Se sacó el estupor de encima en un santiamén. No puede darse el lujo de la sorpresa, no cuando todo lo que conoce y lo que es importante para él, está en peligro.—¿Qué dice esa nota?Jareik se adelantó—. Dice que solicitan la presencia de la humana allí, que ella tiene permitido ir hasta el territorio real, que no le afectará nada y…—dudó pero la mirada angustiada y ansiosa en la luna futura lo hizo seguir—. Y que si va con prisa, ya le estará esperando una grata sorpresa. —Por compensación a lo ocurrido en la cueva—joss miró de la humana a su alfa. Sin saber qué había pasado en la cueva antes de que todos llegaran—. Alfa, ¿Deberíamos…?—Retírense—una orden fría y abrupta. Sin dudas ni vacilaciones.—Pero nosotros…Rugió sin poder aguantar. Odiaba que no le hicieran caso a la primera orden, sin embargo, no le sacaba tanto de las casillas como para que su lobo interior rugiera de la ira. Ahí se dió cuenta de que el alfa tenía muchas cosas encima de sus hombros con los qué lidiar y qu
El secuestro de los desquiciados y el encuentro con la cosa gigante gelatinosa afectaron a Kary más de lo que pensaba. El dolor muscular parecía eterno y no podía mantenerse despierta durante mucho tiempo.Emerson le gruñó a Msrih varias veces preguntándole qué le pasaba a ella, pero Kary les aseguró que su cuerpo se estaba recuperando.El corte de su pierna estaba ya casi curado y había empezado a hacer por su cuenta ejercicios ligeros por la habitación solo cuando el alfa se marchó, porque la botánica no soportaba que el lycan se encolerizara con ella.Los guardias lycans rotaban fuera de la habitación de Emerson y mantenían una presencia constante de seis o más. A ella le parecía algo exagerado pero por más de que quiso hablarlo con el macho alfa, supo que sería más fácil y rápido meter un elefante por la abertura de una aguja de remendar ropa que convencerlo de bajar los guardias a tres o cuatro hombres lobos.Sero y More la visitaron muy a menudo y jugaban a juegos como una ver
Kary persiguió incansablemente a Sero, que chilló de placer mientras corría lo bastante despacio como para que la mujer pudiera alcanzarla.La pequeña cachorra había advertido a sus compañeros cachorros lycans y a sus hermanos de camada, que no fueran muy duros con su compañera de juegos humana. También esa advertencia fue seguida por la orden del alfa de no ser tan brutos con Kary.Desde su encuentro con la gelatina andante, Kary dormía más y se movía con rigidez. Incluso Emerson intentó que descansara más, pero la terca mujer le dijo que solo estaba dolorida y que necesitaba estirar los músculos. Sin embargo, Lark nunca olvidaría la imagen de ella saltando por encima de las espaldas de los desquiciados inclinados, con la ropa desgarrada y ensangrentada y la determinación grabada en su expresión. Había corrido por su vida y Emerson, como su mate, su pareja predestinada elegido por la Diosa luna, había podido oler el miedo en su mujer y su terror desde la distancia, incluso hubo un ti
Los pasos de Emerson eran más lentos de lo habitual, y había una tensión en sus músculos, una tensión que le rodeaba, que puso a Kary con los nervios de punta.Y por mucho que la mujer quisiera saber más sobre el alfa de la manada Hanjx, una burbuja de terror se le hinchó en el estómago. Hizo una mueca ante la sensación horrible. Siendo sincera consigo misma, dudaba que todo lo que Emerson fuera a contarle estuviera lleno de felicidad, soles y estrellas brillantes.No fueron hacia arriba, hacia el castillo, sino que más bien fueron más profundo, en los túneles bajo tierra. Kary se agachó bajo un techo bajo antes de que el espacio se abriera en una pequeña caverna, más o menos del tamaño de la habitación del hombre lobo. Las rocas que también estaban incrustadas en las paredes del castillo, iluminaron la estancia para revelar unas cajas extrañas y antiguas en el suelo. El lycan se encontraba de pie frente a ellos, con las manos colgando flojas a los lados, mientras la observaba por en
Lo miró fijamente, aún apretando la muñeca contra su pecho. —¿Y eso por qué?—No lo sé—exhaló en un suspiro tembloroso. Él sí lo sabía, la conexión de mates—. Lo único que sé es que no quiero volver a la época anterior a conocerte. Aunque esta no fuera mi maldición, aunque yo no fuera el corazón de las rocas de aquí o la razón de vivir de estas tierras, aún querría verte sonreír y jugar con Sero y More. Seguiría intentando hacerte un regalo que realmente disfrutaras. Me recuerdas a quien solía ser cuando la felicidad formaba parte de mi vida, y por eso te estaré eternamente agradecido, mientras viva.Se le doblaron súbitamente las rodillas y cayó al suelo sobre el piso.Emerson se acercó a ella, pero Kary levantó la mano, con la palma hacia afuera.—Estoy bien—La muñeca se sentó en su regazo y se quedó mirando la boquita curvada en una sonrisa y los parches desgastados alrededor de los brazos, como si su hija se hubiera agarrado mucho a ellos.Kary se acercó y volvió a colocar con cu
Casi se corre allí mismo. Kary intentó hablar, pero los únicos sonidos que salían eran gemidos bajos mientras los dedos del alfa acariciaban su carne resbaladiza.—He leído algo…—murmuró, aparentemente para sí mismo.—¿Qué?—jadeó, agarrándose de la poca razón que le quedaba.Con la mirada clavada en la de ella, el hombre se echó hacia atrás, se deslizó hacia abajo, besando cada parche de piel que encontraba y su rostro quedó suspendido justo por encima de su monte de Venus. Sus ojos bicolores brillaron con emoción y su boca se abrió para revelar su lengua con protuberancias y sus largos colmillos. —Abre más las piernas, humana. Mis hombros no entran en este espacio tan estrecho.¿Él estaba...? Con dolorosa lentitud, Kary las abrió, sabiendo que lo estaba mostrando todo, toda la evidencia de su excitación con el coño húmedo y el clítoris hinchado.Incapaz de mover los brazos, con las piernas acalambradas por el esfuerzo de que sus hombros anchos quepan, la científica solo pudo murmu
La piel de su mate era más suave de lo que él podía imaginar y cuando estaba dentro de ella... nada se comparaba, ni siquiera rozar con los dedos el paraíso. Apenas recordaba el apareamiento alocado que solía tener cuando era un guerrero lycan joven. La liberación, el orgasmo que conseguía era corto y la hembra gruñía y luchaba todo el tiempo.Era la manera tradicional y natural de los lycans, de su especie. Pero esa humana...Emerson tuvo que trabajar para aparearse con ella de una forma que no tenía nada que ver con el físico y la batalla.Más bien tenía que ver con aprender lo que la hacía feliz. Lo que la hacía sonreír. Lo que la ablandaba, para que luego ella le permitiera a él, lamer su boca y su coño a gusto.El poder se apoderó de su cuerpo y se sintió capaz de enfrentarse al ejército de toda la maldita monarquía, a todos los hombres, soldados de la corona real si se lo pidieran. Las rocas que los rodeaban viraban en los colores del arcoiris, colores intensos y que llenaban e
Emerson no pudo darse cuenta cuándo se acercó a la humana. Sus propios dedos se clavaron en la cintura de su mate y sus garras casi perforaron su suave piel.Solo pudo darse cuenta de lo que hacía, cuando la mujer habló:—Me haces daño—susurró Kary entre lágrimas.Su agarre se aflojó de inmediato, pero sus ojos no se apartaron de los de ella. —Pueden retirarse, iré dentro de unos minutos a discutir este tema.Jareik tenía una expresión bastante compungida en el rostro, mientras que Joss solo miraba el suelo.—Alfa…—No me hagas repetirlo dos veces, beta y segundo al mando, Jareik.Ambos soldados hicieron un asentimiento y se retiraron así de rápido como llegaron.Hubo un silencio sepulcral.—Ellos no pararán ¿Verdad?—Kary preguntó con temblores.La mujer miró la cara del hombre quien le había mostrado las puertas del paraíso. Esperó a qué le diera una respuesta diferente o que dijera que es una mentira, una broma burda y vulgar de los soldados, pero eso jamás pasó. El hombro lobo no