Madeline se acercó discretamente hasta el agente Jax Fell, que no se despegaba ni un centímetro de Clarisse. Su misión y la de su equipo era resguardar a la acompañante de su alteza real, así como a sus dos amigos. Jax se percató de la aproximación de Madeline, por lo que la entrega de aquella nota fue en cuestión de un parpadeo.—¿Qué es eso? —preguntó Clarisse, apartando un momento su atención del grupo que se alejaba con espadas listas.—Un mensaje de la princesa Daliah, dice que alteraron el terreno y piensan matar a Brion durante la competencia.—¡¿Qué?! ¡Tenemos que hacer algo para impedirlo! —antes de que hiciera algo Jax la retuvo y la obligo a permanecer en su lugar—. ¡¿Qué mierda estás haciendo?! ¡Hay que ayudar a Brion!—No lo podremos ayudar si armas un alboroto en este lugar. Ya bastante causaron Audrey y la princesa Serena en el museo —miró a su alrededor, ubicando las pantallas que mostraban los escudos de cada competidor en tiempo real—. Daliah dice que tiene un plan p
El salón se convirtió en un caos en cuestión de segundos. Los guardias de Verona atacaron sin piedad, mientras Elián y sus hombres respondían con igual determinación. Seniah quedó en el centro del tumulto, desarmada pero no indefensa. Con la misma daga que había arrojado, ahora en su poder nuevamente, enfrentó a Verona. Ambas hermanas intercambiaron miradas llenas de odio acumulado, pero Seniah no tenía tiempo para una confrontación prolongada.Verona, al darse cuenta de que Paolo se había escapado, volvió su furia hacia su hermana.—¡Eres una traidora a tu sangre, Seniah! ¡Una vergüenza para nuestra familia! —vociferó, lanzándose sobre ella.Pero Seniah, con una calma casi aterradora, bloqueó el ataque con precisión.—Prefiero ser una traidora a vivir siendo ciega como tú, Verona —incluso con aquel vestido fue capaz de propinarle un rodillazo a su hermana y la arrojó a un lado mientras le apuntaba con el filo de su arma—. ¡Deténganse o le atravieso el cuello!Los guardias reales duda
Daliah, que observaba desde un punto oculto en las gradas, apretó los dientes al ver el combate entre Oliver y Macon en las pantallas. Escuchó murmullo a sus espaldas, la gente se preguntaba qué estaba haciendo su prometido ahí cuando no era de cuna noble, pro no podía quedarse simplemente ahí observando. El plan debía continuar mientras Brion y Oliver estaban en el laberinto.—Ustedes están haciendo su parte, ahora yo debo hacer la mía... —murmuró, mientras sus ojos buscaban a alguien en la multitud. Finalmente, encontró a Audrey y Seniah, quienes compartían una mirada de complicidad con Jax. El plan aún podía funcionar si Brion llegaba a la bandera antes de que sus enemigos lo alcanzaran y lo derrotaran—. Es tu turno, hermano —dijo en voz baja, como si pudiera enviarle sus palabras a través del viento—. Demuestra que eres más que lo que ellos creen.***En el laberinto Brion se encontró con el hijo de la casa Eradha, Callum Eradha, un hombre bastante alto y delgado que no dudó en at
El enfrentamiento entre Oliver y Macon se intensificó rápidamente. Cada golpe que el rubio cenizo bloqueaba parecía reforzar la confianza del castaño, quien atacaba con la precisión y arrogancia de alguien acostumbrado a ganar, características indiscutibles de un DuMartelle leal. Oliver, por su parte, mantenía una postura firme, aunque el sudor comenzaba a perlar su frente. Sabía que no podía vencer a Macon con técnica, pero su objetivo no era derrotarlo o participar en esa estúpida competencia, debía poner a salvo a Brion.—¿Esto es todo lo que tienes? —se burló Macon, girando la espada con facilidad tras otro ataque fallido—. No sé qué es más patético, que estés aquí o que pienses que puedes cambiar algo.Oliver no respondió.No tenía tiempo para derrocharlo en palabras, en cambio, fijó su atención en el entorno, buscando cualquier ventaja. Su mirada se detuvo en un pilar de piedra detrás de Macon, agrietado y ligeramente inclinado.El príncipe atacó de nuevo, esta vez con un golpe
Daliah tal vez no podía moverse, su lugar era junto a su familia para mantener las apariencias de que seguía creyendo que ellos eran los buenos, pero eso no significaba que Madeline debía estar ahí. Su doncella sabía lo que tenía que hacer y confiaba en que seguiría al pie de la letra las indicaciones que le dio. Además, tenía que asegurarse de que su familia no descubriera a Oliver dentro del laberinto, hasta ahora sólo creían que Paolo estaba luchando ahí dentro.Y es que sus tías estaban más interesadas en seguirle el paso a Brion que ni siquiera se molestaba en mirar a otra pantalla, no querían perderse el momento en el que su hermano mayor fuese derrotado. Era extraño que tuviesen tanta confianza en que Brion serían vencido, pero tenía la leve sospecha de que hicieron algo sin que ella o Annabeth lo supiesen.—¿Cuánto más tendremos que seguir así? —le preguntó disimuladamente su prima. Bebió un trago de la champaña con los ojos clavados en su madre y su tía, ambas reían plácidame
La condesa estaba disfrutando mucho de ese momento, una riña familiar que le podría servir para cumplir con sus metas, las cuales esa ramera se los arrebató cuando le quitó el corazón de su prometido. Y por mucho que deseaba destrozarle la cara a esa cualquiera y sacarle del vientre esa cosa, no caería ante el impulso que sentía, pero eso no le impediría sacar más provecho de la situación justo cómo había esperado.—Tenemos que darle una buena impresión también a la nueva integrante de esta familia —sus ojos escanearon arrogantemente de pies a cabeza a Clarisse. No entendía que tenía ella de especial para lograr ser el centro de atención en esta historia—. No me gustaría que la nueva consorte del príncipe Brion se quede con una mala impresión de nosotros. Después de todo, ella se esforzó demasiado para lograr tener a Brion a sus pies.—¿Disculpa? ¿Qué quieres decir con eso?—Oh, ¿fui demasiado sutil contigo? Espera, quise decir que de seguro haces algo muy bien para tener bajo tu cont
El césped chamuscado crujió bajo sus pies, miró el agujero en la tierra y al par de hombres tendidos a unos cuantos metros de ahí. No se debía ser un genio para entender que alguien pisó la mina y ellos fueron alcanzados por la explosión al estar tan cerca del rango de alcance. Se acercó, lento y alerta, con un pie movió a uno para darle la vuelta y descubrió que se trataba de los gemelos Fileante.—¿Con quién se enfrentaron? —preguntó al aire, pues ellos no responderían. Revisó el pulso de ambos—. Siguen con vida, pero débilmente. Esto significa que nadie sabe de las trampas o sólo quienes necesitan saberlo, pero si matan a todos ¿cómo conseguirán encubrirlo? No lograrán culparme de esto cuando se sabe que no he estado en el palacio desde hace un tiempo y que ellos eran los únicos que podían manipular el terreno.Su familia estaba perdiendo el control justo cómo había planificado.Los conocía perfectamente, todo ese tiempo siendo despedazado y rearmado continuamente para ser uno de e
Brion se apoyó contra una pared cubierta de musgo, intentando recuperar el aliento tras otro enfrentamiento. Su brazo todavía sangraba por un corte superficial cuando la explosión lo lanzó contra una de las esculturas, pero no tenía tiempo para detenerse a tratarlo. Se movió rápido, desviando una estocada de su oponente y con un giro sobre sus talones quedó a sus espaldas, dándole un golpe con la empuñadora en la nuca.El noble de la casa Richter cayó inconsciente al instante, por lo que el príncipe pateó la espada lejos de él en caso de que despertara sin que lo notara. De pronto escuchó el eco de pasos lejanos, giró la espada y se posicionó frente a la única entrada que tenía ese corredor. La figura ingresó tan rápido que ni siquiera tuvo oportunidad de moverse, el filo de la espada del príncipe rozó su garganta y ahogó un gruñido.—¿Oliver? —preguntó Brion, bajó el arma jadeante, pero aliviado—. ¿Cómo entraste y qué estás haciendo acá?—¿Esa es manera de recibir a alguien que vino