Sobre la grama suave y fresca, cerca del suelo arenoso que termina en el cúmulo de aguas coloridas, Dylan y Legna yacen somnolientos y con cara de satisfacción.Sus cuerpos se encuentran relajados, pero carentes de energía, puesto que después de haberse marcado volvieron a aparearse con más fiereza que la vez anterior.—Me quedaría aquí contigo por siempre, mi hermosa mate —balbucea él, casi dormido.—Hoy estás muy labioso... —le responde ella con voz débil.—Es tu culpa...—Unjú...A lo lejos, la frustración se expande entre el conglomerado de árboles. Odia esa protección que tiene él cuando está junto a esa niña, pero más la odia a ella por interponerse entre sus planes; aparte de que le provoca celos no ser la causante de los suspiros que él libera en ese instante ni ser quien haya disfrutado el placer de su virilidad.¿Podría ella amarlo y odiarlo al mismo tiempo? Quizás sí.Lo recuerda indefenso y dependiente, tan tierno y hermoso. Muy diferente a la fiereza que amó de Tron; no o
Cuando Dylan y Legna llegan a la casa, ya no hay nadie allí. El sol empieza a ponerse, por lo que el cielo toma un tono violeta que se difumina con el azul oscuro.—Tengo hambre —comenta Dylan cuando entran a la sala. Legna mira la canasta que se encuentra sobre la isla de la cocina y empieza a hurgar en ella, entonces descubre las rosquillas que Clara le llevó a su compañero—. ¡Están deliciosas! —exclama, tras morder una.—¿Te las comerás? Creí que me pedirías que las tirara a la basura. —Él se acerca y agarra una también, y la devora al instante—. Ummm...—¿Por qué tiraría la comida? —Ella vuelve a morder el postre.—Porque así de celosas son ustedes las mujeres.—¿Nosotras las mujeres? Lo dice quien casi mata a Titán por coquetearme. —Legna enarca una ceja.—Él se lo buscó... —gruñe—. Ya le tenía ganas...—¿Por qué?—Porque te miraba con lujuria desde el primer día que pisaste la universidad. Te atreviste a tomarte un café con ese idiota. —Él aplasta la nueva rosquilla que está en
El olor a café recién colado es lo primero que Legna percibe cuando empieza a despertarse. Ella da varias vueltas en la cama hasta caerse y es cuando abre los ojos por completo.—¡Diablos! —vocifera enojada y se levanta del piso, acto seguido, observa la habitación con cara desorbitada—. ¿Dónde estoy...? —No termina la pregunta porque los recuerdos del día anterior responden a su interrogante—. ¿Y Dylan?Ella entra al baño y lo busca, pero no lo encuentra allí. Mira el cepillo de dientes dentro de su empaque, que está dentro del vaso dorado donde hay uno usado, y no puede evitar sonreír.—Vaya, lo pusiste al lado del tuyo. —Legna rompe el empaque y libera el cepillo, luego le pone crema dental y se para frente al espejo—. ¡Qué horrible estoy! Debo hacer algo con este cabello.Después de asearse, ella busca entre la ropa de Dylan y escoge una remera gris, que cuando se la pone le queda como si fuese un vestido desahogado y corto.—Necesito ropa... —susurra de camino a la cocina—. ¿Tú e
La ola de calor se ha extendido a varias regiones del territorio de los hombres lobos, lo que ha provocado que algunos ríos empiecen a secarse y que se pierdan cosechas.Legna ha recorrido esos lugares en busca de repuestas, pero no ha encontrado un motivo más allá de la misión de Liah. Entonces entiende que pronto tendrá que enfrentarlo.Ella sacude la cabeza ante ese pensamiento y presta atención a la charla que se lleva acabo entre su familia y la de su mate.—Debemos hacer una gran fiesta para celebrar la unión de nuestras familias —espeta Tron, muy feliz. Alexa ya ha abierto un vino para conmemorar la buena noticia de la marca entre Dylan y Legna. Riú también luce contento, pese a que todavía mira a su yerno con escepticismo.—¡Sí! —celebra Miha—. ¡Con música, flores y mucha comida!—¿Dónde la haríamos? —inquiere Alexa—. ¿En Rayo dorado o aquí?—¡En nuestra manada! —exclaman Riú y Tron al unísono.—¡Yo soy el padre de Legna! ¡Celebraremos aquí! —vocifera Riú.—¡Y yo el padre de
La niña pelirroja corre y salta por todo el campo mientras es perseguida por dos niños más; uno de cabellera rubia como el oro y otro con rizos rojizos en un tono más claro. Ambos poseen los ojos verdes de su padre, gamma de la manada Fuerza de bronce y amigo del alfa. Este último es el progenitor de su amiga, la niña a quien están persiguiendo entre risas y gritos eufóricos.—Eres muy rápida, Legna —le dice el chico rubio, cuya respiración se encuentra irregular; acto seguido, se tumba sobre la grama.Ella sonríe airosa e imita la acción de su amigo, entonces el pelirrojo hace lo mismo, quedando ella entre los dos hermanos.—¿Con cuál de los dos te unirás cuando te conviertas en loba? Ambos estamos enamorados de ti, pero no pelearemos. Hemos decidido que tú tengas la última palabra.La niña entorna los ojos y hace una mueca de disgusto.—Somos unos cachorros todavía para estar pensando en eso. Qué fastidiosos son. Además, yo me guardaré para mi mate.—En ese caso, yo seré tu mate —de
Después de que Legna y Dylan discuten de nuevo por otra tontería, todos ellos se van a nadar al río. Los mellizos hacen piruetas en el agua para impresionar a Legna, quien está pendiente de su hermano.El niño sale del río y se pone a jugar con los insectos de la grama que rodea la orilla, entonces Legna se relaja y decide divertirse un rato en el agua.Ella vislumbra a Dylan haciendo acrobacias frente a Clara con la intención de impresionarla, entonces entorna los ojos y hace una mueca de disgusto.«¡Hombres! Son todos unos ridículos», piensa molesta.Legna sonríe de manera peligrosa y de repente sus ojos se tornan verdes, cuyo tono es el mismo de las plantas enredadoras que se encuentran en el fondo del río.De un momento a otro, Dylan cae de golpe y se hunde en el agua. Por más que lucha, no puede salir del fondo porque las plantas acuáticas se han enredado en sus tobillos y lo jalan con fuerza hacia la profundidad.Los gritos de Clara resuenan en el lugar, mientras que los demás b
Continente de los zollebs Cuatro años después...La chica flota por los aires con acrobacias hábiles; tan grácil y libre como si de un ave se tratara.Sus ojos se tornan grises y muy cristalinos, y de sus manos empieza a fluir una simple brisa, que se va transformando en viento hasta que un tornado se instala alrededor de sus piernas.Las fuertes brisas empiezan a mover los árboles con gran ímpetu y el cielo se nubla.—¡Suficiente! —vocifera Liah desde la superficie de gramas plateadas.Legna cierra los ojos y la fuerza del tornado va menguando hasta desaparecer, al mismo tiempo en que ella desciende despacio. Pronto las plantas de sus pies descalzos tocan el suelo de las gramas, que pese a su apariencia puntiaguda se sienten suaves como la tela de algodón.—¿Cómo lo he hecho? —inquiere Legna emocionada y a la expectativa de su repuesta. Para ella es muy importante la opinión del rey de los zollebs, ya que siempre ha admirado su poder y habilidades.Su abuelo, un hombre de tez tersa
Desde los años en que el alfa Tron levantó su propia manada lejos de Luna de hierro, tanto él como el alfa Riú y otros alfas de manadas aledañas celebran la bienvenida de las estaciones del año con festivales y fiestas.Cada cuatro meses, se escoge a una manada para dicha conmemoración, donde los lobos más jóvenes que se han transformado asisten a esos festejos, ansiosos por encontrar a su mate.Tres años atrás, Dylan se reunió con Clara en el festival de una manada cercana a Fuerza de bronce, con la ilusión de que ella fuera su mate, ya que él llevaba un año esperando su conversión y poder confirmar lo que en ese entonces para ellos era algo incierto; sin embargo, aquello no aconteció.No hubo lazo para ninguno de los dos.Ahora, a sus veintidós años, él mantiene la esperanza de que en ellos surja el vínculo o, en su defecto, de encontrar a su verdadera mate.—¿Crees que será esta noche? —inquiere Leandro, uno de los hijos de Arel, Gamma de la manada Fuerza de bronce.—Eso espero...