Los nervios la estaban llevando a un punto de desesperación, habían ingresado al pequeño a terapia intensiva, hacía unos minutos atrás se había visto rodeada de policías que la interrogaban sobre el infante al que encontró abandonado en la carretera, los abogados de Elijah habían arribado para aclarar las dudas y ahora ambos se hallaban sentados en una salita de espera aguardando por noticias.Un apuesto hombre rubio de ojos esmeralda y bata de medico salía de terapia intensiva con un expediente en sus manos.—¡Bernard! por favor dime que hay buenas noticas — suplicaba la bella joven levándose presurosa de su asiento y casi encimándose sobre el medico al que conocía de años.El semblante serio del joven medico la hizo tragar duro.— Está muy débil, deberá pasar unos días más en observación pero está fuera de peligro, creo que lo encontraste muy a tiempo, tiene una desnutrición severa y una anemia derivada de ello, tiene varias laceraciones en la piel producto del sol y posiblemente la
Madison camino hasta los jardines de la mansión hasta llegar a aquel que era su favorito, el hermoso sauce lucia cada vez más despojado de las bellas flores que lo adornaban meses tras, las rosas se alzaban majestuosas y orgullosas, las lluvias pasadas sin duda les habían sentado muy bien, alcanzando el viejo columpio se sentó sobre el comenzando a balancearse de un lado a otro, repasaba lo dicho por su hermano sobre la madre de su esposo, ¿qué había pasado con aquella bella mujer en la pintura? recordó haber preguntado a Giuseppe sobre la hermosa dama de cabellos de plata que se erigía orgullosa en el gran salón de la propiedad, pero este le había desviado por completo el tema, ningún otro sirviente sabia con precisión lo que había ocurrido con aquella matriarca, y al no tener respuestas lo había casi olvidado, pero su hermano parecía saber mucho más al respecto, aquello tenía finta de ser un secreto familiar y comenzaba a cuestionarse sobre lo que realmente había ocurrido.Elijah ob
Las cortinas se mecían suavemente por el ligero viento que se colaba a través del ventanal entreabierto, el sol comenzaba a asomarse por detrás de las montañas que se apreciaban en la lejanía, dos cuerpos desnudos entre sábanas blancas se acariciaban con verdadera ansia y casi se podrá decir que incluso desespero.Gemidos masculinos y femeninos resonaban en el silencio de aquella alcoba, besos apasionados y pasión desenfrenada se dejaban sentir a flor de piel, Elijah besaba con ansiedad a su amada Madison quien lograba sentirse cada vez más cómoda con aquello, poco a poco los traumas que habían quedado después de tanto dolor sufrido iban quedando atrás entre los brazos de ese hombre al que descubría amando cada día y al que creía amaría por siempre.Amándose de nuevo esa mañana, ambos vivían un nuevo orgasmo después de una noche de bajas pasiones y sensaciones placenteras, abrazados el uno al otro, Elijah y Madison se miraron fijamente a los ojos.— Tus ojos en verdad son idénticos al
La seductora risa de la mujer inundó el salón donde se hallaban, acercándose sensualmente hasta el rubio que la miraba con desprecio, se abrazó de su cuello y lamió el lóbulo de la oreja izquierda del hombre que no se inmutó.— No te angusties por esa niña...una verdadera mujer como yo sí puede darte lo que un hombre como tú necesita...no eres un adolescente enamorado...eres un mercenario, un asesino cruel y despiadado que no se detiene ante nada ni nadie para conseguir lo que quiere... ¿Qué te puede dar una niña ingenua que ni siquiera puede adivinar que se están burlando de ella en su cara?, tu y Elijah merecen más que una niñita que aún usa playeras muy sosas y pide dulces en Halloween...puedo enseñarte los trucos que se y que un tiempo volvieron loco a mi Elijah...— decía con voz melosa Chelsea, solo para ser arrojada lejos del rubio que se acomodaba el cuello de su camisa y limpiaba con asco su lóbulo izquierdo.— ¿Dices que me puedes dar más Chelsea? ¿Cómo es eso exactamente? ¿C
Elijah se sentía harto, nunca imagino que escoger entre una bruja y un vampiro mereciera una discusión tan larga y tendida entre mujeres, pero, al parecer, era algo de vida o muerte, se resignaba a salir de la quinta tienda que visitaban para unirse a los demás hombres que al igual que el ya estaban hartos, pareciera que solo Adrien disfrutaba de la discusión con las chicas ya que se involucraba a tal punto que parecía una amiga mas de todas ellas.— ¿Se han decidido ya? — preguntaba Connolly sin mirar al hermoso.El joven de anteojos bostezaba ya aburrido de la perorata sobre cuál era el mejor disfraz para la bella Madison, la fiesta de llevaría a cabo en la mansión Black, su patriarca parecía realmente entusiasmado con la idea y lo hizo notar a gritos por la llamada telefónica que hizo la ojiceleste, aquello era por demás curioso, era casi histórico y digno de remembranza el hecho de que Elijah Black accediera a realizar una fiesta de disfraces en la mansión donde había perdido a su
Alexa observaba a la servidumbre acomodar absurdos e infantiles adornos de Halloween en prácticamente cada rincón de la mansión, era patético ver al imponente Jericho Black delegando a sus sirvientes por el mero capricho de la esposa de Elijah, al menos, se sentía aliviada de no tener que estar presente en la patética celebración, Eliott había llegado un momento atrás y le había ordenado hacer sus maletas ya que se irían de viaje a México, ya podía sentir la cálida arena de las paradisíacas playas calentar sus pies, aunque aquello, por supuesto, le pareció extraño, pero el hermoso le argumento que esto se debía a qué su madre necesitaba vacaciones de calidad para enfrentar mejor el divorcio, aceptó porque prefería estar bronceándose en la playa que aguantar ver a Madison tan absurdamente feliz por razones tan estúpidas, ya regresarían con un buen plan para deshacerse de ella.— Vamos, mamá nos está esperando — decía Eliott visiblemente agitado y nervioso.— ¿Te sucede algo? No me impo
La luna alumbraba los bellos jardines, Elijah y Madison caminaban hasta llegar al solitario jardín que fue mudo testigo de su entrega.— Te ves hermosa Madison y en verdad, me estoy enamorando como un demente de tí — murmuraba al oído de la chica.— Te amo Ernest...quizás es muy pronto para decirlo...pero me haces sentir como nadie más...quiero estar a tu lado para siempre — decía Madison abrazándose al fuerte pecho del adonis hermoso.Elijah recordaba las palabras de Eccheli y Connolly...debía decirle la verdad...ella no merecía vivir una mentira.— Madison...hay algo que debí decirte...— dijo con seriedad el hermoso.El viento ondeaba la sedosa melena joven.— Entonces déjame ponerme cómoda para escucharte — respondió la bella ojiceleste para luego sentarse en el columpio.El viejo sauce mecía sus ramas en el vaivén lento y sereno de la noche, sus finos cabellos de ébano seguían el ritmo melodioso de las brisas frías que los envolvían, aquel vestido elfino la hacía lucir etérea...in
El sonido chocante de la tiza sobre el pizarrón rompía el silencio en el salón de clases, los estudiantes se apresuraban a tomar nota sin perder detalle de lo que el profesor escribía en él, explicaciones, huesos, síntomas, todo aquello debía ser aprendido a la perfección, en las manos de los jóvenes estudiantes quedaba el deber de proteger la vida en todas sus formas y matices, Madison siempre había pensado que ser medico era la más noble de las labores, por eso tomaba nota puntualmente sin despegar sus bellos ojos celestes de la pizarra y su libreta, Jhon la observaba en silencio, había sido ya una semana desde aquella noche en que la verdad salió a la luz de manera cruel y repentina, todos se habían quedado sinceramente en shock tras enterarse que el hombre hermoso que poco a poco se había ganado un lugar entre ellos y el corazón de la bella joven en realidad era Elijah Black, el infame esposo de la joven ojiceleste que nunca se dignó a conocerla...no hasta que salió a relucir la v