Holaaa holaaaaa, bueno aquí tienen el capítulo, las cosas ya se están solucionando, el final está muuuuuuy cerca. Besooooos
Habían pasado ya cuatro días desde que George se presentó en su apartamento y les contó todo lo que planeaban hacer Lorena y su madre y aunque su primera reacción fue ir de inmediato a reclamarles, la chiquilla lo detuvo y le hizo saber que eso no serviría de nada, ella quería darles una lección de una vez por todas. Él estaba totalmente de acuerdo y es que aún no podía creer los alcances que tenían esas dos mujeres. No entendía cómo era que la obsesión de esa mujer había llegado a tanto como para terminar comprometiendo la empresa a la que le había dedicado casi la mitad de su vida. Y fue justamente por eso que junto al detective Michael, quien además se estaba encargando de la condena de Alexis y donde él y Maggie tuvieron que dar su declaración, había planeado una estrategía para demostrar y dejar al descubierto los actos de traición de Lorena. Y es que la información que Lorena había filtrado, la competencia ya había comenzado a hacer uso de ella, eso lo sabían porque el ex de
Las cosas pasaron demasiado rápido luego de la captura de Lorena, para empezar la mujer no aguantó la presión al momento del interrogatorio y había terminado delatando a Barbaran diciendo que ella estaba enterada de lo sucedido, sin embargo más allá del conocimiento de hecho, la madre de Nathaniel no tuvo más que ver en lo sucedido. O al menos que pudiera probarse. Sin embargo, George estaba dispuesto a testificar y contar como la mujer lo había contratado para engañarla y quitarle su dinero, pero Maggie había decidido que lo mejor era simplemente dejar las cosas como estaban. Nathe había cortado todo tipo de comunicación con su madre, le había quitado toda ayuda económica y la había dejado únicamente con la casa y la mensualidad que Edmund le dejó al morir, ella sabía que para una mujer como Barbara eso era un castigo suficiente. Aparte del hecho de que su hijo no quiere ni verla. Por otra parte estaba George, habían pasado ya 10 días desde que la captura se llevó a cabo y en este
Finalmente el gran día había llegado y Maggie tenía los nervios y la emoción a flor de piel, mientras se miraba en el espejo de cuerpo completo de la habitación de la casa que la abuela Dortehea les había regalado hace unos días. Su panza de ya 3 meses comenzaba a notarse un poco, pero eso no evitaba que se viera hermosa, se sentía hermosa y saber que estaba a punto de unir su vida a la del hombre que amaba lo hacía todo mucho mejor. Dos golpes en la puerta la hicieron girar justo cuando esta se abría y la abuela Dorothea aparecía en el umbral. La anciana al verla le regaló una enorme sonrisa y acortó el espacio que las separaba. —¿Estás lista para el gran momento, nieta? Bueno, la verdad era que aunque estaba nerviosa, si que estaba lista, la emoción y la alegría que sentía eran mucho más grandes que los nervios y el miedo, que también estaba presente, pues era una decisión muy grande la que tomaba. —Lo estoy, nunca he estado más lista antes. La anciana al escucharla hizo muc
Maggie se encontraba en su nueva casa, rodeada de cajas, tratando de organizarse, pues aunque ya llevaban seis meses de mudados todavía tenían muchos regalos del matrimonio sin abrir y con todo el tema del embarazo ella se había vuelto un poco más lenta. Habían pasado algunos meses desde su emotiva boda, y ahora estaban ansiosos por comenzar esta nueva etapa juntos. Pero lo que no esperaban era que esta etapa comenzara de una manera tan inesperada. Maggie había estado sintiendo algunos dolores en el abdomen, pero los había atribuido al estrés de la mudanza y el malestar propio del embarazo, ese que ya desde hace dos meses venía haciéndose además frecuente. Sin embargo, cuando uno de esos dolores se intensificó repentinamente, dejándola doblada de dolor en el pasillo de su nueva casa, supo que algo no estaba bien. Con la voz temblorosa y el miedo y los nervios recorriendo todo su cuerpo, se sostuvo su panza de embarazada que ya era bastante grande y llamó al castaño con todas las
La casa de Maggie y Nathaniel estaba decorada con luces centelleantes y adornos festivos. La Navidad había llegado, y con su hija recién nacida, la familia tenía un motivo más para celebrar este año. Sentados en el acogedor salón, Maggie y Nathaniel compartieron una sonrisa cómplice mientras recordaban los desafíos que habían superado juntos. Desde el momento en que Maggie perdió la memoria hasta el descubrimiento de la traición de Lorena, habían enfrentado pruebas que solo habían fortalecido su amor. Ahora, se encontraban en un lugar de paz y felicidad que habría parecido inalcanzable en algún momento. La abuela Dorothea, con su mirada sabia, observaba a su familia. Era una presencia tranquilizadora, y su corazón estaba lleno de amor por los momentos preciosos que compartían. Mindy, la amiga más cercana de Maggie, había llegado temprano con una caja de regalos y una sonrisa traviesa. --Traje un juego para después de la cena-- anunció mientras colocaba la caja debajo del árbol de N
Maggie salió del restaurante a las 5:00 am cuando finalmente terminó su turno. El día anterior había tenido que doblarse para poder conseguir algo de dinero extra y así poder completar lo que le faltaba para el alimento de Daniel, su pequeño hijo de dos años y medio, por lo que ahora el agotamiento y el dolor en los pies amenazaba con hacerla caer. Con un suspiro cansado emprendió su camino directo hacia la casa. Cuando llegó ya eran casi las 7 de la mañana y todo su cuerpo le dolía, en especial sus pies que los sentía hinchados y pesados, pero todo aquello pasó a segundo plano cuando al tocar la puerta de su vecina lo primero que vio fue el rostro de Dan. —¡Maaaaaam!— ella se derretía cada vez que veía a su pequeñín. En el momento en que lo tomó, el bebé se aferró con fuerza a su cuello, dándole una hermosa sonrisa que mostraba sus encías y pequeños dientecitos. —Oh, ¿Cómo se portó mi niño hermoso? La vecina, se rio cuando Dan dejó salir un grito emocionado, como siempre pas
La mano de Maggie fue directo al rostro del hombre dándole una estruendosa bofetada que le coloreó la mejilla antes de decir:—Eres digno hijo de tu madre: estúpido y prepotente.Sin más se dio media vuelta y se fue de ahí, alegrándose de no haberlos conocido antes.Nathaniel vio la espalda de la mujer irse, tocó su cara abofeteada y luego regresó a la mansión ignorando directamente al abogado.Las cosas en la mansión no dejaban de empeorar y Nathaniel estaba a punto de perder la poca paciencia que poseía. La llegada de esa joven, Maggie, lo había tomado totalmente por sorpresa, pues aunque era evidente que su madre ya sabía de su existencia, nunca dijo nada. Sus ojos se dirigieron a la fotografía de su padrastro en el escritorio del despacho de la casa. Edmund Montgomery siempre fue un hombre reservado y serio, por eso saber que había tenido una amante y que la había embarazado y abandonado lo había dejado sin palabras. Y eso era algo que Nathaniel podría sobrellevar, inclus
Haber ido nuevamente a casa de los Montgomery había sido una total pesadilla, sin embargo esa vez estaba preparada y gracias a Dios, la reunión fue mucho más corta que la anterior, pero igual de reveladora. Ese hombre, su padre, había pensado en Dan, en sus estudios. Había dividido el dinero que le dejó y metido una parte en un fideicomiso que solo se podría usar para los estudios de su niño. Por primera vez sintió nostalgia por no haberlo conocido, al menos para poder darle las gracias. Por otro lado también estaba sorprendida por el cambio de actitud que había mostrado Nathaniel. A diferencia de la primera vez, se ofreció a enseñarle la empresa al día siguiente, pues ese era otro de los condicionantes del testamento: para tener acceso a lo que le dejaron, debía aceptar su lugar en la empresa. Maggie no sabía qué era lo que tenía ese hombre que hacía que ella no pudiera alejar sus ojos de él, quizás se deba a que ella nunca había visto un hombre tan imponente y atractivo antes.