El ruido de las aves rompía el sepulcral silencio de la mañana, los hermosos ébanos en los jardines se mecían con suavidad en un vaivén lento y pasmoso, el ambiente se percibía tenso, la rigidez de la bella joven y su ceño fruncido, delataban lo mucho que odiaba estar ante la presencia de O´Brien, miradas incomodas sin saber que decir, se distraían en cualquier cosa que tuviese movimiento con tal de no tener que ver la asfixiante atmosfera que juraban, podría tocarse entre la bella ojiazul y el apuesto rubio. Emerson observaba con cierta curiosidad el palpable odio de su gemela hacia su querido hermano, aquello era bastante curioso, debía admitirlo, pero lo atribuyó a posible envenenamiento mental de parte de la familia Black hacia ellos, celeste y ámbar se miraban fijamente sin dejar un momento que la duda o incertidumbre se reflejara en su mirada, fuego y fuego se desafiaban en una guerra de poderes silenciosa.— Me alegra que hayas llegado con bien Madi, pasa, hay mucho de lo que h
— No me importa lo que digas, no soy una maldita propiedad y te lo voy a demostrar hermano — desafiaba Madison sin desviar la mirada de la de su gemelo.Aplausos resonaron en el lujoso comedor, sacando a los gemelos de su lucha de poderes.— ¡Bravo, bravo, bravo! Madison tiene razón hermano, ¿Porque no dejarla ver por ella misma lo que es mejor para ella? tú y yo sabemos muy bien lo que Jericho Black es capaz de hacer...quizás, para que lo entienda deba darse cuenta ella misma, ¿Porque no le preguntas a Elijah sobre cómo fue la muerte de su madre? estoy seguro de que se muere por contarte esa anécdota...o al mismo perro viejo...ese feo secreto que tienen los Black...pregúntale sobre lo que le hizo a Emerson...a tu padre...como su ambición de poder destruyo a tu propia familia, como dejaron a mi hermano para morir solo por ser débil...debes recordarlo Madi, las muchas veces que te hable sobre a quien quería ayudar a superar sus enfermedades...pues bien, lo tienes frente a ti...no me va
— ¡Aleja tus manos de mi mujer! — exigía O´Brien caminando hacia la pareja para atacar.— ¡Ella no te pertenece! ¡es mi esposa! — devolvía la amenaza el adonis castaño.Madison tembló ante las palabras de Ernest, ¿Su esposa? ¿Acaso el?...— ¡Maldito perro! ¡Mi hermana no le pertenece a tu miserable familia, morirás aquí! — gritaba el apuesto ojiceleste.— ¡BASTA! — grito Madison haciendo que todos la miraran fijamente.— ¡No le pertenezco a ninguno de ustedes malditos machos egocentristas! — Madison estaba furiosa y muy confundida, totalmente harta de la perorata sobre a quién le pertenecía, estaba harta de que la vieran como un objeto y no permitiría que nadie la tratara de esa manera.— ¡Me largo! ¡Mátense si quieren! ¡A que esperan! ¡Mátense de una maldita vez y déjenme a mí y a mi hermano en paz! ¡No se atrevan a rebajarme como si fuera un maldito objeto de maldita colección! ¿¡Creen que me asustan con sus amenazas o sus reclamos a mi persona!? ¡No me crean tan débil para obedecer
Maddox miraba hacia el techo de su habitación, observaba con detenimiento las estrellas de plástico que brillaban por las noches decorando casi cada espacio de él, aún se sentía asustado por lo que pudo haber ocurrido un rato atrás por la intervención de su hermana en la manera que lo hizo, la admiraba mucho, al mismo tiempo que temía por su manera de actuar, sin embargo, el sonido de la puerta de sus habitaciones abriéndose lo hizo salir del estupor que aún tenía sobre sí mismo.— Hola hermanito, he venido a tener una charla contigo — decía Emerson ayudando al niño a incorporarse.— ¿Qué es lo que quieres? — preguntaba el pequeño intrigado por la presencia de su medio hermano.— Dime algo, ¿Madison siempre es así? ¿Sabes cómo fue que se volvió tan unida a Elijah Black? — preguntaba intrigado por las acciones de su gemela y su alta voluntad de escudar a su enemigo.Maddox alzo una ceja sin entender del todo la pregunta del ojiceleste.— ¿De qué hablas? Mi hermana aún no conoce a Elija
Los nervios la estaban llevando a un punto de desesperación, habían ingresado al pequeño a terapia intensiva, hacía unos minutos atrás se había visto rodeada de policías que la interrogaban sobre el infante al que encontró abandonado en la carretera, los abogados de Elijah habían arribado para aclarar las dudas y ahora ambos se hallaban sentados en una salita de espera aguardando por noticias.Un apuesto hombre rubio de ojos esmeralda y bata de medico salía de terapia intensiva con un expediente en sus manos.—¡Bernard! por favor dime que hay buenas noticas — suplicaba la bella joven levándose presurosa de su asiento y casi encimándose sobre el medico al que conocía de años.El semblante serio del joven medico la hizo tragar duro.— Está muy débil, deberá pasar unos días más en observación pero está fuera de peligro, creo que lo encontraste muy a tiempo, tiene una desnutrición severa y una anemia derivada de ello, tiene varias laceraciones en la piel producto del sol y posiblemente la
Madison camino hasta los jardines de la mansión hasta llegar a aquel que era su favorito, el hermoso sauce lucia cada vez más despojado de las bellas flores que lo adornaban meses tras, las rosas se alzaban majestuosas y orgullosas, las lluvias pasadas sin duda les habían sentado muy bien, alcanzando el viejo columpio se sentó sobre el comenzando a balancearse de un lado a otro, repasaba lo dicho por su hermano sobre la madre de su esposo, ¿qué había pasado con aquella bella mujer en la pintura? recordó haber preguntado a Giuseppe sobre la hermosa dama de cabellos de plata que se erigía orgullosa en el gran salón de la propiedad, pero este le había desviado por completo el tema, ningún otro sirviente sabia con precisión lo que había ocurrido con aquella matriarca, y al no tener respuestas lo había casi olvidado, pero su hermano parecía saber mucho más al respecto, aquello tenía finta de ser un secreto familiar y comenzaba a cuestionarse sobre lo que realmente había ocurrido.Elijah ob
Las cortinas se mecían suavemente por el ligero viento que se colaba a través del ventanal entreabierto, el sol comenzaba a asomarse por detrás de las montañas que se apreciaban en la lejanía, dos cuerpos desnudos entre sábanas blancas se acariciaban con verdadera ansia y casi se podrá decir que incluso desespero.Gemidos masculinos y femeninos resonaban en el silencio de aquella alcoba, besos apasionados y pasión desenfrenada se dejaban sentir a flor de piel, Elijah besaba con ansiedad a su amada Madison quien lograba sentirse cada vez más cómoda con aquello, poco a poco los traumas que habían quedado después de tanto dolor sufrido iban quedando atrás entre los brazos de ese hombre al que descubría amando cada día y al que creía amaría por siempre.Amándose de nuevo esa mañana, ambos vivían un nuevo orgasmo después de una noche de bajas pasiones y sensaciones placenteras, abrazados el uno al otro, Elijah y Madison se miraron fijamente a los ojos.— Tus ojos en verdad son idénticos al
La seductora risa de la mujer inundó el salón donde se hallaban, acercándose sensualmente hasta el rubio que la miraba con desprecio, se abrazó de su cuello y lamió el lóbulo de la oreja izquierda del hombre que no se inmutó.— No te angusties por esa niña...una verdadera mujer como yo sí puede darte lo que un hombre como tú necesita...no eres un adolescente enamorado...eres un mercenario, un asesino cruel y despiadado que no se detiene ante nada ni nadie para conseguir lo que quiere... ¿Qué te puede dar una niña ingenua que ni siquiera puede adivinar que se están burlando de ella en su cara?, tu y Elijah merecen más que una niñita que aún usa playeras muy sosas y pide dulces en Halloween...puedo enseñarte los trucos que se y que un tiempo volvieron loco a mi Elijah...— decía con voz melosa Chelsea, solo para ser arrojada lejos del rubio que se acomodaba el cuello de su camisa y limpiaba con asco su lóbulo izquierdo.— ¿Dices que me puedes dar más Chelsea? ¿Cómo es eso exactamente? ¿C