Hola cariñitos!! Mil gracias por los comentarios que han dejado en el capítulo pasado, me hace muy feliz leerlas!! Si alguna no ha dejado reseña en el perfil de la historia las invito a hacerlo, eso me ayuda a que otros lectores se motiven a leer! Mil gracias por todo el apoyo!
Nathaniel no podía creer el grado de descaro que ese hombre podía tener, sus ojos se fueron de inmediato hacia donde Maggie, delante de él, con manos temblorosas seguía sosteniendo la notificación que el abogado acababa de darle. Dan, todavía se apresaba con fuerza a su cuello y él dejó un beso en la cabeza rubia del niño, y caminó hasta donde la chiquilla estaba. —Nena— la llamó, pero ella seguía con la mirada fija en donde su ex se había ido. Dan sacó la cabecita de su cuello y él le dio una sonrisa que él pequeño poco a poco le regaló, antes de llevar la mirada a su madre. —¿Nani? Nathaniel notó que él estaba comenzando a ponerse nervioso ante el silencio de su madre, por lo que avanzó dos pasos y se paró enfrente de ella y sólo entonces vio sus ojos cristalinos de lágrimas y el rostro muy enrojecido y él supo que era de la rabia.Con cuidado tomó con su mano libre el papel que la chiquilla sostenía con fuerza y con algo de dificultad desdobló la hoja y leyó su contenido, dánd
Cuando la camioneta de Nathaniel salió del parqueadero del centro comercial Maggie se quedó sorprendida al ver la avalancha de periodistas que se lanzó contra ellos y ella por mero impulso apretó el cuerpo de Dan contra el suyo. —Nathe ¿Qué está pasando? Nathaniel dio una mirada a la chiquilla a su lado y se maldijo por no haber instalado aún la sillita de bebé en su auto, esa que había comprado hace más de una semana. —Todo va estar bien, nena, simplemente sonríe, estarán esperando verte en tu peor momento, no se los des. Maggie hizo caso a las palabras del castaño y aún cuando sentía que el corazón le latía con mucha rapidez se encargó de sonreír a los periodistas que se lanzaban contra el auto como si nos les importara que los arrollaran. Nathaniel pitaba pacientemente e ignoraba de manera experta la manera en que le tocaban la ventanilla del auto, y ella no entendía como podía verse tan tranquilo, hasta que finalmente luego de acelerar los periodistas se dispersaron y les per
—Debieron avisarme apenas les llegó la notificación.—Alexis estaba viendo a Maggie con el ceño levemente fruncido, mientras revisaba la carta que llevó el abogado de su ex. Lo cierto era que ese día habían pasado tantas cosas que fue a eso de las siete de la noche cuando pudieron terminar avisandole de lo sucedido, el hombre no dudó un segundo en ir hasta su apartamento que era donde estaban en esos momentos. —Pasaron otras cosas que tuvimos que atender de urgencia— le dijo ella, justo cuando Nathaniel llegó llevando en brazos a Dan que parecía no querer separarse del castaño. Ambos hombres compartieron una mirada, antes de hacer cada uno una inclinación de cabeza a manera de saludo, que hizo que Maggie blanqueara los ojos. Nathaniel caminó hasta el sofá donde la chiquilla estaba y se sentó a su lado, antes de poner a Dan en el suelo junto a los legos con que jugaba anteriormente. Solo entonces llevó la mirada hacia el abogaducho. —Además no pensábamos hacerte venir, con enviarte
El domingo pasó como un borrón, tal como Nathaniel dijo fueron a hablar con Becca quien nada más verla la abrazó y luego besó las mejillas de Dan que se había lanzado a sus brazos con emoción. Luego tuvo que aguantar un sermón de casi media hora por parte de la mujer cuando vio que le había llevado un mercado, pero al final terminó recibiendolo, cuando ella le había preguntado si había hablado con George ultimamente, esta se había mostrando confundida y ahí Maggie supo que ese idiota le había mentido, por lo que procedió a contarle todo lo ocurrido. La mujer ni siquiera lo dudó cuando le dijo que contara con ella para testificar y luego con lágrimas en los ojos la había vuelto abrazar y Maggie le prometió que la visitaría más seguido. Ahora era lunes por la mañana, Nathaniel se había quedado nuevamente con ella y estaban en camino a la comisaría, Maggie hubiese preferido dejar a Dan primero en la guardería, pero no tenía sentido llegar a la empresa para irse de inmediato y volver a
Durante todo el camino Maggie no dejó de sonreír como tonta y podía ver que Nathaniel tenía los ojos brillantes y en cada oportunidad que tenía le tocaba la mano y la miraba. Y es que, luego de que ella se hubiese declarado él la había besado con tanta profundidad que por poco le fallaban las piernas y aunque no le había respondido de la misma forma, ella no lo estaba esperando, simplemente fue algo que necesitaba decir y sabía que cuando él se sintiera listo se lo diría también. Cuando la empresa se alzó frente a ellos, sintió que se le formó un revoltijo en el estómago, ese era el primer día que llegaban a la empresa de la mano, juntos como una pareja. Sin embargo, nada más tenía que ver la enorme sonrisa de Nate para que los nervios desaparecieran. —Nena, no tienes por qué estar nerviosa, después de este fin de semana no creo que nadie tenga dudas de que eres mía y yo soy tuyo. El sonrojo que se apoderó de su rostro fue inmediato y la calentura le invadió el cuerpo al escucharlo
Maggie estaba que se quedaba sin uñas de los nervios. El comunicado en el que hacían pública su relación ya estaba en circulación. Nathaniel era muy amigo del dueño de una empresa de tecnología en Los ángeles y su esposa, Hanna Harrison, era una periodista y comunicadora social muy buena, ella les había ayudado con la redacción de todo y luego los ayudó a hacerlo masivo, lo que se reducía a que todo el mundo estaba hablando de ella. Sus dedos se deslizaban con vehemencia por la pantalla de su celular viendo como había cientos de comentarios en los que las mujeres debatían si su cuerpo era natural u operado, si su belleza estaba a la altura de Nathaniel y si ella sería una caza fortuna más. —¿Todavía estás viendo los comentarios?—La voz de Mindy la sobresaltó y cuando alzó la mirada se encontró con el rostro ceñudo de la chica que traía dos sodas en la mano. Ese día Maggie se había arriesgado y decidió llegar a la cafetería de la empresa con Dan, aprovechando que Nathaniel estaba re
Nathaniel estaba en la parte de abajo del edificio de la chiquilla esperando a que bajara, las cosas parecían haberse calmado un poco luego de que Rufus Green haya dado la declaración explicando el video en que él aparecía golpeándolo, obviamente todo lo que dijo fue mentira, pero sirvió para que la gente dejara de atacarlo.Sin embargo, eso no era lo que estaba en su mente en esos momentos, sino el hecho de que estaba a punto de llevar a la chiquilla a una reunión donde estaría toda la familia Montgomery, listos para caerle encima como pirañas.Aunque ella se había mostrado serena en los últimos días, él sabía que todo el tema la tenía bastante nerviosa.Estaba a punto de entrar a buscarla, cuando la vio salir y en esos momentos sintió que se quedaba sin respiración, ella se veía impresionante. Hermosa, poderosa, y no pudo hacer más que sonreír como idiota mientras que el corazón le latía desbocado y sus ojos la recorrían entera.Llevaba un vestido de un color azul noche hermoso. La
Nathaniel podía sentir la mirada de la chiquilla fija en él, taladrandolo en busca de respuestas, pero él no sabía que carajos decirle, no tenía respuestas para darle porque no entendía qué era lo que estaba pasando. Y es que ¡Un compromiso!, joder, de dónde pudo haber sacado esa mujer la idea que ellos pensaban casarse. Los susurros sorprendidos y los cuchicheos poco disimulados era lo único que se escuchaba en todo el salón y eso solo había conseguido que se pusiera mucho más a la defensiva, hasta que la voz asustada de Maggie llegó hasta él. —¿Nathaniel qué está pasando? Los ojos oscuros de Nathe fueron de inmediato a la dulce mujer a su lado y al ver su gesto preocupado y molesto, apretó su mano y acercó su rostro al suyo para susurrar, muy cerca de sus labios.—No lo sé, nena, te juro que no tenía idea de nada de esto, pero ahora mismo vamos a averiguarlo. —¿Cómo?— la voz de Maggie no fue más que un susurro, y en el momento en que sintió los labios húmedos y tibios del casta