—¿Y cómo estuvo su noche de ayer? —preguntó Galen, viendo a sus amigas desde su escritorio.—¡Estaba esperando que preguntaras! —exclamó Lorna, emocionada. Se levantó de un saltó y llegó a esta él con una gran sonrisa—. La casa, bueno, en realidad no es una casa. ¡Es una jodida mansión! El lugar parece de revista, precioso y gigante. A donde veas es cómo estar en un palacio con personal y todo. Hasta tomé muchas fotos para ti.—¡Lorna! ¡¿Tomaste fotos?! —le reclamó la pelinegra.—Por supuesto, amiga. Necesitaba pruebas de ese lugar, además, si me caso con Darren quiero una casa cómo esa y las fotos servirán cómo referencia —explicó cómo si fuera algo absolutamente normal—. Mira esto, es sólo la primera sala de estar. Hay cómo cuatro más.La pelirroja dejó de prestarle tención a las reprimendas que la ojiazul le estaba dando desde el otro lado de la oficina para comenzar a mostrar las fotos en su teléfono.—Tiene gimnasio, sala de cine, la cocina es preciosa. Y las habitaciones son tan
—¡Hola! —saludó Clarisse al contestar la videollamada.—Hola, ¿cómo estuvo tu día? —inquirió Soren una mirada tranquila.—Estuve haciendo algunas diligencias para la beneficencia, el catering y otras cosas más. También recibí los bocetos para el logo de Oversax House —explicó y se vio cuando tomó asiento en el sofá de la sala principal—. Ya elegí unos diseños, quería mostrártelos.—Justo en este momento estoy algo ocupado —dijo Soren.Fijó la mirada en el interior de la casa a la que tuvieron que pasarse luego de haber capturado a Mark Ory. No podía regresar al hotel luego de estar en dos balaceras y con un cargamento de joyas y armas.—¿Día pesado? —quiso saber Clarisse.—Un poco, fue cómo estar en un asalto de mano armada —bromeó Soren, aunque en parte era cierto—. Pero hasta el momento tengo lo que necesitaba.—Lo dices cómo si hubieras robado un banco.—Tal vez lo hice.—Viniendo de ti y con todos tus secretos, no me sorprendería —dijo riendo la mujer de cabellera negra.—Clarisse
—Clarisse, alguien dejó para ti esto en el escritorio —le informó Lorna al entregarle un paquete.—Oh, gracias. Aunque no estaba esperando nada… Que raro —pensó en voz alta y lo desenvolvió—. De acuerdo… Esto es mucho más extraño aún.—¿Por qué? ¿Qué es? —preguntó Galen y colocó su cabeza sobre el hombro de su amiga para ver lo que había en la pequeña caja—. ¡Uh, a alguien le mandaron un lindo regalito! —canturreó.—Déjame verlo —pidió Lorna, alzando la vista desde su asiento.Clarisse sacó de la casa un reloj de bolsillo muy elegante de color dorado y con acabados en color azul zafiro. La chica no se le ocurría quién podría haberle regalado algo así. Soren sabía que no le gustaban los regalos costosos, así que era poco probable que haya sido él.—¿Por qué tu novio te regala un reloj de bolsillo? —cuestionó Lorna con una mueca de confusión.—No creo que haya sido Soren, ¿sabes?—Si no fue él, ¿quién fue y por qué un reloj? —inquirió Galen, revisando el objeto hasta encontrar algo—. Mi
La camioneta se detuvo frente a la entrada de la lujosa casa de tres pisos y Clarisse bajó cuando uno de los escoltas abrió la puerta para ella. Le agradeció amablemente a pesar de que le pareció innecesario que él hiciera eso y luego entró a la casa. Cisco la recibió con entusiasmo al igual que todos los días que regresaba a casa y se detuvo cuando su teléfono sonó.—Hola, mamá —saludó a la mujer que estaba en pantalla.—Hola, mi niña. ¿Dónde has estado? Desde hace semanas que no sabemos nada de ti —su madre comía palomitas en ese momento.—Lo siento, he estado muy ocupada con el trabajo —un ladrido de Cisco la interrumpió.—Clarisse, ¿tienes un perro? —preguntó la mujer alzando una ceja. Su hija intentó sonreír con naturalidad, pero terminó mostrando una rara mueca que no convenció a su madre—. ¿Dónde estás? ¿Estás con Lorna o Galen?—No, estoy en otro lugar —caminó hasta la sala de estar seguida por el Pitbull—. Recientemente llego del trabajo.—Eso no explica los ladridos y que pa
Aquella mañana después de dejar a Clarisse en el trabajo, Soren se dirigió a la casa de seguridad del FBI. Había un asunto importante que tratar, bueno, dos en realidad si se contaba lo que había hablado con Mark Ory en Panamá.—Buen día, señor Oversax —saludó Jax al entrar al despacho en donde lo esperaban—. Asumo que su última misión fue todo un éxito, porque cómo siempre, no informa nada hasta que regresa a Seattle.—Mark estaba asociado con la misma persona que organizó el atentado en mi contra —habló Soren sin dirigirle la mirada—. Dijo que ella es una persona que busca venganza por lo que los Velghary le hicieron y debido a su ataque contra mí, debo suponer que yo estoy entre los objetivos.—¿Su informante no le ha dicho nada sobre un ataque contra los Velghary? Si fueron por usted, imagino que también irían por ellos.—Son situaciones diferentes, agente Fell —Soren se sirvió una copa de Brandy y tomó asiento frente a él—. Ellos son la familia real, monarcas absolutos de un país
—Señor, ¿ocurre algo? —preguntó el guardaespaldas pelirrojo.—No es nada, Rubén…Soren lucían perdido en sus pensamientos con la mirada fija en el mensaje que tenía grabado aquel objeto. Los cuatro funcionarios del FBI intercambiaron miradas, estaban confundidos porque su jefe provisional estaba actuando un poco extraño.—Señor Oversax, ¿necesita que hagamos algo? —Elian, otro escolta, preguntó.—Por favor, informen a los demás que deben estar atentos a cualquier movimiento cerca de la zona. Cualquiera es un potencial sospechoso que podría atentar contra la vida de mis allegados o la mía.—Lo haremos de inmediato. ¿Usted a dónde irá?—Tengo que ir por Clarisse. Ustedes vuelvan a casa, si los necesito los llamaré —caminó hacia el auto, pero Rubén se interpuso en el camino.—Disculpe, señor, pero creo que deberíamos ir con usted —mencionó con respeto. Soren no habló, sólo lo miró con aquellos ojos feroces que hicieron sentir incomodo al pelirrojo—. Estamos aquí para asegurar su segurida
El rumbo estaba cambiando, ya nada era fijo ni conocido. Toda sensación de seguridad se estaba desvaneciendo paulatinamente a cada momento. En otras circunstancias habría decidido marcharse de Seattle, tal vez irse a un lugar olvidado y con una nueva identidad.En otras circunstancias…Ahora tenía personas a las cuales proteger, no sólo lo quería a él. Amenazaron a sus amigos y posiblemente estaban vigilando cada uno de sus movimientos.Simplemente no era capaz de abandonarlos, desaparecer misteriosamente y no volver a verlos nunca más.El equipo de seguridad del FBI estaba más alerta que nunca.Seniah se ofreció a enviar un equipo personal, sin embargo, Soren se negó, ya que fácilmente alguno podría estar comprado por la familia real. Después de todo ella seguía siendo la princesa Seniah de Velghary porque no deseaba separarse rotundamente de su familia.Igualmente, Soren ya estaba armando un plan, con él al menos sentiría que tiene algo más de control sobre la situación.Clarisse se
El personal recibió a los invitados cordialmente, algunos agentes tomaron el equipaje de los amigos de Clarisse para llevarlo a sus habitaciones. Lorna estaba feliz de regresar a esa casa, mientras que Galen y Tessa admiraban maravillados su alrededor.La morena al ver a su jefe se sintió tensa.—Buenos días, señor Oversax —saludó de la misma manera que suele hacerlo en la oficina.Soren sonrió internamente y Clarisse le dio un manotazo en el brazo.—Se amable —le susurró.El pelinegro rodeó los ojos con resignación y mostró una leve sonrisa a su empleada.—Bienvenida, Tessa. No estamos en horario de trabajo, así que puedes llamarme por mi nombre.—¿De verdad puedo hacer eso? —cuestionó temerosa.No quería perder su trabajo por ser irrespetuosa, ya había escuchado historias cuando comenzó en su puesto de que él era sumamente estricto. Tanto que por el mínimo error podría despedirte de la forma más cruel y humillante.Realmente temía que su jefe pudiera molestarse por algo que pudiera