso en oro. He perdido exactamente 2 preciosos minutos escuchando sus tonterías. Srta. Conolly, reprograme la cita del Sr. Ronald para dentro de 6 meses. Debería tener un hueco en mi agenda"."M*****a sea, Ethan, soy tu mejor amigo...""Sr. Ronalds, no mezclo mi vida personal con mi vida laboral. No puedo perder el tiempo". Su voz era alta y áspera. El chasquido de los tacones resonó. "Ana, el Sr. Ronalds se retira. Acompáñale al ascensor"."¿De verdad...?""Por supuesto. Señor, por favor, acompáñeme".Obviamente tenía mucho que decirle, pero Ethan tenía un nuevo contrato en la mano mientras escaneaba la pantalla del ordenador. La puerta se cerró de golpe. El hombre estaba furioso. Si hubiera abierto la boca, habría escupido fuego. Me quedé allí de pie unos minutos, esperando a que me mirara. Era como si se hubiera olvidado de mí. Todavía me dolían los pies de correr.La alarma no sonó esta mañana, mis tacones se rompieron por el camino, fue casi imposible encontrar una tienda abierta. Apenas podía recuperar el aliento cuando llegué a la oficina. Lo bueno en medio del desastre fue que Dios no me había abandonado y llegué a tiempo a la reunión, aunque mis pulmones estaban a punto de explotar. Gran primer día."Llegaste tarde", la acusación de Ethan fue directa. El tono de fastidio era claro en su voz."No era mi intención"."Crees que puedes borrar todos tus errores con esa palabra, asistente cualificada"."Lo siento. La conversación de ayer...""No es necesario que la continuemos. Fue mi madre que te trasladó a la oficina interna del Ceo. Quería mejorar nuestra relación, cuñada.""Entonces.""Empieza a trabajar en los contratos que necesitan aprobación. Desecha los proyectos que se filtraron porque el director financiero basura no puede mantener las manos alejadas de las partes íntimas de las hijas de los nuevos socios". Ignoró el tono jocoso y burlón de sus órdenes. El director financiero basura, es mi marido. "Señorita, ahora trabaja para el director general. Es importante que preste atención a todas las necesidades de su departamento, y debe separar su vida personal de su vida laboral. Espero que las acciones de su marido no le influyan y que sea profesional. Debes estar siempre disponible para mí. No lo olvides".¿Cree que seguimos en época de esclavitud? Siempre disponible.Las lágrimas empezaron a acuar mis ojos, no me permiti derramar ninguna, no frente a él, sentía que había perdido mi dignidad con unas pocas palabras. Las acciones de Johan no eran un secreto para alguien como él. Era una regla no escrita no hablar de él, ¿por qué ahora?Sentí la necesidad de gritarle que ambos hermanos empezaban a parecerse, un par de bastardos.Sonrío irónicamente. "Entendido, señor Macalister". Me obligó a mantenerme firme. Aguanta, Leah.Levanto una mano. Me detengo en seco. "¿Cree que he terminado de hablar?""No lo sé, señor. Le pido disculpas"."Si no lo sabes, no actúes. Regla número uno". Quiero darle un puñetazo. Siempre supe que era irritante, pero esto es demasiado. "Ahora, sí, puedes irte". La despreocupación en su tono me hace sentir ridícula. "Señorita Conolly, ¿ha comprobado la agenda?", su cara reflejaba ironía. Fruncí los labios nerviosamente. Había olvidado algo demasiado básico. "Reunión a las 11 de la mañana, inversores estadounidenses. Hotel Herald". Miré mi reloj. 10:55. Imposible ser puntual."Pero el Sr. Ronald...""Su cita era a las 14:00".¿Entonces por qué no me lo dijo? "No tenía ni idea". Volvió a mirar su ordenador y volvió a ignorarme por completo, era insoportable. "¿Dónde está la agenda?""Srta. Conolly, ¿qué está haciendo aquí?" Ser su asistente, pero desde que llegué sólo le había oído quejarse. No puedo negar que tiene razón en un 70% de sus quejas, pero no puede fingir ser un jefe misericordioso el primer maldito día de adaptación.Hoy llegué tarde y no me acordé de revisar su horario el primer día, mi error fue de bajo nivel. Sentí que algo se agitaba dentro de mí. En todo este tiempo no había hecho nada bien, yo creí que podría hacerlo de manera excelente, pero la alarma... "Tus palabras fueron que no había nadie más cualificada que tú, pero como se suele decir, las palabras se las lleva el viento. Ahora mismo no pareces tan calificada".Sé que puedo hacerlo. Siempre pude no importó lo difícil que fuera. "Sr. Macalister, si ha terminado. Me gustaría encargarme de reprogramar su reunión. Procesar los contratos. Sincronizaré su agenda con la mía, y no cometeré más errores menores. Una torpe incompetencia no volverá a molestarte. Si necesitas algo más, no dudes en llamarme"."Mi agenda no me permite reprogramar una reunión de esta magnitud. Srta. Conolly, trabajaremos horas extras, así que asegúrese de encontrar un restaurante de primera clase y vístase en consecuencia. Si pierde la cara esta noche, no necesito decirle que será despedida. He perdido demasiado tiempo explicándole algo que debería tener claro. Ahora tráigame un café negro y amargo"."Sí, señor". Me volví hacia la salida. Sólo quería coger mi bolso y salir de este lugar para no volver jamás.Tenía ganas de correr, aunque mis piernas parecían haber perdido la fuerza. Así que me concentré en salir, aunque fuera a paso lento. Un café, tengo que conseguirle un maldito café.Necesitaba aire desesperadamente. Contuve la respiración en un vano intento de calmarme. ¿Dónde estaba mi valor en este momento? Había dicho tantas cosas.Si no conseguimos la ayuda de Macalister. La empresa de mi familia desaparecerá, y no sé si mi abuelo podrá soportarlo.Me sequé las lágrimas que habían empezado a caer. "Todo estará bien".Me sentía agotada, y ni siquiera había llegado a la mitad de mi jornada laboral, ni siquiera me acercaba a las horas extras.Miré las carpetas apiladas por orden alfabético. Mientras seguía organizando y sincronizando su agenda personal con la mía. Soy economista, pero me he convertido en la niñera de un cabrón.En realidad, es un cabrón con talento, por mucho que mi marido intente imitarlo, el aura y el talento que posee es algo que el podra alcanzar. Al principio pensé que sólo intentaba aprovecharse de su hermano mayor, pero viendo su agenda. El único que intenta aprovecharse es Johan."Leah, has oído los rumores. Tienes que tener cuidado"."¿De qué rumores estás hablando?" Pregunto exasperada. Me duele la cabeza."Del jefe de finanzas".¿Qué ha hecho ahora?"No entiendo lo que quieres decir".Ana baja la voz y me hace señas para que me acerque. "Dicen que está casado. Pero su mujer suele ignorarle, que vive de viajes o de compras. Ni siquiera nadie conoce su cara en el trabajo. ¿E
Una parte de mí grita que me hunda en su cuerpo sin remordimientos, y otra me dice que marche lento, que haga lo correcto. Sus ojos brillan cuando me ve, finge ignorarme. Nos conocemos demasiado bien, ella debió de tener sus malditas razones hace dos años y ahora yo tengo las mías.Nuestro deseo, nuestra necesidad es palpable en el aire, por mucho que lo neguemos. Ella es una gran actriz y yo no pierdo en comparación, por eso nadie se fija en ella, ella cree que yo tampoco, pero está claro lo que provocó en ella. Está aterrada, lo noto. ¿Qué escondes, Leah, cuánto tiempo podremos seguir así?"¿Qué estabas haciendo?", demande molesto. Era casi ilegal que llevara ese vestido."Contemplando el cielo", ella hizo una mueca desagradable, "Por favor Ethan cumpliendo tus órdenes", respondió, tan molesta como yo."¿Cuándo te órdene que coquetees?"La contusión en su rostro fue fugaz. "¿Eh? ¡¿Cuándo he coqueteado?!""Eso fue rápido. Pasaste de insegura a decidida. Te veías muy cómoda sonriéndo
Mientras mi marido estaba en la ducha, su teléfono no paraba de parpadear, empezaron a llegar un número considerable de mensajes, me acerqué a él para ver qué pasaba y me di cuenta de que eran de su secretaria. Sólo con leer la forma cariñosa en que se dirigía a Johan confirmaba mi sospecha de que los rumores que circulaban por la empresa eran ciertos.No me decepcionó, pero me incomodó un poco saber cómo se comportaba mi marido en la cama con ella. Significaba que sólo era malo conmigo.Escuche el ruido de la puerta del baño, entré automaticamente en mi faceta de dama honorable y actué como siempre, como si no pasara nada malo. Volví a colocar el teléfono en su sitio antes de que él pudiera darse cuenta.Me levanté, alisando las arrugas de mi pijama. Me alisé el pelo en el espejo. Tome mi maquillaje, aplique una ligera capa de base y rubor. "Te quiero", susurró Johan, con su aliento caliente golpeándome el cuello.Un gruñido escapó de los labios de mi marido, sus manos fueron direct
Me dediqué a apreciar el follaje de los árboles desde el techo del automóvil. ¿Debería cambiar mi coche por uno con techo de cristal? La melodiosa melodía de Adel empezó a sonar. Ethan desvió la mirada en mi dirección durante unos segundos."¿No vas a cogerlo?"."Sí". Sólo respondí cuando me di cuenta de que era mi móvil.La foto de mi boda apareció en la pantalla."Cariño, estoy con tu hermano. Llegaremos pronto, fue muy amable tu mamá al pedirle a Ethan que me recogiera"."Mi mamá te adora, Leah, no tanto como yo, pero, ya sabes, te cuida"."Es verdad, ¿cómo fue la reunión?""Aún no ha terminado. Probablemente se alargue".Aprieto mi teléfono. "¿Eso significa?""Que no llegaré a tiempo para la cena, ya he hablado con mi madre, ella hablará con mi hermano para que te lleve a casa más tarde".No, no, definitivamente no. "No hace falta que le molestes, hablaré con Odette para que mande un chófer"."Leah, querida. Eres demasiado importante para mí. No me sentiré cómodo si es un conduct
Mi vida perfectamente organizada se estaba rompiendo en pedazos. ¿Debería haberme negado? Esta situación es tan peligrosa como no hacerlo. Me apoyé en la chatarra que ella llama coche. ¿Por qué no cambiarlo? Ella había mencionado con orgullo que fue el primer vehículo que compro con su dinero y tenía un fuerte valor sentimental, porque monetario no lo tiene."Leah, has tardado más de lo que esperaba". Escupí molesto al ver que estaba perdiendo el control nuevamente. "¿Cuñada planeas fingir que no me conoces?" "Ah"."Es bueno compartir secretaria, tus pequeños trucos para evitarme son evidentes, cuñada". Le recordé mientras me encogía de hombros."No entiendo lo que quieres decir". Demasiado conveniente, Leah. Sus ojos se mantuvieron fijos en la salida de emergencia, ¿está tratando de huir?"Leah, no intentes algo inútil". Advertí con mi sonrisa de negocios, tratando de parecer cortés. "Ni siquiera recuerdas qué día es, ¿verdad?".Demosle lo que quiere la arpía. Sin que pueda ganar n
"Nana ¿Cómo está Louis?" Pregunto ansiosa mientras trastabillo con la alfombra. "Señora, ¿está bien?". Martha se apresura a ayudarme."La alfombra de la habitación es mullida. No ha sido nada"."Ma- má"."Bebé", me apresuré a coger a mi hijo, que tenía un algodón en el brazo derecho y una compresa en la frente. Lo mecí suavemente, y sus penetrantes ojos verdes me recordaron a Ethan. Sacudí la cabeza y me obligué a apartar de mi mente aquel pensamiento inútil. Con suerte, él se casará pronto y yo me divorciaré. Nos iremos lejos, seremos felices solo tú y yo. No necesitaba nada más en mi vida, excepto a ti. "Eres el hombrecito valiente.""Incluso una gran dama puede enamorarse del hombrecito adecuado". Hago un mohín de protesta. "Una dama no frunce el ceño", me regaña Odette."En estos momentos no soy una dama, soy una madre feliz que disfruta de su hijo".Mi nana niega con la cabeza. "Voy a prepararle el biberón, ahora que estás aquí, este pequeño tan quisquilloso comerá"."Cariño ¿hi
La noche fue un infierno. Apenas dormí, sufría una erección prácticamente constante desde que la imaginé gimiendo debajo de mi cuerpo. Maldita imaginación.Cuando me dirigí al trabajo, sabía que lo tenía muy dura. ¿Cómo iba a mirarla sin que la parte inferior de mi cuerpo no reaccione? Me tuve que meter en la tina con el agua helada, por el amor a lo bueno. Estuve 35 minutos, creí que mi cuerpo se estaba quemando. No esperé estar tan enfermo.Cuando llegue su mesa estaba vacía, pero mi oficina no. Melani estaba en frente de mi con su ropa interior comestible. Escuche hablar de ella, en nuestra cena. Pero no esperé que fuera cierto. Intento torpemente meter mi llave de repuesto en el pestillo. ¿Intentas colocar el seguro?Metí la mano y abrí la puerta de un empujón violento. Debia golpear con fuerza la pared que tenía detrás, pero coloqué mi mano amortiguando su golpe. "¡¿Qué se supone que estas haciendo?!", chillo llena de horror."Aquí no", murmure mientras la guíaba al baño."¿Tú
Por dentro, no podía sentirme más fría. No sentía ni ternura ni amor por mi esposo, más allá de eso esto era una tortura que tenía que soportar.Su peso me aplastaba y se me revolvía el estómago por los sentimientos que despertaba en mí. Sobre todo después de ver su encuentro con los inversores filipinos, que resultaron ser Margor y Camille, un par de gemelas que se habían incorporado como becarias. Ellas fueron mis hábiles a grabar todo, la calidad del vídeo era de primera y sus caras se veían claramente en todo momento. Lo que no entiendo es por qué volvió tan maltrecho, pero de lo que estoy segura es de que se lo merecía.Así que pasé el resto de la noche preguntándome si no debería huir de allí; si no debería hacer las maletas, buscar a Odette y Louis y largarme del país. ¿De verdad podía aguantar a un hombre así?Me deshice del cuerpo de Johan y le di la vuelta encima de mí. Me levanté de la cama y sentí el líquido sucio corriendo por mis muslos. Tuve que correr al baño a lavarme