EL SABUESO
Siena estaba en la escena del crimen haciendo su trabajo. La víctima se encontraba sentada frente al escritorio de su oficina, con un revolver en su mano y un tiro en la frente.
- Todavía debemos descartar homicidio -decía su jefe, Liam.
- El lugar de la herida es totalmente accesible. El orificio de entrada fue la frente y la bala salió limpiamente por aquí -señaló Siena, mientras fotografiaba la herida.
- Busca residuos de pólvora en la mano -pidió Liam.
Siena continuó fotografiando al cadáver, mientras Liam gritaba órdenes a los recién llegados.
- ¡Etiqueta bien esa evidencia! No quiero problemas como con el caso anterior. Novatos… -dijo Liam-. ¡Oye! ¿Dónde están tus guantes? -Liam caminó hacia los novatos recién llegados hacia la escena del crimen para reprenderlos.
LA EXEmil entró en la escuela primaria y se sentó entre los padres de las últimas filas. Su ex mujer lo vio y se sentó a su lado.- ¿Qué haces aquí, Emil? -le dijo Lisa.- He venido a ver a mi hijo. Él me pidió que viniera.Emil le mostró en su móvil la conversación que habían tenido.- ¿Ves?Lisa miraba hacia adelante, sin prestar atención a lo que Emil le mostraba.- No puedes estar aquí. Y no quiero que estés aquí. Debes irte -dijo Lisa.- Pero… -Emil la observó, sin realmente saber qué contestar-. Ya comienza.- Vete, no me importa. No quiero que te acerques a mi hijo.Emil cerró los ojos y masajeó sus sienes, respirando profundamente. Abrió nuevamente los ojos y la miró.- De acuerdo. Tú le dirás qu
LA PELÍCULAA la mañana siguiente, Emil se levantó temprano y ordenó la habitación. Compró café y algunas cosas ricas para dejarle a Oscar para que desayunara y condujo, bebiendo su propio café. Aparcó frente a una tienda de juguetes y compró unas figuras de acción, para llevarle más tarde a Dani.Luego, se dirigió a la productora y de camino allí, se detuvo en la puerta del cine que quedaba cerca. En la cartelera podía verse un anuncio de las películas que proyectarían en la semana. Llamó su atención el ciclo de cine sobre crímenes y asesinatos que estaban promocionando, y pensó que podrían servir en la construcción de su nuevo papel, por lo que aparcó el coche en la puerta y bajó a observar.La primera película que proyectarían sería El nombre de la r
FAMA Y FORTUNAA la mañana siguiente, Emil decidió llevar la figura de acción a su hijo y algunas compras como para llenarle la alacena a Lisa. Pensó que podría funcionar.Se posicionó frente al timbre, pero dudó por un momento. Dio media vuelta y volvió a encaminarse hacia su coche. Finalmente, tomó coraje y pensó que tenía que enfrentar los gritos de Lisa. Caminó con paso rápido y tocó timbre antes de que se arrepintiera de nuevo.Lisa asomó su rostro por la puerta entreabierta y lo observó.- ¿Qué haces aquí? -preguntó, mirándolo de arriba abajo con cara de pocos amigos.- Vengo a ver a Dani. Le he traído algunas cosas. A ti también.Lisa salió y cerró la puerta tras de sí.- No sé si puedes verlo ahora -dijo, pensando sus pr&oac
PREMEDITADOSiena entró en la escena del crimen.- No toquen nada -dijo-. Tú, dame esa cámara.- ¿Qué es lo que tiene con las cámaras? -murmuró uno de los agentes que se encontraba en la escena.- Buen ojo -dijo Liam-. Dale la cámara.Siena fotografió el cuerpo de Elena, desde todos los ángulos posibles. Había visto eso en otro lugar, estaba segura.- Es una de las actrices de Marco Rossi. Identifíquenla.- Ese hijo de puta de nuevo -refunfuñó Oliver.- ¿Reconoces esto? -dijo Siena, dirigiéndose a Liam.- Si, una mujer muerta -dijo Liam.- No, esta parodia. Esta reproducción. Lo he visto antes.Liam frunció el ceño y se encogió de hombros.- ¿A qué te refieres?- Es la escena de una película, Liam. Por favor, mira -dij
LA CENAMittens estaba descontrolado. Hacía días que Siena aparecía en su apartamento sólo para dormir, y Mittens se lo estaba haciendo notar. Había dado vuelta su plato de agua sobre la alfombra, a propósito, claro, y se negaba a comer.- Vamos, Mittens, no me hagas la vida más complicada de lo que ya es -rogó Siena-. Te lo compensaré ni bien pueda. Miraremos muchas películas el fin de semana y te cocinaré pavo. ¿Quieres? -preguntó, acercándose para acariciarlo, pero Mittens corrió y saltó, subiéndose a lo más alto de la biblioteca.Siena suspiró y puso los ojos en blanco. Dejo caer sus hombros, resignada. El gato la observaba desde las alturas, disgustado.- Tienes razón, trabajo mucho -musitó, cansada.El microondas hizo su característico pitido, finalizando, y Siena se acerc&o
EL ASESINO SERIAL- ¿Alguna novedad en cuanto a la corbata de Elena? -preguntó Liam, irrumpiendo en la oficina.- No, jefe -contestó Oliver-. No encontramos nada. Ni huellas, ni cabellos… nada. No sabemos dónde la han comprado. No tiene etiquetas.- Ya hemos descartado la posibilidad de que fuera de ella, ¿verdad? -consultó Liam.- Si -dijo Siena-. No hay nada en su guardarropas que indique que usara corbatas o algo para combinarlas. No es su estilo.- ¿Novios? ¿Amantes? -siguió Liam.- Nada. No era de aquí y sus ex no la siguieron -aseguró Siena.Liam masajeó sus sienes, con sus ojos cerrados y soltó un largo suspiro.- Tráeme un café, ¿quieres?- Enseguida.***Esa noche, Emil se dirigió a la casa de Anastasia y aparcó el coche le
LA EMPATÍALa carpeta de Siena era bastante grande teniendo en cuenta que se trataba de mujeres que se habían acostado con Marco. La miró, disgustada, y comenzó a marcar los números en su móvil. Le llevó gran parte del día.Exhausta, le comunicó a Liam que había finalizado. Este caso les estaba tomando demasiado tiempo y sentía que no estaban avanzando mucho.- Vete a casa, Siena. No hay mucho para hacer ahora -dijo Liam.Siena masajeó sus sienes, cansada.- De acuerdo, cualquier pista que tengan, me llamas -le dijo, apuntando con el dedo, amenazante.- Te llamaré primero a ti, tranquila.Siena tomó sus pertenencias y se fue a casa. Mittens la recibió con un maullido de alegría y se restregó entre sus piernas.- Hola, Mittens. Tengo algo especial para ti -dijo Siena, encaminándose al ref
EL SUPERHOMBREEl aroma a comida casera inundaba el apartamento de Emil. Ya había preparado la mesa esmerándose en cada detalle. Su móvil vibró con la notificación de Siena y se apresuró a leer. Ella estaba abajo, esperando. Corrió a abrir y la hizo pasar.- Qué bien huele -dijo Siena.- Toma asiento -dijo caballerescamente, moviendo la silla para que ella se sentara.- ¿No necesitas ayuda en la cocina?- Por favor, siéntate. Todo está listo.Emil descorchó un vino y llenó dos copas. Siena se sentó y bebió un trago de su la suya. Aunque Oliver le había dicho que no se veía cansada, al sentarse y terminarse la copa, el peso de todo el día cayó sobre sus hombros y de repente sus párpados le pesaron demasiado.Emil situó los platos en la mesa y luego se sentó frente a e