Las horas transcurren demasiado lentas para Katrina, quien no ha dejado de pensar en la mejor forma de llegar a la clínica para ver a Ragnar. Su desesperación aumenta conforme se acerca la hora que Sebastián debe llegar para darle la dirección, la ropa que le pidió y acercarla hasta el sitio. Se ha enterado por medio de Octavio que él está en UTI y que su cirugía está programada para dentro de 4 días. Él ha prometido guardar el secreto que ella le ha hablado y se ha encargado de dejar su nombre en la lista de visitantes en la clínica para que no tenga ningún problema a la hora de ir a verlo, también a informarle de las horas que Ragnar está solo, para que no tenga que encontrarse ni con Rubi ni con Paula. Su ayuda es imprescindible para Katrina en estos momentos o de lo contrario, no sabría qué hacer. Ragnar sigue en coma inducido. Las visitas son restringidas, según Octavio, y esa situación es terrible para Katrina. Aunque no pierde las esperanzas, por ella y por sus hijos, de que
Ragnar es sometido a la cirugía al cuarto día, tal como estaba agendado. El procedimiento dura casi 12 horas y permanece en terapia intensiva unas 72 horas con estricto control y luego es trasladado a una sala intermedia donde queda internado por más de dos semanas enteras hasta que finalmente despierta, aunque las visitas siguen siendo restringidas por el momento, la emoción de Katrina de verlo despierto, aunque sea por medio del cristal, es indescriptible. Eso, más la noticia de que sus bebés están creciendo muy sanos, hacen la felicidad completa para ella, quien todavía se mantiene oculta de la familia Shadowfang, aunque cada vez más licántropos saben de su ubicación, pero optan por callar y mantener el secreto. El vientre de Katrina ya tiene una curvatura evidente al estar esperando a sus mellizos, lo que aumenta la ilusión entre los miembros de la manada. Ella incluso ya puede sentirlos moverse, algo que no sucedía en su primer embarazo con la misma cantidad de semanas.Pasan
—No deberías hacer esos saltos tan altos y bruscos con esa barriga —dice Sebastián entrando detrás de Katrina. Enseguida pone sobre sus hombros una bata para cubrir su desnudez y le ofrece un vaso de agua, ya que se pone muy sedienta luego de la transformación—. Podrías lastimar a los cachorros.—Tranquilo, sé hasta dónde llegar, Sebastián. No pondría a mis hijos en peligro nunca. Katrina se sienta en la silla y acaricia su barriga. Ellos dos parecen corresponder a su madre, moviéndose vigorosamente con cada toque. —Confío en que Akira te frene. Te conozco, sé que no descansas hasta que alguien venga y te lo diga. No es bueno que excedas los límites de tu fuerza, estás casi a la mitad de tu embarazo y siempre es mejor prevenir que lamentar. —Mi entrenamiento consiste en eso y lo sabes, en aumentar mi fuerza y mi destreza cada día, en superar a mi yo de ayer. Akira es fuerte y veloz, se aburre si no la saco a pasear, es capaz de destrozar este sitio si no le doy lo que me pide. Pero
Una buena semana transcurre para Ragnar. Remus ha sanado y borrado por completo la cicatriz de su cabeza. Su estado de ánimo ha mejorado bastante y sus ojeras casi ya no se notan. Luego de la cena, sube a su habitación e inmediatamente va a la ducha. Ni su madre ni su hermana se encuentran en casa a esta hora, ya que fueron a un evento benéfico.Luego de su acostumbrada ducha fría, baja hasta el despacho y desde allí empieza a mirar algunos de sus correos electrónicos y otros asuntos importantes que Octavio le comparte. En eso, una llamada entrante de Maite a su celular lo hace fruncir el ceño. Hace mucho que no hablaba con ella.—¿Cómo vas con ese tipejo? —pregunta al momento que atiende la llamada—. Espero que me tengas buenas noticias. —Me está yendo muy bien, alfa, Jarl Fenrisson está feliz como una lombriz con nuestra alianza, aunque se mantiene sereno para aparentar. ¿Cómo está usted? Según Octavio me contó, ya se encuentra en casa y casi totalmente recuperado de la cirugía.
—¿Hermano, estás bien? —Rubí entra a la habitación de Ragnar luego de que lo viera volver del bosque al amanecer — ¿Qué estabas haciendo allá afuera? ¿No te dijo el doctor que esperaras un poco para eso?—Estoy bien —Él sale del baño mientras se seca con una toalla luego de lavarse la cara y colocarse un pantalón de chándal. Rubí nota las marcas de la mordedura de Katrina en su hombro. Aunque ya están cicatrizadas, la marca sigue ahí, nueva e intacta, muy parecida a la que tenía de Anabella, pero que había desaparecido cuando ella murió.—¿Qué…qué sucedió? —Por un momento se siente confundida al respecto. Ragnar se mira al hombro y asiente. —La loba de Katrina me marcó —cuenta con una media sonrisa en sus labios. Remus mueve la cola campante mientras se pasea en su mente y hace cómo que no le afecta nada.—¿Te marcó? Pero, ¿cómo? ¿Ya se reconciliaron? ¿Vino a verte?Rubí mira a sus lados y definitivamente no siente a nadie más dentro de la habitación más que ella y Ragnar. —La segu
¿Cómo puede hacerte tanta falta una persona que hasta te cuesta respirar ahora que están alejados? ¿En qué momento Katrina se instaló en los pensamientos, en la piel, en el corazón de Ragnar de esa forma? ¿Se está enamorando de ella, así como Julián le dijo que pasaría? Por supuesto que sí. Hace ya tiempo que está enamorado de ella y la sola idea de perderla le quema el pecho. Aturdido, luego de un sueño incómodo, se levanta y va hasta su balcón con la mirada fija por unos segundos al bosque. Hace tanto tiempo que no tiene este tipo de sentimiento por nadie y le aterra esta situación entre ellos, más ahora que sabe que está embarazada. Permanece allí, cabizbajo, alicaído, perdido en sus propios pensamientos, tratando de pensar en la manera correcta de reconciliarse con ella. —Creo que ya es hora de que vayas allí por ella —dice su madre, bajito, sentándose a su lado—. Eso es todo lo que necesitas ahora, hijo. Si tanto la quieres y estás sufriendo por esta distancia entre ustedes, a
En Tierra de Pinares, dentro de la cueva de Selene, Ragnar y Katrina se encuentran uno frente al otro. El vínculo acabó haciendo lo que siempre hace, unirlos, y ahora ella está arrimada a su pecho mientras él la tiene envuelta con ambos brazos de forma protectora. —¿Qué haces aquí? —Katrina levanta la cabeza para mirar a su visita sorpresa— ¿Cómo supiste dónde me encontraba? ¿Sebastián te lo dijo?Ragnar la oye atentamente, luego niega.—No, cariño, él no me dijo nada, lo descubrí por mí mismo. Katrina mira sus ojos más detenidamente, no parece que esté mintiendo.—¿Qué quieres de mí? —pregunta ella, intentando separarse de él, pero Ragnar se lo impide— ¿Por qué me buscas luego de todo lo que dijiste?En ese momento, Ragnar se agacha un poco para tomarla en brazos y elevarla a su altura. Katrina se estremece cuando él deja dos besos cortos en su hombro y uno más en su cuello. —Porque no puedo vivir sin ti, cariño.—Pero dijiste que…—Lo dije, pero no era lo que realmente sentía, e
Luego de esa reconciliación tan intensa, van juntos a la mansión. Durante todo el camino, él no suelta su mano, no es necesario decir demasiado, ya que la cara de felicidad de Ragnar lo dice todo. Remus no deja de ronronear y eso hace que él sienta cosquillas en todo su cuerpo. Su bestia es el más feliz de que ellos al fin se hayan arreglado.Ya todos están dormidos en la casa cuando ellos llegan, lo que es una suerte, ya que Ragnar la lleva directamente a su habitación. Una vez allí, van juntos a la ducha y bajo el agua la posee nuevamente. No tiene suficiente de ella y ella lo supo cuando se desnudaron y vio la enorme erección emergiendo de sus pantalones, la pasión del alfa es mucha, aunque no quiere forzarla por el embarazo. —Iré a la cocina a buscar algo para comer —dice él dejando un beso en su mejilla al salir de la ducha. Con mucho cuidado desliza sobre su cabeza una de sus playeras para que la use como pijama y de ropa interior, nada, lo que deja entrever a Katrina de sus in