Su cuerpo flaqueó, queriendo caerse, pero tenía que sacar fuerzas de donde no tenía, porque él la atraparía, algo le decía que por más duro que corriera, él terminaría atrapándola siempre.Un grito se desprendió de los labios heridos de la muchacha; las aberraciones a las que había sido sometida en aquella luna de miel, la perseguían, dos días completos de torturas que su cuerpo apenas había soportado, sentía que la muerte bailaba en su interior, y que pronto iría por ella.La rubia bajó con rapidez las escaleras, ignorando el insoportable dolor en su cuerpo, el cual no soportaba un daño más, suficiente había soportado, dos días en aquella "luna de miel" habían sido peores que todos los meses que él la había torturado. Su cabeza dolía, sus piernas temblaban, su intimidad sangraba, sus ojos lloraban, el fin estaba demasiado cerca.Sentía sus pasos demasiado cerca, ella apenas usaba algo de ropa, él no había terminado, terminaría con su sadismo cuando le diera la gana, pero ella no lo s
El tiempo pareció detenerse, su cuerpo no lo procesaba, sus ojos no daban crédito a la imagen que observaba, a la imagen de Derek siendo brutalmente golpeado por Chad.Un solo movimiento el cuerpo herido de Adalia no consiguió emitir, como una pequeña niña, cerró sus ojos, acurrucándose en su miseria mientras escuchaba los jadeos de ambos hombres a medida que se deshacían a golpes, en su cabeza había tanto dolor, tanto horror, que ni siquiera era capaz de concebir un solo pensamiento, solo podía pensar en lo herido que se encontraba su cuerpo, en el martirio que hace no demasiados instantes había tenido lugar en su interior.Los ojos de Derek cruzándose con los de Chad, había sido como dos mundos colisionando con violencia, un choque explosivo de dos tierras por completo distintas.Un fuerte puñetazo se atestó en el pecho de Derek, sacándole todo el aire, el hombre estiró su mano, intentando buscar su arma, pero sus intentos fallaron.Aprovechó la pequeña distracción de Chad, para gol
No sabía por cuanto tiempo había tocado la puerta de aquella habitación en donde Adalia estaba encerrada con otro hombre, tal vez por treinta minutos completos, en donde había colisionado sus manos, su cabeza y todo su cuerpo contra el duro material, aquella era la razón por la que no sentía casi ninguna de sus extremidades, incluidas sus piernas, las cuales andaban por inercia.Ella no saldría de allí por voluntad propia, él tendría que sacarla a la fuerza, pero no estando desarmado, no estando como estaba, al punto del desmayo.La furia generaba espasmos en su cuerpo, sus débiles extremidades se sacudían con la brusquedad de una bestia, los ojos de Derek se encontraban llorosos por la desesperación, sangre se esparcía por sus manos.Tocó la puerta una vez más, era ignorado por la muchacha a la que amaba mientras ella se encontraba en una habitación con otro hombre, que podía verla casi sin ropa, porque así los había encontrado aquel maldito sujeto, el cual debía de estar muerto. Hab
El silencio, era el único testigo del cuerpo de Matthew golpeándose bruscamente con aquellos duros escalones, hasta que finalmente su cuerpo colisionó contra el suelo.Fue un ruido seco, brusco, infernal.Su cráneo se colisionó contra el duro material; sus labios escupieron sangre.Los pasos de Derek se dejaron escuchar, bajando con lentitud los escalones.Parecía el sonido del infierno haciéndose próximo a él, tal vez lo era.Su hijo caminó, hasta quedar frente al hombre arrojado en el suelo. El gran Matthew Wood; dotado de aquella belleza asesina, de aquellos ojos fríos, de aquel pasado oscuro, de aquella juventud eterna.El gran Matthew Wood, que se encontraba herido en el suelo.Herido, no muerto.Derek ser percató de sus movimientos.Era un hombre fuerte, todos los Woods lo eran."No volverás a ver a Adalia jamás".Aquellas palabras, habían activado en él un trigger, como el de un arma. Un trigger que tenía que ser disparado.Aunque tuviese que traicionar a su propia sangre, él m
Su corazón estaba marchito de dolor por ella, lloraba sin derramar una sola lágrima porque sabía que a la muchacha no le gustaba que sintiera lastima de ella, pero ¿cómo no hacerlo? No había parte de su cuerpo que no se encontrara herida, en sus ojos había el abismo más oscuro y profundo, uno en el que Chad se perdía cada vez que la miraba, la habían dañado, la habían roto, alguien había casi acabado con su vida.Se encontraba entre los brazos de Chad, sacudiéndose entre lágrimas que salían casi sin su consentimiento, miraba hacia la nada absoluta en donde sus ojos se perdían.El silencio los cubría, nadie podía decir nada, no se alejaba de los brazos de Chad, no podía hacerlo, no cuando por fin sentía que alguien podía salvarla del infierno que aquel día, iba a terminar acabándola.Los recuerdos de cada abuso de Derek, se presentaron ante ella como un estruendoso trueno que quebró el cielo de su cabeza.—Adalia. —La muchacha elevó apenas su vista cuando él la llamó—. ¿Puedes… por fav
Era amargo para Adalia haber escuchado a Derek pronunciar las mismas palabras que en su carta ella había escrito.Ambos estaban destinados a ser una tragedia, lo eran desde ya.Aquellos, eran pensamientos particulares para una muchacha que se encontraba arrojada en la parte trasera del asiento de un carro en el que la habían obligado a estar.Por sus ojos se destilaba su alma en forma de gotas.No tenía el vigor suficiente para intentar nada que la liberara del que parecía que sería su destino.En la cabeza de Adalia empezó una guerra sin algún final.Cada llanto, cada golpe, cada grito habían apagado los colores de su alma.Solo podía caminar entre la oscuridad, con la esperanza de que en la otra vida, pudiera aferrarse a una partícula de luz.En la oscuridad a la que aquel hombre de pelo castaño la había sometido, y la sometería, quizás para siempre.Pero, ¿qué era para siempre?Quizás un instante.Cada intento de Adalia por salir de aquel auto, era erradicado con un golpe.Las mano
Capítulo 236: PARTE I Ambos fueron un silencio que pronto se quebró. El rostro de Derek impactó violentamente contra el cristal del auto. Los cristales se adentraron en su rostro, en sus ojos, en su cuello. La sangre empezó a destilar con su característico olor que anunciaba la muerte. Adalia se removió en su asiento, se removió con brusquedad, pero a diferencia de él, no se provocó ninguna herida mayor. Aquel había sido el beneficio de haber sido arrojada como un costal de tubérculos en el asiento trasero. Ella no había recibido el brusco impacto de Derek. El azul de sus ojos, conectó con los del hombre. Tembló. Tembló como una hoja expuesta al viento del abismo. Sus dedos se volvieron nada, sus movimientos se volvieron aire que sopló, alejándose de ella. Lo vio intentando moverse. Vio a la bestia intentando moverse. Pero no pudo. Él no pudo hacerlo. Los vidrios incrustados en su cuello, le arrancaban la vida. El olor metálico la arropaba. Le tomó unos minutos largos
Las ramas se quebraban debajo de los pies de Adalia.Corría sin mirar atrás, lo había hecho por algunos diez o quince minutos, no tenía idea.Corría hacia donde había visto a Chad por última vez.Corría con la esperanza de encontrarlo con vida, no sabía que tan débil era aquella posibilidad.Había visto como su cuerpo era aplastado por aquel auto.Los recuerdos la despojaron de aire por unos instantes.Se obligó a sí misma a mirar hacia atrás, percatándose de que él no la perseguía.Ella no tenía alguna idea de que él estaba muerto, de que ella había sido su última fantasía, de que segundos antes de morir, él había imaginado la vida que le hubiese gustado tener, la vida que hubiese tenido si la sangre Wood no se encontrara maldita por la tragedia de una locura que todos los que compartían apellido parecían cargar.La lluvia ocasionaba que sus pies se resbalaran, no tenía idea de como corría sin caerse, por lo húmedo del suelo y por lo lastimada que se encontraba; sentía el hambre de m