3 Buen día, mal final.

Luna se cambió de ropa, pero optó por ponerse algo más cómodo. Lo cierto era que no tenía prácticamente nada de ropa, mucho menos ropa linda como tenía Carlota, así que se vistió lo mejor que pudo para bajar a ofrecerle una disculpa a su padrino por la bochornosa escena, pero cuando salió a las escaleras se encontró con Carlota con una bata de baño. 

— Espera, mustia — la llamó la mujer, pero Luna la ignoró — ¡Ven aquí, perr4! — la llamó, pero Luna casi que corrió por las escaleras y cuando llegó abajo se encontró con las empleadas limpiando el reguero de sopa que habían hecho.

Luna avergonzada llegó con ellas y tomó y un trapo, luego comenzó a ayudarles a limpiar la sopa del suelo. 

— No tienes que hacer esto — le dijo su padrino en cuanto llegaron, la tomó de la mano y se la llevó, pero Luna vio como las demás empleadas la miraron con agradecimiento. 

— Padrino, de verdad quería pedirle una disculpa por cómo me porté en el desayuno, no debí hacer eso — el señor Pietro asintió, pero de todas formas la agarró de la mano y la apretó. 

— No importa, Carlota se lo ganó, es una grosera y una metiche, y mi hijo también, podrá ser el CEO de nuestro imperio, pero aquí sigo mandando yo. No te disculpes por eso, ya verás que cuando hable con ellos esta noche todo mejorará, ahora, nos vamos de compras. 

Ismael los observó desde arriba en las escaleras y vio como su padre y la arrimada salían de la mano y la cara se le puso roja de la rabia. 

Fue una tarde muy linda para Luna, comió helado con su padrino y hablaron de su madre, era una mujer hermosa que amaba pintar y dibujar, y Luna pensó, por la forma en la que él hablaba, qué le tuvo mucho cariño a su madre. 

— ¿Cómo me perdí? — preguntó ella después de que salieran de una tienda con diez bolsas de ropa, había insistido en que no necesitaba tanto, pero su padrino le dijo que si entraría a la universidad necesitaría ropa. 

— Bueno, viajabas con tus padres cuando los arrolló un auto, tu madre murió al instante — se le formó un nudo en la garganta que casi no le deja hablar así que Luna lo invitó a sentarse en un murito — tu padre quedó gravemente herido y por suerte tú solo sufriste rasguños. 

»En el hospital, antes de morir, tu padre me pidió que te protegiera, que te cuidara, y aparte yo tenía una deuda con él, así que lo prometí, pero cuando fui a buscarte no te encontré. 

»Las cámaras de seguridad grabaron a alguien que te sacó del hospital, pero jamás pudimos encontrarte. Lo intenté mucho, de verdad, pero no pude hacerlo, es como si la tierra te hubiera tragado. 

— No te preocupes, ya me encontraste… las monjas dicen que aparecí en la puerta del orfanato con mi nombre, obvio ellas buscaron a mis padres, pero al ver que habían muerto y que no tenía a nadie más se quedaron conmigo en el orfanato. 

— Ahora, solo queda esperar a que tengas la edad para que recibas lo que es tuyo — Luna abrió los ojos. 

— ¿De qué hablas? — el padrino se rio. 

— Toda la fortuna de tu padre es tuya, completamente tuya, cada centavo, incluso más ya que las inversiones que tiene en mi empresa casi la han duplicado — Luna lo miró con los ojos abiertos — eres la mujer más rica de la ciudad, ahijada mía, tal vez de todo el país, pero… bueno, el dinero se te entregará solo cuando tengas veinte, así lo dejó estipulado tu padre. 

— O sea que hasta que tenga veinte no tendré ese dinero — a Luna no le importaba mucho el dinero, pero era de su padre, lo que él había trabajado toda su vida y ella quería sentir que él aún la cuidaba, aunque estuviera muerto. 

— Faltan como diez meses para eso, pero no te preocupes, no te faltará nada mientras estés conmigo — Luna lo abrazó y él la abrazó de vuelta.

— ¿Cuál es la deuda que tienes con mi padre? — le preguntó ella y don Pietro abrió los ojos. 

— ¡Mira la hora! — la agarró de la mano y la llevó al auto — llegamos tarde a tu entrevista para la universidad. 

Luna se sintió muy atemorizada por la entrevista en la universidad, pero había sido tan buena estudiante en el orfanato que el director le dio una agradable bienvenida. 

Comenzaría a estudiar la próxima semana negocios internacionales y administración de empresas, era su sueño de toda la vida y llegó con una sonrisa enorme a la casa en la noche, pero se encontraron con la cara de frustración y rabia de Ismael que le arruinó el momento, así que agarró sus bolsas y caminó hacia las escaleras, pero el señor Pietro la detuvo. 

— Espera, Luna, que las empleadas lleven eso — las empleadas llevaron sus bolsas a la habitación y ella se quedó muy incómoda con los dos hombres — mi hijo tiene que darte una disculpa por lo que te hizo esta mañana — Ismael levantó el mentón con orgullo. 

— No verás salir de mi boca ninguna disculpa hacia esta mujerzuela — su padre caminó hacia él y lo tiró de la corbata. 

— No te refieras así a Luna, es una muchacha decente. 

— ¿Decente? — bufó Ismael — mamá tiene razón, la trajiste para convertirla en tu amante — don Pietro soltó la corbata de su hijo y caminó por la sala con las manos en la cabeza. 

— No puedo creer que te dejes embaucar por los celos de tu madre, ha sido así toda la vida, se deja gobernar por sus celos enfermizos. 

— Pues ella tiene motivos para estar celosa, la mamá de esta era tu amante y ahora que se murió quieres convertir a su hija en su nueva amante — Pietro levantó la mano para golpear a su hijo e Ismael cerró los ojos esperando el golpe, pero el señor se apretó el brazo izquierdo. 

— Cómo dices algo como eso. Luna es la hija de mis dos grandes amigos, ¿Cómo quieres que la deje desprotegida? 

— Dale una mensualidad mientras se libera el dinero que le dejó su padre, pero sacala de esta casa, se nota que es una aprovechada y su presencia le hace daño a mi madre. 

— No, a tu madre solo le hace daño su propio veneno, en todo caso, sería ella la que tendría que irse si tiene problema — la cara de Ismael enrojeció de la rabia. 

— No puede ser que prefieras a esta put4 que a mamá — Luna reaccionó casi sin pensarlo, estaba preocupada por el dolor en el brazo de don Pietro, podía ser algo parecido a un infarto, así que sacó la mano y le dio una bofetada tan grande al joven Ismael que él dio dos pasos hacia atrás. La mano de Luna se llenó de dolor, pero se quedó muy quieta viéndolo a la cara y él le devolvió la bofetada. 

Luna sintió como la sangre le llenó la boca y cayó a piso, estaba claro que el hombre la había golpeado con poca fuerza, pero ella era una flacucha a propósito. 

— ¡No la toques! — le gritó don Pietro a su hijo y saltó sobre él para apartarlo, pero el dolor en su brazo se hizo más fuerte y cayó al suelo. 

— ¡Una ambulancia¡ — gritó Luna y una de las empleadas corrió hacia el teléfono. 

— Mira lo que haces m*****a huérfana — le dijo Ismael, pero Luna no le prestó atención, se quedó mirando el rostro pálido de su padrino hasta que llegó la ambulancia.

Los paramédicos dijeron que tal vez había sido un intento de infarto, pero que todo estaría bien, así que Luna regresó a su habitación ya que Ismael se fue en la ambulancia con su padre. 

Comenzó a ordenar la ropa bonita que le había comprado su padrino en el armario para distraer su mente del incidente y del dolor en su mejilla donde Ismael la había golpeado. Todo era muy lindo y mientras ordenaba pensó en que era millonaria. 

Bueno, no mientras tuviera diecinueve años, pero después de unos meses lo sería, así que se preguntó qué haría con tanto dinero, nunca había necesitado mucho para sobrevivir. Tal vez ayudara a mejorar las cosas en el orfanato, eso sería lo mejor. 

La puerta de su habitación se abrió de golpe y ella dio un salto, la esposa de don Pietro, Laura, y su nuera Carlota entraron a la habitación como pedro por su casa. 

— ¿Qué pasa? — preguntó Luna asustada y Carlota apuntó con el dedo a un cajón. 

— Ahí doña Laura, ahí vi que guardó el anillo de compromiso que me robó — Luna se puso de pie de un solo golpe. 

— ¡De qué hablan? — preguntó Luna asustada. La señora Laura caminó hacia el pequeño armario y sacó de ahí el anillo de diamantes. 

— Es una ladrona — dijo — mi esposo ha metido a nuestra casa a una ladrona — luego la miró con mucha rabia y habló: — llama a la policía, Carlota, esta mujer pasará el resto de su vida en la cárcel por ladrona. 

Luna sintió que el mundo se oscureció de repente.  

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