Mora se encontraba pensando en él sin querer hacerlo, cuándo sabía que lo mejor era olvidarlo.

Decidió no ir más a su casa, sentía una pena tremenda por Camila, pero tenía que evitar a su padre.

Estaba saliendo de la facultad, cuándo se topó de frente con él.

-Hola.

Ella no atinó ni a saludarlo, pero miró aterrada hacia los costados por si la estaba esperando su novio, era raro que la pase a buscar, prefería arreglar con ella de antemano y encontrarla siempre preparada y lista para él, para salir a cenar o a algún lugar donde se requería vestirse con cierta producción.

-¿Tanto miedo le tenés?

Le dijo, provocador, Piero.

-No le tengo miedo, pero quiero evitar…

-Problemas.

Terminó la frase por ella, porque ya sabía cómo terminaba.

-Vení conmigo.

Le dijo tomándola de la mano.

-No.

-Nena…vení.

Se lo dijo al oído y ella entendió que estaba cayendo en su trampa.

Tampoco quería dar un espectáculo en la puerta de la facultad, por lo que, nerviosa, lo siguió.

Fueron hasta un auto negro, un mer