EMMA
—Hola Cassidy, ¿cómo estás? —miro sus ojos azules y descubro que los años pasaron para todos.
— ¡Emma!, querida, pasa, tantos años sin saber de ti. Oh ¿estos son...?
— Sí, ellos son mis mellizos, Donato y Valentina, niños saluden. —no puedo evitar que el orgullo se deje ver al presentar a mis diablitos.
—Hola, señora. — contesta mi niño de forma respetuosa.
— Hola, abuelita. — valentinas muestras su hermosa sonrisa, sin esfuerzo alguno.
— Son muy hermosos, pasen, pasen.
Miro al rededor y me doy cuenta de que nada ha cambiado, mientras nos dirigimos al comedor veo a los niños que corren de un lado al otro, y recuerdo los días en que con los muchachos hacíamos las mismas travesuras, que casi siempre terminaba con Noha castigado, porque algún niño terminaba tirándome y él lo golpeaba, Noha el brabucón que siempre me defendía y que lo sigue haciendo.
— ¿Mamá podemos jugar con los otros niños? — mi niña agita sus pestañas mientras habla.
— De acuerdo, pero no se metan en problemas o no habrá postre.
— Sí, mamy.
— Son unos niños muy lindos, han crecido tanto, parece que fue ayer cuando llegaron a este lugar. —Cassidy los observa mientras sonríe.
— Y así de rápido como llegamos nos echaron. — no puedo evitar decirlo, pero aún me dolía.
— Emma...
— Lo siento Cassidy, no quise decirlo de esa manera. Me refiero a que te obligaron a echarnos. —sé muy bien que si hubiera dependido de ella aun estaríamos aquí.
— Era lo mejor mi pequeña, la señora Constantini, quería que le dieras a tus bebés y eso no era lo correcto. Este hogar siempre fue un refugio para los niños sin padre, ni madre, y tus pequeños te tenían a ti. — Cassidy siempre fue una mujer muy dulce y de un gran corazón.
— Lo sé, pero me dolió que el señor Marco, no interviniera, pensé que...
— ¿Que?
— Nada, siempre confundo cariño con caridad. Dime ¿cómo está Jack y Matilde?
— Están muy bien, ya les pedí a uno de los niños que les avisaran de tú llegada.
— Hola Emma.
— Hola Melisa. — saludo a la bruja.
— ¿Cómo están los muchachos? —dice mientras me recorre de pies a cabeza como siempre.
— Están todos bien, nada de qué preocuparse.
— Dile a Tommy que será mejor que busque un trabajo real, Noha y John no pueden seguir manteniéndolos a todos. — siempre con sus comentarios tan hirientes.
— No te preocupes Melisa, empezare a trabajar y ayudare.
Melisa solo miró, con ese gesto suyo de resentimiento, el cual disfrazaba con preocupación, no quería a su hijo con nosotros, ella nunca entendió nuestra conexión, ella solo veía que nosotros éramos huérfanos y Tommy tenía madre. Idiota, ¿qué sabrá ella lo que era la amistad?
— Emma, ¿realmente eres tú?
— Viejo Jack, ven dame un abrazo. – me tomo un segundo para disfrutar del hombre que siempre nos cuidó, hasta que mis niños nos interrumpen.
— Mamá, mamá, ¿es verdad que viniste a abandonarnos? — Donato es el primero en hablar.
— Nos portaremos bien lo juramos, no, nos dejes, en este lugar horrible. — Valentina está a punto de llorar.
— ¡Alto! Mírenme, primero, jamás los dejaría en ningún lugar, ustedes son mis hijos, son mi vida siempre estarán a mi lado y segundo este lugar fue mi hogar, el de Noha, John, y Tommy, y para nosotros no fue horrible, era el mejor lugar del mundo, porque fue nuestro hogar. Ahora sino se pueden comportar...— les digo en forma amenazante.
— Lo sentimos. —Donato siempre da el ejemplo.
— Si lo sentimos. —y Tina lo sigue.
— De acuerdo, ahora a jugar, hagan amigos.
— ¿Emma?
— Hola Matilde.
Era bueno volver al lugar que una vez llame hogar. Necesitaba pensar y este era un buen lugar, aquí empezó todo.
Después de pedir permiso, voy a los cuartos. Entro al de las niñas, un gran salón con diez camas me dirijo a la última, al lado de la ventana y que da en la cabecera al dormitorio de los varones, y recuerdo el código de golpes en la pared que diseño John, para poder comunicarnos cuando nos castigaban.
John... no lo entiendo, se llevaba también con Noha, eran amigos desde antes que yo llegara y ahora casi no se hablan, si supiera cuál es su enojo los podría ayudar. Los problemas crecen al igual que nosotros, creo que es algo inevitable.
Me siento, y miro fijamente la ventana, pienso, ¿qué hubiera pasado, si esa noche le hubiera hecho caso a Tommy de no escaparme a la fiesta? ¿Qué tan diferente hubiera sido todo?
No importa, después de todo gracias a ese error tengo a los mellizos, jamás podría arrepentirme de ello.
Será mejor que vea que están haciendo afuera.
Luego de cerciorarme que esta todo en orden, voy en busca de mi gran y anciano amigo.
— Jack, que te parece si damos un paseo.
— Lo que digas. — comenzamos a caminar por el inmenso jardín que rodea el orfanato.
— Dime, rayito de sol, ¿qué es lo que te trajo nuevamente a nosotros?
— Rayito de sol, ¿sabes que solo Tommy me llama así cuando estoy triste?
— Y como no hacerlo, si mientras Melisa cocinaba nos escuchaba hablar de ti.
— Si, Melisa me llamaba así, hasta que Tommy se fue con nosotros y me convertí en la m*****a perra que se llevó a su hijo. – cuando eres niño todo es más fácil, nadie te odia, bueno casi nadie.
— Sabes cómo es, desde que asesinaron al papá de Tommy, ella solo vive para él.
— Pero Tommy ya tiene 21 años, se fue a los 18, tenemos la misma edad, y a mí me echaron antes, de todas formas, si no trabajaba aquí, no podía quedarse, no entiendo ¿cuál es su problema?
— No es por eso que Melisa te trata de esa forma, déjame explicarte, el padre de Tommy era el cocinero de aquí, cuando lo asesinaron Tommy tenía 2 años, ella 21y aunque cobró el seguro de vida de su esposo, aun así tuvo miedo de salir al mundo, y pidió quedarse aquí, tomar el trabajo de Lorenzo, cuando tú te embarazarte, solo tenías 16 años recién cumplidos, cuando la señora Camelia se enteró trato de convencerte que lo mejor que podías hacer era darle a los mellizos, pero te negaste y cuando te echó, aun así no tuviste miedo de enfrentar al mundo sola con dos bebés de tres semanas acuestas, saliste a vivir, algo que ella no pudo y así perdió algo que jamás podrá recuperar, que es la juventud. No entendía como si ella no podía seguir adelante con su hijo de dos años, tú pudieras con dos recién nacidos.
— Yo tuve suerte, Noha tenía 20, John 18 y ya estaban trabajando, tenía un lugar en el cual me recibieron y ayudaron, si no, no sé qué hubiera pasado si ellos no me hubieran recibido. — esa era la verdad, les debía demasiado a mis hermanos de orfanato.
— Podrían haber pasado muchas cosas pequeñas, pero algo sí sé, jamás hubieras dejado a tus hijos.
— Eso es verdad Jack, jamás dejaré a mis hijos.
— Y cuéntame de las aventuras de los cuatro mosqueteros.
— Mmm, déjame pensar, Noha con sus 25 años es dueño de un restaurante, pequeño, pero muy bueno, cuando se fue de aquí a los 16, empezó como ayudante, y con el tiempo agarro el ritmo, llego a un acuerdo con el dueño y desde los 20 hasta hace dos años le estuvo pagando. — le informo muy orgullosa por lo que mi gran amigo ha logrado y todo lo hizo solo.
— Eso está muy bien, ¿sabes? él siempre fue un luchador, y no me refiero por esa manía que tenía de golpear todo y a todos los que se le cruzaran, cuando lo dejaron aquí, solo tenía un día de nacido, nunca habíamos recibido un niño tan pequeño, el primer año se enfermaba constantemente, pero después, era todo un bravucón, tú lo suavizantes, recuerdo cuando llegaste con tus rizos color dorado, parecía que tenías rayos de sol saliendo de tu cabeza, lo llamé y le dije, “mira, mira esa pequeña, solo tiene 4 años, ve lo asustada que esta, tú eres el más grande, así que debes cuidarla.”
— ¿Y qué dijo? —mi curiosidad esta al máximo, Noha nunca me conto nada de aquel día.
— Me pregunto porque estabas toda golpeada, y le dije que ibas en el auto de tus padres cuando tuvieron el accidente. Te observo y se acercó a ti, en menos de una hora ya no llorabas.
— No recuerdo ese día, pero si recuerdo que me despertaba cuando tenía pesadillas. Él se sentaba a mi lado casi toda la noche. — recuerdo como Noha siempre fue mi protector.
—Si recuerdo cuando Matilde lo descubrió, le prohibieron la entrada al cuarto porque era el de las niñas y después John inventó ese golpeteo en la pared.
— Jack, si Noha está aquí desde que nació ¿cuántos años tenía John cuando llegó?
— Veamos... Noha tenía 6 años y John 4.
— Nunca entendí, ¿por qué John se quiso escapar? ¿Recuerdas? Hacía poco que yo había llegado, Noha tenía 8, John 6, Tommy y yo 4.
— Recuerdo, claro que recuerdo, fue el día que su abuela murió, ella lo trajo a los 4, su madre había muerto en el parto, y nunca dijo quién era el padre, ella lo crio, pero cuando él tenía 4 años ella enfermo y lo trajo aquí, le dijo que volvería por él, siempre venía a visitarlo, pero ese fin de semana no llegó, y cuando Cassidy logró comunicarse con una vecina, le dieron la noticia. Esa noche Noha, también se hizo cargo de la situación. —así fue, siempre fue Noha cuidando de nosotros.
— Si, esa noche nos convertimos en los cuatro mosqueteros, uno para todos y todos para uno. Juramos nunca dejar que nos adoptaran, y así poder vivir juntos, formar nuestro propio hogar, nuestra familia. — recuerdo con ternura, y me parece mentira que lo pudimos lograr.
— ¿Y lo consiguieron? — pregunta el viejo Jack como leyendo mi mente.
— Casi.
— ¿Que sucede?, cuéntale al viejo Jack.
— Ellos casi no se hablan, Noha y John. Y no sé qué hacer. – me siento tan frustrada, esta es la razón de estar aquí.
— Siéntalos uno en frente del otro y has que exploten, así sacarán todo.
— Mala idea, Noha mide 1,93, pesa 110kg de puros músculos y sigue con ese temperamento que lo caracteriza, John mide 1,85, debe pesar 90 kilos, tiene músculos, pero no tantos como Noha, sabes que él es más diplomático, pero aun así tiene carácter, Tommy mide 1,75 y yo 1,60, si ellos explotan no sabríamos que hacer. – el solo hecho de pensar esa situación me hace temblar.
— Hasta en las mejores familias los conflictos pasan, no se puede evitar. —es verdad, somos una familia.
— Gracias Jack, fuiste de mucha ayuda.
Después de cenar, me decido a volver, es hora de poner las cartas sobre la mesa.
— De acuerdo niños, despídanse, volveremos a casa.
Jack tiene razón, es hora de que tengamos una reunión familiar para sacar los trapitos y secarlos al sol, solo espero que todo salga bien.
NOHA — ¡¿Quieres explicarme dónde está?! ¡Mira la hora que es! — estoy a punto de morir de puro coraje.— Tranquilo Noha, ella ya es una mujer, no le pasará nada malo. — me molesta ver su tranquilidad.— Tommy, la última vez que desapareció, ¡volvió embarazada!— Repito es una mujer, no una niña, ahora está tomando pastillas. – y ahora veo todo rojo, voy a matar a alguien, pero no sé a quién.— ¡¿Qué?! ¡¿Desde cuándo? ¿acaso tiene novio?! Dime, ¿es el idiota que le trae las compras? — esto no me puede estar pasando, no puedo perderla, ni a ella ni a los niños.— ¡¿Pero qué rayos sucede?! Se escuchan tus gritos desde la otra calle. –John entra con su traje hecho a medida y juro que lo golpeare, todo es su culpa.— ¿Sabes dónde está Emma y los niños? —Trato de mantener la calma— No, recién llego, ¡que no ves!— Seguro conseguiste tú propósito. – le escupo cada palabra en su cara de idiota.— ¿De que estas hablando?— "Emma hay un puesto en la empresa ven a trabajar conmigo así podrás
Noha:Mi temor por arruinar todo se desvanece en el momento que ella comienza a hablar.—De acuerdo... quieren saber… les diré la verdad. Pero no volveremos a tocar este tema. Nunca más. — Ahora, no era el único que estaba congelado, nosotros éramos sus amigos, su familia y aun así nunca dijo nada. Pero por fin hoy sabremos todo.— Tommy, trae lo más fuerte que tengamos para beber, solo les contaré la historia... sin nombres. — dice mientras se sienta en el sofá blanco de la sala.— ¿Sin nombres? Es lo mismo que nada. — Me quejo de inmediato, y es que durante estos 5 años lo único que eh querido hacer es matar al maldito que jugó con Emma.— No tienes por qué hacerle caso. – Dios, hoy lo voy a matar. John ¿Cuándo te convertiste en el enemigo?— ¡Cállate, John! — grito de inmediato, llevo tanto tiempo, querer matar al maldito que la lastimo, y ahora que por fin ella va a hablar John dice que no es necesario.— ¡Basta! ¿Qué sucede entre ustedes? ¡Lo quiero saber ahora! – mi pequeño Koal
EMMAPrepárate, tú puedes, ya no eres una niña, eres una mujer, necesitas valerte por ti misma, debes hacerlo por tus hijos, Noha, John, Tommy no pueden cargar con nosotros por siempre.— Mamy, te ves muy linda. —me repito una y otra vez mientras termino de arreglarme.— Gracias Valentina.— Dime Tina.— ¿Tina?— A Donato le dices Don, a mi dime Tina.— De acuerdo. —Mi niña me mira con esos ojos medios verdosos, se parecen a los de Prieto, pero también podría ser por mi color de ojos.— Ma, ¿Tina?— Acá hijo, ¿qué sucede?— Te ves preciosa, como una reina.— Don, ¿porque eres así?, las chicas se volverán locas por ti.— Yo solo te querré a ti y a Tina, seré como el tío Noha.— Si él nos quiere y cuida de todos.— Mmm, eres muy despistada mamá. — ¿A qué te refieres?— Nada solo tengo 5 años ¿qué puedo saber yo? —Miro los ojos de Donato, ese color de avellana que tanto se parecen a los que vi cuando desperté esa mañana, los ojos de Demetri.— De acuerdo niño de 5 años, prométeme que te
Emma:Después de terminar mi largo día, vuelvo más que muerta.— Llegue familia. — ¿Y cómo te fue todo?— Llegue a la conclusión que no acudiré a clases de consulta de no ser necesario, solo me concentraré en presentar los exámenes. Extraño demasiado a mis pequeños. Y estoy muerta, a donde están todos, por cierto.— Tommy, llego hace un momento y se fue a su habitación, al igual que John, y los niños duermen. ¿Quieres cenar?— Gracias Noha, pero ya comí un bocadillo. — Bien siéntate y te haré un masaje así te relajas.Hago lo que me pide, y esto es la gloria, sus enormes manos recorriendo mis pequeños hombros y cuello. Trato de recordar cuando fue la última vez que me hizo masajes.— ¿En qué piensas?— ¿Cuándo fue la última vez que me hiciste masajes?—Mmm, no lo recuerdo fue hace mucho.— ¿Estás enamorado?, Auch. — Mi hombro quedó con un pequeño hormiguero ya que apretó más de la cuenta.— Lo siento, creo que apreté de más. —está nervioso, lo sé.— No, descuida, ¿me vas a contest
EMMA.— Hola Emma, aquí están estos diablitos. — Bien hasta que te diste cuenta como son. Nos vemos mañana.— Emma, ¿ya sales? — John me alcanza de camino al ascensor y recordé los papeles que me pidió que firmara Marco.— Sí, oh rayos me olvide los documentos, en la cafetería. — No te preocupes, el señor Marco ya los tiene, me los dará mañana. — Bien, necesitamos hablar, pero será en casa, con los muchachos.— ¿Qué sucede? — Bianca contesta en mi lugar.— Muchas cosas de las que si dependiera de mí no sabrías nada.— Bianca, hola, te ves hermosa.— Deja de coquetear John, ¿porque no me dijiste que Emma estaba viviendo contigo?— Fácil, ¿cómo conquistaría tú corazón si te dice que vive con una mujer, dos hermosos niños y dos monos? — Mi hijo es totalmente descarado.— Donato, compórtate, perdón Bianca, te presento a mi hijo Donato y ella es Valentina.— DIOS, ¡son muy hermosos!— Gracias, tú también eres muy hermosa, me gustaría estar en el lugar del tío John, no te dejaría e
Emma: — ¿Estas bien Emma? — Conozco a John, se apresura a ayudarme a quedar bien derecha, pero también lo hace porque Demetri no tenía intenciones de soltarme. — No sabía que se conocieran. — Y eso sonó exactamente como lo que era, un reproche. — No, es decir lo vi un par de veces en el colegio. — Opte por mentir, y ruego que allá sonado a verdad. — Realmente me asombras Emma, hijo, ella es Emma Johnson, la hija de Greco, el hombre que salvó nuestras vidas. — Hola, es un placer saber tú nombre. —Me reusó a mirarlo, en su lugar miro a Marco y trato de sonreír. John se mantiene en silencio. Y sé muy bien que está analizando todo. — Realmente me sorprende que sepas que él es Demetri, digo, solamente nosotros su familia, los podemos diferenciar, para el resto es imposible. —En ese momento alguien entra, me mantengo en mi sitio, rogando de que sea Bianca y John deje de mirarme de esa forma acusadora. — Lamento la demora. —solo quiero morir, no, los años no me dieron el valor
EMMA— Odió ser anfitriona y lo sabes. —me quejo como un crio, pero es la verdad.— Hoy no puedes hace otra cosa, no con tu mano así. —responde de forma cariñosa.— Eres imposible, si la loca aparece hoy ¿y pide por ti que le digo?, "disculpe, pero está demasiado preocupado por mi mano, como para aparentar que le caes bien"— Correcto.— Repito eres imposible. — No me molesta atender a la gente, pero espero que la eterna enamorada de Noha no aparezca, últimamente me está sacando de quicio como mira mi Noha.— ¡¿Buenas noches?! — Dios, porque no enviaste mejor a la loca, porque a los Constantini. ¿Conque tipo de karma cargo?— Hola querida Emma.— Bianca bienvenida, Marco, Demetri, Prieto.— Disculpa por aparecer así de repente, pero quería ver el logro de Noha.— Por favor, sigan, los llevaré a la mejor mesa. — A Noha no le gustara para nada que ellos estén aquí. — Gracias es muy buen lugar.— ¿Alguna recomendación?— Sí, podrían comenzar con una clásica ración de carpaccio de
EMMA.No quiero pensar en lo que está pasando, solo quiero sentir sus labios, sus manos que comienzan a desvestirme, despacio, como pidiendo permiso con cada roce, hasta que me recuesta en la cama y lo dejo, jamás había sentido esto, es como si necesitara sentir el calor de su cuerpo sobre el mío.Dejo que recorra mi cuello con su boca, mientras que sus manos acarician mis pechos, arqueo mi espalda a medida que baja besando todo a su paso, por el placer que esto provoca.—Noha, enséñame lo que es el amor. — Él se aparta y me observa, con una dulzura desmedida en su mirada.— No te preocupes, yo te enseñaré y te cuidaré.Y es así como poco a poco él recorre todo mi cuerpo y yo me pierdo entre sus enormes brazos, sus músculos, su boca, lo siento en todo mi ser en cada fibra, y cuando creía que esto era el más exquisito placer, me penetra, lentamente, dejándome sentir por completo de lo que es capaz de hacer con su miembro tan viril, si, esto era el mismo cielo.— Eres todo lo que nece