Capítulo 5. Puras habladurías
Cristóbal Mendoza Ramírez
León, Guanajuato, México
Después de lo ocurrido en el ascensor, en la oficina, yo me concentré en actuar de lo más normal posible. Tenía que estar tranquilo y relajado, no quería volver a cometer ningún error con la licenciada, con Ivanna. Estuve acomodando unos expedientes que ella me dio y llevándolos al área de archivo y ahí me encontré con un compañero de la firma.
–Eh Cris, se nota que le gustas – Me abordó él – A ya sabes, a la licenciada. Qué suerte tienes, todos los que trabajamos aquí, ya quisiéramos eso que le gustáramos a esa bella mujer.
Yo no iba a estar hablando de si Ivanna me gustaba o no, no me iba a prestar a habladurías, siempre en las oficinas había ese ambiente de chismes y habladurías, quería dejar en claro mi punto de vista, nadie tenía derecho a estar hablando de mí y de Ivanna en esos términos.
–No, para nada – Desmentí eso – No seas intenso Leandro. Para la licenciada, yo solo soy un pasante y un empleado más de esta firma. No estén inventando cosas que no son, mejor deberías darme algunos consejos para sobrevivir aquí, tú que ya tienes más tiempo.
Definitivamente, lo mejor era dejar ese tema de lado, las cosas no se iban a poner feas desde un comienzo, cada quien debería meterse en sus propios asuntos, dejar que los demás vivieran su vida como mejor les pareciera. Así que cambié el tema por completo.
–Serás muy buen abogado, querido amigo – Leandro sonreía con ironía – Me cambias el tema y está bien. De consejos solo te puedo decir, que necesitas ser más excelente que lo excelente.
Con eso que decía Leandro me dejaba igual, a eso no me refería cuando le pedí consejos, pero considerando que ya lo había sacado del tema de Ivanna, no me quedaba otra que siguiéramos la conversación por esa vía, mientras me subía en una escalera para acomodar los expedientes, tenía que evitar a como diera lugar, que se tocaran mis asuntos personales aquí.
–Con eso, me dejas igual amigo – Me reí un poco – Todos los abogados buscan la excelencia, eso ya lo tengo claro. Dime algo, no sé, más concreto.
Ya con el gancho de mi interés por saber más como se manejaban las cosas en la firma lo iba a tener hablando para rato, yo me sabía todo lo que se tenía que hacer de la pasantía, pues es mi pase a quedarme a trabajar aquí.
–Bien, no las cachas en el aire, ya veo – Leandro se puso a pensar – Lo que necesitas, es hacer tu trabajo lo más impecable que puedas, porque eso es lo que la licenciada toma mucho en cuenta, a la hora de ofrecer empleo aquí al terminar tu pasantía.
Esa precisamente es la intención en esto de las pasantías, poderse quedar uno en la firma donde la hace, es la finalidad desde de todo, porque vas aprendiendo los manejos de los casos, a los clientes, tienes muchas formas de demostrar que eres digno de quedarte a trabajar en el sitio donde hacer tus prácticas profesionales.
–Sí, ella mencionó que le gusta la eficacia, la excelencia y la puntualidad – Recordé lo dicho por ella misma – Por eso, a pesar de que ya debí haber salido haces una hora, estoy aquí en archivo, ocupándome de dejar todo en orden.
Debía dejar todo en perfecto orden, así como decía Leandro, aquí te estabas jugando un lugar en la firma para trabajar de planta, y ser un abogado reconocido, comenzando desde abajo, te tenías que ganar tu lugar y ahora yo solo quería estar donde estuviera la licenciada Ivanna.
–Sigue así y verás que te la irás ganando, a mí me costó un poco de trabajo – Admitió – No soy tan organizado como lo eres tú, pero con todo y eso aquí me encuentro y no sé qué vio ella en mí, pero me contrató y en ti, ve muchas cosas tú solo créeme.
Ahora era el momento en que me tenía que ir, Leandro estaba volviendo al tema de Ivanna y era mejor evitar todo eso, ya se iría dando cuenta que lo mío no es el chisme.
–Gracias por los consejos, nos estamos viendo por aquí, amigo.
Me salí del área de archivos, no quería tener pláticas personales con nadie y tampoco quería tener problemas. La cabeza me estaba estallando de los nervios y me fui a mi lugar de trabajo. Era viernes y lo bueno de esto es que mañana no toca venir y puedo quitarme un poco la tensión de estos días en casa, pero, por otro lado, el fin de semana me parecerá muy largo sin verla a ella.
–Buenas noches, licenciada – Me despedí de ella – Que descanse y que tenga un bonito fin de semana.
Cómo me gustaría poder invitarla algún lugar para ir a divertirnos, pero ni iba a poder, por lo menos nos no hoy, estoy demasiado cansado, necesito con urgencia meterme a la cama, y olvidarme de todos durante estos días.
–Buenas noches, Cristóbal – Me regaló una hermosa sonrisa – Una cosita más.
El corazón comenzó a palpitarme como caballo desbocado, no sé qué me iba a pedir la licenciada, o que era lo que me iba a decir, pero yo ya estaba a la expectativa, estaba ansioso porque me dijera que quería que saliéramos por ahí a algún lado a divertirnos.
–Dígame.
–Te he agregado a un grupo de W******p de la firma, en el que comento avisos y novedades importantes. Ahora sí, que descanses y que tengas un hermoso fin de semana.
Qué bueno que no se trató de ninguna invitación, tengo demasiadas cosas en que pensar y necesito llegar a mi casa, no voy a salir a ningún lado, la cuestión que tengo pendiente requiere de toda mi concentración, no la iba a tener nada fácil, mi vida estaba a punto de convertirse en un caos, tenía que terminar con mi novia actual.
–Muchas gracias, e igualmente para usted.
Salí de la firma y me fui a casa, tenía muchas cosas en la cabeza y tenía que saber lo que haría de mi vida. Sabía que tenía que ir este fin de semana a Yuriria para ver a mi novia y no sé con qué cara hacerlo, después de lo que ha pasado con Ivanna y lo que es peor, que no me arrepiento de nada de lo que ha pasado con mi jefa. Ella apareció en mi vida y todas las mujeres desaparecieron y eso incluía a mi novia y como si de una señal se tratara, ella me estaba llamando en ese momento.
–Cris, ¿Qué onda contigo? – Me reclamó apenas tomé la llamada – Necesito verte amor, ¿A qué hora llegas mañana a Yuriria?
Era como comenzaba a hablar Liliana, está acostumbrada a ir directo a los reclamos sin siquiera preguntarme ni como estoy, yo no iba a ir este fin de semana a Yuriria, y nada me haría salir de mi casa.
Capítulo 6. Sorpresiva invitaciónCristóbal Mendoza RamírezLeón, Guanajuato, México–Liliana, ¿Qué onda, de qué? – Pregunté haciéndome el loco – Mañana no creo poder ir a Yuriria, tengo capacitación del trabajo nuevo en el que estoy.Me inventaría lo que fuera, con tal de quedarme este fin de semana aquí, yo ya no quería ir allá, aunque sé que me tocará ir a arreglar este asunto con ella, lo nuestro ya no iba a seguir, necesitaba terminarla, pero sé que ella se va a poner mal, pero yo ya no quiero estar con ella.–No me puedes hacer esto, amor – Chilló enfadada – Necesito verte y es cumpleaños de mi hermana, habíamos quedado en salir y en hacer algo.No se me había olvidado, que quedamos en algo, pero no se me va a hacer posible, la pasantía era cosa de seriedad, estaba demasiado cansado como para ir a celebrar el cumpleaños de su hermana. Yo ya no voy a tener tiempo de estar yendo y viniendo, ni tiempo iba a tener para mí.–Lo siento mucho, yo no sabía que esto de la pasantía iba a
Capítulo 7. Cita en el cine, parte 1Ivanna Linares FloresLeón, Guanajuato, MéxicoTenía mucho tiempo sin ir al cine y ahora no sé por qué me atreví no solo a venir, también a invitar a Cristóbal a venir conmigo. Me preocupaba demasiado todo lo que estaba haciendo con él y ya no estaba yo en edad, de andar haciendo estas cosas. Una mujer de 35 casi 36 años, haciendo cosas de adolescente y saliendo con un chico de 25 años, que además es mi pasante. Esto está fuera de toda lógica.–Ivanna, ¿Quieres algo para comer? – Me preguntó muy educado – No pensé en comprar nada a la entrada.Me sacó de mis pensamientos, ahora eso no tenía ninguna relevancia, él podía comprar lo que le diera la gana, lo básico que se venía a comer al cine, unas palomitas y un refresco, no estaba pensando racionalmente, me tenía embobada, era un hombre muy guapo.–Claro, unas palomitas y un refresco.Tenía tantas ganas de que se me olvidaran tantos prejuicios y llevármelo a una habitación de algún hotel, y arrancar
Capítulo 8. Cita en el cine, parte 2Ivanna Linares FloresLeón, Guanajuato, MéxicoSe me había olvidado por completo donde estamos, debíamos desalojar la sala, pues los chicos tenían que hacer el aseo para la siguiente función, pero nada que no se pudiera solucionar, saldríamos de la sala y ya. Aquí no ha pasado nada, no nos habían encontrado en una situación indecente.–Buenas noches, no se preocupe – Respondí despreocupada – Nosotros, ya nos vamos.Me levanté de la silla y Cristóbal hizo lo mismo, le agradecía a la chica que nos vino a interrumpir, pero aquí estaba segura de que no hubiera pasado nada, estaba muy emocionada con lo de Cris, pero por el momento las cosas estaban muy bien pensadas, era demasiado pronto como para que hiciéramos algo más que no fueran unos apasionados besos.–Sí, ya nos íbamos – Cris me secundó – Buenas noches.Salimos del cine caminando de lo más normal y en el pasillo de salida, Cris me sorprendió pegándome a la pared y robándome otro apasionado beso
Capítulo 9. Mi jefa es mi noviaCristóbal Mendoza RamírezLeón, Guanajuato, MéxicoMe había arriesgado con todo y le había pedido a mi hermosa jefa que fuera mi novia, sentía que flotaba entre nubes de la felicidad que estaba sintiendo. Nunca en mi vida había estado con una mujer tan bella como mi novia y ahora que soy el hombre más afortunado del mundo, porque ella me ha dicho que sí, me quedé pensando que tengo encima un grandísimo problema. Tengo que terminar con Liliana a como dé lugar y tengo que hacerlo pronto, antes que esto se me salga de las manos.–Cris, te estaba diciendo que esta noche nos han invitado a cenar – Me dijo Ivanna – Mi mejor amigo Axel y su novia, a su departamento y les dije que sí. Ellos tienen muchas ganas de conocerte.Ivanna me podía invitar a donde ella quisiera, me iba a encantar conocer a sus amigos, yo de esta hermosa mujer lo quería saber todo, estaba bien ir a conocer a su mejor amigo, y a la novia de este, yo estaba a su disposición. Sé que ella po
Capítulo 10. La pregunta inevitableCristóbal Mendoza RamírezLeón, Guanajuato, MéxicoTan transparente era que la amiga de Ivanna se había dado cuenta de que algo me traía, pues en verdad estaba angustiado por mi dilema que me esperaba en Yuriria. Pero yo no le podía contar nada, ella era muy amiga de Ivanna, no le diría que tengo a una novia esperándome.–Amaia, yo no tengo nada. En serio – Le dije muy tranquilo – No tienes nada de qué preocuparte. Esperaba que fueras una mujer mayor, como ya sabes Ivanna y Axel.Me había imaginado que la novia del amigo de Ivanna iba a ser de la misma edad de ellos, pero me había encontrado que incluso se ve mucho menor que yo, y creo que lo es, pero eso tampoco tiene importancia, el amor no tiene edad como se dice y yo lo estoy comprobando.–Bueno, ya has visto que no lo soy y que quiero ser tu amiga – Ella insistía – Se te ve muy tenso, preocupado, como si algo estuviera atormentándote y yo podría ayudarte y si no es así, al menos puedo escuchart
Capítulo 11. La habitación 44, parte 1Ivanna Linares FloresLeón, Guanajuato, MéxicoCris se había llevado de maravilla con Axel, pero también lo había hecho con Amaia, eso me había gustado que ellos lo recibieran bien y que todos vamos a poder vernos con frecuencia y convivir también. Lo único que pensé en toda esa noche, antes de dormir, era en los besos de Cris y en lo mucho que yo hubiera deseado que pasara la noche a mi lado, pero por algo él se había detenido y al día siguiente, al verlo en la firma, lo noté demasiado nervioso.–Buenos días – Saludé a todos en la firma – Cristóbal, por favor, a mi despacho y trae mi agenda, por favor.Debía saludarlo como es debido, necesitaba mi dosis de los besos de Cris y nadie podía decir nada por qué lo estaba llamando a mi oficina por cuestiones de trabajo. Lo que pasara dentro de la oficina ya era asunto nuestro, no de ellos.–Buenos días, por supuesto, licenciada.Cris entró a mi despacho con una cara de nervios y no entendía por qué mo
Capítulo 12. La habitación 44, parte 2Ivanna Linares FloresLeón, Guanajuato, MéxicoYo le desabroché el cinturón de seguridad a Cris y lo besé intensamente para que todos sus nervios se evaporaran en esos momentos, él tenía que relajarse porque hoy era una noche especial, demasiado especial para los dos.–Cris, tranquilo mi amor – Le susurré al oído – Vamos a bajar para que conozcas el lugar.Estaba demasiado emocionada porque sé que esta noche va a ser una de las mejores noches que vayamos a tener, porque va a ser la primera de muchas y Cris tenía que dejar el nerviosismo, no es como si esto no lo hubiera hecho antes, de seguro ha tenido muchas mujeres detrás de él y con las cuales tal vez haya venido a algún lugar como este.–Claro, amor y estoy tranquilo, yo no sé por qué piensas lo contrario.Bajamos del auto con todo y nuestras pertenencias y subimos las escaleras que nos separaban de la habitación del motel. Al entrar ahí, Cris se quedó estudiándolo todo y sonreía como un adol
Capítulo 13. Con los ánimos por el sueloCristóbal Mendoza RamírezLeón, Guanajuato, MéxicoDespués del maravilloso encuentro que habíamos tenido Ivanna y yo, me quedé dormido muy cansado después de tanta actividad. Esta mujer era volcánica, intensa y muy apasionada, tanto que no recuerdo que con nadie hubiera pasado una noche como esta, sentí sus labios besando mi oído y después mi cuello y cuando pensaba que lo íbamos a volver a hacer, ella me sorprendió al estar completamente vestida y arreglada.–Cris, despierta guapo – Me dijo seductoramente – Ya nos tenemos que ir.Me sorprendió por qué Ivanna me estaba despertando, si habíamos quedado que pasaríamos la noche juntos, pensé que le había gustado estar conmigo, pero veo que no. Se me bajaron los ánimos de inmediato, no esperaba que pasara algo como esto.–Ivanna, ¿A dónde? – Pregunté un poco preocupado – Pensé que nos quedaríamos a dormir toda la noche.Estaba muy confundido, jamás una mujer me había subido a lo más alto y me había