Sentía muchas cosas confusas hacia el padre de Derek, desde miedo, hasta desconfianza, hasta haber creído que él era distinto, hasta llegar al punto de no saber en que creer acerca de él, aunque no esperaba nada demasiado bueno de los Woods, de ninguno que compartiera su apellido, aquella era la razón por la que había elegido mantenerse silenciosa ante el llamado de Matthew, sabiendo que en algún punto, él sabría que ella se encontraba, solo que no esperaba que fuese tan rápido, mucho menos esperaba que él contara con llaves de aquel baño, el cual abrió sin algún pudor, mirando a la llorosa muchacha arrojada en el suelo.Un flashback acampó en la cabeza de Matthew sin él poder evitarlo, había visto cientos de veces a la madre de Derek así, arrojada en el suelo, consumida en su miseria; en los ojos de Adalia podía ver un doctor casi tan fuerte como el que veía en los ojos de su mujer, hace más de una década atrás, se parecían demasiado, pero eran tan distintas, no sabía como describirl
No sabía exactamente como procesar toda la información que había recibido, tampoco sabía como sentirse al respecto, para ella no era nada nuevo que lo Derek sentía hacia ella, no era algo sano, pero ser llamada "cáncer" y escuchar de los labios de su torturador decir que ella terminaría acabando con él, era algo nuevo, porque Adalia siempre había creído que sería Derek quien —más temprano que tarde— acabaría irremediablemente con ella, sentía que de hecho, estaba muy cerca de su fin; aquella había sido una sensación que no la había abandonado por un mes completo. No sabía si confiar en Matthew, porque aunque tenía sentido que no quería que Derek se "destruyera", sabía que Matthew no era bueno, sabía que él también era un monstruo… así que no terminaba de confiar en él y en sus intenciones de salvarla de Derek.—Hay que salir, hay un montón de personas esperándote, el padre también ha llegado. —Matthew sostuvo la mano de Adalia, pero la muchacha se resistió, una máscara de miedo cubrió
Matthew se encontraba sentado en la puerta frente a la habitación en la que Adalia permanecía encerrada, había "hablado" con ella, si se le podía decir así, porque en realidad solo le había hecho un par de preguntas desanimadas y le había insistido en que saliera; el antiguo Matthew, aquel que había acabado con la vida de la madre de Derek, hubiese arrastrado a Adalia fuera de allí, justo después de romper la puerta de la manera que fuera, pero aquel Matthew, el que se encontraba en el suelo observando hacia la nada absoluta, no tenía, ni la energía, ni la voluntad para hacerlo, aquel Matthew solo quería paz, silencio, sentía que se avecinaba, pero no de la forma que nadie esperaba. No se había podido sacar aquella sensación del pecho, de los labios, del corazón.La sensación de que algo se avecinaba.Adalia se había alejado de la cama, se había sentado dándole la espalda a la puerta de la habitación, mientras de vez en cuando y solo de vez en cuando, respondía a las preguntas del hom
Muy pocas veces había visto a su hijo tan furioso e indignado como en aquella ocasión, en la que luego de herir a Adalia, había bajado a gritarle a todos los de aquella boda que se largaran de allí, ni siquiera el flash de las cámaras y los murmullos lo habían detenido para que mostrara su verdadero rostro, o una parte de él, porque su verdadero rostro, había sido conocido únicamente por sus víctimas y por Adalia.Matthew no tenía idea de lo que Derek le había hecho a Adalia, solo sabía que los gritos femeninos se habían prolongado por largos minutos, y que luego Derek había salido y una vez gritado a todos que se fueran al demonio y se largaran de su boda, había roto con su propias manos, casi todas las sillas del establecimiento que había alquilado; sus manos llenas de sangre no lo habían detenido, se hería a sí mismo porque aquella era la única manera de sacar la furia que sentía, una que le quemaba el pecho y lo colocaba al filo de la locura, para la cual no le faltaba demasiado t
Narra Derek:El dolor en mis manos, era completamente insoportable, sentía que como la carne se desprendía de estas ante cada golpe que le daba a las sillas de aquel sitio en donde creí que uno de los mejores momentos de mi vida tendría lugar. Recordarlo solo ocasiona que mi furia crezca mucho más; mis piernas duelen porque ellas reciben el peso de las partes de las sillas que caen, mis brazos pierden la fuerza, pero eso no evita que siga rompiendo absolutamente todo lo que veo. La furia que siento en este instante es una que me llevaría a matar a la estúpida de Adalia si no me hubiese detenido.Aunque solo me detuve cuando la vi desmayarse; odio cuando lo hace, podría seguirla golpeando cuando se encontrara desmayada, ¿pero tendría algún sentido? Quiero que sus ojos azules me miren mientras la hiero, porque es lo que se merece. Nunca nada es suficiente, nunca nada lo será para que sus ojos me miren con genuino amor. La única razón por la que Adalia no está muerto ahora mismo, es porq
Su cuerpo flaqueó, queriendo caerse, pero tenía que sacar fuerzas de donde no tenía, porque él la atraparía, algo le decía que por más duro que corriera, él terminaría atrapándola siempre.Un grito se desprendió de los labios heridos de la muchacha; las aberraciones a las que había sido sometida en aquella luna de miel, la perseguían, dos días completos de torturas que su cuerpo apenas había soportado, sentía que la muerte bailaba en su interior, y que pronto iría por ella.La rubia bajó con rapidez las escaleras, ignorando el insoportable dolor en su cuerpo, el cual no soportaba un daño más, suficiente había soportado, dos días en aquella "luna de miel" habían sido peores que todos los meses que él la había torturado. Su cabeza dolía, sus piernas temblaban, su intimidad sangraba, sus ojos lloraban, el fin estaba demasiado cerca.Sentía sus pasos demasiado cerca, ella apenas usaba algo de ropa, él no había terminado, terminaría con su sadismo cuando le diera la gana, pero ella no lo s
El tiempo pareció detenerse, su cuerpo no lo procesaba, sus ojos no daban crédito a la imagen que observaba, a la imagen de Derek siendo brutalmente golpeado por Chad.Un solo movimiento el cuerpo herido de Adalia no consiguió emitir, como una pequeña niña, cerró sus ojos, acurrucándose en su miseria mientras escuchaba los jadeos de ambos hombres a medida que se deshacían a golpes, en su cabeza había tanto dolor, tanto horror, que ni siquiera era capaz de concebir un solo pensamiento, solo podía pensar en lo herido que se encontraba su cuerpo, en el martirio que hace no demasiados instantes había tenido lugar en su interior.Los ojos de Derek cruzándose con los de Chad, había sido como dos mundos colisionando con violencia, un choque explosivo de dos tierras por completo distintas.Un fuerte puñetazo se atestó en el pecho de Derek, sacándole todo el aire, el hombre estiró su mano, intentando buscar su arma, pero sus intentos fallaron.Aprovechó la pequeña distracción de Chad, para gol
No sabía por cuanto tiempo había tocado la puerta de aquella habitación en donde Adalia estaba encerrada con otro hombre, tal vez por treinta minutos completos, en donde había colisionado sus manos, su cabeza y todo su cuerpo contra el duro material, aquella era la razón por la que no sentía casi ninguna de sus extremidades, incluidas sus piernas, las cuales andaban por inercia.Ella no saldría de allí por voluntad propia, él tendría que sacarla a la fuerza, pero no estando desarmado, no estando como estaba, al punto del desmayo.La furia generaba espasmos en su cuerpo, sus débiles extremidades se sacudían con la brusquedad de una bestia, los ojos de Derek se encontraban llorosos por la desesperación, sangre se esparcía por sus manos.Tocó la puerta una vez más, era ignorado por la muchacha a la que amaba mientras ella se encontraba en una habitación con otro hombre, que podía verla casi sin ropa, porque así los había encontrado aquel maldito sujeto, el cual debía de estar muerto. Hab