En este capítulo, el conflicto emocional de los personajes alcanza un punto crítico. Marck se enfrenta a la realidad de su compromiso con Aurora, pero su corazón y su mente ya no están alineados con la decisión que tomó tiempo atrás. Mientras tanto, Sandra lucha contra sus propios sentimientos, tratando de convencerse de que lo mejor para ella es alejarse de un amor imposible. Aurora, con su carácter posesivo y estratégico, demuestra que está dispuesta a jugar cualquier carta para mantener su control sobre Marck, mientras que Akiro, con su astucia y paciencia, ve en la indecisión de Sandra una oportunidad para ganarse su corazón. Este capítulo marca un cambio en la dinámica entre los personajes: Sandra intenta encontrar una salida a sus emociones, Akiro se convierte en un rival más serio, y Marck comienza a sentir el peso de sus decisiones. ¿Hasta dónde pueden llevarlos sus sentimientos? ¿Quién está?
El silencio de la habitación la envolvía como un manto pesado. Sandra estaba acostada en su cama, con la vista fija en el techo, pero su mente estaba a kilómetros de distancia. Había apagado la luz hacía más de una hora, pero no podía dormir. No importaba cuántas veces cerrara los ojos, su mente seguía girando, atrapada en un bucle de pensamientos que no la dejaban en paz. Todo había pasado demasiado rápido. Dos semanas. Ese era el tiempo exacto que llevaba en esa empresa. Catorce días y en ese tiempo, su mundo se había volcado por completo. Nada de esto estaba en sus planes. No planeaba involucrarse con Marck. No debía haberlo hecho, pero lo había hecho y ahora estaba atrapada en una maraña de emociones que no sabía cómo desatar. Se giró sobre un costado y abrazó su almohada, buscando una comodidad que no llegaba. Había aceptado estar con Akiro. Se lo había dicho en la limusina. Había permitido el beso. Entonces, ¿por qué se sentía así? Era lo correcto, ¿no? Akiro le ofrecía se
— Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, cumpleaños Sandra, cumpleaños feliz! —Todas las jóvenes aplauden. Es el cumpleaños número 21 y aunque es un momento feliz para todas, saben que al llegar a esa edad tienen que abandonar el orfanato. —Gracias chicas, me siento muy feliz. —dice Sandra abrazando a sus compañeras. —Sandra, la directora me pidió que te dijera que vayas a su oficina. —habla Cruz la encargada de las habitaciones donde estaban cantándole a la cumpleañera.—Claro, ya mismo voy. —Se pone de pie para salir, pero antes voltea para encarar a sus amigas—. No se la coman toda. —pide refiriéndose al manjar dulce que sostiene la vela con el número 21. —Tranquila ve, que yo me encargo de que te dejen. —comenta Susana su mejor amiga en el orfanato. Ambas llegaron para la misma fecha y desde entonces han sido amigas inseparables.Sandra salió del edificio donde se encuentra para ir directo a las oficinas principales del orfanato. Toca la puerta de la oficina de la mujer que la esper
—¡Mierda! —gritó el castaño al mirar su celular y ver la hora. —Un poco más. —susurra la rubia que tiene a su lado en la cama. Marck no dijo nada más de un salto, se puso el pantalón y tomó las camisa para salir de la habitación de Aurora Hills, su prometida. —Señor, ¿necesita algo? —pregunta la mujer de servicio.—No, Rebeca, dile a Aurora que la veo en la noche, tengo que estar en la oficina en una hora. —contesta a la mujer mayor. —¿Está bien, señor Lion? —La mujer se marcha y Marck sale del apartamento para ir a su casa. Tenía el tiempo justo para bañarse e ir a la reunión con los japoneses, los Hermanso Yamada son uno de los consorcios más importantes de Japon, su padre le habia pedido que usara toda su sagardia para convencerlos para invertir en la empresa. Entró a su Bugatti y sin pensarlo mucho lo puso en marcha. Las carreteras estaban congestionadas pero él conocía los mejores atajos para llegar a su casa. Al entrar se encontró con su padre quien solo negó y se montó en s
Al despedirse de los Yamada, Marck se encerró en su despacho para hacer algunas llamadas, él es el CEO de la empresa pero no era el dueño total de esta, se debía al criterio de su padre y socios. Tomó el teléfono y le explicó a su padre lo que había pasado. No podía decir que había llegado tarde a la reunión, prefirió contar la historia desde donde Sandra le volteo el cafe a los Yamadas y la intervención de ella como traductora de dichos hombres. Su idea era contratarla como asistente personal y dejar a Clara como la secretaria de presidencia pues la mujer había servido por muchos años y nunca había tenido algún problema. Su padre no quiso alentarlo pero lo dejó bajo su criterio. La empresa era una familiar, su único socio era Stephano Hills el padre de Aurora y por esa sociedad es que ellos terminaron comprometidos desde que no tenían uso de razón. Marck a pesar de no estar tan entusiasta llamó a Clara para que hiciera pasar a Sandra. No fue una desicion facil, pero tampcoo se lo pens
Mark entró en la sala de estar con una enorme sonrisa, vio a su novia, la mujer que siempre ha visto como la madre de sus hijos y llegó hasta ella para saludarla con un casto beso en sus labios. —Amor, disculpame por haberme ido esta manana así. —susurra y Aurora niega. —No tienes que disculparte, yo sé que tienes cosas importantes en la empresa. —Aurora entrelaza sus dedos con los de marck y caminan hasta llegar a los padres de ella. —Buenas noches senores Hills. —saluda a sus suegros. —Que bueno verlos. Me llena de alegría saber que al fin van a poner fecha. —aclara Stefano Hills. —Si, senores, espero que los complazca. —habla Marck resignado a su destino. —Por supuesto, tú eres el mejor partido para nuestra hija, velarás por los intereses de ella y por los nuestros. —asegura Stefano. Marck ve que sus amigos llegan y se disculpa para ir a su encuentro. Como Domenico habia dicho él llegó con Esthela y Gianluca algo de mal humor pero a su amigo no le podia fallar. —Bie
Sandra se estira al despertar con el sol en su rostro. Se sentia muy feliz, pues tenía un buen puesto a pesar de lo que eso implica, tendra que tener mas cuidado para no tropezar con su jefe, pues aun recuerda el correnton que sintio al este tocar sus brazos, cosa que no le gusta, pues la hace sentir insegura. Y mira que eso es casi imposiuble pues ella siempre ha sido muy segura de sí misma a pesar de las circunstancias en las que creció. De camino compró dos cafe uno para clara y otro para ella. No queria comenzar con una enemiga que piense que quiere quitarle su puesto, así que decidio invertir en dos cades con leche entera, como le gusta a ella. solo espera que a Clara le guste. Entró a la empresa con una hermosa sonrisa en sus labios y aunque aún no se acostumbra del todo a su nueva vida se siente muy contenta con los cambios. Espero paciente que elelevador abriera sus puertas. Cuando escucho a dos chicas hablando. —Te enteraste, el jefe ya puso fecha a su boda, La señorita
─Marck ayuda… ─volvió a devolver lo que le quedaba en su estómago. Aurora se tuvo que sujetar del escritorio pues sus piernas no podían sostenerla.─¿Aurora, que paso? ─preguntó Marck preocupado por su prometida. ─Este café no está hecho con leche de almendra , soy alérgica a la lactosa. ─explica y Marck mira serio a Sandra, quien cubrió su boca con asombro.─En mi defensa diré que no era para la señorita, ese café lo compre para mí. ─sonríe como una niña traviesa. Marck no podía regañar a su ahora asistente porque ella no tenía ninguna culpa, pero ¿dónde estaba Clara?─Señor disculpe, pero no me siento bien. ─habla la mujer pálida caminando con sus manos sobre su estómago. ─¿Qué rayos te paso? ─preguntó extrañado. De su novia lo entendía, Autora comía de manera especial y no estaba acostumbrada a tomar leche entera, pero su secretaria. ─El café me causó mala indigestión, es la primera vez que me pasa, pero entiendo que fue la leche entera, pues siempre pido leche reducida en g
Marck ayudó a Aurora a entrar en su auto. Estaba enojado con todos, no podía ser que los Yamada amenazaron con quitar su inyección de dinero solo por una simple empleada. Sandra no tiene nada de especial, solo que es poliglota y hermosa, eso no lo podía cambiar para complacer a su novia. —¿Estás mejor? —Aurora niega. —Estaré bien en el momento que esa mosca muerta salga de la empresa. No ves como atentó contra mi vida? —agrega Aurora sin reconocer que lo que le tiene a la chica son celos, pues la joven mujer tiene algo que ella siempre ha deseado, una belleza unica y natural. Sandra lucía solo un labial claro junto a un brillo. Nada ostentoso y a su vez se veia elegante y sofisticada. —Ya escuchaste, si ella se va todo se acaba, la empresa necesitaba ese capital para mantenerse en pie. No creo que tu padre quiera ver caer la empresa por una pataleta tuya. Adicional que si estas así es porque tu tomaste su café, uno que no fue comprado para ti, sino para ella. —aclara Marck poniendo