Eliana apenas había tomado asiento cuando Samuel sonrió con emoción y se inclinó sobre la mesa.—¡Yo sé qué helado vas a pedir! —exclamó con entusiasmo.Eliana arqueó una ceja con curiosidad.—¿Ah, sí? A ver, sorpréndeme.Samuel, con total seguridad, levantó la mano para llamar la atención de la mesera y dijo con voz clara:—Un helado de macadamia con queso, salsa de mora y chicles.Eliana rió suavemente y sacudió la cabeza con diversión.—Me conoces bien.—¡Porque es el mejor helado del mundo! —afirmó Samuel con orgullo mientras daba otra cucharada al suyo.Isaac, observando la interacción, sonrió.—Tienen buen gusto, debo admitirlo.Samuel, aún con energía, desvió la mirada hacia él y preguntó con curiosidad:—¿Y tú qué vas a pedir? ¿O tampoco comes helado?Isaac parpadeó sorprendido por la pregunta repentina.—Claro que como helado.Samuel frunció el ceño pensativo y luego soltó con total naturalidad:—Porque mi papá no come. Dice que es aburrido.Eliana sintió que el ambiente se t
Eliana salió de la heladería con una sensación extraña en el pecho. No podía negar que había disfrutado ver a Samuel reír tanto, pero la tensión entre José Manuel e Isaac era innegable.—¿Te divertiste? —preguntó Isaac mientras caminaban juntos por la acera.—Sí, mucho —respondió Eliana con sinceridad—. Samuel es un niño increíble.—Y tú eres su heroína —comentó Isaac con una sonrisa—. Lo admira demasiado.Eliana suspiró.—Solo quiero que sea feliz.Isaac se detuvo y la miró fijamente.—Entonces sigue haciéndolo así, a tu manera. No dejes que José Manuel ni nadie más te haga sentir que no estás haciendo lo correcto.Eliana le devolvió la mirada, agradecida. Isaac siempre sabía qué decir.Antes de que pudiera responder, su teléfono vibró en su bolso. Al sacarlo, vio que era un mensaje de Alejandro."Nos vemos mañana en mi oficina. Necesito que hablemos sobre el inicio del proyecto."Eliana sintió una mezcla de emoción y nervios. El verdadero reto apenas estaba comenzando.—¿Todo bien?
Eliana salió de la sala con el ceño fruncido. La información que Alejandro había revelado le daba vueltas en la cabeza. Si José Manuel no era el hacker, significaba que había alguien más detrás de todo esto. Alguien con acceso, alguien que había estado manipulando la situación desde las sombras.Sacó su teléfono y llamó a Isaac.—Dime que tienes algo —dijo en cuanto él respondió.—Tú tampoco saludas, ¿verdad? —bromeó Isaac, pero su tono cambió al notar la tensión en su voz—. ¿Qué pasó?—Alejandro confirmó que José Manuel también ha sido víctima de ataques. Eso significa que hay alguien más infiltrado.Isaac hizo una pausa.—Si eso es cierto, entonces quien sea ha estado jugando con los dos desde el principio. Pero si el hacker no puede meterse con José Manuel, ¿por qué parece que él también es una víctima?—Esa es la pregunta —murmuró Eliana, caminando hacia el estacionamiento—. Quiero que revises todo otra vez. Necesitamos encontrar el punto de entrada, el patrón, cualquier cosa que
El silencio en la oficina era tenso, roto solo por el sonido de las teclas siendo presionadas con rapidez. Isaac tenía los ojos fijos en la pantalla mientras sus dedos se movían con precisión quirúrgica sobre el teclado.Eliana, de pie a su lado, cruzó los brazos mientras observaba el código desplazarse en la pantalla. Sabía que estaban cerca.—¿Tienes algo? —preguntó con la voz baja, aunque su tono reflejaba la ansiedad del momento.—Todavía no... —Isaac frunció el ceño y afiló la mirada—. Pero es cuestión de tiempo.Eliana tamborileó los dedos sobre la mesa, impaciente. No podían darse el lujo de perder más tiempo. Sabían que Andrea estaba pasando información, pero necesitaban pruebas irrefutables antes de confrontarla.De repente, un destello rojo apareció en la pantalla de Isaac."ALERTA: Actividad sospechosa detectada. Transferencia de archivo desde dispositivo externo."Los ojos de Eliana se encendieron.—Lo sabía —susurró con una sonrisa afilada—. Andrea está moviendo informaci
Isaac continuaba revisando los datos en su pantalla, su concentración era absoluta. De repente, se detuvo y frunció el ceño.—Espera… hay algo aquí.Eliana se acercó de inmediato, leyendo por encima de su hombro.—¿Qué encontraste?—Una anomalía en los accesos al servidor —explicó Isaac—. Alguien entró con las credenciales de Andrea, pero no lo hizo desde su equipo.Eliana entrecerró los ojos.—Eso significa que alguien más dentro de la empresa está usando su identidad para desviar la información.Isaac asintió y presionó unas teclas más. De repente, una serie de registros aparecieron en la pantalla.—Mira esto… El acceso fue desde la oficina del tercer piso.Eliana sintió un escalofrío.—El tercer piso… solo trabajan los nuevos empleados ahí.Isaac intercambió una mirada con ella.—Exactamente. Y hay un nombre que se repite más de lo normal en los registros.Señaló una línea en la pantalla.—Nicolás Fernández.Eliana sintió un nudo en el estómago. Nicolás había sido uno de los emplea
Con un movimiento rápido, golpeó el escritorio, tumbando una pila de papeles para distraerlos. Antes de que Eliana o Isaac pudieran reaccionar, sacó una pequeña memoria USB de su bolsillo y la lanzó hacia la ventana abierta.—¡No! —gritó Eliana, corriendo hacia la ventana, pero la memoria ya había caído varios pisos abajo.Isaac apretó los dientes.—Debemos detenerlo antes de que recupere eso.Nicolás intentó empujar a Isaac para abrirse paso, pero este lo sujetó con fuerza.—¿A dónde crees que vas? —le dijo entre dientes.Nicolás forcejeó, pero entonces la puerta se abrió de golpe y varios guardias de seguridad entraron.Uno de ellos apuntó directo a Nicolás.—Se acabó. No intentes nada.Nicolás respiró con furia, sus ojos destilando rabia.—No tienen idea de lo que acaban de hacer…Eliana se cruzó de brazos.—Lo que hicimos fue asegurarnos de que no sigas robando información.Nicolás rió con amargura.—Creen que soy el único, ¿verdad?Eliana e Isaac intercambiaron una mirada.—¿De q
Andrea caminaba por el pasillo con su café en mano, intentando enfocarse en su rutina. Pero algo dentro de ella no estaba bien. Desde hace días, sentía que algo había cambiado en la empresa. No sabía qué era exactamente, pero lo sentía en la forma en que Eliana e Isaac hablaban en voz baja cuando ella entraba, en las miradas fugaces que parecían evitar cruzarse con la suya.Fue entonces cuando, sin proponérselo, escuchó algo que la dejó en shock.Se detuvo al pasar cerca de la oficina de Eliana. La puerta estaba entreabierta y las voces en su interior eran lo suficientemente claras como para captar sus palabras.—No sé cómo pude dudar de la lealtad de Andrea —decía Eliana con tono arrepentido—. Ha estado a mi lado desde el principio, siempre fiel, siempre profesional… y aun así, en algún momento la consideré sospechosa.—Lo importante es que ahora sabemos la verdad —respondió Isaac—. No podemos cambiar lo que pensamos en su momento, pero sí podemos reconocer nuestro error.Andrea sint
Isaac entró a la empresa con su usual energía, listo para un nuevo día de trabajo. Sin embargo, en cuanto cruzó la puerta de la oficina de Eliana, supo que algo no estaba bien. Ella estaba sentada en su escritorio, con la mirada perdida en un punto fijo sobre la mesa, y un suspiro pesado escapaba de sus labios.—¿Qué pasó? —preguntó con el ceño fruncido mientras se acercaba.Eliana levantó la vista con una tristeza evidente en sus ojos. No intentó disimularla, lo conocía demasiado bien como para fingir que todo estaba bien.—Andrea renunció.Isaac se quedó en silencio por un momento, intentando procesar la noticia.—¿Renunció? ¿Por qué?Eliana tomó la carta de renuncia que aún reposaba sobre su escritorio y se la extendió sin decir nada. Isaac la leyó rápidamente, su expresión endureciéndose con cada palabra.—¿Esto es por lo que pasó con Nicolás? —preguntó finalmente, levantando la mirada hacia ella.—Sí… —Eliana se pasó una mano por el cabello, agotada—. Nos escuchó cuando hablábamo