La reunión se extendió por dos horas más porque Bruno no iba a dejar pasar la oportunidad de desenmascarar al abogado del cuál desconfió.Por un lado tenía que esperar que su gente le diera algo con lo que acusarlo y mientras tanto había otras cuestiones que sí se podían verificar desde allí, por ejemplo quién había contratado a la escandalosa docente.Al abogado José Vidal le llegó un mensaje a su celular para que confiese que fue él quién contrató a Carla Ludueña, la docente en cuestión.Sin disimulo, apenas lo leyó, miró a Amadeo, quién lo estaba observando con una mirada tan fría que daba pánico.Al sentirse acorralado y sabiendo que pronto descubrirían que fue él quién era el responsable de que esa docente haya sido empleada, no le quedó más que admitir su responsabilidad.Sabía que Amadeo no lo iba a respaldar y que tampoco lo podía acusar a él, por dos razones, pensaba que no iba a tener ninguna prueba en su contra y segundo, no era idiota, no se podía enfrentar a ese monstruo
Al día siguiente Mora recibió una llamada de la directora del colegio.No entendía nada, pero pensó que podía ser otro juego de Amadeo, por lo que no accedió inmediatamente, le dijo que le contestaba más tarde.Quería ordenar sus ideas.Su cabecita no dejaba de pensar, cuando le sonó el celular de nuevo, era un número desconocido, atendió pensando que si era alguna amenaza de parte de Amadeo, iba a cortar inmediatamente, sin escuchar lo que querían decirle y que con todo el dolor de su alma le iba a decir a la señora Rosita que no podría volver.Buenos días.Dijo tratando que su voz no sonara ansiosa.-¿Mora Duván?-Sí.Dijo cerrando los ojos y ya estaba preparada para cortar.-Soy del directorio del colegio y quisiera disculparme en nombre de todos los accionistas, ya que hubo un malentendido cuando la directora le habló de su despido.-¿Qué?Dijo ella, aunque había escuchado perfectamente.-Lo lamento, fue un error, espero que comprenda y que considere volver a clases en el día de m
-Gracias, no sé que hiciste, pero me salvaste.-De nada, de verdad soy cinturón negro, pero lo que hice fue un pequeño truco, que me enseñó una amiga, su papá es policía y se lo enseñó a ella, por si algún día la molestaban algunos vagos en la calle.-Excelente, enseñámelo, por favor, espero no usarlo nunca, pero Amadeo es mi ex novio y no entiende que no quiero estar con él.-Sos valiente al haber terminado esa relación, hasta a mí, que de verdad soy cinturón negro en karate, me dio mucho miedo, parece poderoso.-Lo es…es muy poderoso y se cree mi dueño.-Que mal.Disimuladamente Sally mira por el espejo retrovisor y se da cuenta que las está siguiendo.-¿No tenés miedo de que te lastime? ¿Te puede seguir y…?Mora instintivamente también mira por el espejo y ve el auto de Amadeo.-¡Mierda!Exclama asustada.-¿Qué sucede?-Nos está siguiendo.-No frenes, va a ser peor.-Es verdad…¿Qué puedo hacer? Si te bajás, te puede atacar.-Yo estaba yendo a la casa de mi novio, lo llamo y le digo
Pronto comenzaron nuevamente los besos, se recorrieron el cuerpo con sus besos, él no podía alejarse de la zona íntima de Mora, le succionaba el clítoris, se lo lamía, con sus dedos la penetraban, la joven estaba mareada de tanto placer.Un orgasmo la atrapó sin poder evitarlo.-Siiii, Piero, siiii, siii.Gemía desgarradoramente.Él vio como Mora se volvía loca por sus caricias y sus besos y sintió que el mundo le pertenecía.La giró en ese sillón tántrico, la besó, comenzando por su espalda, cuando llegó a su cola, no podía pensar en otra cosa que enterrarse en ella.-¿Puedo?Le preguntó en su oído.Le preguntó y sin aclarar nada, pero ella supo que se refería a que quería penetrarla por la cola.-Bueno.Le contestó tímidamente, pensando en que las pocas veces que lo había hecho de esa manera con Amadeo, no lo pasó muy bien.Pero sabiendo que a hombres como ellos hay que complacerlos sexualmente.Mora se quería brindar por entera a Piero y eso era parte del acto sexual, lo tenía clar
Al otro día, sábado, desde las 8 de la mañana Piero estaba reunido con Bruno, ambos estaban manteniendo una teleconferencia con los directivos de una sede que tenía en el viejo continente.Al terminar ya era media mañana, Bruno estaba contento, porque por el momento no tenía que volver a Europa y se podía tomar, luego de fin de año, sus merecidas vacaciones.Estaban charlando sobre las vacaciones, el viudo pensaba llevar a su niña a Punta del Este y dudaba en terminar sus vacaciones en Disney con su hija o en el Caribe, ya que Camila disfrutaba mucho de la playa.-Llevala a Mora para que se haga cargo de… los dos.Dijo riendo a carcajadas.Piero lo pensó en serio, pero sería como reemplazar a su finada esposa, se sentía con culpa por sentir demasiado por la docente de su hija.Bruno, al verlo tan serio, se asustó.-Era un chiste.Dijo.-No puedo…Katy…Dijo Piero ignorando las últimas palabras de su primo.-Hey, era un chiste.-Sí, claro…lo mejor es no verla más, es lo mejor para ella
En la empresa en donde Piero tenía las oficinas centrales, él seguía trabajando, ya había almorzado con su primo y había mirado la hora una docena de veces.-Vamos a revisar un archivo.Dijo Piero, levantándose por sexta vez y fumando otro cigarrillo.-Estás fumando mucho, hasta más que yo.-No…fumo solo unos pocos cigarrillos por día.Al decir eso, miró el cenicero y estaba lleno de cigarrillos.-No todos son míos.Se defendió.Bruno llamó a la secretaria de su primo para que limpiara el cenicero.La oficina era una humareda, no solía serlo.Piero estaba sentado y se levantó de nuevo.Estaba inquieto, no quería ver a Mora, porque le hacía perder el sentido y no podía darse el lujo de estar enamorado.Era eso, no quería enamorarse de ella, la quería solo para tener sexo y nada más y ya lo había tenido, tendría que bastarle.Pero su corazón latía rápido y estaba ansioso, era por cómo estaba su hija, pensó.-¿Vamos a casa?Dijo sin poder contenerse por más tiempo.Ahora sí, la sonrisa d
Camila se metió al agua y llamó a Mora y luego a su padre.Mora tenía sus piernas dentro de la piscina, pero estaba sentada en el borde.-Yo te bajo.Dijo Piero, tomando de las piernas a Mora y luego, sin disimulo, la agarró de la cola, para meterla dentro de la pileta, la deslizó con fuerza y se zambulleron los dos juntos y pegados.Necesitaba sentirla, tenerla.Organizaron un juego entre todos y el viudo no dejaba de molestar a la docente, la rozaba con cualquier excusa.Bruno observaba a su primo, era una persona desconocida para él, nunca se había comportado así.Hasta reía más de lo normal, en un momento pensó que había tomado alcohol, pero no fue así.Al rato Mora fue al baño, el que estaba dentro de los vestuarios.-Voy al baño.Dijo Piero, pensando en perseguir a la maestra de su hija.La sonrisa de su primo no se borraba.Recordó que horas antes, él le había dicho que lo mejor era no verla más.Realmente casi no pudo hablar con Mora, por dos motivos, el primero es que su prim
Mientras tanto, Mora y Piero se habían quedado en la pileta, estaban cerquita de la pared, nadie los veía, por lo que Piero, la acorraló contra la pared besándola y tocándola como quería.Pronto el fuego de un huracán se adueñó de ellos.Sin pensarlo dos veces, le corrió la malla a Mora y él se bajó un poco los shores y se enterró en ella, la había tomado de las caderas y Mora tenía las piernas alrededor de su cintura.Era algo distinto hacerlo en la piscina, al aire libre y casi apurados, por si venía alguien, pero estaban los dos excitados, ella tenía el corpiño levantado sobre sus pechos y él le succionaba los pezones, con un placer absoluto.Les costaba respirar, estaban agitados, gozando, sintiéndose.-Nena, muero por vos.-Sí, sí.-Te amo, te amo.Dice Piero temblando tanto como ella.Sabía que sus palabras tal vez no eran ciertas, pero no podía evitar decirlas.-Yo también.Le confesó en medio de una ola de placer.Mora tuvo un orgasmo que la hizo llegar al cielo y Piero se der