Capítulo 1. Mi futura jefa
Cristóbal Mendoza Ramírez
León, Guanajuato, México
Era el primer día de mi servicio social y nunca pensé que ese día, iba a cambiar mi vida tanto a nivel profesional como a nivel personal. Estudiaba el último año en la facultad de derecho en una universidad de renombre y de ahí me enviaron a un elegante despacho, al que acudí porque ahí iba a presentar mi servicio social.
Llegué un poco tarde y temí por un momento que, eso fuera a ser algo malo para mí, pero intenté disimular mis nervios cuando llegué a identificarme a recepción. Por ningún motivo iba a perder esta gran oportunidad de poder hacer mi servicio social en un despacho tan prestigioso.
–Buenos días, señorita – Dije algo nervioso – Estoy buscando a la Licenciada Linares, me han enviado de la Universidad. Aquí están mis documentos.
Saqué una carpeta de mi mochila y le entregué a la recepcionista los documentos donde venían todos mis datos, estaba esperando que no dijera nada de mi demora, no quería que antes de que me pudieran aceptar ya tener una falta, por impuntual.
–Buenos días, joven – Respondió y tomó mis documentos para revisarlos – Usted es, Cristóbal Mendoza Ramírez, ya veo. Tome asiento, por favor.
Me indicó la recepcionista y me puse más nervioso de lo que ya estaba, pues mi demora me puede traer serios problemas mucho antes de entrar al despacho, si es que me aceptan, estos trabajos son de mucha puntualidad y ya estaba fallando en la entrevista.
–Gracias.
Me acomodé en la hermosa y elegante sala de espera, mirando mi reloj y dándome cuenta de que había llegado 5 minutos tarde y esperaba sinceramente que la licenciada Linares, no me fuera a tomar eso en contra. La recepcionista, estaba revisando mis documentos y seguramente, le avisaba a la licenciada, pues la vi hablar por teléfono y en fracciones de segundo, la tenía de pie frente a mí.
–Joven Mendoza, la licenciada Linares, bajó al gimnasio como usted, ha llegado tarde – Maldición, pensé – Pero, me ha dicho que, si puede bajar a entrevistarse con ella, al gimnasio, lo está esperando.
Qué bueno que la licenciada haya aceptado entrevistarme, había sido un error mío haber llegado tarde, algo que sé que no voy a poder volver a cometer, si era de las que no les gustaba la impuntualidad y estaba dejándola pasar por esta vez, no le iba a fallar.
–Claro y ¿Dónde está el gimnasio? – Pregunté estúpidamente – Lo siento, es que es la primera vez que vengo.
Por supuesto que no voy a saber dónde está localizado el gimnasio, es más, no sabía que en este despacho pudieran tener un gimnasio. Se notaba que era muy sofisticado todo esto. Bueno, era un edificio, debía tener todas las comodidades y todos los servicios.
–Lo llevo, acompáñeme. Por favor.
La recepcionista se subió conmigo al ascensor y bajamos dos plantas del despacho, ahí en ese piso había una cafetería, una estética y el gimnasio que se veía que era de primer nivel, ella entró saludando a unas personas ahí y yo la seguía muy nervioso y entonces, nos detuvimos ante una mujer maravillosa que desde el momento que la vi, quedé hechizado por su belleza.
Ella hablaba algo con la recepcionista que yo ni siquiera pude escuchar, y después, la recepcionista se fue dejándome a solas con esa belleza de mujer que me tendía la mano. Estaba deslumbrado, nunca me imaginé que la licenciada Linares fuera una mujer tan hermosa.
–Cristóbal, ¿Cómo estás? – Me saludó de forma informal – Bienvenido a tu pasantía, Ivanna Linares, yo seré tu jefa.
Todo de ella me tenía cautivado, no sé cómo me veré yo o de qué manera la estoy viendo, pero estaba como si estuviera en un sueño viendo la más linda de las visiones, la licenciada estaba lo que le seguía de hermosa.
–Mucho gusto, licenciada – Estreché su mano con pena, pues estaba sudando a mares – Gracias y siento mucho, por haber llegado tarde.
Me disculpé, me dio la impresión que a este tipo de mujeres no se les podía dejar esperando, pues yo había pensado que cinco minutos no era mucho tiempo, pero ella ya se encontraba haciendo ejercicio al ver que yo no llegaba, no iba a estar desperdiciando su tiempo en nadie.
–No te preocupes y háblame de tú, me puedes tutear sin ningún problema. Vamos a trasladar esta reunión a la cafetería, quiero que me cuentes más de ti y de lo que esperas de la pasantía.
Yo no sabía que era lo que le iba a contestar, ella me distraía, solo la podía mirar como un tonto, estaba perdidamente cautivado por ella, mi futura jefa estaba totalmente fuera de mi alcance, yo era solo un polluelo saliendo del cascarón y nunca se iba a fijar en mí.
–Como usted diga.
Salimos del gimnasio y ella me entregó una toalla y casi de inmediato, estábamos sentados en el local vecino tomando un café, yo me secaba el sudor de mis manos en mi ropa y me sentía demasiado nervioso e intimidado ante esa hermosa mujer, nunca pensé que mi jefa iba a ser alguien como ella y era absurdo no mirarla, cuando ella, dando dos palmadas frente a mí, me llamó la atención.
–Te decía Cristóbal, que eres muy afortunado porque te he concedido la pasantía en mi firma – Me miró intimidándome – Quiero aclarar unos puntos, que me gusta la puntualidad, la eficacia y la excelencia y lo que más me cae mal, es la gente que se da el lujo, de no poner atención. Ahora, me vas a decir lo que te dije, apenas llegamos aquí.
Estaba fuera de toda concentración, esta mujer es dinamita pura, no me había entrevistado siquiera y ya me había aceptado en su firma, y yo me encontraba como desorientado que no me lo podía creer, debo parecer un tonto sin saber que responder a todo esto, tomé aire y respiré profundamente para poder hablar razonablemente.
–Yo, lo siento mucho – Me disculpé – Estoy demasiado nervioso, yo pensé que usted iba a ser una persona mayor y lo es, en cierta forma, pero…
Ya no me dejó terminar, esta mujer es muy decidida y me tiene totalmente a su merced, me encontraba como si nunca hubiera visto una mujer como ella en mi vida, pero ella era única, no podía describir que era lo que me tenía así.
–Pero nada, empiezas hoy y te aviso de una vez. Te haremos una pequeña bienvenida en la noche, para que conozcas a todos y tienes dos horas, para ir a comprar un traje. No pensarás que vas a quedarte vestido informal ¿O sí?
Lo movía todo en fracciones de segundo, no sabía que eso se hacía a los nuevos integrantes, yo solo vengo por lo de la pasantía y ella ya me iba a hacer una fiesta de bienvenida, no había escuchado nunca un caso como este, pero no le iba a decir que no.
–En absoluto, pensaba que hoy solo iba a dejar mis documentos y que me integraría después – Repuse muy nervioso.
Capítulo 2. El primer beso de muchosCristóbal Mendoza RamírezLeón, Guanajuato, MéxicoPorque era lo que se hacía normalmente, no sé si aquí tienen esa costumbre con todos, pues ella no me conocía antes como para organizarme algo a mí, me tomaba de sorpresa, pero iría a cambiarme, o compraría lago por aquí cerca, pues no sabía si me iba a dar tiempo de ir y regresar a tiempo, pero mejor no me arriesgaba y compraba algo en la tienda.–No lo andes pensando, Cristóbal – Ella puso una de sus manos sobre las mías y eso desató algo dentro de mí – Terminemos el café y te vas por el traje, te espero en dos horas y cuando digo dos horas, son dos horas.Salí como alma que lleva el diablo a la tienda esa de trajes, esperando que con lo que traía de efectivo, pudiera comprar algo medianamente decente y lo conseguí. Volví antes de las dos horas y ella estaba ahí, en la puerta del despacho y nuestras miradas se conectaron de tal forma que yo, sentí las chispas volar por todos lados. Esa mujer era
Capítulo 3. Mi pasante es mi tentaciónIvanna Linares FloresLeón, Guanajuato, MéxicoSupe apenas me fui de dejar a Cristóbal en su casa que, había hecho mal en besarlo. No tenía por qué haberlo besado y no quería ni pensar en lo que pasará el día de mañana. El chico es guapísimo y me ha encantado, me he divertido con él, más de lo que me he divertido con alguien últimamente y a él, se le notaba que le pasó lo mismo conmigo y esos besos que nos dimos, me hicieron viajar al paraíso.Me fui al departamento de mi amigo Axel, pues me gustaba irme a quedar unos días con él y con su novia Amaia, quién apenas llegué, me notó un poco extraña. Y no se quedó callada, pues creo que yo estaba más fascinada con lo que me había pasado, que no me daba cuenta que me encontraba en las nubes.–Hola, güera, ven y cuéntanos ¿Qué hiciste todo el día? – Ella nunca me preguntaba eso – Vienes bien servida y no invitas, te pasas.Me encontraba feliz, pero no era para tanto, para que pensara Amaia, que había b
Capítulo 4. Disipando mi malestarIvanna Linares FloresLeón, Guanajuato, México–Licenciada, digo Ivanna, yo lo siento mucho – Se disculpó – Se me volteó la taza.Pues ya me había dado cuenta y creo que esto me había despertado más rápido que si me la hubiera tomado, esperaba que no me hubiera quemado demasiado, estaba siendo en verdad muy torpe por lo nervioso que yo lo ponía sin siquiera proponérmelo.–Después te disculpas, ve por algo para que yo pueda secarme y limpiar este desorden – Le pedí – Apúrate por favor.Él no sabía ni que hacer, se había quedado petrificado viendo cómo el líquido se iba esparciendo todo, esto era un desastre, necesitaba limpiarme cuanto antes, por eso lo mandé a buscar algo con qué secarme con tanta rapidez.–Sí, licenciada.Cristóbal fue por algo para que yo me limpiara y así lo hice y después, él mismo se encargó de limpiar mi escritorio y de hacerlo de tal manera, que solo verlo hacer algo como eso, estaba encendiendo algo en mí. Este chico era muy t
Capítulo 5. Puras habladuríasCristóbal Mendoza RamírezLeón, Guanajuato, MéxicoDespués de lo ocurrido en el ascensor, en la oficina, yo me concentré en actuar de lo más normal posible. Tenía que estar tranquilo y relajado, no quería volver a cometer ningún error con la licenciada, con Ivanna. Estuve acomodando unos expedientes que ella me dio y llevándolos al área de archivo y ahí me encontré con un compañero de la firma.–Eh Cris, se nota que le gustas – Me abordó él – A ya sabes, a la licenciada. Qué suerte tienes, todos los que trabajamos aquí, ya quisiéramos eso que le gustáramos a esa bella mujer.Yo no iba a estar hablando de si Ivanna me gustaba o no, no me iba a prestar a habladurías, siempre en las oficinas había ese ambiente de chismes y habladurías, quería dejar en claro mi punto de vista, nadie tenía derecho a estar hablando de mí y de Ivanna en esos términos.–No, para nada – Desmentí eso – No seas intenso Leandro. Para la licenciada, yo solo soy un pasante y un emplead
Capítulo 6. Sorpresiva invitaciónCristóbal Mendoza RamírezLeón, Guanajuato, México–Liliana, ¿Qué onda, de qué? – Pregunté haciéndome el loco – Mañana no creo poder ir a Yuriria, tengo capacitación del trabajo nuevo en el que estoy.Me inventaría lo que fuera, con tal de quedarme este fin de semana aquí, yo ya no quería ir allá, aunque sé que me tocará ir a arreglar este asunto con ella, lo nuestro ya no iba a seguir, necesitaba terminarla, pero sé que ella se va a poner mal, pero yo ya no quiero estar con ella.–No me puedes hacer esto, amor – Chilló enfadada – Necesito verte y es cumpleaños de mi hermana, habíamos quedado en salir y en hacer algo.No se me había olvidado, que quedamos en algo, pero no se me va a hacer posible, la pasantía era cosa de seriedad, estaba demasiado cansado como para ir a celebrar el cumpleaños de su hermana. Yo ya no voy a tener tiempo de estar yendo y viniendo, ni tiempo iba a tener para mí.–Lo siento mucho, yo no sabía que esto de la pasantía iba a
Capítulo 7. Cita en el cine, parte 1Ivanna Linares FloresLeón, Guanajuato, MéxicoTenía mucho tiempo sin ir al cine y ahora no sé por qué me atreví no solo a venir, también a invitar a Cristóbal a venir conmigo. Me preocupaba demasiado todo lo que estaba haciendo con él y ya no estaba yo en edad, de andar haciendo estas cosas. Una mujer de 35 casi 36 años, haciendo cosas de adolescente y saliendo con un chico de 25 años, que además es mi pasante. Esto está fuera de toda lógica.–Ivanna, ¿Quieres algo para comer? – Me preguntó muy educado – No pensé en comprar nada a la entrada.Me sacó de mis pensamientos, ahora eso no tenía ninguna relevancia, él podía comprar lo que le diera la gana, lo básico que se venía a comer al cine, unas palomitas y un refresco, no estaba pensando racionalmente, me tenía embobada, era un hombre muy guapo.–Claro, unas palomitas y un refresco.Tenía tantas ganas de que se me olvidaran tantos prejuicios y llevármelo a una habitación de algún hotel, y arrancar
Capítulo 8. Cita en el cine, parte 2Ivanna Linares FloresLeón, Guanajuato, MéxicoSe me había olvidado por completo donde estamos, debíamos desalojar la sala, pues los chicos tenían que hacer el aseo para la siguiente función, pero nada que no se pudiera solucionar, saldríamos de la sala y ya. Aquí no ha pasado nada, no nos habían encontrado en una situación indecente.–Buenas noches, no se preocupe – Respondí despreocupada – Nosotros, ya nos vamos.Me levanté de la silla y Cristóbal hizo lo mismo, le agradecía a la chica que nos vino a interrumpir, pero aquí estaba segura de que no hubiera pasado nada, estaba muy emocionada con lo de Cris, pero por el momento las cosas estaban muy bien pensadas, era demasiado pronto como para que hiciéramos algo más que no fueran unos apasionados besos.–Sí, ya nos íbamos – Cris me secundó – Buenas noches.Salimos del cine caminando de lo más normal y en el pasillo de salida, Cris me sorprendió pegándome a la pared y robándome otro apasionado beso
Capítulo 9. Mi jefa es mi noviaCristóbal Mendoza RamírezLeón, Guanajuato, MéxicoMe había arriesgado con todo y le había pedido a mi hermosa jefa que fuera mi novia, sentía que flotaba entre nubes de la felicidad que estaba sintiendo. Nunca en mi vida había estado con una mujer tan bella como mi novia y ahora que soy el hombre más afortunado del mundo, porque ella me ha dicho que sí, me quedé pensando que tengo encima un grandísimo problema. Tengo que terminar con Liliana a como dé lugar y tengo que hacerlo pronto, antes que esto se me salga de las manos.–Cris, te estaba diciendo que esta noche nos han invitado a cenar – Me dijo Ivanna – Mi mejor amigo Axel y su novia, a su departamento y les dije que sí. Ellos tienen muchas ganas de conocerte.Ivanna me podía invitar a donde ella quisiera, me iba a encantar conocer a sus amigos, yo de esta hermosa mujer lo quería saber todo, estaba bien ir a conocer a su mejor amigo, y a la novia de este, yo estaba a su disposición. Sé que ella po