Finalmente, los cinco llegaron a aquella plaza escondida en la que comieron hamburguesas la primera vez. El lugar se veía igual de impresionante que aquella noche, las luches colgando de los árboles y las mesas llenas de comensales.A Clarisse le gustaba ese lugar, no sólo por la vista si no también por los platillos tan deliciosos que vendían los diversos camiones de comida. Ordenaron comida de varios puestos y luego fueron a tomar asiento en una de las mesas de picnic.—Entonces, Soren. ¿Cómo estuvo tu viaje? —comezón Lorna.—Agotador en muchos sentidos. Podría llegar a decir que fue…, mortal —respondió con diversión.—¿Es muy estresante ser inversionista? —esta vez fue Galen quien preguntó.—Algunas veces puede serlo debido a la economía que suele ser tan cambiante, un día ganas y al otro pierdes. Lo más importante es siempre estar informado del estado del mercado y saber el momento indicado para invertir, cómo también en qué hacerlo —explicó el pelinegro y Clarisse se sintió atraí
—Amo tu ducha, es tan maravillosa —dijo Clarisse, mientras se secaba el cabello desde la puerta—. Podría vivir feliz ahí dentro.—¿No crees que querer vivir en un cuarto de baño es demasiado? —bromeó Soren.Clarisse dejó de frotar su cabello con la toalla y lo miró boquiabierta.—¿Bromeas? El lugar es del tamaño de mi habitación. Mi departamento cabría aquí fácilmente —expuso al señalar el entorno—. ¿Siempre fue así y la construiste desde cero?—Así ha sido desde que la compré cuando llegué a Seattle.—¿Cómo fue? —Soren le dio una mirada de confusión—. Cuando llegaste a la ciudad, ¿cómo fue para ti?—Bueno, conocía a Jeremy desde antes y cuando llegué el me recibió, pero los primeros meses estuve quedándome en un hotel en el centro —ambos rieron—. Al principio fue extraño, pero se sentía bien. Por primera vez en años sentía en mi interior que estaba haciendo lo correcto porque estaba enfocándome en mí. Cuando se consolidó Oversax House inmediatamente compré esta casa, quería un lugar
Clarisse se removió suavemente para acercarse más a esa fuente gélida que estaba debajo de ella. Un par de brazos fuertes rodeaban su cuerpo mientras su cabeza reposaba sobre un pecho que subía y bajaba apaciblemente.—Debemos levantarnos o llegaremos tarde al trabajo —murmuró Soren con una voz somnolienta.—Eres el dueño, puedes llegar cuando quieras —respondió la pelinegra sin siquiera abrir los ojos.—Incluso yo debo cumplir con las reglas a veces.—Te gusta romper las reglas.—Vaya, te confieso que estoy enamorado de ti durante una noche de pasión y te conviertes en toda una mujer diferente —bromea el de ojos ocre.Clarisse rio entre dientes y finalmente lo miró.—¿La novia del dueño también debe cumplir esas reglas? —preguntó y formó un puchero.—¿La novia? ¿Cuándo te lo propuse?—Tienes razón, aún no me lo propones —consideró Clarisse, viendo hacia un lado—. Ni siquiera deberíamos dormir juntos. ¿Qué pesaran todos de mí? Yo no soy esa clase de mujer. Oh, ahora todos pensarán que
Posterior a que la reunión terminase, los mandos de Oversax House aceptaron la propuesta que el equipo publicitario les ofreció. Pues estaban muy satisfechos con el desempeño que mostraron y su profesionalismo.No obstante, durante la reunión Soren y Clarisse no dejaron de lanzarse miradas discretas o eso creyeron ellos porque tanto el rubio como la pelirroja estaban atentos a su juego de miradas.—¿Tessa? —nombró Galen al ver a la morena pasar con los ojos fijos en unos documentos que llevaba en la mano.La chica de inmediato alzó la cabeza al escuchar su voz y se sorprendió tanto cómo él de verlo ahí.—Galen, chicas… ¿Qué hacen aquí? —inquirió, confundida.—Vinimos a una reunión de trabajo por una campaña publicitaria que nos encomendaron, pero, ¿tú qué haces aquí? —quiso saber el ojiazul.—Trabajo aquí. Soy la recepcionista del directos y del dueño de la compañía —explicó.—¿Trabajas para Soren y Jeremy? —cuestionó Clarisse.—Sí, ellos mismos. ¿Los conocen?—Jeremy es un viejo amig
—¿Has visto a Soren? —preguntó Patrice a su novio.—Uhm, no. De hecho, no desde que lo vi hablando con el equipo de publicidad —respondió y torció la boca a un lado—. Lo cual me pareció fuera de lo común.—Sí, Soren no habla con nadie. Aunque sí que intervino durante la reunión. Parecía estar interesado en el tema y al mismo tiempo perdido, nunca se sabe realmente con ese hombre tan hermético —argumentó la rubia de cabello rizado—. ¿No lo has notado un podo diferente desde que regresó de su viaje a Malacia?—¿A qué te refieres exactamente? Soren de por sí es muy diferente —bromeó.—No, más de lo normal. La manera en la que sus ojos están atentos a lo que pasa a su alrededor y habla mucho más, incluso podría llegar a decir que está…, feliz.—¿Feliz? ¿A caso él puede sentir felicidad? —preguntó, riendo y su novia lo miró mal—. Lo siento, nena. Era un juego, pero en el caso de que nuestros obstinado amigo haya encontrado una razón para ser feliz, ¿no sería algo bueno?—Por supuesto que s
Soren llegó a la mansión y fue recibido por Peter y Liza, quienes compartían una charla en la sala de estar. Ambos le dedicaron un saludo cordial y lo siguieron con la mirada hasta que desapareció camino a la cocina.—¿Viste lo feliz que ha estado? —le preguntó la morena en voz baja al otro.—Sería difícil no notarlo —argumentó—. Desde que regresamos ha estado diferente. Creí que estaría alterado todo el tiempo porque la familia real estuviese buscándolo, pero se le ve bastante tranquilo. Sin embargo, ambos sabemos que, aunque se vea tranquilo, internamente está alerta a todo.—Sí... Aunque yo creo que la charla que tuvimos sí le sirvió.—¿Qué charla?—Me pidió consejos sobre qué hacer con el asunto de los Velghary y también con Clarisse —explicó y luego su semblante se entristeció—. El pobre estaba demasiado preocupado, así que le dije que debía vivir cada momento y temor a que los Velghary aparecieran de la nada para arruinarlo. Era obvio que él quería estar con Clarisse, así que le
Cuando Clarisse entró a la casa un delicioso aroma la asaltó, inhaló profundamente para deleitarse con este y soltó una largo suspiro de satisfacción. Fue lo que fuese que estuvieran preparando, era demasiado bueno para un solo sentido.Fue directamente hacia la cocina y le sorprendió no toparse con Liza en el recorrido porque siempre era la primera en recibirla. Al llegar a la enorme concina se encontró con Soren de espaldas a ella y muy enfocado en lo que estaba preparando.Por la manera en la que se desenvolvía parecía ser un gran conocedor de las artes culinarias y eso explicaba el exquisito aroma que brotaba de las ollas. La pelinegra dejó sus cosas sobre la mesa que se encontraba junto a la entrada y silenciosamente se acercó a él.Estaba planeando abrazarlo por detrás para sorprenderlo, sin embargo, ella fue la que resultó sorprendida. Con un movimiento veloz Soren se giró y la levantó para dejarla sobre la isla.—Vaya, ¿qué tienes ojos detrás de la cabeza o qué? —cuestionó en
El fin de semana había llegado, esa mañana Soren se negaba a salir de la cama y Clarisse decidió dejarlo dormir todo lo que quisiera. Se dio un baño y vistió con un atuendo cómodo para bajar. En la cocina se encontró con el personal de la casa que esperaban que el desayuno estuviese listo para comer.—Buenos días a todos —saludó la pelinegra, amablemente y fue hacia la isla.—Buenos días —respondieron los tres en coro.—Aquí tienes, Clarisse. Una taza de café recién preparado —Liza le entregó la bebida.—Ay, muchas gracias —bebió y no pudo evitar mirar al trigueña que estaba sentado a la mesa.—¿Tengo comida en la cara? —preguntó Owen y se pasó la mano por la boca varias veces.—No, lamento verte así es que… ¿Eres nuevo? —curioseó—. No te había visto antes por aquí. Aunque tampoco es que yo tenga mucho tiempo viniendo a esta casa.El castaño le dio una mirada rápida a sus dos nuevos compañeros de trabajo, pues no sabía cómo responder exactamente. Sabía que las actividades de Soren era