"¿Jugamos?"
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Toma el desafío y camina lo desconocido. Atrévete y muévete. No te dejes vencer por las dificultades, no te hundas en tus debilidades. Cree en ti y en tu capacidad, no te dejes pisotear.
Puertas se cierran, pero otras se abren. Se pierde, pero también se gana y si nunca lo intentas, ¿cómo llegarás a la meta?
Sal del confort y lánzate al infinito, sé diferente y explota tu capacidad, ya es hora de volar. Atrévete, muévete, desafíate.
🏆Historia ganadora del 1er lugar en la categoría romance de #desafíate2020ra🥇
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Hoy es un lindo día, estoy muy feliz porque la señorita Lassarre me dijo que soy talentosa y que cuando sea grande seré una gran bailarina. Hasta me regaló un grandioso globo rosa. —Mi color favorito en todo el universo—. Mi habitación es rosa, mis zapatillas de ballet y mi tutú también... Ah, mi habitación y la mayoría de mi ropa linda que mi mami me compra tienen ese mismo color.
Mis mallas son blancas porque mi mami dice que si uso tanto rosa voy a empalagar. A ella le gusta el amarillo, a mí también, pero es para pintar los pollitos y las flores.
Practico mis pasos nuevos de ballet mientras admiro mi globo rosa que es sacudido por la brisa y mis movimientos de baile.
Salgo de mis pensamientos al ver que los matones se acercan, respiro con dificultad porque recuerdo que ayer me fui corriendo cuando ellos me pidieron mi almuerzo en el colegio.
Los tres chicos me rodean y se ríen de mí. Estoy tan nerviosa que siento que me voy a hacer pipí. Me arrebatan mi globo, mas hago esfuerzos para no llorar, los confronto con la mirada y estallo.
—¡Denme mi globo! ¡Es mío! ¡La señorita Lassarre me lo dio porque bailé muy bien! —espeto siendo valiente como vi en los muñequitos.
Los matones se ríen de mí hasta que uno de ellos me lanza un golpe. Cierro mis ojos llena de miedo, sin embargo, no siento dolor. Cuando los abro, mis labios se separan por la impresión.
¡Guau! Es el freak. Los matones huyen llenos de temor, puesto que ese niño raro es un monstruo que se come a los animales; por eso le dicen el freak, también le llaman raro y loco.
Estoy temblando, no quiero que el freak me coma. Él extiende el globo en mi dirección y lo tomo temblorosa y con desconfianza. Por primera vez me fijo en sus ojos y siento mis mejillas arder. ¡Son tan lindos! Hay muchos niños con ojos azules en este lugar, sin embargo, los de él son oscuros e intensos, de esos que intimidan.
Parece que está enojado porque no me sonríe, bueno, nadie nunca ha visto sonreír al freak. Creo que él es un monstruo gruñón. Me esquiva la mirada y se va. Yo me quedo como tonta con el globo en manos viendo cómo se pierde por las tranquilas calles de mi vecindario.
Dos años después... Estoy muy feliz porque pronto será mi cumpleaños número diez. Mi mami me ha dado las invitaciones de los Morris y, como soy la encargada de entregarlas, voy trotando hacia allá. Toco el timbre y Kimberly abre la puerta. Ella es hermana de Ron y ya es grande. Va a la escuela con nosotros, pero tiene amigos adultos y muy guapos. Ya quiero crecer y tener quince como ella, así mis botoncitos se convertirán en grandes melones y tendré un novio lindo.—Hola, Melinda. —Kimberly me saluda con una gran sonrisa; ella es muy amable y me agrada.—El próximo sábado será mi cumpleaños, ¿vas a venir? —le pregunto muy contenta, puesto que si ella va es probable que invite a su amigo lindo. Si eso sucede, entonces lo sacaré a bailar conmigo y… ¿Quién sabe? Tal vez me d&e
—¡Feliz cumpleaños! —La señora Morris me abraza con euforia.—¡Gracias! Lindo regalo. —Sonrío muy feliz, abrazando la cajita color rosa.—¡Feliz cumpleaños! —Ron y Kim espetan al unísono.—Gracias —respondo con vergüenza y miro al freak—. ¿No me dirás feliz cumpleaños?—Arg... —gruñe como perrito—. Feliz cumpleaños... —Baja la mirada al suelo.—Gracias. —Le abrazo.—¡Oye! —Me espanto cuando el tonto me empuja.—¡Ashton! —La señora Morris lo reprende con preocupación y reclamo en su mirada—. No se trata así a una niña. Pídele disculpas.—Arg... —Vuelve a gruñir fastidiado—. P-Perd&
¡Ah! ¡Es tarde! ¿Por qué me acosté en la madrugada si sabía que hoy tenía un examen? Arg... Pero es que esa serie me enganchó y simplemente no podía dejar de verla.Corro en busca de alguien que me lleve porque obviamente el autobús me dejó. Llevo afán y el aire me falta, a mitad de cuadra busco desesperada y allí está mi salvación. Me extraña que sea Ashton quien esté parqueado frente a los Morris y no Ron.—Sube... —Su voz ronca me detiene de hablar. Este chico es tan mal educado, por lo menos debe saludar.—¡Buenos días, Ashton! Me parece extraño que estés tan tarde aquí si siempre llegas temprano.—Ron se fue antes de la hora acostumbrada a la universidad hoy, así que él no te podrá llevar. Deberías ser más puntual y responsabl
AshtonLa clase de historia es muy aburrida. Trato de prestar atención luchando con mis párpados que ya me están empezando a pesar. Miro a la Rosita empalagosa y no entiendo cómo alguien puede mantener su sonrisa intacta aun cuando finge prestar atención, pero que en realidad está soñando con Barbie en el país de la maravilla de Rosita rosadita. La conozco bien y estoy seguro de que se durmió con los ojos abiertos y la sonrisa tenebrosa que adorna su lin..., su cara.Doy casi un brinco en mi asiento al escuchar el ruidoso timbre y recojo mis cosas con prisa. Le dedico una última mirada a la flaquita empalagosa de soslayo, quien me provoca unas inmensas ganas de reír al percatarme como se cae de su silla por la impresión. ¡Lo sabía! Estaba en el quinto sueño. Me apresuro tratando de no llamar su atención y aprovecho que ella está
MelindaCuando yo tenía doce años y medio, parecía de diez y Jenny —a quien ya se le estaban notando los pechos, pues ella se desarrolló temprano y siempre ha tenido un cuerpo de ensueño— se burlaba de mí porque el desarrollo me llegó tarde; por lo tanto, yo parecía una tablita gracias a que soy muy delgada, lo que me es conveniente para el ballet.Recuerdo que hubo un viaje escolar a un pueblo muy anticuado y todos estábamos felices porque ese día no tendríamos clases y nos bañaríamos en el río.Ashton tenía catorce y ya se veía muy apuesto. Él siempre ha sido un grandulón intimidante, pero con un rostro bonito, combinación que atrae a las niñas; no obstante, ninguna se atreve a acercársele y si lo hacen, él simplemente las ignora. Se ha rumorado que le gusta los chicos, pero &eacu
Mis manos se mueven de forma involuntaria, sudores fríos recorren mi frente y mi estómago se revuelve. Creo que vomitaré en cualquier momento. Miro a Ashton, quien está junto a Jenny sacando sus instrumentos de disección como si nada. Jenny es otra sangrienta así que me imagino que su desagrado es porque le tocó hacer equipo con Ashton. Digamos que ella no lo soporta, hasta hemos tenido varios enfrentamientos porque yo lo defiendo de sus habladurías.Trago pesado y miro a Sandra, quien está tan nerviosa como yo.—Tú abres la rana y yo hago los apuntes —ofrezco con mi mejor sonrisa manipuladora, pero Sandra niega.—Te toca abrir a la rana a ti. Yo hice la presentación de power point para el trabajo de inglés. —Ella contraataca y suspiro rendida. La profesora nos dice que empecemos, por consiguiente, mi corazón late con agit
AshtonEntro mirando a mi alrededor con recelo y un poco distraído con la oscuridad del lugar, donde pequeñas luces de colores me permiten ver a los demás como si fuesen siluetas. Busco un asiento apartado de las personas que me conocen y me recuesto. Las sillas acolchadas son cómodas y pese a los murmullos de las personas emocionadas, se sentiría bien dormirse aquí.Luces proyectan al frente donde solo se muestran unas gigantes cortinas de color vino; una mujer rubia y muy delgada, vestida con mallas y un moño en el medio de la cabeza se para en frente con un micrófono. Se presenta como la señorita Lassarre y a juzgar por su acento debe ser francesa.Los aplausos y alaridos de familiares golpean mis oídos y me arrepiento de estar aquí. No entiendo por qué rayos vine, pero me siento ridículo ahora mismo. Saco el pequeño peluche rosa que compré
Lágrimas acarician mi piel, corren desde mis ojos hasta el final de mi mentón; un cosquilleo junto a una leve picazón me provoca el querer rascarme las mejillas. Froto mis manos sobre estas, sintiendo el alivio repartirse en toda el área.Se supone que hoy debería ser un día lindo, puesto que es el cumpleaños de Ashton; yo hasta le compré una linda chaqueta negra como a él le gusta e hice un álbum de fotos de los dos. El escozor en los ojos provoca que frote mi mano sobre este, hipeo por el llanto y me recuesto en la cama.Ashton debe estar enojado, siempre es así cuando llega su cumpleaños. Recuerdo que él suele alejarse más de lo regular, no obstante, yo lo persigo para subirle el ánimo. Una vez, en su cumpleaños número trece, la señora Morris le preparó una fiesta. El resultado sorprendió a todos debido a que cuando él vi