Capítulo 97

Los ojos de Hugo son marrones oscuros, pero con la poca luz que hay en el parque parecen ser negros, como dos hoyos profundos. Tenía años de no verlos, desde aquel día que intentó asesinarme.

Pero esta tarde sus ojos se llenaron de dolor. A medida que voy clavando la navaja en el costado de su barriga, la sangre va saliendo con fuerza, chispeando en el suelo, mezclándose con el agua.

Es como recordar esa tarde, pero esta vez yo soy la agresora.

Y cuando Hugo cae al suelo, me levanto jadeando, tosiendo. La lluvia es el único ruido que escuchan mis oídos.

Dos semanas antes, cuando no tenía idea de lo que sucedía a mi alrededor, me encontraba en el cumpleaños de mi hijo. Todos se encontraban en la hacienda, las familias con sus hijos corriendo de un lado a otro; hasta mis antiguos compañeros de trabajo habían sido invitados y no dejaban de preguntarme cómo fue que sucedió, en qué momento pude conquistar a mi jefe.

—Creímos que habías hecho una inseminación artificial —dijo Camila, una
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo