Holaaa cariñitos, algo tarde, pero aquí les traigo el segundo capítulo del día!!! ¿Qué piensan de Mattias? Cuéntenme en los comentarios y si no han hecho reseña de la novela, les agradezco mucho si lo hacen y le hacen promoción a la historia en sus redes :) Gracias por leer!! BESOOOOOOS
—Debieron avisarme apenas les llegó la notificación.—Alexis estaba viendo a Maggie con el ceño levemente fruncido, mientras revisaba la carta que llevó el abogado de su ex. Lo cierto era que ese día habían pasado tantas cosas que fue a eso de las siete de la noche cuando pudieron terminar avisandole de lo sucedido, el hombre no dudó un segundo en ir hasta su apartamento que era donde estaban en esos momentos. —Pasaron otras cosas que tuvimos que atender de urgencia— le dijo ella, justo cuando Nathaniel llegó llevando en brazos a Dan que parecía no querer separarse del castaño. Ambos hombres compartieron una mirada, antes de hacer cada uno una inclinación de cabeza a manera de saludo, que hizo que Maggie blanqueara los ojos. Nathaniel caminó hasta el sofá donde la chiquilla estaba y se sentó a su lado, antes de poner a Dan en el suelo junto a los legos con que jugaba anteriormente. Solo entonces llevó la mirada hacia el abogaducho. —Además no pensábamos hacerte venir, con enviarte
El domingo pasó como un borrón, tal como Nathaniel dijo fueron a hablar con Becca quien nada más verla la abrazó y luego besó las mejillas de Dan que se había lanzado a sus brazos con emoción. Luego tuvo que aguantar un sermón de casi media hora por parte de la mujer cuando vio que le había llevado un mercado, pero al final terminó recibiendolo, cuando ella le había preguntado si había hablado con George ultimamente, esta se había mostrando confundida y ahí Maggie supo que ese idiota le había mentido, por lo que procedió a contarle todo lo ocurrido. La mujer ni siquiera lo dudó cuando le dijo que contara con ella para testificar y luego con lágrimas en los ojos la había vuelto abrazar y Maggie le prometió que la visitaría más seguido. Ahora era lunes por la mañana, Nathaniel se había quedado nuevamente con ella y estaban en camino a la comisaría, Maggie hubiese preferido dejar a Dan primero en la guardería, pero no tenía sentido llegar a la empresa para irse de inmediato y volver a
Durante todo el camino Maggie no dejó de sonreír como tonta y podía ver que Nathaniel tenía los ojos brillantes y en cada oportunidad que tenía le tocaba la mano y la miraba. Y es que, luego de que ella se hubiese declarado él la había besado con tanta profundidad que por poco le fallaban las piernas y aunque no le había respondido de la misma forma, ella no lo estaba esperando, simplemente fue algo que necesitaba decir y sabía que cuando él se sintiera listo se lo diría también. Cuando la empresa se alzó frente a ellos, sintió que se le formó un revoltijo en el estómago, ese era el primer día que llegaban a la empresa de la mano, juntos como una pareja. Sin embargo, nada más tenía que ver la enorme sonrisa de Nate para que los nervios desaparecieran. —Nena, no tienes por qué estar nerviosa, después de este fin de semana no creo que nadie tenga dudas de que eres mía y yo soy tuyo. El sonrojo que se apoderó de su rostro fue inmediato y la calentura le invadió el cuerpo al escucharlo
Maggie estaba que se quedaba sin uñas de los nervios. El comunicado en el que hacían pública su relación ya estaba en circulación. Nathaniel era muy amigo del dueño de una empresa de tecnología en Los ángeles y su esposa, Hanna Harrison, era una periodista y comunicadora social muy buena, ella les había ayudado con la redacción de todo y luego los ayudó a hacerlo masivo, lo que se reducía a que todo el mundo estaba hablando de ella. Sus dedos se deslizaban con vehemencia por la pantalla de su celular viendo como había cientos de comentarios en los que las mujeres debatían si su cuerpo era natural u operado, si su belleza estaba a la altura de Nathaniel y si ella sería una caza fortuna más. —¿Todavía estás viendo los comentarios?—La voz de Mindy la sobresaltó y cuando alzó la mirada se encontró con el rostro ceñudo de la chica que traía dos sodas en la mano. Ese día Maggie se había arriesgado y decidió llegar a la cafetería de la empresa con Dan, aprovechando que Nathaniel estaba re
Nathaniel estaba en la parte de abajo del edificio de la chiquilla esperando a que bajara, las cosas parecían haberse calmado un poco luego de que Rufus Green haya dado la declaración explicando el video en que él aparecía golpeándolo, obviamente todo lo que dijo fue mentira, pero sirvió para que la gente dejara de atacarlo.Sin embargo, eso no era lo que estaba en su mente en esos momentos, sino el hecho de que estaba a punto de llevar a la chiquilla a una reunión donde estaría toda la familia Montgomery, listos para caerle encima como pirañas.Aunque ella se había mostrado serena en los últimos días, él sabía que todo el tema la tenía bastante nerviosa.Estaba a punto de entrar a buscarla, cuando la vio salir y en esos momentos sintió que se quedaba sin respiración, ella se veía impresionante. Hermosa, poderosa, y no pudo hacer más que sonreír como idiota mientras que el corazón le latía desbocado y sus ojos la recorrían entera.Llevaba un vestido de un color azul noche hermoso. La
Nathaniel podía sentir la mirada de la chiquilla fija en él, taladrandolo en busca de respuestas, pero él no sabía que carajos decirle, no tenía respuestas para darle porque no entendía qué era lo que estaba pasando. Y es que ¡Un compromiso!, joder, de dónde pudo haber sacado esa mujer la idea que ellos pensaban casarse. Los susurros sorprendidos y los cuchicheos poco disimulados era lo único que se escuchaba en todo el salón y eso solo había conseguido que se pusiera mucho más a la defensiva, hasta que la voz asustada de Maggie llegó hasta él. —¿Nathaniel qué está pasando? Los ojos oscuros de Nathe fueron de inmediato a la dulce mujer a su lado y al ver su gesto preocupado y molesto, apretó su mano y acercó su rostro al suyo para susurrar, muy cerca de sus labios.—No lo sé, nena, te juro que no tenía idea de nada de esto, pero ahora mismo vamos a averiguarlo. —¿Cómo?— la voz de Maggie no fue más que un susurro, y en el momento en que sintió los labios húmedos y tibios del casta
Los últimos días se habían convertido en una locura llena de medios, periodistas y noticias falsas que tenían a Maggie al borde de un colapso, pues todo el mundo parecía creer que su compromiso, de por sí falso, se debía a que ella estaba embarazada, lo cuál era también falso. Y para empeorar toda la situación, finalmente había llegado el día de la conciliación por la custodia de Dan y debía enfrentarse a su ex. Podía sentir como los nervios bullían dentro de ella, mientras que su cerebro se encargaba en esos momentos de planetar cientos de escenarios en los que perdía a su hijo llevándola al borde del colapso. —Nena, todo va a salir bien, tienes todas las de ganar—La voz de Nathe, quien iba manejando el auto directo al juzgado, consiguió sacarla de su espiral de pensamientos. Ella lo miró de inmediato y tal como pasaba últimamente, una sola mirada o sonrisa de su parte conseguía calmar y aliviar todas sus preocupaciones. Antes de Nathaniel nunca se había enamorado y por eso ahora
La rabia, la indignación y la decepción estaban causando estragos en el interior de Nathaniel, podía sentir a Maggie caminando a su lado mientras salían del juzgado y como la tensión en su cuerpo incrementaba con cada paso que daban y es que no podía borrar de su mente la imagen de la m*****a foto de ellos tomados de las manos. Ella le dijo que no había nada entre ella y el abogaducho, le aseguró que eran solo amigos y hace menos de una semana le dijo que estaba enamorada de él, entonces no entendía qué m****a era lo que estaba pasando. Por un segundo esperó que fueran imagenes falsas, que la chiquilla le dijera que era un maldito montaje y él no habría dudado ni un segundo en creerle, pero no, en su lugar tuvo que quedarse callado como un idiota, para no decir algo que terminara empeorando la situación, pues enojado o no, nunca haría algo que dañara al pequeño Dan. Cuando llegaron al auto vio como ella dudó antes de acercarse, como si no supiera su debía o no irse con él, tenía lo