Capítulo 51.

Donovan.

Voy hacia el holograma de los planos en la sala, sintiendo a Lukyan seguirme y por lo que encuentro en la sala de sistemas, me doy cuenta de que es donde ha pasado cuándo desaparece.

—¿Ahora qué te pasó? Y no me vengas con que nada. —lanzo toda su basura al bote de la esquina. —Tienes cara de haber obtenido una condena.

Volteo los ojos yendo a mi computador, en donde reviso los planos. Se me había olvidado trabajar más en ellos, lo cual era mi ocupación antes de cobrar algunas deudas que no me satisfacieron tanto cómo quería. No fue suficiente.

—De seguro tiene que ver con la perra que te puso en esa prisión— farfulla Lukyan con un cinturón de explosivos que prepara. Que me recuerde a Sabine sólo empeora mi humor, enfocándose en eso, en lugar de lo que está haciendo.

Es experto en ese tipo de artefactos y sé, por experiencia que serán de gran utilidad cuando entre a donde quiero. Pero es una maldición que sepa todo, porque jamás se guarda sus comentarios.

—¿No tienes un
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