—No deberías hacer esos saltos tan altos y bruscos con esa barriga —dice Sebastián entrando detrás de Katrina. Enseguida pone sobre sus hombros una bata para cubrir su desnudez y le ofrece un vaso de agua, ya que se pone muy sedienta luego de la transformación—. Podrías lastimar a los cachorros.—Tranquilo, sé hasta dónde llegar, Sebastián. No pondría a mis hijos en peligro nunca. Katrina se sienta en la silla y acaricia su barriga. Ellos dos parecen corresponder a su madre, moviéndose vigorosamente con cada toque. —Confío en que Akira te frene. Te conozco, sé que no descansas hasta que alguien venga y te lo diga. No es bueno que excedas los límites de tu fuerza, estás casi a la mitad de tu embarazo y siempre es mejor prevenir que lamentar. —Mi entrenamiento consiste en eso y lo sabes, en aumentar mi fuerza y mi destreza cada día, en superar a mi yo de ayer. Akira es fuerte y veloz, se aburre si no la saco a pasear, es capaz de destrozar este sitio si no le doy lo que me pide. Pero
Una buena semana transcurre para Ragnar. Remus ha sanado y borrado por completo la cicatriz de su cabeza. Su estado de ánimo ha mejorado bastante y sus ojeras casi ya no se notan. Luego de la cena, sube a su habitación e inmediatamente va a la ducha. Ni su madre ni su hermana se encuentran en casa a esta hora, ya que fueron a un evento benéfico.Luego de su acostumbrada ducha fría, baja hasta el despacho y desde allí empieza a mirar algunos de sus correos electrónicos y otros asuntos importantes que Octavio le comparte. En eso, una llamada entrante de Maite a su celular lo hace fruncir el ceño. Hace mucho que no hablaba con ella.—¿Cómo vas con ese tipejo? —pregunta al momento que atiende la llamada—. Espero que me tengas buenas noticias. —Me está yendo muy bien, alfa, Jarl Fenrisson está feliz como una lombriz con nuestra alianza, aunque se mantiene sereno para aparentar. ¿Cómo está usted? Según Octavio me contó, ya se encuentra en casa y casi totalmente recuperado de la cirugía.
—¿Hermano, estás bien? —Rubí entra a la habitación de Ragnar luego de que lo viera volver del bosque al amanecer — ¿Qué estabas haciendo allá afuera? ¿No te dijo el doctor que esperaras un poco para eso?—Estoy bien —Él sale del baño mientras se seca con una toalla luego de lavarse la cara y colocarse un pantalón de chándal. Rubí nota las marcas de la mordedura de Katrina en su hombro. Aunque ya están cicatrizadas, la marca sigue ahí, nueva e intacta, muy parecida a la que tenía de Anabella, pero que había desaparecido cuando ella murió.—¿Qué…qué sucedió? —Por un momento se siente confundida al respecto. Ragnar se mira al hombro y asiente. —La loba de Katrina me marcó —cuenta con una media sonrisa en sus labios. Remus mueve la cola campante mientras se pasea en su mente y hace cómo que no le afecta nada.—¿Te marcó? Pero, ¿cómo? ¿Ya se reconciliaron? ¿Vino a verte?Rubí mira a sus lados y definitivamente no siente a nadie más dentro de la habitación más que ella y Ragnar. —La segu
¿Cómo puede hacerte tanta falta una persona que hasta te cuesta respirar ahora que están alejados? ¿En qué momento Katrina se instaló en los pensamientos, en la piel, en el corazón de Ragnar de esa forma? ¿Se está enamorando de ella, así como Julián le dijo que pasaría? Por supuesto que sí. Hace ya tiempo que está enamorado de ella y la sola idea de perderla le quema el pecho. Aturdido, luego de un sueño incómodo, se levanta y va hasta su balcón con la mirada fija por unos segundos al bosque. Hace tanto tiempo que no tiene este tipo de sentimiento por nadie y le aterra esta situación entre ellos, más ahora que sabe que está embarazada. Permanece allí, cabizbajo, alicaído, perdido en sus propios pensamientos, tratando de pensar en la manera correcta de reconciliarse con ella. —Creo que ya es hora de que vayas allí por ella —dice su madre, bajito, sentándose a su lado—. Eso es todo lo que necesitas ahora, hijo. Si tanto la quieres y estás sufriendo por esta distancia entre ustedes, a
En Tierra de Pinares, dentro de la cueva de Selene, Ragnar y Katrina se encuentran uno frente al otro. El vínculo acabó haciendo lo que siempre hace, unirlos, y ahora ella está arrimada a su pecho mientras él la tiene envuelta con ambos brazos de forma protectora. —¿Qué haces aquí? —Katrina levanta la cabeza para mirar a su visita sorpresa— ¿Cómo supiste dónde me encontraba? ¿Sebastián te lo dijo?Ragnar la oye atentamente, luego niega.—No, cariño, él no me dijo nada, lo descubrí por mí mismo. Katrina mira sus ojos más detenidamente, no parece que esté mintiendo.—¿Qué quieres de mí? —pregunta ella, intentando separarse de él, pero Ragnar se lo impide— ¿Por qué me buscas luego de todo lo que dijiste?En ese momento, Ragnar se agacha un poco para tomarla en brazos y elevarla a su altura. Katrina se estremece cuando él deja dos besos cortos en su hombro y uno más en su cuello. —Porque no puedo vivir sin ti, cariño.—Pero dijiste que…—Lo dije, pero no era lo que realmente sentía, e
Luego de esa reconciliación tan intensa, van juntos a la mansión. Durante todo el camino, él no suelta su mano, no es necesario decir demasiado, ya que la cara de felicidad de Ragnar lo dice todo. Remus no deja de ronronear y eso hace que él sienta cosquillas en todo su cuerpo. Su bestia es el más feliz de que ellos al fin se hayan arreglado.Ya todos están dormidos en la casa cuando ellos llegan, lo que es una suerte, ya que Ragnar la lleva directamente a su habitación. Una vez allí, van juntos a la ducha y bajo el agua la posee nuevamente. No tiene suficiente de ella y ella lo supo cuando se desnudaron y vio la enorme erección emergiendo de sus pantalones, la pasión del alfa es mucha, aunque no quiere forzarla por el embarazo. —Iré a la cocina a buscar algo para comer —dice él dejando un beso en su mejilla al salir de la ducha. Con mucho cuidado desliza sobre su cabeza una de sus playeras para que la use como pijama y de ropa interior, nada, lo que deja entrever a Katrina de sus in
En la Amazonía, una mujer joven de belleza inigualable se alista para una presentación privada muy importante. Afuera, el lugar está lleno, y su tiempo de actuación es dentro de unos minutos.—Él ya llegó, Amber. Apúrate, quiero que estés en la cabina antes que él —dice Marcela ayudándola con su máscara. Aunque realmente no la necesita luego de la cirugía estética que se hizo, prefiere asegurarse para que Jarl no la reconozca. —Ya estoy lista —Amber se coloca un toque de perfume y camina inmediatamente por el largo y oscuro pasillo que lleva hasta la cabina donde debe encontrarse con ese hombre. En su cuerpo ya no se notan las marcas de la tortura que sufrió, ya que su loba se encargó de desaparecerlas luego de mucho proceso, pero en su rostro se pinta una sonrisa extraña y malévola al pensar en la venganza que tiene preparada.En la barra del mismo bar, Maite se encuentra disfrutando de su caipiriña como si nada pasara. Llegó hace unos treinta minutos, Jarl y Gabriel también acaban
En el castillo Alba Noctis, Lizzie se encuentra furiosa tirando todos sus zapatos y vestidos al piso. Ya han pasado unos meses desde que la zarrapastrosa de su hermana murió y Jarl ni siquiera ha dado señales de pedirle matrimonio y declararla finalmente Luna de la manada. —¿Qué sucede, hija? ¿Acaso te volviste loca? —Lorena entra a la habitación de su hija al oír el escándalo que está armando— ¿Por qué estás tan nerviosa? Vas a arruinar todo eso. —Lo odio, mamá —La joven se lleva ambas manos a la cara mientras patalea—. Anoche estaba con una mujer, lo sé, pude sentir el olor en él. Me está engañando. —¿Y te pones así por eso? Ay, Lizzie, los hombres hacen eso todo el tiempo, se follan a cualquier hembra que les abra las piernas. No debes sufrir por eso, al final, siempre volverá a ti, y ese es el poder que tienes sobre él. Lorena empieza a recoger todo lo que su hija acaba de botar al suelo. —Es la misma que la otra vez, lo sé por el asqueroso perfume. Además, ha cambiado mucho