Mar no podía creer lo que estaba viendo, llegó una especie de sacerdotisa al palacio real y todo el mundo comenzó a mover prácticamente cielo y tierra para atenderla. ¿Por qué la tratan como si fuera la mismísima Reina Isabel?Se masticó el labio mientras estaba escondida detrás del pilar grande, observando a los sirvientes ir y venir para atender a la recién llegada.Estaba bien a gusto, esperando la llamada de su jefa, Kary, cuando de repente viene llegando esa mujer que hasta el príncipe fue a recibir. ¿O sea? ¿Apenas una o dos horas después de que Kary se haya ido ya había venido alguna zorra al palacio?La verdad que por algún motivo no le cae bien.—Ey ey ey, tú, ven un momento…Detuvo a un pequeño empleado que estaba llevando un plato de frutas perfectamente cortadas. Evitó subir ambas cejas hasta el inicio de su cabello.—¿Quién es ella? ¿Por qué todos están intentando que ni siquiera respire por su propia cuenta?—¿No sabes quién es? ¿Nuestra mayor salvación?Ahora sí, Mar no
El despertar de Kary fue tan delicioso como fastidioso. Despertarse en los brazos de su novio alfa favorito, desnuda salvo por las bragas, estaba resultando un ejercicio hercúleo de fuerza de voluntad. ¡No pueden estar teniendo sexo todos los días! Se mordió el labio, pensando. ¿O si pueden?A pesar de ese cuerpo ridículamente sexy, por muy lobuno que fuera, la forma suave pero posesiva de abrazarla, perturbaba a la mujer a niveles desorbitantes. Después de todo lo que habían pasado tan solo la noche anterior y antes de esa, se la había pasado toda la noche soñando con él. Y ahora, la dura y puntiaguda excitación del hombre lobo la había despertado justo en medio de un momento bastante abrasador, dejándola muy cachonda como necesitada.¿Cuándo fue la última vez que lo hicieron? ¿Fue hace tanto tiempo como para sentirse así?De repente, el mundo se volteó. Lark la colocó boca arriba. Tumbado de lado, con su gran palma apoyada posesivamente en su costado, la observó fijamente con una
—El olor delicioso de tu excitación que llena ahora mismo toda nuestra habitación, me despertó. Gemiste mi nombre. ¿Tienes idea de lo que eso me hizo?Habría intentado imaginarlo si sus palabras y la forma casi gruñona en que las había pronunciado no hubieran aumentado el palpitar entre sus muslos ya húmedos por la excitación. Como si el hombre lobo percibiera su efecto en ella -cosa que probablemente así es-, Lark se volvió para mirarle descaradamente la entrepierna, con las fosas nasales encendidas. Apretó los dientes, casi con rabia. Para la sorpresa de Kary, ya que en ese instante esperaba de todo, menos lo que hizo a continuación: El líder lycan se inclinó y le lamió el pezón derecho. La tan esperada y anhelada sensación áspera de esa lengua larga sobre su duro punto de placer derecho, hizo que estallara en ella un rayo de fuego en la boca del estómago. Inevitablemente se le escapó un gemido estrangulado, que a la vez hizo que se le doblaran los dedos de los pies mientras recorr
Un minero lycan profesional podía extraer una media de diez piedras en sus cuatro horas de trabajo, junto con una pequeña bolsa de polvo de la piedra arcoíris que no pudo ser obtenida de manera más limpia, por lo que se molió y se convirtió en polvo. Una sombra en el borde de la visión de la ojigris llamó su atención. La sorprendió enormemente ver a una hermosa lycan dorada combinada con cobre, aparecer en el jardín en donde ella estaba en ese momento trabajando. Parecía más bien menuda -para los estándares lycans, ya que Kary ha visto a muchos lycans tanto Alfas, betas como soldados normales y eran enormes-, lo que la ponía a su altura de más o menos ciento sesenta y cinco centímetros.Traía solo una tela fina de seda que le cubría apenas los pechos y la entrepierna, lo que la hacía ver extremadamente seductora como pasional.Sus ojos verdes,-una excelente combinación para el cobre de su cabello- brillaron con calidez cuando Kary fue a recibirla.—Saludos, nueva hermana—anunció la m
—No te estoy juzgando ni haciendo drama, Kary, y desde luego no pretendo ofenderte ni siquiera un poco. Las palabras sólo son mezquinas si se dicen sin verdad o con malicia. Tu reacción defensiva me dice que tu alfa ya ha sacado el tema.—Sí, lo ha hecho. Y estoy trabajando en ello—refunfuñó, porque siendo sincera, ellos tenían razón. Desde que se hicieron pareja, Lark necesita mucho más contacto físico para soportar estar lejos de ella por mucho tiempo, como ella está cachonda todo el tiempo, también buscando contacto físico como loca. Kary lo atribuye a un efecto secundario de la marca de enlazados aún nueva. Pero, lo cierto es que ambos necesitan más contacto físico que antes.—Que es todo lo razonable y justo que se puede pedir. No pretendo entender lo abrumador que debe ser para ti que te arranquen de tu mundo y te dejen caer en éste solamente porque sí. Has heredado el importante papel de una mate y por consiguiente el papel de Luna de la manada de tu alfa, ahora la tuya, tambié
—Cuando me pidió que me convirtiera en su compañera—respondió Gisela sin vacilar.Kary jadeó por la sorpresa y retrocedió, estupefacta por la inesperada respuesta.—¿Por qué? ¿Ya tenías a otra persona? ¿Alguna pareja?Sacudió la cabeza. —No. Estaba soltera cuando Sasen y yo nos conocimos. Él tenía cuarenta años y yo ya tenía treinta. En ese entonces, era algo bastante tarde para que un Alfa líder de su propia manada encontrara a su mate. Nos hicimos amantes al cabo de una semana y media, y me pidió que me convirtiera en su pareja nueve meses después. Como no estaba enamorada de él, me negué. Fue bastante difícil rechazar su petición, ya que sabía lo mucho que él quería y merecía una familia. Pero en esto, tenía que ser fiel a mí misma. A veces, tienes que pensar en ti misma y después en los demás, tener un poco de egoísmo por tu propio bien.—Debió de ser muy incómodo y algo duro. ¿Estaban las cosas tensas entre ustedes dos después?—preguntó verdaderamente interesa en la historia de
La cabeza le daba vueltas cuando se abrió camino al trote hacia el castillo. Esos hijos de perra, las bestias llamadas Bells inyectaron con sus dientes la toxina más virulenta posible, que ahora corría por sus venas como un río sin obstáculos para fluir. Las raíces de absolutamente todo su pelaje, pelo por pelo negro, ardía como mil fuegos. Estaba a dos alucinaciones más de arrancárselas él mismo. No soportaba ni siquiera su carne. Tras unos pocos días de felicidad con su Kary, días en los que había descuidado más de lo normal sus obligaciones, el alfa había olvidado lo insoportable que era la toxina de los Bells.Ese viejo Sasen tenía razón al advertirle de lo peligroso que se había vuelto el sector de los jardines. Los migrantes milkis habían atraído a un número absurdo de bestias, muchas de las cuales habían resultado gravemente heridas. Llevaría al menos un par de días más rastrear y erradicar todas las amenazas errantes de la zona. Pero ahora no era el momento de pensar en ello.
Una sensación de aleteo y cosquilleo lo devolvió al estado de conciencia. Estuvo a punto de abrir los ojos y averiguar qué era eso, cuando sintió que los dedos de Kary trazaban suavemente los surcos de sus músculos abdominales. Entonces se quedó quieto disfrutando de ese exquisito tacto. Sin embargo, el ligero cosquilleo que le provocaba, acabó arrancándole una sonrisa de satisfacción.—Estás despierto—susurró Kary, sin detener el movimiento de su mano sobre él.Emerson no tuvo más remedio que abrir los ojos para mirarla. —Ahora lo estoy. Siento mucho haberte agarrado tan brutalmente y haber dañado tus ropas. Sé que las valoras mucho—le devolvió el susurro, ahora avergonzado de su bestialidad. La mujer lo premió con una sonrisa. —Fue una entrada dramática, lo admito, una entrada increíble de la que mi pobre ropa no se recuperará. Pero no pasa nada. Me di cuenta de que te dolía y eso es mucho más importante para mí que unas simples ropas.—Sí, es así. Y tú lo mejoraste—habló, con la