Capítulo 94

Marcus al fin superó la sorpresa y sus manos sujetaron mis posaderas y empezó a estrujarlas con deleite. Los leggins habían surgido efecto, yo me veía muy apetitosa, mostrando mis redondeces, y él no pudo resistir más a la tentación. Se empalagó con mis sentaderas que a él tanto le gustaban. Él no me lo había dicho pero yo sabía que se deleitaba con mis curvas y formas cuando me veía irme, mirando y admirando mis caderas, mi cadencia y la forma cómo menaba la cintura igual a un barco naufragando en medio del océano.

Mis llamas se alzaban como en un gran incendio y yo no podía controlarme. Besaba afanosa la boca de Marcus, lo encadenaba mis tobillos y mis uñas se aferraron a su inmensa espalda, haciéndole surcos enormes. Él logró zafarse de mis besos y comenzó a lamer mi cuello, mis orejas, el canalillo de mi busto y eso hizo que yo me excitara aún más, echando mucho humo de mis narices, de mi aliento y hasta de las orejas. La candela chisporroteaba en todos los poros de mi adorabl
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