La angustiosa incertidumbre, que había tenido a Sofi y a Andy viviendo en una pesadilla, estaba a punto de acabar con la detención de los sospechosos.—Cadena perpetua es lo mínimo que deberían darles —sentenció Andy.La cándida noción que tenía sobre la justicia empezó a desdibujarse cuando los guardaespaldas los llevaron a unas bodegas propiedad de los Sarkovs. Un escalofriante llanto les llegó cuando avanzaban por un oscuro pasillo. Andy cogió la mano de Sofi. De seguro estaba muy asustada y ansiaría la seguridad que sólo su fuerte novio podía brindarle. —Aquí aprendí a andar en motocicleta. Qué recuerdos —dijo ella alegremente. Cruzaron una puerta y se encontraron con Markus y Vincent. Frente a ellos y postrado en el suelo había un hombre, lloriqueando. El delincuente que los había obligado a esconderse y abandonar la normalidad de sus vidas no era más que un cobarde.—¡Da la cara, miserable! —exigió Andy.El hombre se descubrió el rostro y Andy se quedó sin aliento. —¡Te lo d
Pese a los reclamos de Andy, su guardaespaldas lo llevó directo a casa de los Sarkov Reyes. El código rojo ameritaba llevar a los sujetos protegidos a un lugar seguro a la brevedad. —La señorita Sofía está bien, pronto regresará del hospital —le dijo Bruno.Andy se aferró la cabeza. ¿Sabía el hombre lo contradictorio de sus palabras? Nadie que estuviera bien necesitaba ir a un hospital.—Dime la verdad, Bruno. Necesito saberlo, por duro que sea... ¿Ella está entera? Desmembrada en una explosión, así se la imaginaba cuando hablaban de un atentado. —No conozco los detalles, pero su vida no corre peligro. Vamos a la cocina, un té te ayudará a relajarte.Pese a que la sirvienta estaba allí, el mismo Bruno le preparó un té de la bien provista reserva de Sam. Había un té para cada ocasión y lugar o eso decía ella. El de miel con limón era una delicia, pero no se comparaba con el de canela y clavo de olor que preparaba Sofi. Tuvo que conformarse con el de melisa de Bruno. —Esta situación
Luego de la crisis, Sofi y Andy se relajaban en la habitación. Ella estiró los brazos, se oyeron algunos tronidos y sonrió.—Dios, Andy, ¿cuál es la explicación científica para esto?—Me encantaría poder decírtela, pero no soy científico, sólo un hombre común y corriente dispuesto a hacer lo que sea para complacer a su ardiente novia. —Y lo logras. Eres un amante excepcional y el sexo sin cejas es alucinante.—Espero que sea por la falta de cejas y no por lo que fumé, odiaría volverme adicto a algo que no seas tú.—Oh, Andy. Ya me dieron ganas de hacerlo de nuevo. Te ves tan raro e... irresistible. Si los extraterrestres se parecen un poquito a ti, pueden invadirnos cuando quieran.—No digas eso o me pondré celoso. No quiero a ningún alien cerca de ti, tocándote con sus tentáculos erectos y babosos. —Muy tarde, ya estoy sintiendo uno por acá jajajajaja...Andy dejó la habitación media hora después para ir por algo de beber.—¡¿Qué te pasó en la cara?! —le preguntó Cami con horror.—
Sentada en la sala de interrogatorios, Tabitha parecía tranquila, no como Andy. Él y Sofi habían insistido en estar presentes y esperaban en la sala tras el cristal espejo.—¡Con tu asistente, Andy! Qué poco profesional. Al trabajo se va a trabajar, no a hacer indecencias. ¿La llevaste a nuestro escritorio?—No, Sofi. Yo tengo escrúpulos, no como tú, que te fuiste al otro lado del mundo con tu amante a vivir en la miseria.—Fue por razones humanitarias y él no era mi amante. No compares mi filantropía con tu calentura. Ambos se cruzaron de brazos, sin mirarse. Estaban enfadados, pero sin cejas no se les notaba. En la otra sala, Markus se sentó frente a Tabitha. Su relajada expresión daba a entender que sería el policía bueno. El malo, Vincent, aguardaba cerca del muro. Markus preguntó dónde estuvo Tabitha en cada uno de los atentados en contra de Sofi. —¿Cómo espera que recuerde lo que hice hace un mes? Sólo dijo tener coartada para el evento más reciente, que debía ser confirmad
—No puedo creer que alguien te haya hecho algo así. No sé si es demencial o... infantil.A media mañana Sofi recibió la visita de Kun. Bebían café en la terraza.—Pero me veo bien, ¿no?—Sí, tú siempre te ves bien, ese no es el punto. Esto debe ser el trabajo de una mujer, alguna arpía envidiosa de telenovela.—No conozco a nadie así, ¿quién será? Andy llegó vistiendo ropa deportiva. Estrechó la mano de Kun en un saludo amistoso.—Iré al club con los chicos, necesito botar energías.—Diviértete, amor y dales mis saludos, en especial a Felipe. Andy besó la cabeza de Sofi, volvió a estrechar la mano de Kun y salió.—Tú y Andy son tal para cual —comentó Kun—. Aunque él no se ve tan bien sin cejas.Sofi rio con ternura. El destino había sido muy sabio, poniendo cada cosa en su lugar y el camino que creyó que iba directo a Kun, en realidad sólo serpenteaba en torno a él. La meta siempre había sido Andy.—Todavía no conozco a tu novia. Sería grandioso que fuéramos los cuatro al club un dí
—La decoración del lugar es hermosa —decía Paula, extasiada observando el salón de eventos del Sepia donde se llevaría a cabo la fiesta—. ¡Y trajiste a DJ Zort! Es el DJ e influencer sensación del momento y estará en mi fiesta, aunque no entiendo por qué lleva un chaleco antibalas y un casco. ¿Será la nueva moda en Europa? Sofi le dedicó una fingida sonrisa. No podían arriesgarse a que muriera una celebridad si las cosas se ponían feas. —La gente famosa es extravagante, nada de qué preocuparse. Lo importante es que disfrutes esta fiesta, te lo mereces. —Estoy segura de que será inolvidable. Si hasta los meseros son guapos y esculturales, no les hacen entrevistas de trabajo, sino castings. Creo que estoy descubriendo el secreto tras el éxito de este hotel, ja, ja, ja, ja. —Lo mejor para mi amigui —Sofi le guiñó un ojo y Paula la abrazó enternecida, luego se fue a recibir a los invitados que iban llegando. Markus y Vincent ya estaban allí, usando ropas casuales para mezclarse co
Las luces se encendieron en el gran salón y Paula deseó que nadie recordara qué número era el que representaban las velas, que había arrancado del pastel nada más apagarlas y escondía a su espalda, aunque nunca faltaba el infeliz que grababa.Para su fortuna, nadie le prestó atención a las velas ni a ella, eso pasaba cuando en tu fiesta ocurría un espantoso crimen. Frente al hermoso pastel, y ante las miradas de incrédulo horror, la sangre se amontonaba.—¡Llamen a una ambulancia! —gritó Sofi, sosteniendo a quien había recibido una artera puñalada por la espalda en vez de ella.Markus y Vincent sometieron a quien había picado el anzuelo. Las ansias de dañar a Sofi eran tantas que no pensó en las consecuencias, ni en que se quedaría sin escapatoria. De entre todos los que rodeaban la trágica escena, sólo una persona se acercó tanto como para mancharse la ropa con sangre al empuñar el cuchillo.—¿Lidia? —balbuceó Kun, atónito.Lidia negó con desesperación, pero fue esposada de inmediato
—Tuve un extraño sueño donde era un globo, que flotaba por sobre un campo lleno de flores en un día radiante. Luego el cielo se nublaba, las flores se marchitaban y aparecían enormes cactus en la tierra árida. Uno de ellos me pinchaba con una espina y yo empezaba a perder el aire y me perdía, a la deriva en el cielo oscuro.La doctora terminó de revisar el estado de Moe y sonrió.—Más o menos eso fue lo que te pasó, el cuchillo te perforó un pulmón. Eres un niño muy valiente y muy creativo también. —¿Sigo teniendo dos pulmones?—Por supuesto que sí, todo salió bien con la cirugía. Tardarás en recuperarte, pero podrás llevar una vida completamente normal.Esa palabra, «normal», le pareció muy lejana, casi imposible de conciliar luego de lo ocurrido.—¿Qué pasó con mi hermana? —No tengo mayor información al respecto, pero pronto podrás recibir visitas, así que anímate. —¿Está aquí la policía? No quiero hablar con la policía... Estoy muy cansado y me duele.—Te administraré un analgés