EMMA.
— Hola Emma, aquí están estos diablitos.
— Bien hasta que te diste cuenta como son. Nos vemos mañana.
— Emma, ¿ya sales? — John me alcanza de camino al ascensor y recordé los papeles que me pidió que firmara Marco.
— Sí, oh rayos me olvide los documentos, en la cafetería.
— No te preocupes, el señor Marco ya los tiene, me los dará mañana.
— Bien, necesitamos hablar, pero será en casa, con los muchachos.
— ¿Qué sucede? — Bianca contesta en mi lugar.
— Muchas cosas de las que si dependiera de mí no sabrías nada.
— Bianca, hola, te ves hermosa.
— Deja de coquetear John, ¿porque no me dijiste que Emma estaba viviendo contigo?
— Fácil, ¿cómo conquistaría tú corazón si te dice que vive con una mujer, dos hermosos niños y dos monos? — Mi hijo es totalmente descarado.
— Donato, compórtate, perdón Bianca, te presento a mi hijo Donato y ella es Valentina.
— DIOS, ¡son muy hermosos!
— Gracias, tú también eres muy hermosa, me gustaría estar en el lugar del tío John, no te dejaría escapar.
— Don, pequeña sabandija, si sigues hablando tendrás que dormir con un ojo abierto.
— Oye, deja de espantar a mi pretendiente, Donato cariño dame la mano y sigue hablando. —Bianca está encantada con mi niño.
— Hola tía Bianca, ¿me darías a mí también la mano?
— Estoy a punto de morir de tanta belleza, por supuesto Valentina. Ustedes sigan hablando de trabajo, yo me llevaré a estos bombones abajo.
— Eso fue muy raro. —los observo sorprendida y asustada.
— ¿Que? ¿Que un niño consiga alagar a Bianca más que lo que yo eh logrado en años?
— No, que Valentina, le ofreciera la mano, ella... no acepta tan rápido a las personas, es desconfiada.
— Quizás como Don simpatizo con el amor de mi vida. Le dio la confianza para interactuar con ella.
— Deja de suspirar así, es solo un niño. Nos vemos en casa.
Bajo y no los veo, al que si veo es a ¿Noha?
— Hola belleza.
— Hola, ¿qué haces aquí?
— Vine a recogerlos, Tommy está en el restaurante, ¿dónde están los niños?
— No lo sé, salieron con Bianca. ¿No los viste?
— ¿Bianca Constantini?
— Si
— Pero...
— Emma, te estamos esperando en el auto. Eh... hola, ¿Tommy?
— Noha, tú debes ser Bianca. —mi amigo la corrige mientras la saluda, tratando de ser amistoso.
— Bien, ya que se conocen iremos con él y tú nos sigues. —le explico a la rubia.
— No, Emma, quiero quedarme con los niños, digo en el auto, no creas que soy como la loca de mi madre. — Los tres reímos, y es que Camelia es muy peculiar, por no decir otra cosa.
— Bien, yo iré con Noha y tú con los mellizos.
Mientras subía al auto Noha estaba con cara de " estás loca", ya sabía lo que pasaría. Y paso, apenas subimos al auto.
— ¡¿Estás loca?! Como le dejas los mellizos a una extraña.
— Cariño, por favor, Bianca era mi amiga, bueno lo sigue siendo, ella no robara a mis hijos. —Lo miro, porque sé que seguirá discutiendo, pero él solo me mira, con esos ojos capaces de derretir incluso el metal, como si de hielo se tratara.
— Me encanta que me digas cariño. — M****a, lo hice de nuevo, ya que, no importa.
— Sabes, podríamos dejar a los niños con John y Bianca, y salir a divertirnos. —me dice emocionado.
— ¿Qué?, ¿Estás loco?
— ¿Por qué?, ella quiere estar con los niños, John quiere estar con ella, Tommy está en el restaurante, y tú y yo podríamos hacer algo distinto.
— No digo que no, pero recién hoy me reencontré con ella, no creo correcto---
— Tienes razón, además ¿qué diversión puedes tener conmigo? —sus ojos dejan ver tristeza, y mi corazón duele.
— Oh grandulón, no seas así, déjame organizar todo para el domingo. —le propongo como consuelo.
— ¿Mañana viernes?
— El restaurante se llena los viernes y sábados, Tommy no podrá solo.
— De acuerdo tú y yo el domingo, es una cita.
Y no sé porque me puse nerviosa, es algo estúpido, la única cita que tuve en mi vida fue cuando el imbécil de Prieto me engaño, pero él es mi buen amigo Noha, no es que corra algún peligro, o que fuera a pasar algo, solo somos amigos, ¿verdad?
La noche transcurrió entre bromas y anécdotas, Bianca era una de los nuestros.
— Gracias por todo, me divertí mucho.
— ¿Quieres que te lleve a tu casa?
— John, vine en mi auto, pero gracias, eres casi tan tierno como Donato. — Todos reímos y Bianca se fue, prometiendo volver el domingo a cuidar con John a los mellizos, la noche se hizo larga, y todavía faltaba.
— Bien chicos ahora que los niños se durmieron quiero compartir con ustedes algo que me entere.
— ¿Que paso linda? —Noha automáticamente coloca su gran mano en mi cintura, y no sé porque empiezo a sentir calor donde él toca.
Trato de concentrarme y les digo lo de mis padres.
— No lo puedo creer, era su leal empleado y ¿no te llevo a vivir a su casa? ¡¿Quedaste huérfana por su culpa y lo mejor que hizo fue ir a tirarte a un orfanato?! — Noha estaba indignado.
— Los ricos son todos iguales. — Tommy parecía estar de acuerdo con Noha. Miro a John que está muy concentrado.
— En que piensas.
— Tiene sentido, él siempre te trató diferente, digo, cuando iba al orfanato solo hablaba Contigo, y es lógico que no te llevara a su casa, tengo entendido que Marco estuvo involucrado con la mafia.
— ¡¿Que?! ¿Quieres decir que mi padre era un asesino?
— No, claro que no, no lo malinterpretes. Puede que trabajara de chófer o algo parecido.
— En fin, solo les digo lo que me entere hoy, de todas formas, no importa, aclare lo sucedido con Marco, no quería que pensara que era una mal agradecida que se fue sin decir adiós. Ahora me iré a dormir.
Me despedí de mis amigos, pero un simple buenas noches no era suficiente para mi Noha, a él le di un beso en su mejilla y así aproveché a oler su magnífico aroma.
Apenas regresó de dejar a los niños en el colegio voy al restaurante a ayudar a Noha, mientras Tommy sigue buscando trabajo.
— ¿Hola, cariño, en que te ayudo? —el me observa y sus ojos brillan, ¿por qué?
—.... La mesa 5.
Pongo manos a la obra, hoy está muy movido, y mi teléfono no deja de sonar, pero no lo puedo atender.
En este momento estoy con la máquina de expreso. Noha lo toma y contesta.
— Dice John que te necesita más temprano hoy. — Y no sé porque el hecho de que él me coloque su mano en la cadera y que me hable al oído me altera de tal manera que dejo caer el café en mi mano.
— ¿Estas bien? Déjame ver. —se ve tan preocupado, que casi no siento dolor, casi.
— M****a, no es nada no te preocupes.
— Emma ven aquí.
Toma mi mano la revisa y me lleva a la parte de atrás de la cocina a curarme, pero para mi sorpresa me levanta y coloca arriba de uno de los muebles, como si fuera una niña pequeña. Lo miro incrédula. Me veo tan pequeña a su lado, Noha mide 1.98.
— ¿Que? —pregunta sin comprender, ¿en serio?
— ¡¿Por qué me tratas como si fuera una niña?! —respondo molesta.
— No te enfades, eres muy baja, me harás doler la espalda, ahora quédate quieta.
Y mientras me cura lo observo, ese cabello largo un poco ondeado, color almendra, su piel bronceada naturalmente ni muy claro ni muy oscuro, veo su nariz perfecta, esa barba ni tan larga ni tan corta un tanto desaliñada, que lo hace ver tan intimidante, aunque claro con todos esos músculos saliendo de él, todo él grita peligro, y esos labios tan gruesos, tan tentadores. Me pierdo tanto en él que no siento nada de lo que está haciendo en mi mano, ni escucho lo que dice, solo soy consciente de levantar mi mano sana y colocar un mechón de cabello detrás de su oreja, y ese contacto, me pierde en tiempo lugar, espacio todo, simplemente y como estúpida, después de colocar el mechón de pelo detrás de su oreja, mis dedos empiezan a descender lentamente por su pómulo, rascando un poco su barba y su cuello, yo solo miraba mi mano y el recorrido de esta, hasta que llego a su cuello, y antes de dejarla caer, levante la mirada y me encontré con sus ojos, esos que últimamente me miraban distintos.
— Perdón. — Fue lo único que atine a decir. Podía sentir la sangre golpeándose en mi cara.
— Tú puedes hacer conmigo lo que quieras Emma. — ¿Porque su voz suena tan ronca, como cargada de deseo? Pero, que...yo no... ¿O si quería? Tengo que salir de aquí o... ¿lo besare? ¡DIOS!
— Me voy al trabajo. — Bajo del estante de un salto y salgo disparada.
— Deberías faltar hoy. Tienes la mano---
—No, ya ves, John me necesitas. Le pediré a Tommy que busque a los niños y los lleve a la empresa. —Y con esa escusa salgo casi corriendo.
Qué demonios te pasa Emma, eres idiota o que. Noha es tu amigo, no lo olvides.
Con eso en la mente llegó a la empresa.
— Emma, menos mal que llegaste, cuando terminen de imprimirse las copias, llevarlas a la oficina de Marco tengo una reunión con él y voy tarde.
— Okey. — Le contesto no muy convencida a John.
— ¿Sucede algo? —a pesar de lo apurado que estaba se detuvo al ver mi rostro.
— No, no, nada, he, la secretaria de Marco, ¿me dejará entrar?
— No te preocupes le diré a él que te estoy esperando.
— Bien.
Eso me deja más tranquila, esa mujer no me mira nada bien.
Pobre John, se ve tan atareado Tal vez sería conveniente pedirle que me deje trabajar la jornada completa... pero Noha necesita ayuda. ¿Rayos cómo podría ayudar a los dos?
Una vez que tengo las copias ordenadas subo a la oficina de Marco.
— Hola, el señor Rodríguez me está esperando.
— Pasa. — ¿Qué le sucede a esta mujer? ¿Por qué me mira así?
Me apresuro a golpear la puerta.
— Adelante. —es lo que recibo de respuesta.
Ya que tengo mi mano quemada, se me dificulta abrir la puerta y tener las carpetas con la mano sana, optó por girar y empujar la puerta, pero para mí enorme vergüenza me tropiezo y caigo hacia delante, sin embargo, antes de caer contra el piso alguien me agarra.
— ¿Estas bien? —cada musculo de mi cuerpo se tensa, esa voz.
— Demetri. — digo apenas en un susurro.
— ¿Tu? —su cara se de asombro absoluto.
Definitivamente hoy no era mi día. Demetri, los años te han favorecido aún más si eso es posible, es mucho más alto que la última vez que lo vi, casi tan alto como Noha, siento su agarre, tan masculino, me mira con esos ojos color avellana, ahora tiene una barba definida y tupida, tan rubia como su cabello.
Emma: — ¿Estas bien Emma? — Conozco a John, se apresura a ayudarme a quedar bien derecha, pero también lo hace porque Demetri no tenía intenciones de soltarme. — No sabía que se conocieran. — Y eso sonó exactamente como lo que era, un reproche. — No, es decir lo vi un par de veces en el colegio. — Opte por mentir, y ruego que allá sonado a verdad. — Realmente me asombras Emma, hijo, ella es Emma Johnson, la hija de Greco, el hombre que salvó nuestras vidas. — Hola, es un placer saber tú nombre. —Me reusó a mirarlo, en su lugar miro a Marco y trato de sonreír. John se mantiene en silencio. Y sé muy bien que está analizando todo. — Realmente me sorprende que sepas que él es Demetri, digo, solamente nosotros su familia, los podemos diferenciar, para el resto es imposible. —En ese momento alguien entra, me mantengo en mi sitio, rogando de que sea Bianca y John deje de mirarme de esa forma acusadora. — Lamento la demora. —solo quiero morir, no, los años no me dieron el valor
EMMA— Odió ser anfitriona y lo sabes. —me quejo como un crio, pero es la verdad.— Hoy no puedes hace otra cosa, no con tu mano así. —responde de forma cariñosa.— Eres imposible, si la loca aparece hoy ¿y pide por ti que le digo?, "disculpe, pero está demasiado preocupado por mi mano, como para aparentar que le caes bien"— Correcto.— Repito eres imposible. — No me molesta atender a la gente, pero espero que la eterna enamorada de Noha no aparezca, últimamente me está sacando de quicio como mira mi Noha.— ¡¿Buenas noches?! — Dios, porque no enviaste mejor a la loca, porque a los Constantini. ¿Conque tipo de karma cargo?— Hola querida Emma.— Bianca bienvenida, Marco, Demetri, Prieto.— Disculpa por aparecer así de repente, pero quería ver el logro de Noha.— Por favor, sigan, los llevaré a la mejor mesa. — A Noha no le gustara para nada que ellos estén aquí. — Gracias es muy buen lugar.— ¿Alguna recomendación?— Sí, podrían comenzar con una clásica ración de carpaccio de
EMMA.No quiero pensar en lo que está pasando, solo quiero sentir sus labios, sus manos que comienzan a desvestirme, despacio, como pidiendo permiso con cada roce, hasta que me recuesta en la cama y lo dejo, jamás había sentido esto, es como si necesitara sentir el calor de su cuerpo sobre el mío.Dejo que recorra mi cuello con su boca, mientras que sus manos acarician mis pechos, arqueo mi espalda a medida que baja besando todo a su paso, por el placer que esto provoca.—Noha, enséñame lo que es el amor. — Él se aparta y me observa, con una dulzura desmedida en su mirada.— No te preocupes, yo te enseñaré y te cuidaré.Y es así como poco a poco él recorre todo mi cuerpo y yo me pierdo entre sus enormes brazos, sus músculos, su boca, lo siento en todo mi ser en cada fibra, y cuando creía que esto era el más exquisito placer, me penetra, lentamente, dejándome sentir por completo de lo que es capaz de hacer con su miembro tan viril, si, esto era el mismo cielo.— Eres todo lo que nece
DEMETRI — ¿Qué piensas?— Nada, solo en como divertirme, ¿y tú?— Prieto, ¿acaso ya no le temes a papá?— El viejo solo está pagando una deuda, con esto se aseguró de que esa chica no pase necesidades, su consciencia estará tranquila ahora.— Creo que no le tomas el peso que merecen sus palabras, solo aléjate de ella, ya ves no está sola, tiene el apoyo de papá, y a esos tres amigos suyos, además, viste la reacción de Bianca, ella la aprecia.— ¿Porque no dices las cosas como son? ella todavía te gusta, admítelo, durante años preguntaste su nombre, querías buscarla ¿verdad? ¿Acaso piensas casarte con ella?— Quería disculparme, eso es todo.Tengo que convencerlo de que no me interesa, conozco a mi hermano y mi interés por ella, solo lo alentará a molestarla.Tengo que buscar el momento para hablar con Emma y aclarar todo.EMMA— Bien deberemos hablar con Noha.— Sí y estoy segura de que no se lo tomara bien.— Vamos Emma, ahora eres su novia, convencerlo no será trabajo.— John, mald
EMMA.— ¿Estas bien, que paso? ¿A qué se refería con arreglar todo?— Estoy bien, no lo sé y tampoco me interesa, vamos a trabajar. — Emma, puedes hablar conmigo lo sabes ¿verdad?— Lo sé, pero hay cosas que son mejor ni nombrarlas.John se va, no muy convencido con la respuesta que le di.Maldita basura, ¿se piensa que con esa escusa todo estará bien?El tiempo pasa y cada vez que golpean la puerta me sobre salto, hasta que llega Tommy.— Hola, jefa. — Que chistoso, ven deja que tu jefa, te explique lo poco que sabe.Un rato después me tomo un descanso para ir a ver a mis hijos. Y ya que voy a estar con ellos le doy un receso a la nueva chica que los cuida. — Hola mamá. — Pequeños, ¿cómo están?— Muy bien, Carla es muy buena.— Bien precioso.— Pero mira nada más toda la familia reunida. — maldición, pase de no verlos en todo un mes a encontrarlos a cada rato.— ¿Qué haces aquí Prieto?— Tengo un asunto que tratar con el bastardito. — Mi mano fue más rápido que su lengua, y su ca
PRIETO: — No quiero ver a esa mujer cerca de ustedes.— Mira madre, si papá estaba enamorado de la mamá de Emma, es tú problema, no el nuestro. — ¡Prieto! ¿Cómo te atreves?— Te diré lo mismo que te dijo papá, no me hagas elegir entre tú o Emma, porque terminarás perdiendo. — Veo como la rabia la recorre, y sale de la cocina. Bien ya no puede usarnos para que papá no la abandone. Dirijo mi atención donde estaba Emma y veo su navaja en el piso. La abro y leo lo que dice la hoja. Escrito en italiano reza la frase, SEMPRE CON TE, así que SIEMPRE CONTIGO. Si es así, ¿dónde estabas ahora grandulón? ¿Por qué ella estaba así? no importa, lo realmente importante es que... ella no huyo de mí, si mi madre no hubiera llegado, lo más probable es que nos hubiéramos besado. Todavía tengo una oportunidad, todavía tengo esperanzas. NOHA:— ¡¿Emma está aquí?! — pregunto con todo el desespero mientras entro en la casa.— ¡¿Como si está aquí?! Salió contigo. — Tommy se altera, ellos realmente son c
EMMA.— Hola Emma ¿dónde estabas? ¿Sabes algo de Noha?— Hola Tommy, si, quedo en el restaurante arreglando... O rayos tu rostro. — Tommy tiene todo el ojo negro, si es que aún conserva el globo ocular allí adentro.— Sí, un digno golpe de Noha, creo que ahora soy todo un hombre, por lo menos no me desmaye, eso hubiera sido vergonzoso. — Hola chicos.— John… tu labio.— No estoy tan mal como ustedes dos.— Eso es verdad, el volcán Noha hizo explosión. — Y a pesar de todo, reímos, ellos ya habían probado el puño de Noha, pero cuando eran chicos, esto era totalmente distinto. Entro al cuarto y veo a mis pequeños dormidos, ¿cómo arreglaremos todo esto? luego de darles un beso salgo.— Bien ¿vamos John?— Si.—Tommy, te encargo a mis hijos.— No hay problema, luego iremos a la empresa. Miro por la ventana mientras trato de pensar cómo solucionar todo.— ¿Qué piensas hacer?— Necesito tiempo, para pensar.— Él está arrepentido de lo que dijo, y sabes que jamás te lastimaría apropósi
PRIETO.— Disculpe señorita, podría decirme ¿qué le están haciendo y como se encuentra la señorita Emma Johnson?— Sí, espere un momento.— Señor, ahora vendrá el doctor que la atiende y hablará con usted.— Gracias.— Hola, ¿es usted familiar de Emma?— Sí, soy... su novio.— Bien, como ayer le dije al hermano de la paciente, ella no debe mover su brazo por unos días, ya que los vidrios cortaron una vena, es muy peligroso, y si los puntos se abren nuevamente, causarán aún más daño.— De acuerdo doctor, pero sabe que recién estoy llegando a la ciudad de un viaje, podría decirme ¿qué le sucedió a mi novia?— Según lo registrado ayer, se resbaló y cayó sobre una mesa de