—Toma esto, –me pide entregándome una pastilla y una botella de agua.
La tomo sin detenerme a preguntar para que es, supongo que para evitar que me mareé durante el viaje.Tomo mi lugar y sonrío, me gusta viajar en avión, siempre desde que tengo memoria ha sido de mis favoritos.—Gracias por la pastilla, no era necesaria, estoy acostumbrada a viajar y por el mareo ni...—No era para el mareo. –responde viendo la pantalla de su teléfono.—¿Entonces para qué fue? –cuestiono algo asustada por qué no sé que medicamento fue el que tomé.—Pastilla de emergencia, no usamos protección en la mañana y no quiero sorpresitas. Me acabo de casar ayer y no me veo teniendo hijos tan rápido. Espero que tú tampoco por qué de lo contrario estaremos en un problema.—Pero...—¿Realmente quieres tener hijos ahora? –cuestiona y puedo ver una mueca de fastidio en su rostro–. No podríamos viajar ni disfrutar de hacer cosas solos. Y del la intimidad ni hablamos, todo se arruina con un hijo tan rápido, disfrutemos de esto, aún es nuevo para mí.»Tengo planes, cosas por hacer y quiero visitar el mundo entero las veces que quiera. Un hijo nos detendría, más a ti que a mí por qué yo podría salir y tú deberías quedarte en casa, ¿Quieres eso? ¿Qué me vaya a viajar sin ti?—No Sebastián. –respondo y no puedo evitar tener miedo.Siento su mano acariciar mi pierna y lo miro.—Me excita que haga eso, apenas despeguemos iremos a la parte de atrás, quiero tenerte de nuevo. –asegura y vuelve su mirada al teléfono.Yo giro mi cabeza hacia la ventana y observo todo mientras despegamos.Cuando mi madre me dijo que iba a casarme, solo pude saltar de felicidad. Desde que conocí a Sebastián siendo adolescentes, hice hasta lo imposible por ser la mujer perfecta para él.Siempre bien vestida, bonita y presentable, aprendí a estar callada cuando lo requería y di mi opinión solo si se me pedía. Aprendí sobre cómo comportarme frente a mis suegros y frente a mí marido. Mi madre fue una gran maestra.Pero nunca me habló de esto, yo estoy para complacerlo pero, ¿qué hay de mi? Quizás es por qué es reciente, solo tuvimos medio año para conocernos, y no siempre nos vimos por qué el negocio es demasiado demandante.Tal vez solo necesita tiempo para adaptarse y todo será mejor, tal y como yo lo necesito, como lo merezco.—Ven, estamos en el aire.Toma mi mano y apenas alcanzo a desabrochar mi cinturón cuando ya me está jalando por el pasillo.Abre una puerta de madera y al entrar puedo ver una cama bastante grande, cierra la puerta y apenas lo hace se lanza a besarme, yo no desaprovecho la oportunidad y trato de quitar su camisa pero me lo impide, toma mis muñecas y me lleva hasta la cama, poniéndome contra el colchón, sube mi vestido y baja solo un poco mi ropa interior, hace una pausa y luego entra en mi.Me aferro a la sábana y siento el dolor de nuevo en mi interior, las lágrimas pican en mis ojos.—Sebastián, Sebastián por favor...—Shh, calladita me excitas, –dice mientras tapa mi boca con sus manos–, tu voz me gusta pero no cuando lo hacemos, ahí me gustas callada, el ruido me molesta. Oh Tania, eres perfecta.Miro un punto fijo en la pared del avión y pienso en algo que no sea este momento mientras siento que entra y sale de mi interior varias veces provocándome aún más incomodidad que la vez anterior.Su cuerpo se tensa y recarga su cabeza sobre mi espalda. Sale de mi y yo me levanto de inmediato acomodando mi ropa.—Espero que no seas de esas mujeres que no pueden tener orgasmos, van dos veces que lo hacemos y en ninguna pude sentirte. ¿Tienes algún problema con eso?—No, solo necesito un poco más de tiempo y...—¿Tiempo? ¿Para qué? Es el tiempo necesario para una buena relación sexual, espero que hayas traído el regalo que te di anoche, por qué si sigues así de fría tarde o temprano lo vas a necesitar.—Lo olvidé en casa.—Bueno, siempre puedes usar los dedos. ¿Si sabes cómo hacerlo, no?Asiento sin querer responder a semejante pregunta.—¿Quieres volver o deseas descansar?—¿Puedo quedarme a descansar? –le pregunto y sonríe.—Claro que puedes Tania, este avión es tuyo. Todo lo mío lo es, mi dinero, mis casas, empresas, cada joya que poseo. Todo, absolutamente todo es tuyo.—Yo solo deseo tu corazón. –aseguro por qué jamás fui una mujer interesada y no lo seré ahora.—Que ridícula, ¿Eres traficante de órganos? Por qué solo así me explicaría semejante estupidez. Confórmate con lo demás, que las cursilerías no me van. Ahora duerme o descansa, vendré por ti antes de aterrizar.Asiento y sale de la pequeña habitación. Me abrazo a mi misma y lloro, me dejo caer en la cama y me hago bolita. Recuerdo las palabras de mi madre a días se casarme.—Las buenas mujeres complacemos a nuestros esposos, –dice mientras acomoda su cabello–, eso nos asegura que estaran con nosotros siempre. ¿Acaso quieres ser reemplazada por una mujer que es más complaciente que tú?Niego con la cabeza sintiendo miedo a ser dejada por alguien mejor que yo.—Quiero ser la mejor esposa para Sebastián, mamá.—Entoces debes hacer lo que él quiera, así siempre estará feliz. Si toca fingir, debes hacerlo. Un hombre con el ego herido es lo menos que necesitas.—¿A qué te refieres con fingir?—Fingir que te gusta algo que en realidad no. Lo entenderás conforme pasa el tiempo, fingir y hacerte la sorda te llevarán a un matrimonio exitoso.***Tomo mi teléfono y mando un mensaje a Sarah."¿Cuánto tiempo te duele después de tu primera vez?"No recibo respuesta pero si en cambio una llamada.—¿Sangraste? – es lo primero que pregunta.—Si y dolió como el infierno.—¡Tania! Deberías alejarte de Lila, es una bocona.—Responde mi pregunta.—Pues la primera vez duele, las demás ya no debería si estás lo suficientemente lubricada de allá abajo.—De allá abajo, ¿Por qué no dices su nombre?—Por que estoy en el club y la gente puede oírme.—¿Y? No sabía que era delito.—No estamos hablando para eso, solo pídele que juegue más con tu vagina. –susurra la última palabra.—¿Hablas de que juegue con los dedos?—Con los dedos, con la lengua, con una zanahoria, no lo sé Tania. ¿Realmente tenemos que hablar de esto cuándo estoy en la calle?—Llamaré a Lila. Ella sabrá que hacer.—No se te ocurra, busca no lo sé, tutoriales en internet, ahí hay de todo.—¿Quieres que busque como lubricar mi vagina para hacer el amor con Sebastián?—Eh... sí, eso mismo, ahora te dejo por qué vienen mis amigas. Espero verte pronto, diviértete y usa condón. –murmura antes de colgar.Yo me quedo mirando la pantalla de mi teléfono debatiéndome entre hacerlo o no, tecleo en el buscador y hasta yo me sorprendo de los resultados a mi pregunta. Aunque no era la que quería hacer, es la que más me urge."¿Cómo fingir un orgasmo?" Pregunto y las respuestas comienzan a darme miedo, risa e incomodidad.Espero que esto no se salga de control.Empiezasmo?" Pregunto y las respuestas comienzan a darme miedo, risa e incomodidad.Espero que esto no se salga de control.Apenas bajamos de avión el olor a mar se cuela por mi nariz, el aire es fresco y supongo que estamos cerca del mar pero no estoy segura. —¿Hay alguna playa cerca? —Estamos en una de las más grandes islas del Caribe mexicano, se llama Holbox y aquí iniciará nuestro viaje. Visitaremos otras más. Sonrío satisfecha por qué amo la playa y está parece ser muy bonita...o eso dice Google. —¡Oh por dios, hay bioluminiscencia! –hablo más fuerte de lo que pretendía y me gano una mirada de desaprobación por parte de Sebastián. —¿Por qué tienes que gritar siempre? Es tan... vergonzoso. —Lo siento, solo me emocioné cuando supe que...—Si, si, da igual. No vuelvas a actuar así, pones en vergüenza mi apellido. Ahora iremos al hotel, podrás darte un baño y bajar a la piscina o ir a conocer la playa. Te contrataré un guía si lo crees necesario aunque yo pienso que no eres tan tonta como para perderte. ¿Verdad linda? —Claro que no, digo jamás había venido a esta playa pero tampoco tengo cinco año
El calor abrumador hace que mi ropa se pegue a mi cuerpo. Abro los ojos un poco pero los cierro cuando un agudo sonido atraviesa mis oídos. Llevo las manos a mi cabeza y el dolor aumenta. Parpadeo lentamente y solo veo una ventana sin vidrio y una cama en dónde estoy acostada, mis zapatos han desaparecido al igual que mis anillos y toda la joyería que llevaba puesta. Me levanto de manera inestable y escucho mucho ruido afuera, son...tiros. Si me asomo posiblemente me toque uno pero si me quedo también es probable que no salga de aquí jamás. Abro la puerta solo un poco pero nadie se ve, así que salgo tratando de correr pero la tierra caliente y algunas piedras me lastiman los pies. Puedo ver a lo lejos gente y entonces camino para el otro lado pero un hombre horrible me apunta con una pistola. Yo instintivamente levanto los brazos y ahogo un grito. —¿Ibas a dar un paseo? Tenía entendido que tú te ibas a quedar aquí mientras nosotros cobramos una jugosa cantidad de dinero por ti. —
Cuatro días desde que Damián me trajo aquí, los mismos días en los que no he sabido nada concreto de Sebastián, solo recibí un mensaje que decía "me alegra que estés viva" y fue todo.No sé cómo tomar eso por parte de Sebastián, ni siquiera se está preocupando por como estoy y eso me está poniendo muy triste. Por fortuna mis pies sanaron rápido con ayuda de Damián y Mildred, su hermana, y pronto nos podremos ir de vuelta a la ciudad. Quiero estar de vuelta en casa e ir a ver a mi madre, a mis hermanas, a mi padre. —¿Estás lista para salir a conocer la playa? –cuestiona Mildred llegando hasta la habitación en dónde me encuentro. —Si, estoy muy emocionada, mi hermana Lila no ha dejado de mandar mensajes pidiéndome que vaya a ver la bioluminiscencia.—En está playa es muy notable, cuando caiga la noche podrás ir a verla, la playa está a unos metros detrás de la casa, ahora vamos a conocerla de día, te encantará. Mildred deja varias prendas sobre la cama y me mira sonriente. —Es mia,
Escucho las aves cantar y les juro que se siente como si un dinosaurio estuviera rugiendo en mi oído. Abro los ojos con tanto pesar y me alegro que las cortinas de mi ventana estén cerradas por qué de no estarlo, el sol habría sido demasiado malo con mis ojos. La cabeza está por estallarme y esa sensación de náuseas aparece como por arte de magia. Me levanto de la cama y corro hasta el baño en dónde apenas puedo llegar a la taza sin hacer un desastre. Lo que supongo fue mi cena termina flotando en el agua y digo que supongo por qué no recuerdo nada. Solo sé que estaba en la playa con Damián y luego nada concreto. Enjuago mi boca y trato de hacer memoria, realmente no recuerdo nada de lo que sucedió. Cuando mis ojos se fijan en el espejo puedo notar que no llevo mi ropa, en cambio llevo una camisa y para ser para exacta, la camisa de Damián.—¡Mierda! –vocifero y me arrepiento al instante pero no dejo pasar ese sentimiento de satisfacción al haber dicho una grosería. Salgo del baño
DamiánHoy por primera vez en toda mi vida, conocí la palabra culpa pero sin realmente sentirla. Tampoco yo puedo comprender como es posible sentir culpa sin hacerlo, supongo que sí la siento pero mi felicidad es más grande. Tania Rivera, una mujer increíble y bella, bellísima...es más, ni siquiera creo que alguno de los adjetivos se ajusten a su belleza y no solo exterior sino interior. Anoche, después de cenar, beber en la arena y pasar una de las noches más hermosas y locas de mi vida, hicimos el amor, aunque no estoy seguro si se puede llamar así puesto que no nos amamos, pero joder que a mí me hizo tocar el cielo. Tenerla entre mis brazos, besarla, sentirla, escuchar sus gemidos fue...todavía creo que estoy soñando. Pero, como ya sabemos, la felicidad me duró solo un poco, pues ella no recordaba nada de lo que sucedió. Creo que es una señal para no avanzar más con ella, es casada y Sebastián del Valle es un contrincante con el que no competiré y no por qué no quiera sino par
Llevo diez minutos dentro del coche y Sebastián ni siquiera se ha dado cuenta de que lo estoy. Cabe mencionar que no le advertí de mi presencia por qué estoy muy molesta, por qué se largó cuando se supone que estaríamos de luna de miel y por qué Damián me está mintiendo.Yo sé que hubo algo más, siento que algo me oculta y mi cerebro se puso en complot con él. Por qué de algo si estoy segura y es de que ese beso no fue un sueño o un invento de mi cabeza, fue real y hoy antes de despertarlo en el avión lo comprobé, el aroma de su perfume, su aliento, nada de eso lo pude imaginar. Pero él se empeña en hacerme sentir tonta y me juzga de loca, quizás se arrepiente de que haya sucedido y bueno no lo culpo, quien podría fijarse en mi siendo tan insulsa.—Ey, estás aquí. ¿Por qué no me lo dijiste? —No quería interrumpir tu llamada, seguro era importante. —Esa es mi esposa, eres tan linda. –dice y deja un beso sobre mi mano–, me alegra que estés bien, en casa ya está todo listo para tu ll
—Bien, te escucho. –mi hermana me insta a qué continúe hablando acerca de la loca teoría de hace un rato. —¿Necesitabas traer todo eso? –cuestiono mirando una pluma extraña entre sus dedos y una libreta.—Si, necesito anotar cada detalle que sea importante. Ya sabes, trabajo de campo. —Lila esto es serio. —Y excitante. ¿No? Cuéntame, ¿cómo fue que llegaste a la conclusión de que lo habías hecho con tu guardaespaldas en tu luna de miel? Y mejor aún, ¿Cómo decidiste que querías hacerlo? —Solo es una teoría...—Tania, ¿cómo llegaste a esa teoría?—Tuve una cena en la playa de la bioluminiscencia con Damián, recuerdo muy poco por qué bebí demasiado y... Hay una imagen que está presente en mi cabeza y esa es la de él y yo besándonos. Pero hace rato que hablé contigo y me preguntaste que como era, ví su fotografía y entonces comencé a divagar sobre cómo eran sus ojos y luego otra imagen se coló en mis pensamientos y pude verlo en...eso no importa pero lo ví y entonces otras imágenes lle
—Pero no me voy a quedar con la duda del por qué terminé enredada entre las sábanas de Damián. –aseguro pero todo se viene abajo cuando Mildred entra y me mira con fijeza.—¿Qué dijiste? –cuestiona y deja la bandeja con café en la mesita. —¿Qué fue lo que oíste? –le pregunta Lila tomando la taza de café. —Tania, dime qué cometí un error y escuché mal. Por favor díganme qué estoy mal. —Es...podrías cerrar la puerta y sentarte un momento por favor. Mildred cierra la puerta y se siente en la silla junto a la puerta, no sé por qué su actitud hacia esto aunque si es un poco entendible, Damián es su hermano y supongo que al igual que yo como mis hermanas, haría cualquier cosa por protegerlo. —No estoy segura de que fue lo que sucedió por qué no recuerdo mucho de esa noche. Solo llegué a esa teoría por qué tuve un sueño muy extraño y quizás solo fue eso. Solo estoy confundida con lo que ocurrió.—¿Qué es lo que recuerdas?—Solo recuerdo cuando estábamos en la playa y... —Hay una imagen