La imagen de Anabella, la esposa fallecida de Ragnar, aparece en sus sueños y su respiración se empieza a agitar de sobremanera, al instante. Ella está enojada y llorando mientras se aleja de la mansión hacia el bosque. Él nunca fue tras ella y la perdió para siempre, perdió a su esposa y a su hijo por su tonto orgullo y ella terminó muerta en manos de esos malditos rogues. ¿Por qué la dejó ir? ¿Por qué no fue tras ella esa vez? ¿Por qué permitió que se alejara sin protección sabiendo que había peligro?Ragnar abre sus ojos bruscamente y mira aterrorizado por toda la sala del hospital. Está completamente sudado y no puede controlar sus palpitaciones. Intenta levantarse, pero todos los aparatos a los que está conectado se lo impiden. ¿Por qué está sintiendo la misma angustia en su pecho nuevamente? ¿Por qué tiene este dolor tan horrible en su corazón?—Tranquilo, hermano, no te muevas —Rubí intenta contenerlo, pero Ragnar es obstinado y se arranca la vía intravenosa y otros tubos que
Akira está a unos metros de distancia de la ventana del despacho de la mansión, donde Paula y Rubí están conversando. Escucha todas y cada una de las palabras que dicen y no puede evitar sentir tristeza por Ragnar. A pesar de todo el daño que le hizo a ella con lo que dijo la otra vez, sigue siendo su compañero, la persona más importante de su vida en estos momentos. —¿Señora Paula? —Una de las sirvientas llama desde la puerta— El doctor del alfa ya llegó y desea hablar con ustedes urgentemente. Paula le autoriza a hacerlo entrar y Katrina lo reconoce inmediatamente como aquel doctor que la había atendido en Brasil. La madre de Ragnar le pide que tome asiento para empezar a hablar sobre su situación. —No les voy a mentir, señora Paula —dice Moreira mirando a madre e hija—. Ya he revisado a Ragnar y lamento decirles que el tratamiento que se hizo en Brasil no funcionó y que él está en la etapa terminal de su enfermedad. Si no se realiza la cirugía en dos semanas a más tardar, será m
Las horas transcurren demasiado lentas para Katrina, quien no ha dejado de pensar en la mejor forma de llegar a la clínica para ver a Ragnar. Su desesperación aumenta conforme se acerca la hora que Sebastián debe llegar para darle la dirección, la ropa que le pidió y acercarla hasta el sitio. Se ha enterado por medio de Octavio que él está en UTI y que su cirugía está programada para dentro de 4 días. Él ha prometido guardar el secreto que ella le ha hablado y se ha encargado de dejar su nombre en la lista de visitantes en la clínica para que no tenga ningún problema a la hora de ir a verlo, también a informarle de las horas que Ragnar está solo, para que no tenga que encontrarse ni con Rubi ni con Paula. Su ayuda es imprescindible para Katrina en estos momentos o de lo contrario, no sabría qué hacer. Ragnar sigue en coma inducido. Las visitas son restringidas, según Octavio, y esa situación es terrible para Katrina. Aunque no pierde las esperanzas, por ella y por sus hijos, de que
Ragnar es sometido a la cirugía al cuarto día, tal como estaba agendado. El procedimiento dura casi 12 horas y permanece en terapia intensiva unas 72 horas con estricto control y luego es trasladado a una sala intermedia donde queda internado por más de dos semanas enteras hasta que finalmente despierta, aunque las visitas siguen siendo restringidas por el momento, la emoción de Katrina de verlo despierto, aunque sea por medio del cristal, es indescriptible. Eso, más la noticia de que sus bebés están creciendo muy sanos, hacen la felicidad completa para ella, quien todavía se mantiene oculta de la familia Shadowfang, aunque cada vez más licántropos saben de su ubicación, pero optan por callar y mantener el secreto. El vientre de Katrina ya tiene una curvatura evidente al estar esperando a sus mellizos, lo que aumenta la ilusión entre los miembros de la manada. Ella incluso ya puede sentirlos moverse, algo que no sucedía en su primer embarazo con la misma cantidad de semanas.Pasan
—No deberías hacer esos saltos tan altos y bruscos con esa barriga —dice Sebastián entrando detrás de Katrina. Enseguida pone sobre sus hombros una bata para cubrir su desnudez y le ofrece un vaso de agua, ya que se pone muy sedienta luego de la transformación—. Podrías lastimar a los cachorros.—Tranquilo, sé hasta dónde llegar, Sebastián. No pondría a mis hijos en peligro nunca. Katrina se sienta en la silla y acaricia su barriga. Ellos dos parecen corresponder a su madre, moviéndose vigorosamente con cada toque. —Confío en que Akira te frene. Te conozco, sé que no descansas hasta que alguien venga y te lo diga. No es bueno que excedas los límites de tu fuerza, estás casi a la mitad de tu embarazo y siempre es mejor prevenir que lamentar. —Mi entrenamiento consiste en eso y lo sabes, en aumentar mi fuerza y mi destreza cada día, en superar a mi yo de ayer. Akira es fuerte y veloz, se aburre si no la saco a pasear, es capaz de destrozar este sitio si no le doy lo que me pide. Pero
Una buena semana transcurre para Ragnar. Remus ha sanado y borrado por completo la cicatriz de su cabeza. Su estado de ánimo ha mejorado bastante y sus ojeras casi ya no se notan. Luego de la cena, sube a su habitación e inmediatamente va a la ducha. Ni su madre ni su hermana se encuentran en casa a esta hora, ya que fueron a un evento benéfico.Luego de su acostumbrada ducha fría, baja hasta el despacho y desde allí empieza a mirar algunos de sus correos electrónicos y otros asuntos importantes que Octavio le comparte. En eso, una llamada entrante de Maite a su celular lo hace fruncir el ceño. Hace mucho que no hablaba con ella.—¿Cómo vas con ese tipejo? —pregunta al momento que atiende la llamada—. Espero que me tengas buenas noticias. —Me está yendo muy bien, alfa, Jarl Fenrisson está feliz como una lombriz con nuestra alianza, aunque se mantiene sereno para aparentar. ¿Cómo está usted? Según Octavio me contó, ya se encuentra en casa y casi totalmente recuperado de la cirugía.
—¿Hermano, estás bien? —Rubí entra a la habitación de Ragnar luego de que lo viera volver del bosque al amanecer — ¿Qué estabas haciendo allá afuera? ¿No te dijo el doctor que esperaras un poco para eso?—Estoy bien —Él sale del baño mientras se seca con una toalla luego de lavarse la cara y colocarse un pantalón de chándal. Rubí nota las marcas de la mordedura de Katrina en su hombro. Aunque ya están cicatrizadas, la marca sigue ahí, nueva e intacta, muy parecida a la que tenía de Anabella, pero que había desaparecido cuando ella murió.—¿Qué…qué sucedió? —Por un momento se siente confundida al respecto. Ragnar se mira al hombro y asiente. —La loba de Katrina me marcó —cuenta con una media sonrisa en sus labios. Remus mueve la cola campante mientras se pasea en su mente y hace cómo que no le afecta nada.—¿Te marcó? Pero, ¿cómo? ¿Ya se reconciliaron? ¿Vino a verte?Rubí mira a sus lados y definitivamente no siente a nadie más dentro de la habitación más que ella y Ragnar. —La segu
¿Cómo puede hacerte tanta falta una persona que hasta te cuesta respirar ahora que están alejados? ¿En qué momento Katrina se instaló en los pensamientos, en la piel, en el corazón de Ragnar de esa forma? ¿Se está enamorando de ella, así como Julián le dijo que pasaría? Por supuesto que sí. Hace ya tiempo que está enamorado de ella y la sola idea de perderla le quema el pecho. Aturdido, luego de un sueño incómodo, se levanta y va hasta su balcón con la mirada fija por unos segundos al bosque. Hace tanto tiempo que no tiene este tipo de sentimiento por nadie y le aterra esta situación entre ellos, más ahora que sabe que está embarazada. Permanece allí, cabizbajo, alicaído, perdido en sus propios pensamientos, tratando de pensar en la manera correcta de reconciliarse con ella. —Creo que ya es hora de que vayas allí por ella —dice su madre, bajito, sentándose a su lado—. Eso es todo lo que necesitas ahora, hijo. Si tanto la quieres y estás sufriendo por esta distancia entre ustedes, a