—¡Gracias! Lindo regalo. —Sonrío muy feliz, abrazando la cajita color rosa.
—¡Feliz cumpleaños! —Ron y Kim espetan al unísono.
—Gracias —respondo con vergüenza y miro al freak—. ¿No me dirás feliz cumpleaños?
—Arg... —gruñe como perrito—. Feliz cumpleaños... —Baja la mirada al suelo.
—Gracias. —Le abrazo.
—¡Oye! —Me espanto cuando el tonto me empuja.
—¡Ashton! —La señora Morris lo reprende con preocupación y reclamo en su mirada—. No se trata así a una niña. Pídele disculpas.
—Arg... —Vuelve a gruñir fastidiado—. P-Perdón... —tartamudea sonrojado. Por mi parte, me encojo de hombros.
—¡Perdonado! —Le sonrío y tomo su mano suavecita—. ¡Vamos! —Me lo llevo a rastras para enseñarle mi hermosa fiesta de cumpleaños. Me acerco a los chicos, pero ellos nos miran feo.
—Hablemos. —Mis amigos me jalan por el brazo lejos de Ashton—. ¿Te vas a pasar toda la fiesta con el freak?
—Se llama Ashton y es mi amigo. —Todos ríen.
—¿Tu amigo? El monstruo no tiene amigos, de seguro te engaña para que le tomes confianza y luego comerte como se comió al gato de la señora Póker. —Jenny se burla de mi nuevo amigo, por lo tanto, me dan ganas de echarla de mi fiesta.
—¡No es cierto! ¡Él es mi amigo! —Me cruzo de brazos y hago un mohín.
—¡Entonces eres la novia del monstruo! Si te besa te conviertes en una bruja chupa sangre. —Ron me ataca con sus tontas palabras.
—¡Pero Ashton vive en tu casa! Eres un brujo entonces. —Lo enfrento, no obstante, él niega con su cara de niño malo.
—Yo no le hablo ni me le acerco. Además, mi mamá no le permite que nos coma. Ella lo recogió de la calle porque es huérfano y no tiene donde vivir, yo le advertí que él es peligroso, pero mamá me regañó y me amenazó con castigarme. —Ron se defiende como el tonto que es.
—Tal vez no sea un monstruo de los que comen gente —sugiero para que lo acepten, mas ellos niegan con cara de desprecio.
—Pero es un monstruo y no nos agrada. Si le hablas a él no seremos tus amigos. —Jenny me amenaza y quiero llorar. Se están comportando muy feo con mi nuevo amigo.
—Pues no les daré de mi pastel —amenazo, también.
—Tú mamá nos dará. —Ron dice con sorna. Al instante, todos me sacan la lengua, entonces yo hago lo mismo.
—¡Tontos! —Me alejo de esos niños malos y miro a Ashton, quien no deja de observar el suelo—. ¿Escuchaste lo que dijeron? —le pregunto y él asiente con timidez. Me da penita con él—. No les hagas caso, yo seré tu amiga.
Ashton no responde. Aprovecho el momento para preguntarle:
—Oye… ¿Eres un monstruo? —Él encoge los hombros—. Ummm... —Lo observo pensativa—. No importa. No todos los monstruos son malos. Yo tengo muñecos de monstruos muy bonitos y veo muñequitos donde hay monstruitos buenos. —Le sonrío—. Tú serás mi amigo y te voy prestar mis juguetes, te puedo enseñar a bailar ballet si quieres. Podríamos buscarte un tutú azul o negro... —Ashton sale corriendo dejándome con la palabra en la boca.
***
—Cariño, ¿cuánto tiempo llevas allí parada mirando a la nada? —Mi mami me saca de mi ensoñación, todavía observo el camino por donde ese chico raro se fue, no entiendo la razón de salir corriendo—. Vamos a cantarte ‘feliz cumpleaños’, ven.
—Pero... —Observo el camino otra vez, me siento triste porque mi amigo monstruito no estará cuando cantemos.
—Ven, cariño. —Mi mami me lleva a rastras.
—¡Feliz cumpleaños! —gritan todos a coro después de la canción.
—¿Ves? Tu mami nos dio pastel. —Se acerca Ron y lo miro mal.
—Ojalá te de diarrea —espeto y me voy.
—Mami, saca un pedazo aparte, por favor —le pido a mi mamá.
—Ummm... —Ella analiza con recelo.
—No es para mí, es para un amigo —aclaro, pero ella se queda mirándome con desconfianza—. ¿Recuerdas el chico raro que vino con los Morris?
—Sí, creo que es el sobrino de ellos, los Morris lo adoptaron porque... —Mi mami se calla de repente y tapa su boca. —¿Él es primo de Ron y Kimberly? —pregunto con asombro, eso no me lo esperaba. —Sí. Es hijo de la hermana de Peter. Debes ser buena con él, se ha quedado solito y necesita mucho cariño. —Mamá me sonríe extendiendo el pedazo de pastel.—Sí —asiento con emoción y me apresuro a la salida.
***
—¿A quién buscas? —Kimberly me aborda.
—A tu primo Ashton, ¿lo has visto?
—Ummm... —Pone su dedo sobre sus labios—. Lo vi que regresó corriendo hace un momento. Le pregunté la razón de haberse marchado, pero no me respondió. Ese niño es muy raro.
—Gracias, Kim. Lo buscaré entonces.
***
—¿Qué haces aquí? —Suspiro al encontrarlo y me siento a su lado.
—Me gusta sentarme debajo de los árboles —responde con la mirada en dirección al suelo.
—Toma, lo saqué especialmente para ti. —Le extiendo la porción de pastel que guardé para él.
—Gracias...
—A ti no te agrada hablar mucho. ¿Te gusta mi pastel? Está delicioso y es rosado como Rosita Fresita. No lo viste porque no me cantaste ‘feliz cumpleaños’, tenía una muñeca muy bonita de ella y ya me la comí. Jenny la quería, pero yo le dije que es solo para la cumpleañera; entonces ella me pidió un poquito, yo le saqué la lengua y no le di, puesto que ella no me habla.
—Haz pausa o te vas a ahogar. —Perdón. Mi mami me dice que debo hablar más lento, sin embargo, se me olvida. ¿Por qué tú no hablas? ¿Y por qué comes gatos? Tú no te comes a las personas, ¿cierto?—Arg... Ummm.... Toma...
—¿Para mí? —Agarro la pulsera rosa y me la pongo. Es muy bonita—. Gracias. ¿De dónde la sacaste tan rápido?
—¡Feliz cumpleaños!
—Gracias, pero no me has respondido.
—Eres muy parlanchina y tu voz chillona. Gracias por el pastel. ¡Adiós, Rosita!
—¡No me llamo, Rosita!
—Como sea. ¡Qué disfrutes tu fiesta, Rosita!
¡Ah! ¡Es tarde! ¿Por qué me acosté en la madrugada si sabía que hoy tenía un examen? Arg... Pero es que esa serie me enganchó y simplemente no podía dejar de verla.Corro en busca de alguien que me lleve porque obviamente el autobús me dejó. Llevo afán y el aire me falta, a mitad de cuadra busco desesperada y allí está mi salvación. Me extraña que sea Ashton quien esté parqueado frente a los Morris y no Ron.—Sube... —Su voz ronca me detiene de hablar. Este chico es tan mal educado, por lo menos debe saludar.—¡Buenos días, Ashton! Me parece extraño que estés tan tarde aquí si siempre llegas temprano.—Ron se fue antes de la hora acostumbrada a la universidad hoy, así que él no te podrá llevar. Deberías ser más puntual y responsabl
AshtonLa clase de historia es muy aburrida. Trato de prestar atención luchando con mis párpados que ya me están empezando a pesar. Miro a la Rosita empalagosa y no entiendo cómo alguien puede mantener su sonrisa intacta aun cuando finge prestar atención, pero que en realidad está soñando con Barbie en el país de la maravilla de Rosita rosadita. La conozco bien y estoy seguro de que se durmió con los ojos abiertos y la sonrisa tenebrosa que adorna su lin..., su cara.Doy casi un brinco en mi asiento al escuchar el ruidoso timbre y recojo mis cosas con prisa. Le dedico una última mirada a la flaquita empalagosa de soslayo, quien me provoca unas inmensas ganas de reír al percatarme como se cae de su silla por la impresión. ¡Lo sabía! Estaba en el quinto sueño. Me apresuro tratando de no llamar su atención y aprovecho que ella está
MelindaCuando yo tenía doce años y medio, parecía de diez y Jenny —a quien ya se le estaban notando los pechos, pues ella se desarrolló temprano y siempre ha tenido un cuerpo de ensueño— se burlaba de mí porque el desarrollo me llegó tarde; por lo tanto, yo parecía una tablita gracias a que soy muy delgada, lo que me es conveniente para el ballet.Recuerdo que hubo un viaje escolar a un pueblo muy anticuado y todos estábamos felices porque ese día no tendríamos clases y nos bañaríamos en el río.Ashton tenía catorce y ya se veía muy apuesto. Él siempre ha sido un grandulón intimidante, pero con un rostro bonito, combinación que atrae a las niñas; no obstante, ninguna se atreve a acercársele y si lo hacen, él simplemente las ignora. Se ha rumorado que le gusta los chicos, pero &eacu
Mis manos se mueven de forma involuntaria, sudores fríos recorren mi frente y mi estómago se revuelve. Creo que vomitaré en cualquier momento. Miro a Ashton, quien está junto a Jenny sacando sus instrumentos de disección como si nada. Jenny es otra sangrienta así que me imagino que su desagrado es porque le tocó hacer equipo con Ashton. Digamos que ella no lo soporta, hasta hemos tenido varios enfrentamientos porque yo lo defiendo de sus habladurías.Trago pesado y miro a Sandra, quien está tan nerviosa como yo.—Tú abres la rana y yo hago los apuntes —ofrezco con mi mejor sonrisa manipuladora, pero Sandra niega.—Te toca abrir a la rana a ti. Yo hice la presentación de power point para el trabajo de inglés. —Ella contraataca y suspiro rendida. La profesora nos dice que empecemos, por consiguiente, mi corazón late con agit
AshtonEntro mirando a mi alrededor con recelo y un poco distraído con la oscuridad del lugar, donde pequeñas luces de colores me permiten ver a los demás como si fuesen siluetas. Busco un asiento apartado de las personas que me conocen y me recuesto. Las sillas acolchadas son cómodas y pese a los murmullos de las personas emocionadas, se sentiría bien dormirse aquí.Luces proyectan al frente donde solo se muestran unas gigantes cortinas de color vino; una mujer rubia y muy delgada, vestida con mallas y un moño en el medio de la cabeza se para en frente con un micrófono. Se presenta como la señorita Lassarre y a juzgar por su acento debe ser francesa.Los aplausos y alaridos de familiares golpean mis oídos y me arrepiento de estar aquí. No entiendo por qué rayos vine, pero me siento ridículo ahora mismo. Saco el pequeño peluche rosa que compré
Lágrimas acarician mi piel, corren desde mis ojos hasta el final de mi mentón; un cosquilleo junto a una leve picazón me provoca el querer rascarme las mejillas. Froto mis manos sobre estas, sintiendo el alivio repartirse en toda el área.Se supone que hoy debería ser un día lindo, puesto que es el cumpleaños de Ashton; yo hasta le compré una linda chaqueta negra como a él le gusta e hice un álbum de fotos de los dos. El escozor en los ojos provoca que frote mi mano sobre este, hipeo por el llanto y me recuesto en la cama.Ashton debe estar enojado, siempre es así cuando llega su cumpleaños. Recuerdo que él suele alejarse más de lo regular, no obstante, yo lo persigo para subirle el ánimo. Una vez, en su cumpleaños número trece, la señora Morris le preparó una fiesta. El resultado sorprendió a todos debido a que cuando él vi
Me acerco espantado y asustado, asimismo mi corazón late con agitación. Toco su pecho ensangrentado y miro mis manos temblorosas.—¡Lo mataste! —La voz de mi madre molesta mis oídos. Tengo tanto miedo. Miro mis manos y están rojas, pintadas de aquel líquido que mancha la camisa azul cielo de mi padre.—¡Nooo! —Me incorporo de golpe, torturado por aquella pesadilla. Mi pecho sube y baja mientras mi cuerpo tiembla; pienso en Melinda y lloro. No podemos estar juntos, ella no se merece a un monstruo como yo.***MelindaCamino junto a Sandra mirando alrededor de este extraño vecindario que por alguna extraña razón se me hace conocido. Nos toca hacer una tarea grupal por lo que hemos quedado en vernos en casa de Karen.—Siento que he estado aquí antes. —
¿Amo a Ashton? O… Es un capricho… ¿Lo amo?Estoy acostada en mi cama, mis lágrimas ruedan por mis mejillas. Ver a Ed muerto fue horrible. Saber que Ron ya no existe es irreal.Hoy como todos los días, vengo de la estación donde se encuentra Ashton quien se niega a verme. Para peores de males, mis padres me prohibieron ir, por lo tanto ya Kim no me acompañará más porque ellos se lo impidieron y como soy menor de edad no me dejan entrar por mi cuenta. Entonces, esta fue mi última visita.Duele mucho no estar junto a él cuando más lo requiere. Ashton… ¿Por qué me alejas? Me necesitas tanto como yo a ti, ¿no entiendes que juntos somos mejores?Me siento debajo del árbol donde enterré a Ed, estar aquí me hace sentir cerca de Ashton. He ido a la casa de los Morris y rogado para que quite