Julianne había jugado la carta de no estoy interesada en que la mejor amiga de tu ex, que está mejor que ella, esté con mi novio dándose vueltas por un casino con otras mujeres a medio vestir. La masajista le dijo que estaba algo tensa, en realidad usó la palabra crónicamente tensa y le recomendó hacerse masajes más seguido, le mostró a. la otra masajista como sus escápulas no se movían y Julianne le pidió que se quitara de encima. Salma sonrió porque todos esos comentarios no la relajaban ni a ella, crónicamente estresada. Salma tomó asiento y se sirvió más champaña y un poco más para Julianne.
—Si Carrick la quisiera estarían juntos—Replicó Salma.
—Yo sé, pero es la misma mujer que estaba ahí cuando Analissa y yo estábamos intentando conquistar su corazón. Carrick, es imposible. Quiero estar con él y confiar en él, pero... no puedo de esta forma.
—Carrick ha estado con un número de muj
Julianne fue por una ducha larga necesitaba estar bajo el agua para relajarse un momento se bañó y se maquiló, porque si seguían huyendo el uno del otro Carrick y ella serían sus abuelos una pareja de sesenta años que tuvo que reconocer que el amor era más fuerte que el orgullo y ahí estaban a los ochenta pidiendo que la vida le dieran cinco años más juntos, cinco años sanos, cuerdos, enamorados, porque los dos se resintieron tanto de jóvenes, luego se casaron con la persona equivocada y finalmente tuvieron hijos a los que temían decepcionar y habían pasado quince años más después de la muerte de su abuela fingiendo ser los mejores amigos hasta que su abuelo tuvo un infarto y su abuela reconoció que el único corazón que no podía operar en la ciudad era el del amor de su vida. Carrick y ella no sería en eso. Su relación acababa o iniciaba ahora. La mujer se puso un buen conjunto de lencería, se peinó bien y se puso un vestido pegado de lentejuelas y los tacone
La pareja compartió una rápida mirada a los ojos, Julianne vio el lugar si bien era un espacio único en las Vegas en las que podía estar más cerca de los juegos artificiales, le hubiese gustado una iluminación romántica, flores y quizá un fotógrafo, pero, la intención es lo que cuenta. —Por supuesto que sí, pero hoy no. Cuando te pida matrimonio todo el mundo va a saberlo, pero hoy, quiero dejar claro cuánto te amo y cuán importante es cada momento que estoy contigo. —Si no te estás comprometiéndote conmigo... ¿Qué haces de rodillas Burwish? Carrick rió por el sarcasmo en el tono de voz de Julianne, —Estoy entregándote un anillo de promesa. Prometo respetarte, amarte y cuidarte con mi vida. —Hay dos anillos. —Tal vez m
Para las que no me siguen en redes, agregué un poco al capítulo anterior para que por fa lo lean antes de continuar aquí. Después de liberar a golpes sus sentimientos hacia Carrick; Julianne corrió hacia los elevadores. Cash pensó que necesitaba un minuto o dos sola, vio el reloj y fue por una bebida y dio órdenes a los de seguridad par darle espacio pero, que no le dejasen salir del hotel. Julianne entró a su habitación decidida a tomar sus maletas y largarse, sin embargo cuando se acercó a la cama con la luz de la lámpara vio las flores blancas sobre la cama. La joven se inclinó sobre la cama y tomó las nota. Te dejo el velo de novia, que es lo más cerca que estarás de casarte. No te casas conmigo ni con él. Julianne no tuvo tiempo de gritar o correr, sus pies abandonaron el suelo, La joven no podía gritar y la tenían sostenida con fuerza, vio los zapatos, eran boyas militares
Cash vio a Julianne, estaba inconsciente, esperó a que la plancha calentara mientras Tom escuchaba en su pecho. Estaba dolido, quería estar en el lugar de Julianne, si alguien había muerto. El joven tomó el artefacto caliente y le preguntó a Santos si Julianne había sufrido. —No se divirtió Carrick. Y no soy un torturador, pero sacarle los pecados a una mujer caliente requiere de cierto esfuerzo. —Tú no has gritado, ni un segundo, ella no respira así que pregúntame cuáles son mis motivaciones. —No sé, tus tres hijos. —Mis hijos están bien, pero yo… estoy perdiendo al amor de mi vida. ¿Sabes por qué me llaman Cash? —Porque te va el dinero. —No, al dinero le gusto yo… y a mí lo que me gusta es ganar. Quiero que grites. Quiero que grites como loco, quiero que cuando llegues a donde sea, al cielo o el infierno, tengas que pensar en mí, quiero que le digas a Jesucristo que he sido yo. Le hice daño a Julianne sí, con mis decisiones, pero jam
Carrick salió a caminar por la ciudad, simplemente necesitaba unos minutos a solas, sin la presión de todo lo que estaba sucediendo. Se compró un café y fue a la habitación de Julianne. Odiaba la situación, pero sobre todo el reto que les estaba poniendo Dios. La vida es tan frágil. Carrick seguía arrepentido y se culpaba.No dejaba de pensar en las posibilidades, en todo lo que pudo haber hecho para salvarle, para que toda la situación que Julianne estaba viviendo fuesen diferentes. Si tan solo hubiese ido por ella después del primer whiskey. Si hubiese enviado un guarda a escoltarle en su habitación, si simplemente le hubiese tomado de la mano y explicado a July que era verdad, había demasiadas mujeres en su pasado, muchas malas decisiones y cagadas, pero, de lo único que se arrepentía era de haber sido un cabrón. Un cobarde. Lo que mejor pudo haber hecho hace unos quince años at
Carrick estaba acostado en la cama con sus tres hijos. Isabela le había acuñado toda la noche y le acarició la espalda hasta quedarse dormida. Carrick pensó que su hija estaba dormida y se deslizó suavemente para hacer una llamada. —¿Tom, cómo está él? — El médico le ha sanado todas las heridas y ha dicho que va a estar bien. ¿Qué más necesitas? —Dile que lo llene de barbitúricos. El hombre finalizó la llamada con su jefe y vio a los Altazar Pieth ingresar a la habitación de su hija. Había hecho todo lo que podía por salvar a Julianne. Los médicos había hecho todo, eran ella y Dios los que tenían última palabra. James y Emma ingresaron a la habitación y la mujer tomó la mano de su hija. Emma pensó que sus hijas habían llegado al mundo entre muchas tormentas, la de la naturaleza, la tormenta en su relación, la tormenta en ella misma. Si había personas preparadas para el desastre deberían ser sus hijas.
Habían pasado dos días desde que Julianne estaba sin sedantes y todos comenzaban a preocuparse. Alice, Alan y Arturo estaban de pie viendo a Julianne desde afuera mientras sus hijastros le cuidaban. —¿La cagaste? —Que no, no la cagué y ustedes dos son sus hermanos, la aman, pero Julianne es mi hermana también y la adoro con el alma. Así que no, no la cagué, no me adelanté, no está mal según los exámenes Julianne debería estar respuesta. —Entonces porque no lo está —Preguntó Carrick. —No sé. Carrick entró a la habitación y vio a Isabela la cual estaba maquillando a Julianne, sus hermanos le veían confundidos, Santiago prefirió seguir leyendo los chismes que encontraba en internet. Sebastian estaba en un rincón viendo a su hermana ser su hermana. —Sebastian, las uñas para cuándo—Dijo la mayor de los Burwish. —¿P
Julianne estaba sentada en la cama rodeada de médicos y familia, su hermana no podía dejar de llorar y su hermano reí mientras intentaba tranquilizarle, los médicos reconocieron que era un milagro que estuviese despierta, pero el que contase con todas sus facultades era simplemente obre de Dios. —Señorita Altazar, ¿cree en Dios? —preguntó uno de los médicos. —No me responda, después de esto, solo sepa que debería. Los médicos salieron, Arturo y Emma les acompañaron para agradecer por su labor y para escuchar qué tan largo sería la el proceso de recuperación o cuándo podían volar de vuelta a casa. Julianne recibió un abrazo de cada uno de sus hijastros, Sebastian se acercó para decirle lo insoportable que era Cash y como tenía prohibido morir antes que ellos, Alonso le abrazó y le recordó que era su prima favorita. Santi le mostró un maravilloso dibujo, ella vio como le había hecho un traje de dos piezas con el que le gustaba ir a trabajar, además, escribió en