Brion se apoyó contra una pared cubierta de musgo, intentando recuperar el aliento tras otro enfrentamiento. Su brazo todavía sangraba por un corte superficial cuando la explosión lo lanzó contra una de las esculturas, pero no tenía tiempo para detenerse a tratarlo. Se movió rápido, desviando una estocada de su oponente y con un giro sobre sus talones quedó a sus espaldas, dándole un golpe con la empuñadora en la nuca.El noble de la casa Richter cayó inconsciente al instante, por lo que el príncipe pateó la espada lejos de él en caso de que despertara sin que lo notara. De pronto escuchó el eco de pasos lejanos, giró la espada y se posicionó frente a la única entrada que tenía ese corredor. La figura ingresó tan rápido que ni siquiera tuvo oportunidad de moverse, el filo de la espada del príncipe rozó su garganta y ahogó un gruñido.—¿Oliver? —preguntó Brion, bajó el arma jadeante, pero aliviado—. ¿Cómo entraste y qué estás haciendo acá?—¿Esa es manera de recibir a alguien que vino
El sonido de los pasos ahogados se mezclaba con la pesada respiración del príncipe con cada paso que daba; mientras se adentraba en una amplia sección del laberinto. La luz iba disminuyendo iluminando los muros verdes y el polvo suspendido en el aire, pronto comenzaría a caer el sol. El príncipe Macon, de porte imponente y mirada afilada, avanzaba con cuidado, su espada desenvainada y lista para cualquier ataque sorpresa.Pero no tuvo que esperar mucho.—¡Príncipe Macon! —la voz firme del duque Agus retumbó en el pasillo, llenándolo de autoridad y desafío.Macon giró con rapidez, su mirada clavándose en el hombre que emergía del otro extremo. Agus avanzó con pasos seguros, su propia espada desenfundada, el emblema de su casa reluciendo en su gabán. A diferencia de otros nobles que habían sucumbido a la desesperación del laberinto, él se veía tan sereno como un guerrero que ya había elegido su destino.—Agus… —dijo Macon con una mezcla de confusión y dureza—. ¿Qué estás haciendo?El du
Mientras en un lado Macon y Agus se enfrentaban sin máscaras, sin miedo y guiados por la avaricia y el hambre de poder, del otro lado del laberinto Brion y Oliver seguían su camino. Podían escuchas a algunos peleando a la distancia y también una que otra detonación, era seguro que el número de heridos sería bastante alto y no sería una sorpresa que alguien terminase perdiendo la vida. Sin embargo, eso no era algo que le importase a la familia real para nada, ellos sólo querían reestablecer su dominio sobre lo que creían que les pertenecía sólo por nacer con el apellido DuMartelle.El salón principal del castillo brillaba con un esplendor casi cegador. Las lámparas de cristal reflejaban su luz en los mármoles pulidos y las columnas doradas. Los asistentes, nobles de alto rango, aliados estratégicos y observadores internacionales, hablaban en voz baja mientras observaban las pantallas dispuestas en el lugar, que transmitían en vivo los avances de la Hoja de la Rosa.Aunque el ambiente p
—El perímetro está asegurado —dijo Audrey. Se acercó discretamente hasta quedar cerca de la mesa en la que se encontraba Daliah—. Mi gente y el FBI se posicionaron alrededor del castillo, nadie saldrás de acá hasta terminar.Ambas mantuvieron un aire de casualidad, cómo si no tuviesen nada que ver una con la otra y no estuvieran compartiendo detalles sobre la batalla que estaban enfrentando. Incluso si alguien pudiese verlas, podrían creer que simplemente hablaban de la competencia.Daliah le miró por encima del hombro por un momento y luego volvió la mirada a las pantallas.—Perfecto. Jax se adueñó de la sala de control y ahora tenemos ojos y oídos en todas partes —respondió en voz baja, cubriéndose con la copa—. No podemos permitir que las cabecillas de las demás células se reorganicen luego de acabar con la Gran Hidra o podrían venir por nosotros.—Ahora sólo necesitamos que Brion y Oliver salgan de ahí. Espero que sea pronto, tengo un mal presentimiento.La princesa no había queri
Agus bloqueó la espada del príncipe y con una patada lo empujó contra una columna cubierta de rosas. No perdió el tiempo y arremetió con una serie de golpes, para finalizar barriendo los pies de su oponente, Macon cayó con un ruido sordo y rodó por el suelo para evitar un pisotón en la cara. Se levantó de un salto y tacleó al duque hasta estamparlo contra un muro.—Debo decir que me sorprende lo bien que peleas —dijo Macon, su brazo presionando el pecho de Agus—. Demasiado viniendo de ti, asquerosa alimaña.—Oh, me halagas, pequeño príncipe. Pero esto es poco ante lo que puedo hacer —con un movimiento veloz retorció el brazo de su atacante y le asestó un golpe con la empuñadura en el rostro—. Una vez que me convierta en rey ustedes pasarán a ser historia porque me voy a asegurar de que no sobrevivan sin importar que tan lejos corran. Voy a quemar su maldita dinastía hasta los cimientos.Volvió a golpear con la empuñadura una y otra vez, sin piedad y dominado por el odio como si eso fu
Cuando las espadas de Agus y Brion chocaron de nuevo, una más se sumó y el príncipe fue lanzado contra un muro de una patada.—¿Habría problema si me uno? —inquirió Zadriel, confiado y altivo. Su espada resplandeciendo y con algunas manchas de sangre, dando a entender que también tuvo enfrentamientos antes.No necesitó respuesta alguna, en in instante se atacaron entre ellos, aunque el duque Zadriel no comprendía los motivos que tendría Agus para alzarse contra su persona, sin embargo, no es algo que le llamase demasiado su atención. Agus no era más que un estorbo, un cuerpo herido que se movía por mero impulso irracional y lo que le interesaba a Zadriel era deshacerse del maldito Brion.Sin darse cuenta la noche cayó y la batalla terminó llevándolos hasta el eje central del laberinto, ahí las banderas ondeaban en las paredes, esperando ser llevaban hasta la asta para levantarla por encima de todas las demás. Oliver tenía presente que difícilmente podrían salir de ahí sin que alguno m
En aquella mañana de otoño, familiares y amigos se encontraban reunidos en una iglesia que había sido decorada con flores y listones de color celeste y plata.Los invitados ya estaban en sus asientos, mientras que Jax, el novio, frotaba sus manos con nerviosismo sobre sus pantalones y sus acompañantes estaban allí junto a él, sonrientes y orgullosos por el gran paso que daría.La marcha nupcial captó la atención de todos los presentes que de inmediato se pusieron en pie y miraron hacia las puertas que, al abrirse, mostraron un panorama muy diferente al esperado.Clarisse, quien debía lucir como una hermosa princesa vestida de blanco, entró portando un vestido de coctel ceñido al cuerpo de color rojo escarlata, dejando a todos confundidos.Su cabello azabache estaba recogido elaboradamente en un peinado y sus ojos azules resaltaban con el delineado. En una de sus manos llevaba un portatrajes y en la otra una pequeña caja de terciopelo.Los miembros de la orquesta dejaron de tocar, así
El viento soplaba con fuerza a través de la ciudad elevando el aroma de las flores que estaban en los mostradores de las tiendas y eso despertaba el buen ánimo de Clarisse. Su piel blanca estaba cubierta por un abrigo azul que hacía juego con sus ojos del mismo tono y su cabello azabache caía libremente por su espalda.Miró su reloj para ver que tenía tiempo de sobra para llegar, siempre puntual para cualquier cosa y seguramente tendría que esperar por ellos.Principalmente por Lorna, esa pelirroja era un desastre andante desde el momento en el que nació y no había una persona que no lo supiera. Era prácticamente imposible que ella llegase a la hora acordada a algún lugar, fuera importante o no.Por otro lado, estaba Galen que con su pequeño hijo Pat era imposible que se retrasara. El niño era demasiado entusiasta, por lo que cuando sabía que su padre lo llevaría de paseo con sus amigas, era capaz de no dejarlo dormir en toda la noche.Era digno hijo de su padre, aunque a veces parecí