Piero dispuso que su hija cenara en el cuarto, le había dicho a la niñera que había un evento muy importante en su casa y que no correspondía que haya niños, sabía perfectamente que Camila, curiosa como era, en algún momento iba a aparecer en el evento, esperaba ansioso ese momento, porque sabía que a Amadeo no le iba a agradar enterarse que él conocía y trataba a su prometida.

Mora sonreía casi como una autómata y respondía por compromiso a cada pregunta que algún desconocido le formulaba.

Bruno se acercó a Amadeo y su novia, sólo para hacer sociales y porque le había llamado la atención que varias veces su primo miró a esa belleza y le pareció que ella se había sonrojado.

Definitivamente no la conocía, pensó, aunque algo en ella le resultó familiar.

Era muy rara la situación.

Habló con Amadeo de un tema específico, lo hizo para disimular sus verdaderas intenciones.

Se dio cuenta que el pedante empresario la cuidaba como un diamante, pero que intentaba por todos los medios que ella n