Lo primero que hicieron esa noche antes de moverse de la isla fue enviar un mensaje a Lion Zabrek, dándole los nombres de los infiltrados, en su clan eran solo nueve, pero eran cercanos, se encargaría de enviar un mensaje fuerte y claro matándolos y marcándolos como traidores y espías, para que la próxima vez pensaran bien las cosas, pero Alejandra pidió hablar con él, fue así como en pocos minutos el hermano menor de los gemelos Constantini estaba frente a ellos.— Ale. — dijo el joven con melancolía al ver a la que una vez fue conocida como la dulce santa y que ahora su aura no demostraba más que oscuridad.— Estoy bien Lion, has hecho lo que estuvo a tu alcance, solo quiero pedirte que envíes a uno de los traidores a la finca de Dante y que me permitas llevarme a Enrique. — la calma con la que la mujer hablaba era única, todos suponían que estaba en Shock, lo que desconocían era que actuaba así solo porque tenía a Amir en sus brazos.— Lo que pidas Ale, eres muy especial para mí. —
Los días pasaban, Alejandra le había solicitado a Dante que le permitiera quedarse en la que una vez fue su habitación y el hombre no tuvo problema alguno, le debía demasiado a la joven, su felicidad entera, la santa no quería ir a la finca de sus padre, aquel lugar que había visitado con Enrique le traía los peores recuerdos, era por ello que Dante hablo con Estefanía, creyeron que lo más correcto era dejarle la Finca LA SANTA a Alejandra, un pequeño presente a cambio de todo lo que la joven Santoro había hecho por ellos. Mientras los días pasaban Simón observaba, asechaba, era un depredador detrás de su presa, cada gesto de Alejandra era observado y procesado por la bestia, cada uno de los suspiros que la joven daba Simón los guardaba en su memoria y se disponía a clasificarlos, hasta ahora eran de melancolía, dolor y pena, comenzó a alterarse cada vez más, a medida que Alejandra se alejaba de él, lo evitaba y lo sabía. — Debes darle tiempo. — dijo Dante una vez más. —Es fácil pa
La finca LA SANTA se cubrió de globos celestes, azules y blancos, los pequeños herederos festejarían sus dos años, Amir Rossi Santoro y Saimon Berlusconi Santoro, los niños que jamás sabrían la odisea que paso LA SANTA HIJA DE LA SOMBRA para que ellos vivieran, nadie tenía permitido decirle a Saimon que fue su tía quien lo cargo en el vientre y mucho menos como se produjo ese embarazo, Amir jamás sabría que por sus venas no llevaba la sangre Santoro ni Rossi, ante la ley y el mundo entero ellos eran hijos biológicos de Dante y Estefanía, como de Alejandra y Simón.Alessandro aun esperaba el pedido de la mano de Alejandra, ya que Estefanía al fin se había casado con Dante solo un año atrás, pero la BESTIA era un hueso duro de roer, se prometió a el mismo que solo le pediría matrimonio a su santa luego de a ver matado a los 68 hombres que osaron a tocarla, aun sabiendo quien era ella, al fin luego de un año y medio, lo había conseguido, se había ocupado de torturara hasta la muerte a es
20 años habían pasado del día que Victoria Zabet había contraído matrimonio con Alessandro Santoro mejor conocido como LA SOMBRA ITALIANA, convirtiéndose así en la señora Santoro, una mujer de conducta intachable, alguien que todo el mundo respetaba al igual que su esposo, atrás habían quedado los chismes, comentarios o rumores de que aquella mujer era la Reina de la sombras o que manejaba la mafia Siciliana, para todo el mundo esta pareja no tenía punto de comparación con el resto de la familia Zabet, con el Clan Neizan o los tíos de la mujer que eran conocidos asesinos, sin embargo nada había cambiado, Alessandro Santoro jamás había dejado de ser LA SOMBRA ITALIANA y a su lado su esposa era quien Reinaba, ahora todo aquello recaería en la mayor de sus hijas Estefanía, que con 27 años se preparaba día a día para tomar el lugar de su padre, manejaría la mafia al igual que su progenitor, desde las sombras, nadie debía conocer quién era en realidad y hasta la fecha lo habían conseguido.
La hermana María caminaba apresurada por los largos y fríos pasillos del convento, solo faltaba unas horas para que las novicias tomaron sus votos perpetuos, y así dedicar toda su vida a servir a Dios, pero no era eso lo que la preocupaba y le hacía poner su vida en manos de Dios.— Madre superiora. — la mujer de casi 70 años levantó sus ojos y observo con reproche a la hermana que acababa de irrumpir en su oficina sin siquiera golpear.— Hermana María, ¿Qué ejemplo cree estar impartiendo con ese comportamiento? — dijo con toda seriedad.— Lo siento mucho Madre superiora, pero esto requiere de su atención. — dijo aun agitada ingresando en el despacho sin ser invitada. Extendió un sobre y la Madre superiora lo tomo aun mirándola con reproche por su comportamiento.Luego de un minuto que para la hermana María pareció eterno, la madre superiora se dejó caer en el sillón, su cara estaba pálida, mientras sus manos temblaban. ¿Cómo podrían enfrentar esto? ¿Cómo podrían salir vivos de lo que
— Simón, no… por favor, ya… no puedo más… detente.— Eres mi puta y hago contigo lo que quiera, que no se te olvide. — respondió el joven mientras dejaba un fuerte azote en la nalga de su compañera.Simón Rossi arremetía sin descanso y con total brutalidad el cuerpo de una rubia despampanante, que parecía más una muñeca que una persona de carne y hueso, el cuerpo blanquecino de la joven estaba adornado de cardenales, no solo por lo violento del acto sexual, a este joven se le daba muy bien perder la paciencia, y no poseía respeto alguno por las mujeres, ninguna de sus novias duraba más de un mes con él, Alondra la rubia que ahora gritaba de placer y dolor por igual medida debajo de él, era la única que había batido récord, llevaban dos meses al lado de LA BESTIA, como lo conocían al joven, pero eso estaba a punto de terminar, una vez que descargo su semilla por el cuerpo de la joven, como queriéndola marcar una vez más.— Toma tu ropa y vete. — dijo el joven mientras caminaba hacia el
Estefanía Santoro salió de la finca con un destino fijo, llegar al hogar de Dante Berlusconi, su novio y prometido, quien hacía unos meses había tomado su lugar como jefe de la mafia en la Toscana, pero que ahora se encontraba establecido en Sicilia, todo por ella, Dante haría cualquier cosa por la hermosa morena que conquisto su corazón, pero ¿quién era realmente Estefanía? ¿Quién era realmente Dante? Y lo más importante ¿cuánto sabia uno del otro? Dante Berlusconi tenía 25 años cuando su padre Preto le comunico que era hora de conocer e integrarse por completo en todo lo referente a sus empresas, el joven ya había aprendido todo lo referente a la mafia Italiana que estaba a cargo de su padre y que manejaba todo el norte de Italia, ahora era tiempo que también manejara la parte legal, la fachada que mantenían ante todos, eran muchos los mafiosos que se manejaban de esa manera, pero ante todos el que llevaba las de ganar siempre seria LA SOMBRA ITALIANA, el hombre q
Simón salió de la finca sintiendo que caía en el mismo infierno se subió a su Audi negro como la mayoría de las cosas que usaba, como su alma, negra, y se dirigió sin escalas al convento que tanto odiaba, sus pensamientos estaban centrados en una monja, una mujer, la razón de todo lo que él era y el odio que llevaba dentro.— Maldita hija de perra, siempre arruinando todo.Dijo mientras apretaba el volante y los dientes, LA BESTIA quería salir y destruir todo a su paso, en especial a esa mujer.— ¿Qué haces aquí? Quedamos en que yo te contactaría, porque…— las palabras de la monja dejaron de salir al tiempo que LA BESTIA la tomaba del cuello y lo apretaba, se sentía capaz de romperlo, solo necesitaba un poco más de fuerza.— ¿Sabes en el problema que me has metido? Solo eres una maldita perra. — cuando la boc