FAMA Y FORTUNA
A la mañana siguiente, Emil decidió llevar la figura de acción a su hijo y algunas compras como para llenarle la alacena a Lisa. Pensó que podría funcionar.
Se posicionó frente al timbre, pero dudó por un momento. Dio media vuelta y volvió a encaminarse hacia su coche. Finalmente, tomó coraje y pensó que tenía que enfrentar los gritos de Lisa. Caminó con paso rápido y tocó timbre antes de que se arrepintiera de nuevo.
Lisa asomó su rostro por la puerta entreabierta y lo observó.
- ¿Qué haces aquí? -preguntó, mirándolo de arriba abajo con cara de pocos amigos.
- Vengo a ver a Dani. Le he traído algunas cosas. A ti también.
Lisa salió y cerró la puerta tras de sí.
- No sé si puedes verlo ahora -dijo, pensando sus pr&oac
PREMEDITADOSiena entró en la escena del crimen.- No toquen nada -dijo-. Tú, dame esa cámara.- ¿Qué es lo que tiene con las cámaras? -murmuró uno de los agentes que se encontraba en la escena.- Buen ojo -dijo Liam-. Dale la cámara.Siena fotografió el cuerpo de Elena, desde todos los ángulos posibles. Había visto eso en otro lugar, estaba segura.- Es una de las actrices de Marco Rossi. Identifíquenla.- Ese hijo de puta de nuevo -refunfuñó Oliver.- ¿Reconoces esto? -dijo Siena, dirigiéndose a Liam.- Si, una mujer muerta -dijo Liam.- No, esta parodia. Esta reproducción. Lo he visto antes.Liam frunció el ceño y se encogió de hombros.- ¿A qué te refieres?- Es la escena de una película, Liam. Por favor, mira -dij
LA CENAMittens estaba descontrolado. Hacía días que Siena aparecía en su apartamento sólo para dormir, y Mittens se lo estaba haciendo notar. Había dado vuelta su plato de agua sobre la alfombra, a propósito, claro, y se negaba a comer.- Vamos, Mittens, no me hagas la vida más complicada de lo que ya es -rogó Siena-. Te lo compensaré ni bien pueda. Miraremos muchas películas el fin de semana y te cocinaré pavo. ¿Quieres? -preguntó, acercándose para acariciarlo, pero Mittens corrió y saltó, subiéndose a lo más alto de la biblioteca.Siena suspiró y puso los ojos en blanco. Dejo caer sus hombros, resignada. El gato la observaba desde las alturas, disgustado.- Tienes razón, trabajo mucho -musitó, cansada.El microondas hizo su característico pitido, finalizando, y Siena se acerc&o
EL ASESINO SERIAL- ¿Alguna novedad en cuanto a la corbata de Elena? -preguntó Liam, irrumpiendo en la oficina.- No, jefe -contestó Oliver-. No encontramos nada. Ni huellas, ni cabellos… nada. No sabemos dónde la han comprado. No tiene etiquetas.- Ya hemos descartado la posibilidad de que fuera de ella, ¿verdad? -consultó Liam.- Si -dijo Siena-. No hay nada en su guardarropas que indique que usara corbatas o algo para combinarlas. No es su estilo.- ¿Novios? ¿Amantes? -siguió Liam.- Nada. No era de aquí y sus ex no la siguieron -aseguró Siena.Liam masajeó sus sienes, con sus ojos cerrados y soltó un largo suspiro.- Tráeme un café, ¿quieres?- Enseguida.***Esa noche, Emil se dirigió a la casa de Anastasia y aparcó el coche le
LA EMPATÍALa carpeta de Siena era bastante grande teniendo en cuenta que se trataba de mujeres que se habían acostado con Marco. La miró, disgustada, y comenzó a marcar los números en su móvil. Le llevó gran parte del día.Exhausta, le comunicó a Liam que había finalizado. Este caso les estaba tomando demasiado tiempo y sentía que no estaban avanzando mucho.- Vete a casa, Siena. No hay mucho para hacer ahora -dijo Liam.Siena masajeó sus sienes, cansada.- De acuerdo, cualquier pista que tengan, me llamas -le dijo, apuntando con el dedo, amenazante.- Te llamaré primero a ti, tranquila.Siena tomó sus pertenencias y se fue a casa. Mittens la recibió con un maullido de alegría y se restregó entre sus piernas.- Hola, Mittens. Tengo algo especial para ti -dijo Siena, encaminándose al ref
EL SUPERHOMBREEl aroma a comida casera inundaba el apartamento de Emil. Ya había preparado la mesa esmerándose en cada detalle. Su móvil vibró con la notificación de Siena y se apresuró a leer. Ella estaba abajo, esperando. Corrió a abrir y la hizo pasar.- Qué bien huele -dijo Siena.- Toma asiento -dijo caballerescamente, moviendo la silla para que ella se sentara.- ¿No necesitas ayuda en la cocina?- Por favor, siéntate. Todo está listo.Emil descorchó un vino y llenó dos copas. Siena se sentó y bebió un trago de su la suya. Aunque Oliver le había dicho que no se veía cansada, al sentarse y terminarse la copa, el peso de todo el día cayó sobre sus hombros y de repente sus párpados le pesaron demasiado.Emil situó los platos en la mesa y luego se sentó frente a e
IDIOTA, PERO NO ASESINOLuego de identificar el cuerpo, Liam notó que, en el registro de conducir, Ariana usaba anteojos y le mostró la pequeña fotografía a Siena. Ella asintió.- No están aquí al menos. Y no hay llave de su casa, Liam. Ni en su bolso ni en sus bolsillos.- Vamos, acompáñame a su casa.Liam, Siena, y otro grupo más fueron a casa de Ariana, mientras el resto de la científica cubría la escena del crimen. Al llegar, notaron que la puerta estaba sin llave y entraron, para encontrar en la mesa, los platos de la cena, como si Ariana se hubiera ido en un apuro.- Mira, Liam, dos copas de vino.- Está intacta. Llena.- Si, no creo que sea tan descuidado de dejar su saliva y sus huellas aquí. No encontraremos nada.- Analicen todo, de todas formas -indicó Liam con una seña a los policía
EN LA BOCA DEL LOBO...Al despertar recordó de dónde provenía la escena que replicaba el asesinato de Ariana. Saltó de la cama y se dirigió a la cocina a preparar café. Aunque difícil, podría llegar a tratarse de “Strangers on a train”. Esta era la primera víctima que yacía a la intemperie y se había tomado el trabajo de quitarle los anteojos y dejarlos lejos de la escena del crimen.Debía asegurarse, y para eso se dispuso a descargar la película en su laptop.- Piratería -murmuró, mientras hacía clic en el enlace-. Al menos Hitchcock no se enterará.Fue de un lado al otro, mientras se cambiaba y bebía su café, hasta que la película se hubo descargado por completo y se sentó frente a la pantalla. Adelantó la película hasta la escena pertinente. L
... VOLUNTARIAMENTE Comenzaron en el sofá, siguieron en el suelo y terminaron completamente desnudos en la cama, sudados y cansados. Siena estaba satisfecha por el sexo, era muy buen sexo como hacía tiempo que no tenía, pero desbaratada por no estar cumpliendo con su deber, por no haber conseguido nada sobre el asesino y por estar fraternizando con un sospechoso.Ambos estaban desnudos, contemplando el techo, Siena descansando su cabeza sobre el pecho de Emil, mientras su mano trazaba círculos sobre su vientre, y Emil con un brazo detrás de su nuca, y el otro abrazando a Siena, estrechándola contra su cuerpo.- ¿Qué piensas? -preguntó él.Siena rio entre dientes.- Lo de siempre. Trabajo. Y un adicional: este ha sido el mejor sexo en mucho tiempo.- Debo alegrarme entonces, pero ¿no soy el mejor? Tengo que seguir esforzándome para complacerte. ¿Nunca dejas de lado el trabajo?- Es una gran parte mi vida. El resto va y viene, pero mi trabajo