Más de una semana ha transcurrido desde que Ragnar escuchó sobre la joven que llegó malherida en la clínica de Moreira. Desde entonces ha dado instrucciones a Ramiro que averigue todo sobre ella y sobre cualquier vínculo que pueda tener con Jarl Fenrisson y Katrina. Todavía no ha recibido su reporte, pero su amigo le dijo que en cuanto volviera a Tierra de Pinares le daría todo lo que ha conseguido averiguar hasta el momento. La última sesión de quimioterapia de Ragnar fue ayer. Francamente, él no siente que esto haya funcionado realmente, por el contrario, cada día se siente más débil y el dolor se ha vuelto más intenso y constante en su día a día. Según su doctor, esto es solamente la primera parte, ya que dentro de tres meses debe volver para realizarse otra sesión, y así al menos por un año entero, hasta que el cáncer ceda totalmente. Ragnar ríe ante esa posibilidad. Por supuesto que no va a volver a aquí para otra sesión de esas. Esto es una pérdida de tiempo que no piensa volv
El castillo Alba Noctis también es hermoso y grande, uno de los más hermosos de la Amazonía, pero, definitivamente, la mansión Shadowfang es de otro nivel.Julián estaciona en el lugar que corresponde a la camioneta del alfa y baja inmediatamente para abrir la puerta a sus pasajeros y luego bajar las maletas.La rubia se queda atrás, mirando, anonadada, la cantidad de vehículos lujosos aparcados en el enorme y espacioso estacionamiento. Todo esto es impresionante para ella.La señora Paula y Rubí se encuentran en la biblioteca cuadrando algunos asuntos de la empresa cuando una de las sirvientes viene a avisar que el alfa Ragnar acaba de llegar.Ragnar envió un mensaje hace días a su hermana avisando que el tratamiento ya estaba por terminar, pero no dijo que volvería tan pronto a casa. Ambas salen para recibirlo.—Hijo, ¿por qué no nos avisaste que volvías hoy? —Paula camina hasta Ragnar y lo abraza, como es su costumbre. Él deja un beso en su mejilla—. Pensamos que volverías hasta el
—¿Qué estás haciendo aquí? —Ragnar pregunta, soñoliento, al abrir la puerta de su habitación—. ¿Te sucedió alguna cosa? Katrina se encuentra en pijamas, abrazada a una pequeña almohada y mirándolo con angustia. Luego de la conversación entre su madre y Rubí, ellas lo convencieron a duras penas que se quedaran a dormir en la mansión. Aunque él dejó claro que será solamente por hoy y que mañana irán al departamento. Paula insinuó en varias ocasiones a su hijo que no era necesario que Katrina vaya con él, que en la casa había demasiado espacio para acogerla, pero por alguna razón él estaba muy renuente todo el tiempo. Su madre optó por dejar pasar la conversación por el momento, pero está decidida a convencerlo. —¿Te desperté? —pregunta ella con la voz ronca, sin responder al cuestionamiento del hombre, quien la mira con el rostro enfadado. —Si alguien toca mi puerta de ese modo tan desesperado, es obvio que me despierte —resopla, Ragnar, y regresa hacia su cama sabiendo exactamente
—¡Esto es un verdadero milagro! Mi hermano durmiendo hasta tarde —dice Rubí, en tono burlesco cuando Ragnar aparece en el comedor. Ella está preparando sus cosas para ir a la clínica de la manada—. Veo que Katrina te dejó agotado. Ragnar la mira con molestia. Su ceño bastante fruncido indica a Rubí que no le gustó para nada su comentario. —Tu hermano acaba de llegar de viaje, es lógico que esté cansado —dice Paula llegando hasta él para dejarle una taza de café en la mesa y luego darle un abrazo bien apretado. A Paula le encanta consentir a sus hijos mientras están cerca, a pesar de tener a todo un ejército trabajando en la mansión, prefiere cocinar ella misma los platillos que a ellos les gusta, más a Ragnar que casi no se queda en casa. —¿Acaso dije alguna mentira? —Se burla Rubí—. Hasta a mí se me antojó acurrucarme con ustedes. Se veían muy tranquilos y confortables. —Ya hablamos de esto Rubí y sabes mi posición con respecto a ella —la reprende Ragnar—. No es lo que te estás
Ragnar hojea nuevamente la carpeta que le trajo Ramiro mientras anota algunas cosas en una agenda. Desde el mismo momento en que él le contó todo acerca del origen de Katrina y de las intenciones reales de Jarl Fenrisson con respecto a la manada Alba Noctis, tiene muy claro lo que desea hacer y cómo hacerlo. Con todas las malas referencias que Ramiro trajo, él tiene la ligera impresión que no tendrá que esperar demasiado para cumplir con su idea. Cada vez que mira esos informes y las fotos, se le revuelve el estómago. ¿Cómo alguien tan dulce como Katrina pudo aceptar a un compañero como él? Ese hombre es un monstruo y un delincuente de guantes blancos que debe ser castigado. No le cabe la menor duda que ese tipo la engatusó, le hizo creer que era su mate con un propósito muy bien estructurado, solamente le falta descubrir para qué exactamente, porque no le cabe la menor duda que la fortuna Grimlore es el menor de sus objetivos. Ese hombre quiere algo más.Con una rabia, que no tiene
Unas risas desde la cocina reciben a Ragnar cuando llega a la mansión. Camina hasta allí y observa a Katrina interactuar con su madre y su hermana desde la puerta. No puede negar que ella se nota más tranquila y distendida desde que llegaron aquí. La madre de él también está mucho más sonriente que de costumbre y eso de alguna forma lo complace.Sin que ninguna de ellas se percate de que ha llegado, da media vuelta y sube hasta su habitación, se quita la ropa y entra directamente a la ducha. El agua fría siempre consigue relajarlo, por lo que permanece allí durante algún tiempo con los ojos cerrados hasta que su puerta de baño se abre bruscamente y un estallido lo sobresalta. —¡Rayos! —dice el alfa tomando una de las toallas que está a su alcance para tapar su cuerpo desnudo. Katrina se voltea inmediatamente, avergonzada y sonrojada mientras se toma la cara con ambas manos y maldice por no haber oído que la ducha estaba activada. Un ardor se le sube desde la punta de los pies hasta
Ragnar se levanta mucho más temprano de lo normal y antes de que todos despierten, especialmente esta mujer que tiene pegada a él como chicle todas las noches, sale de la mansión junto con Julián hasta una clínica privada que lo suele atender. Julián lo convenció de que era mejor ir a un chequeo para ver lo que estaba sucediendo, ya que es raro que los dolores de cabeza le estén atacando con más fuerza, a pesar del nuevo tratamiento que ha recibido. —Señor Shadowfang, el doctor, ya lo está esperando en su consultorio —dice la enfermera, quien le indica con la mano para que lo siga. Ragnar entra a la sala y su doctor lo recibe con un apretón de mano. El doctor Gutiérrez es un especialista en tumores cancerosos y trabaja directamente con Moreira en este caso de Ragnar desde que él fue diagnosticado. —Es mejor que vayamos al grano, alfa Ragnar —dice el doctor pidiéndole que se cambie para hacerle algunas pruebas—. No me gustan para nada estos dolores que dices tener últimamente. Se
—Hola —La voz del otro lado se oye apenas. Mary no logra salir de su asombro que Ragnar le haya contestado—. Hace mucho que no sé nada de ti, Ragnar. ¿Cómo estás?—Ocupado —contesta él, tosco, ronco y fastidiado. Bebe un poco más de whisky mientras abre la bañera para llenarla de agua fría. —Me preguntaba si puedo ir a hacerte compañía esta noche —dice ella probando su suerte. Sabe que Ragnar siempre se encierra en su departamento en estas fechas para evitar estar en contacto con otros licántropos, pero ella desea más que nada que él le permita estar a su lado como un tiempo atrás lo hizo—. Puedo hacer una cena liviana para ambos, abriremos un vino, conversaremos, si no tienes un compromiso, claro.—No tengo ningún compromiso, Mary, pero francamente, tampoco quiero ninguno ahora mismo. —Tal vez si me das la oportunidad, yo… —Interviene ella con voz seductora—... pueda conseguir relajarte un poco. No es bueno que estés sólo en luna llena y quién más que yo para acompañarte. —No quie