Un silencio sepulcral invadió la pequeña salita, Madison se había quedado congelada y un sudor frío comenzó a recorrer su frente, su espina dorsal estaba helada, no se sentía preparada para lo que sabía, estaba por venir.— Esta sala es muy pequeña ¿No lo creen? No es digna para un Chadburn...y no me refiero a mi — dijo el joven con una delicada sonrisa en su rostro.— ¡Un momento! ¿Estás diciendo que Madi es una Chadburn? — pregunto Adrien visiblemente alterado, Stefany se había petrificado.— Vamos Eccheli, a mí me contaron que eras listo...además, es Madison para ti, no Madi. Tú, niña, prepara algo de té, esto va para largo — ordenó con desdén el castaño a la bonita castaña de la cual sabía sus humildes orígenes.— Oye no le des órdenes a mi chica — reclamo Adrien, sin embargo, la joven Stefani ya se había levantado para preparar él te, estaba tan impactada que no se percató del tono desdeñoso que el pelinegro había usado, además, Madison necesitaría uno...urgentemente.— Estás dic
Recuerdo, que sus ojos son celestes, como el color del cielo...iguales a los tuyos...su cabello es negro como la noche...igual al tuyo...su rostro es hermoso, como lo es el tuyo...y un día ella volverá a nosotros.El golpeteo constante y molesto que hacían las gotas de lluvia que chocaban en su ventana comenzaba a sacarlo de quicio, el rugir de los fuertes vientos azotaba con ferocidad los viejos ventanales de sus aposentos, formas abstractas, indefinidas, se dibujaban en los cristales con el agresivo resbalar del agua constante sobre ellos...el fuego en la chimenea danzaba violentamente estallando en mil colores de tonalidades rojizas que destellaban en cada dirección de su habitación demasiado intensas y hermosas...era una fría madrugada, tan helada como el corazón muerto que cargaba pesadamente en su pecho, el viento de la tormenta clamaba su ira y asolaba con furia las copas de los árboles, una furia tan temible que obligaba a los majestuosos y orgullosos ébanos de sus jardines a
Un estruendoso relámpago retumbó por toda su habitación. Los odiaba, nunca le habían gustado, eran aterradores, no entendía cómo alguien pudiese disfrutar de ellos, sin embargo, está noche no iba solo a hacerte bolita bajo sus cobijas en su cama, no podía hacerlo, aunque lo deseara.El reloj marcaba las 3 am, la lluvia caía con tal furia que parecía que cielo y tierra estaban por fundirse; ríos de agua con basura recorrían las calles que apreciaba de mala gana desde su ventana, el sabor fuerte del café y su delicado aroma la reconfortaban, pero sentía sus ojos cansados, había tenido un muy largo día, y aunque intentaba concentrarse en la tesis que estaba escribiendo en su laptop, los pensamientos de Madison sobre la charla con el líder Chadburn, la tenían confundida. Asustada, pensaba y meditaba una y otra vez.¿Como era posible? Su madre no menciono ni una sola vez la existencia de su gemelo. ¿En verdad jamás les dijo su verdadero nombre? Lo había confirmado, su padre adoptivo le hab
Aquel día juró venganza, apoyaría a su hermano y no permitiría que nadie se aprovechará de él como lo había sufrido en carne propia, caminarían juntos y lograrían derribar a la familia que les arrebató todo, los Black.En su largo y sinuoso recorrido, Emerson le había confiado el mayor secreto de su familia...tenía una hermana gemela...su padre finalmente la había encontrado, pero no logro traerla de vuelta debido a Jericho Black, ella les pertenecía a ellos, y más aún, con la promesa que vino con la revelación, la chica seria su esposa, desde ese momento era su prometida, años después y ya habiendo concretado de nuevo su imperio que solo aguardaba el momento en que su nuevo patriarca pudiese tomar su reinado, su hermano lo envío hasta a ella, finalmente conocería a la niña que con tanto entusiasmo formaba parte de los sueños de ambos, Madison Harrington, quien, según los informes, tenía los mismos propósitos que él, deseaba convertirse en médico para salvar a un hermano menor, tal y
Elijah sintió por vez primera en toda su vida como si un rayo entrara por sus labios y estremeciera todo su cuerpo, logrando hacer vibrar su alma...profundizando aquel beso, saboreando cada rincón y sintiendo su corazón calentarse, acariciaba con ansias la larga cabellera de ébano de Madison y dominaba la lengua de su hermosa joven con pasión y deseos reprimidos desde el primer instante en que la vio, la amaba, por más estúpido e irracional que aquello fuese apenas conociéndola, amaba todo de ella, desde sus risas hasta sus lágrimas, su carácter impredecible y la fuerza que irradiaba como intenso fuego desde lo más profundo de sus ojos celestes, aquellos que juro para sí mismo proteger.Madison sentía mil emociones que remolineaban dentro de ella, como si hubiese estado esperando por aquello sin saber lo mucho que lo necesitaba, aún no lograba entender cómo ni el porqué, pero había descubierto que Ernest era todo lo que quería para ella, aun cuando aquello estaba mal, aun cuando sabía
— Me alegra que tengas ese admirable entusiasmo hermana — la voz de Emerson interrumpió en la salita, el jovencito de ojos celestes, sorprendiendo a las chicas y al pequeño.Todas se quedaron paralizadas ante la nada esperada presencia que se posaba en medio de ellas, Eimy y Stefany se quedaron casi sin aliento al mirar por primera vez al hermoso joven de ojos celestes, sus apariencias eran prácticamente idénticas, no cabía ninguna duda de que ese par eran hermanos gemelos.— Emerson, ¿Qué haces aquí? ¡No puedes estar entrando a mi casa como si fuera la tuya! ¿Dónde está Manuel? — cuestiono con severidad la bella joven.— Tu remedo de guardaespaldas está afuera, nada puede hacer contra mí, ya deberías saberlo querida hermana — respondió con arrogancia el líder Chadburn acomodándose en el sofá.— ¿A qué has venido? — cuestiono Beatrice parándose frente a él.— Muy bonita la hija de los Anderson debo admitir, pero imprudente, no tienes ningún derecho mujer de hablarme con tuteos ni ese
— No te creo...no puede ser, ese documento es falso — respondió Madison intentando no llorar y sintiendo que el suelo bajo sus plantas se movía sin piedad amenazando con hacerla caer.— Vamos Madi ¡Es muy pronto para llorar!, mira el otro documento — dijo con emoción Emerson.Madison, casi logra impactarse con el suelo de no ser por Eimy y Manuel que habían logrado sostenerla a tiempo. En sus manos, estaba la prueba de que todo lo que su gemelo decía era verdad, la "justicia" le había otorgado la custodia legal de Maddox, las lágrimas resbalaban por sus hermosos ojos...era cierto, todo lo que Ernest le dijo era verdad, su hermano tenía el poder para comprar y ajustar la justicia a su propia conveniencia...eso era todo.— No llores hermanita...te prometo que cuidare bien de nuestro pequeño hermanito...no le hará falta nada, podre pagar los mejores médicos para su "problema especial" — decía con un deje de burla Emerson.— Eres un monstruo — dijo Eimy directo a la cara del líder Chadbur
— Bienvenido amo Eliott — decía Giuseppe con un deje de fastidio. — Oye viejo, ¿En dónde esté ese imbécil arrogante de mi hermano? — exigió saber Eliott. — Será mejor que no lo moleste, está descansando en sus aposentos, recién regreso está mañana de su viaje a Londres — dijo Giuseppe molesto por el insulto hacia su amo. — Como sea, estaré en mi estudió, no quiero que ni él ni nadie me molesten, también ordénale a alguna sirvienta que me lleve algo bueno para comer — ordenó el castaño para luego retirarse, ganándose una mirada de desaprobación del viejo sirviente. Elijah observaba con detenimiento el imponente retrato de su madre, tan bella, tan solemne...la imagen de la perfección misma, Eleonor Black. Pronto sería un aniversario más del terrible día en que la perdió...no quería pensar en ello, no cuando sentía ese calor aún dentro de su alma...aquel beso que la bella joven le había dado lo mantenía en calma...quería repetirlo...quería darle más y más besos, quería hacerla suya, d