En la habitación, estando frente al armario discutimos por largo rato el atuendo que usaría. Vanessa sugería un vestido escarlata – muy atrevido – que mostraba la mitad de mis muslos y le acompañaba un gran escote en la espalda; mientras que yo prefería algo más discreto y casual.
Finalmente, después de un poco de debate, ambas coincidimos. Optamos por un vestido negro, sencillo y elegante que llegaba hasta las rodillas, con un escote en V moderado y mangas cortas. Para darle un toque de color, añadimos unos zapatos de tacón rojos que combinaban con la cartera pequeña del mismo color. Decidí llevar un maquillaje ligero, con una base natural, un poco de rubor para dar color a mis mejillas y un labial rojo intenso como los zapatos de tacón; en cuanto a los ojos, llevaba una sombra plateada que daba brillo a mi mirada.Por su parte, Vanessa llevaba un top sin mangas de color azul eléctrico y una falda corta, negra, con vuelo. Para completar su look, traía botines negros de tacón y unos pendientes largos y plateados que destacan sobre su cabello rubio. Llevaba sombras de ojos en tonos azules, delineador negro y un labial rosa brillante que le daba un toque de color a su rostro.Ya arregladas para nuestra noche de diversión decidimos salir. La casa estaba ubicada en Woburn, Lower Hutt. Me gustaba aquel lugar por la paz que podía respirarse incluso en sus calles.Caminábamos sonrientes mientras charlábamos sobre experiencias tontas de nuestra juventud. La noche era cálida y el ambiente – dado que era un sábado por la noche – estaba muy animado; las luces de los edificios iluminaban las calles, había música sonando por doquier. Entonces Vanessa alzó la mano para detener un taxi que pasaba.– A la "Cuarenta y cinco con Sauchiehall" por favor.Al cabo de unos cuantos minutos llegamos al lugar.El bar karaoke destacaba entre los demás establecimientos de la calle por su fachada colorida. Las paredes exteriores estaban pintadas en tonos vibrantes de rosa, azul y amarillo, con detalles en neón que anuncian el nombre del bar en letras grandes: "The Rhythm Box". Había un letrero luminoso en forma de micrófono que colgaba sobre la entrada, indicando que era un lugar para cantar y divertirse. La fachada estaba adornada con luces de colores que destellan al ritmo de la música; había una pequeña terraza con sillas y mesas de colores brillantes. La puerta principal era de vidrio esmerilado con detalles en neón, que permitía ver el interior del bar desde afuera. Era imposible que pasara desapercibido.Al entrar al bar, se sentía una energía contagiosa que animaba a los clientes a cantar y divertirse. El lugar estaba iluminado con luces de colores que cambian con el ritmo que sonaba por las bocinas; había un escenario en el centro de la sala, donde los clientes podían subir a cantar sus canciones favoritas. Una pantalla gigante estaba ubicada en una de las paredes, donde se proyectaban las letras de las canciones para que todos pudieran seguirla. La decoración era moderna y colorida, con detalles en neón y carteles luminosos que anuncian las bebidas especiales de la noche; la barra estaba equipada con todo tipo de bebidas y licores para satisfacer los gustos de los clientes. Había mesas y sillas distribuidas por toda la sala, algunas de ellas con micrófonos y libros de canciones para pudieran elegir sus temas preferidos. Se escuchaba música a todo volumen y el sonido de las risas y aplausos se mezclaban con las melodías.– ¡Es el lugar perfecto para pasar una noche divertida! – gritó Vanessa cuando por fin entramos, alzando los brazos en señal de triunfo.Ella siempre había sido una explosión incontenible de energía, por lo general se le daba más actuar y luego pensar. Así que no era de extrañarse que en ocasiones se comportara un poco indiscreta y atolondrada.En una de las paredes del bar había una pizarra que ponía lo siguiente:“¡BIENVENIDOS A NUESTRA NOCHE DE EVENTO!Título: "Adivina al cantante"Hora: 10:00 pm - 11:00 pm¿Eres bueno adivinando el aspecto de los cantantes?Participa en nuestro nuevo juego.Un cantante incógnito actuará en el escenario y tendrás que adivinar cómo es su apariencia.¡Habrá un premió sorpresa para aquella persona que logré adivinar con mayor precisión a los personajes!”– Buenas noches hermosas damas – dijo un mesero que nos recibió con mucha educación.– Por favor síganme para ubicarlas en su mesa. – ambas lo seguimos y habiéndonos ubicado continúo – Hoy es noche de evento, en el cual podrán participar escaneando el Código QR que está ubicado en la parte trasera de la carta de menú – dijo mientras nos extendía la carta – Dicho evento consiste en adivinar el aspecto del cantante que se encuentre en el escenario. Desde sus dispositivos móviles podrán votar en las opciones que se les proporcionaran y la persona con más aciertos se llevará el premio sorpresa que el mismo dueño del bar estará entregándoles personalmente. – Luego añadió – Cuando estén listas para ordenan háganmelo saber. – Dicho esto se marchó a atender a otros clientes.– Vanessa tomo la carta y comenzó a leerla en voz alta. – Cervezas, cócteles, mojitos – parecía algo indecisa – Hmm... Quizás una margarita o un daiquiri. ¿Qué ordenaras Sun?– Una gaseosa, alitas de pollo y aros de cebolla – Respondí con brevedad.– ¿Gaseosa? ¡Vamos Sun, es noche de chicas! Bebamos algo fuerte para entrar en ambiente. Estoy segura que está noche pescaremos a un hombre guapo.– Lo que vas a pescar es una borrachera y una resaca por la mañana.– Una resaca de vez en cuando no sienta mal – dijo guiñándome un ojo – Deberías aprender un poco de mí y salir de tu monótona rutina.– Ya sabes que no bebo alcohol querida.– Tú te lo pierdes. – Agregó entornando los ojos – Ordenaré un Gin-Tonic y una hamburguesa gourmet.De pronto todas las luces del bar se apagaron, dejando solo las de neón como iluminación. Una mujer comenzó a caminar por entre las mesas con micrófono en mano.– Buenas noches, mi gente bella. Bienvenidos a nuestro primer evento de "Adivina al cantante" – la voz de aquella mujer sonaba como la de una animadora de televisión – Como ya nuestros sexys y carismáticos meseros les habrán explicado en que consiste, sin más preámbulo pasemos a dar inicio. ¡CO-MEN-CEMOS!Todo volvió a quedar sumido en la oscuridad. De pronto se iluminó el escenario. Una cortina negra lo rodeaba, la cual mantenía en completo anonimato a la persona que estuviese sobre el. Un pequeño foco violeta, el cual destellaba una luz tenue permitía percibir una débil silueta entre las sombras.La melodía comenzó a sonar, era melancólica y triste, como si las notas fueran lágrimas que caían de un piano solitario. Cada acorde parecía suspirar con nostalgia y desolación, envolviendo al público en una atmósfera de profunda añoranza.La pantalla hizo aparición de la letra de la canción: Il Vaso - ÚltimoLa voz del cantante incógnito comenzó a sonar. Era profunda y potente, con un tono grave que parecía emanar de lo más profundo de su ser. Cada nota que salía de su boca era cálida y envolvente, llenando el espacio con su resonancia y creando un efecto hipnótico en el público. Era como si su voz tuviese el poder de transportar a las personas a otro mundo, donde las emociones eran más intensas y la música era la única forma de expresión.Los ojos de Vanessa se abrieron como platos. Casi a punto de estallar de emoción me tomó de las manos y soltando un susurro, más similar a un chillido que a una oración, dijo:– ¡Es el Sun, es el! El hombre con voz de tenor.Yo estaba hipnotizada por la voz de este personaje misterioso, solo logré articular un par de palabras.– No es un tenor, es un barítono.Cerré mis ojos, mi cuerpo se movía al ritmo de la música, como si estuviera atrapada en una especie de trance. La voz profunda del cantante me había hechizado por completo, y con cada entonación que salía de su boca mi piel se erizaba de pies a cabeza en su punto máximo. Estaba como en un sueño; transportada al espacio. Aquella voz sublime me envolvía como un abrazo haciéndome sentir cálida. Solo quería que el tiempo se detuviera y aquel momento mágico de éxtasis no terminará nunca.La canción terminó, el ambiente del lugar quedó sumido en la melancolía que emanaba su voz. Como si de repente, las luces se hubieran atenuado y los corazones se hubieran entristecido. Los aplausos fueron suaves, respetuosos, parecía como si la audiencia quisiera honrar la emoción y la belleza de la melodía que acababan de escuchar. Fue un momento de quietud que dejó a todos en un estado de ánimo solemne pero conmovedor.Una lágrima recorrió una de mis mejillas, aún miraba fijamente en dirección a aquella
Era domingo, el sol entraba tímidamente por la ventana y el aroma a café recién hecho inundaba la casa. Sentada en el sofá, me aferraba a la taza caliente mientras intentaba dejar atrás la intensa experiencia de la noche anterior. A pesar de mis esfuerzos, no podía sacudirme la sensación de vergüenza que me invadía por haberme dejado llevar por mis emociones.Fue entonces cuando el teléfono comenzó a vibrar sobre la mesa, rompiendo el silencio de la habitación. Con un suspiro resignado, tomé el dispositivo entre mis manos y lo desbloqueé. En la pantalla, una notificación pendiente parpadeaba con insistencia, pero antes de revisarla decidí respirar hondo y concentrarme en el presente.Fue en ese momento cuando sentí cómo mi corazón latía con fuerza en mi pecho, al recordar el tono grave y seductor de la voz de aquel hombre. ¿Qué había pasado conmigo? La incertidumbre me invadía y no sabía si estaba preparada para enfrentarla.Fijé mis ojos en la pantalla del teléfono; diecisiete llama
– De todas formas iré, y verás que con muchos mimitos te curaras – objetó Vanessa con determinación. – En serio, no es necesario nena. Debes estar ocupada y no quiero molestar.Intenté disuadirla, sabiendo que era difícil hacerla cambiar de opinión una vez que se le metía algo en la cabeza, pero su respuesta fue tajante. – He dicho, caso cerrado – Aquella risa inocente resonó por el auricular mientras yo suspiraba resignada. Me preparé para lo inevitable mientras colgaba la llamada y me dirigí a la cocina para preparar el almuerzo. Andrey había salido de la habitación, yo sabía que aún estaba molesto. Preparé unos panqueques para el desayuno, pero él no quiso tocarlos y eligió prepararse un sándwich. Sus ojos se clavaron en los míos, llenos de una mirada infantil que me hizo hervir la sangre. A pesar de mi experiencia en mantener la calma, mi actitud en ocasiones se volvía impulsiva, logrando sacarme de mis cabales. – ¿Piensas comportarte como un niño inmaduro y despreciarme el d
Tras la partida de mi madre con los niños, regrese a la habitación, con la esperanza de encontrar a Andrey allí para discutir las cosas y resolver nuestras diferencias. A pesar de que mi mal genio se había calmado un poco, seguía sintiendo una mezcla de frustración y tristeza en mi interior. Sin embargo, al buscar por toda la casa, noté que Andrey no estaba por ningún lado. «Habrá salido a despejar la mente» pensé.Al darme cuenta que estaba sola en casa decidí relajarme en el sofá y ver una película. Pero antes de que pudiera siquiera elegir qué ver, mi teléfono sonó.– Mi Sun, abre la puerta que el lobo quiere entrar – dijo Vanessa del otro lado de la línea. Siempre hacia esta clase de bromas tontas, con las cuales era imposible no reírse al menos un poco. Al abrir la puerta, fui recibida por el grito emocionado de Vanessa mientras sostenía un litro de helado en alto.– ¡Surprise! – exclamó – Sopita para el dolor del cuerpo y helado para las penas del corazón.Ella siempre sabía e
Me sentía como si un cuchillo afilado hubiera atravesado mi corazón. La humillación y la vergüenza me envolvían como una manta pesada, sofocándome. Las palabras hirientes de Andrey resonaban en mi mente, repitiéndose una y otra vez como un eco doloroso. El recuerdo de la expresión de irá en el rostro de Vanessa, se transformó en una figura borrosa, y ahora parecía estar muy lejos de mí, como si estuviera observándome desde otra dimensión. La impotencia de no poder hacer nada para cambiar lo ocurrido me hacían sentir como si hubiera perdido el control sobre mi propia vida.Tomé el teléfono con manos temblorosas y marqué el número de Vanessa. Necesitaba disculparme por lo que había pasado. Esperé ansiosa mientras sonaba el tono, pero después de varios tonos, escuché la voz automatizada que me indicaba que había llegado al buzón de mensajes. "¡Hola! Lo siento mucho, pero no puedo contestar ahora. ¡Deja tu mensaje y te devolveré la llamada lo antes posible! ¡Un gran abrazo y que tengas u
Lo observé fijamente mientras se acercaba a la barra y tomaba asiento justo a mi lado. Vestía una camiseta negra y jeans, y su cabello oscuro estaba recogido en una pequeña coleta al estilo samurái.— Un Daiquiri, por favor — pidió con voz suave.El barman se dispuso a preparar el trago mientras mantenían una pequeña conversación.— Últimamente vienes muy seguido — bromeó el barman — Comienzo a creer que te echaron de casa.El permaneció impasible, sin cambiar la expresión de su rostro. — Solo he tenido un poco de tiempo libre — contestó.Me parece que le estás tomando cariño al bar — continuó el barman mientras mezclaba los ingredientes del Daiquiri — Si sigues dando este tipo de shows tan seguido, quizás Aiko se anime a contratarte como voz principal para los días en que haya algún evento o algo que se le parezca. Ya pareces haber llamado su atención. — Añadió y ambos dirigieron su mirada hacia Aiko, quien los observaba fijamente con una sonrisa coqueta— No creo que tu jefa me qu
Andrey despertó y al verme recostada a la ventana con la mirada pérdida en el horizonte, se acercó por la espalda y me abrazó.— Buenos días mi cielo — dijo con la voz aún rasposa por acabar de despertarse — ¿Aun sigues molesta por lo que hice? No debí tomar tanto esa noche, mucho menos dejarme llevar por el alcohol.— Está bien — contesté — Ya no estoy enojada, solo me da un poco de vergüenza con Vanessa, deberías disculparte con ella.— Lo haré en cuanto la vea, te lo prometo, y prometo que jamás volveré a llegar a casa a tal punto de ebriedad.Me di media vuelta y le di un beso. Como toda pareja habíamos tenido diferencias debido a nuestras personalidades, pero jamás nada que no se pudiera solucionar.— ¿Qué te parece si hago que vayas feliz y desestresada al trabajo? — preguntó lleno de picardía.— ¿Nos alcanzará el tiempo? — me sentí un poco tímida por su propuesta repentina.— Quizás tengamos que irnos sin desayunar, pero aún nos dará tiempo de llegar al trabajo.Era verano, el
Me recosté en el escritorio con la frente pegada a el, tratando de entender por qué mi día había sido tan malo. Había solucionado las cosas con Andrey, incluso habíamos tenido buen sexo antes de salir a trabajar. Había llamado a mi madre, los niños y ella estaban bien, en definitiva, me había despertado con buen pie — sin contar la pesadilla —. Entonces, ¿por qué mi día iba tan mal? Sentía un nudo en el estómago.— No me he cruzado con ningún gato negro — dije pensando en voz alta — No he quebrado ningún espejo, no caminé bajo ninguna escalera, tampoco he tirado la sal.— Quizás pusiste los zapatos sobre la cama o abriste el paraguas dentro de la casa — añadió Nathalie Moura, una de mis compañeras al escucharme.— Pero… si estamos en verano — contesté.Ella comenzó a reír. — ¿En serio crees en supersticiones?— Hmm... No exactamente — me sentí avergonzada de que hubiera oído mis pensamientos verbalizados. — Solo lo pensé por pensarlo.— No lo tengo en duda — contesto ella con sarcasmo