Elijah permanecía sentado en el único balconcito que daba vista hasta el sauce donde se hallaba el columpio de su madre, había visto a su padre observarlo con melancolía la noche anterior y no era más que un maldito hipócrita. Le había enfurecido su presencia en el jardín que estaba prohibido para todos, nadie que no fuese él, tenía permitido estar allí; fue el último lugar donde estuvo con su amada madre...y también el lugar donde la vio morir...observaba el gentil movimiento de las ramas así como el vaivén del columpio que se mecían a merced del viento, hacia tantos años ya que el mismo permanecía vacío...nunca nadie volvió a trepar en él, nunca lo había permitido...pero a su memoria llegaba la espléndida y delicada figura de la bella joven balanceándose grácilmente sobre aquel triste y solitario columpio aquella noche en que la vio jugando en el con la inocencia de una niña pequeña totalmente ignorante de lo que había marcado ese lugar y sin saber que para todos estaba prohibido, n
Hermosos y únicos ojos celestes como el cielo que hacían palidecer los suyos de un verde común, su cuerpo era simplemente perfecto, con curvas en su lugar y bien proporcionados pechos y caderas, su rostro, estaba más allá de una belleza extraordinaria como lo era la suya o la de Alexa, parecía una maldita obra de arte esculpida por los mismos dioses, era simplemente maravillosa y caminaba tomada gentilmente de la mano de su aun esposo que reía con ella como no lo hacía en años.— ¿Quién esta mujerzuela Jericho? — grito Brianda furiosa intentando alcanzar los cabellos de una muy confundida Madison.— Será mejor que te calmes Brianda, no deberías estar aquí en primer lugar, ella es Madison la esposa de Elijah — respondió Jericho separando y sometiendo a la furiosa mujer.Brianda se detuvo y de nuevo escudriño a la ya notablemente incomoda jovencita. Así que esta era la famosa Madison Harrington de la que todos hablaban, hermana gemela del demasiado apuesto y joven heredero Chadburn y la
Aquí narra Madison en primera persona:Su gentileza me había cautivado...alguien, que al igual que yo, era un apasionado por la medicina, siempre repetía lo mucho que deseaba ayudar a otros...a alguien especial para el que decía había estado muy enfermo desde que eran pequeños, contaba mil historias sobre esa persona...y yo no podía evitar mirar el brillo en sus ojos cada que hablaba de él...no podía evitar sentir esa misma emoción que desbordaba de su ser...no podía evitar enamorarme cada vez más y más de él, Daryl era como un príncipe de ensueño, uno que me enamoraba cada un día un poco más.— ¡Harrington! ¿Vamos, has visto el nuevo ramen de la cafetería? — decía Daryl de nuevo invitándome a pasar el receso con él.— Lo siento, pero iré con Adrien y los chicos a comer a casa de Stefany — respondí sin mayor importancia...en ese momento no lo note, la molestia en sus ojos...era bueno escondiendo sus emociones...al menos hasta que no le importo mostrarlas.— Bien será para la próxima..
Gritó mientas me arrojaba un puñetazo a la cara y se abalanzaba sobre mí, arrancando mi ropa y dejándome indefensa y expuesta hacia el...dos años de un cuento de hadas, el príncipe oscuro que tanto amaba, las imágenes de aquellos días felices donde solo éramos él y yo...sin celos, sin golpes...las risas, los besos, las castas caricias que nos dábamos el uno al otro, los mil sueños que compartimos, el futuro que una vez soñé a su lado, los rostros de los hijos que imagine con el...todo aquello se iba en el mismo instante en que sentí como me arrebato la virginidad que guardaba celosamente para el en una noche de bodas que jamás llegaría.— ¡Perdóname! ¡Nunca quise esto! — me dijo al recuperar la cordura y ver lo que había hecho.Se fue...me dejo sola...encerrada en sus aposentos sintiéndome como una muñeca rota...levantándome con esfuerzos, pude ver por primera vez todo aquello que me había negado a ver hasta ese día...mis ojos sin vida...las marcas y moretones en mi cuerpo, mi labio r
Los imponentes ébanos que se levantaban orgullosos en los terrenos de los Chadburn, lucían más resplandecientes después de las lluvias pasadas, el olor del almuerzo no lograba despertar su apetito, Daryl se había negado a bajar hasta el momento en que su amada joven de ojos celestes llegará hasta ellos. Emerson y Maddox parecían emocionados por la visita de la hermosa ojos celestes, pero él, lo estaba aún más...y al mismo tiempo...estaba aterrado. O´Brien sabía bien que el odio que Madison sentía hacia él era genuino y justificable...pero no podía perdonarla por creer que el jamás la había amado, la amaba, con tanta fuerza que moriría por ella, pero no siempre podía tener el control del monstruo que habitaba secretamente en su interior.Aquellos recuerdos, memorias de un amor perdido, de tiempos en que Madison lo amaba tanto con él a ella, parecían demasiado distantes aun cuando solo hacía unos años de ello, perdidos en los recuerdos, aquellas memorias llegaban de nuevo hasta el, robá
Sus amigos intentaron salvarla de mi locura...pero los amenace en mi estado iracundo...la lleve hasta mi departamento y la golpee tan fuerte hasta que la hice desmayar...no podía ver nada que no fueran aquellos malditos mirándola con lujuria...no pare hasta que deje de ver sus rostros.Entonces la vi...golpeada, desmayada, su hermoso rostro cubierto de sangre...por dios... ¿Que había hecho? Corrí de inmediato a comprar rosas, los mejores y más finos chocolates... ¿Como pude hacerle eso? Me pregunté a mí mismo una y otra vez...regresé y aún seguía durmiendo...limpie su rostro y me arrodille suplicando perdón...me levanté para lacerarme, no me sentí mejor hasta que sentí la sangre escurrir por mi espalda...me bañé y de inmediato cambie mi ropa...no podía dejarle ver mi auto flagelación infringida en castigo.Despertó y sentí quebrarme al ver el terror en sus ojos celestes que tanto amaba...me temía, sentía un genuino terror hacia mí...era mi culpa...le ofrecí las rosas y le suplique per
El ruido de las aves rompía el sepulcral silencio de la mañana, los hermosos ébanos en los jardines se mecían con suavidad en un vaivén lento y pasmoso, el ambiente se percibía tenso, la rigidez de la bella joven y su ceño fruncido, delataban lo mucho que odiaba estar ante la presencia de O´Brien, miradas incomodas sin saber que decir, se distraían en cualquier cosa que tuviese movimiento con tal de no tener que ver la asfixiante atmosfera que juraban, podría tocarse entre la bella ojiazul y el apuesto rubio. Emerson observaba con cierta curiosidad el palpable odio de su gemela hacia su querido hermano, aquello era bastante curioso, debía admitirlo, pero lo atribuyó a posible envenenamiento mental de parte de la familia Black hacia ellos, celeste y ámbar se miraban fijamente sin dejar un momento que la duda o incertidumbre se reflejara en su mirada, fuego y fuego se desafiaban en una guerra de poderes silenciosa.— Me alegra que hayas llegado con bien Madi, pasa, hay mucho de lo que h
— No me importa lo que digas, no soy una maldita propiedad y te lo voy a demostrar hermano — desafiaba Madison sin desviar la mirada de la de su gemelo.Aplausos resonaron en el lujoso comedor, sacando a los gemelos de su lucha de poderes.— ¡Bravo, bravo, bravo! Madison tiene razón hermano, ¿Porque no dejarla ver por ella misma lo que es mejor para ella? tú y yo sabemos muy bien lo que Jericho Black es capaz de hacer...quizás, para que lo entienda deba darse cuenta ella misma, ¿Porque no le preguntas a Elijah sobre cómo fue la muerte de su madre? estoy seguro de que se muere por contarte esa anécdota...o al mismo perro viejo...ese feo secreto que tienen los Black...pregúntale sobre lo que le hizo a Emerson...a tu padre...como su ambición de poder destruyo a tu propia familia, como dejaron a mi hermano para morir solo por ser débil...debes recordarlo Madi, las muchas veces que te hable sobre a quien quería ayudar a superar sus enfermedades...pues bien, lo tienes frente a ti...no me va