Clarisse simplemente se quedó sin palabras y con la boca media abierta. Sintió una sensación subiéndole por todo el cuerpo, calentando cada rincón de su ser y hasta las mejillas se le enrojecieron sin poder evitarlo. El aire se le escapó y quedó tan aturdida que hasta se le olvidó cómo parpadear, mientras que su corazón brincaba cómo loco dentro de su pecho.Brion notó que el rostro de la pelinegra se tiño de rojo y de pronto notó lo que había dicho. Soltó sus manos y se acomodó en el sofá, no estaba incomodó, pero sí habló de más sin pensar.―Yo… Yo lo siento, no quise hacer alguna…―No, está bien ―lo detuvo, no tenía sentido que se disculpara―. Lo entiendo bien. La verdad opino igual.El príncipe encarnó una ceja y levantó una esquina de la boca.―¿En serio? Después de todo lo que te he causado, el dolor y la decepción, ¿por qué te parecería la mejor opción? ―cuestionó confundido.Clarisse se sintió acorralada, no esperaba que la conversación se desviara hacia ellos cuando se suponí
―Claro, mamá. Todo se ha preparado, se quedarán acá con nosotros durante los eventos y hasta la boda.―Que gusto, estoy tan feliz por ti, mi amor.―Mamá, había algo que quería comentarte ―pausó un momento, ordenando sus ideas―. Serena me comentó lo que le dijiste mientras estuvo en Canadá. Sé que he estado distante contigo y con papá, más de lo normal. Somos ingleses y habitualmente las emociones o expresiones de afecto son lo nuestro ―bromeó, tontamente―. Pero no es excusa para lo que he hecho.Jule suspiró desde el otro lado de la línea.―Has de estar muy ocupado con todo lo de la boda y adaptándote a tu nueva vida, y eso lo entendemos tu padre y yo. Pero hemos notado cambios.―Los hay ―dejó en claro Oliver―. Hay muchas cosas que están pasando, cosas de las cuales no puedo hablarte porque ustedes no…―Porque no somos DuMartelle ―dijo ella con pesar y, a pesar de que a eso no es lo que se estaba refiriendo Oliver, no la corrigió―. La princesa Serena dijo que te vendimos, pero debes e
Clarisse no entendía a donde quería ir Brion, por alguna razón él había querido conducir e ir por su propia cuenta en un auto particular. Miró por el espejo a varias camionetas que los seguían de lejos, ya que estaban siguiendo las ordenes de su príncipe de mantenerse cerca sin llamar la atención. Intentó conseguir que él le dijera a donde iban, pero sólo respondía que se trataba de una sorpresa, así que sólo le quedaba esperar.Luego de un buen rato llegaron a un centro comercial y ella quedó en blanco cuando Brion abrió la puerta para ella.―¿Qué estás haciendo? ¿Qué estamos haciendo? ¿Por qué estamos aquí?El príncipe esperaba otra reacción de parte de ella, pero era entendible cuando ni siquiera de lio una pista de lo que tenía planeado. Miró a los familiares de su exnovia y a sus amigos que bajaban de los otros vehículos.―Estoy ayudándote a bajar ―dijo con un tono obvio y una media sonrisa dibujada en los labios. Se veía inocente cómo si no fuera capaz de descargar el cartucho d
―Muy bien, habla. ¿Qué pasa contigo?―¿Qué? ¿Conmigo? Nada.―Clarisse, has estado bastante distraída y él está muy atento… Sé que anoche estuvieron solos hasta muy tarde, así que… ¿Será que ya vol…?La chica prácticamente le saltó encima para cubrirle la boca.―No, no es lo que piensas. Así que no hagas una escena, ¿sí? ―Patrice rodó los ojos y asintió, por lo que su amiga la soltó―. A ver, anoche estuvimos hablando sobre el bebé y me explicó el plan que tenía para presentar mi embarazo porque cómo su familia ahora sabe, entonces teníamos que adelantarnos. Queremos hacer las cosas bien, trabajar en equipo por el bebé y eso no significa que estemos juntos.―Pero estamos acá para comprarte ropa…―Lo sé, es raro. Hasta a mí me sorprendió bastante, pero lo dejo ser ―no quería darle mucha importancia porque sabía que era pelear contra una pared y no ganaría―. Además, tiene razón. No puedo seguir usando la ropa de ustedes por siempre.―No me molesta.―Y te lo agradezco, pero voy a ver esta
―¿Me das tu palabra de la misma manera que lo hiciste cuando dijiste que nunca dañarías a mi hija?―Era complicado. Yo no podía volver a Velghary.―Y, sin embargo, estás aquí.―Glen, te aseguro que las cosas no son cómo piensas. Mi relación con Clarisse se complicó debido a los secretos que yo guardaba sobre mi pasado, y lo hice para protegerla, ¿o acaso hubieras preferido que siguiera a mi lado para que su vida siguiera en peligro? ―lo encaró. No trataba de ser irrespetuoso, pero no permitiría que lo acusara cegado por el enojo.―¿Vas a decir que no está en riesgo ahora? ¡Está embarazada de ti, del príncipe que está en guerra con su propia familia!―Soy el único que puede cuidarla, Glen.―¿Trayéndola de compras? ¡Está expuesta y podrían…! ―estaba tan furioso que apenas lograba contener las ganas que tenía de darle un puñetazo―. ¡Clarisse nunca habría estado contigo de no ser porque le mentiste y la engatusaste, justo cómo lo hace el resto de monstruos que son tu familia! ¡Ya sé lo qu
Pasó al menos una hora desde que Brion y Clarisse habían tenido esa conversación tan potente en las que la chica fue testigo de lo importante que era ella y su bebé para Brion. Sabía de primera mano lo protector y leal que el pelinegro podría llegar a ser, eso esa algo maravilloso en él, pero esta vez había sido diferente. Ella dudó que estuviera afectado por lo que dijo su padre, pero era todo lo contrario, él sólo estaba conteniéndose para demostrar que no era esa clase de monstruo.Con sus padres lejos Clarisse pudo relajarse y la ira le dio paso a las risas y estaba disfrutando del momento con sus amigos y su hermanito. Pararon por unos batidos de fruta, a ella se le antojó uno de manzana verde con ciruela y coco, una combinación bastante rara que a ella fue a la única que le supo bien.―En serio, prueba. Está muy bueno ―insistió, aunque Brion parecía renuente a aceptarlo.―Amigo, no lo hagas. Sabe espantoso ―le susurró Jeremy al oído.―¡No le metas ideas en la cabeza! ―la chica l
―Ey, ¿de nuevo con lo de la prensa? ―preguntó Jeremy, refiriéndose al teléfono que su amigo sostenía.―No, acabo de recibir un mensaje que estaba esperando. Ya hay que irnos.―¿Algo pasó? ―preguntó Clarisse.―Eh, nada de eso, pero antes de la rueda de prensa quisiera que fuéramos a otro lugar sorpresa.Brennan, Patrice, Clarisse y Jeremy miraron al príncipe con intriga y luego intercambiaron miradas, pero sabían que al ser una sorpresa este no le daría más explicaciones. Simplemente lo siguieron hasta el estacionamiento en donde las camionetas estaban esperando por ellos y listas para salir.El camino a ese destino desconocido no fue muy largo, tal vez unos cuarenta minutos desde donde estaban y es que sólo cuando entraron en el complejo rodeado de edificios es que ella pudo reconocer la ruta.―Brion… ―lo miró, deseando que no fuese una broma de su parte, pero él sólo respondió con una ligera sonrisa.Clarisse apenas le dio oportunidad de detener el vehículo antes de saltar fuera y co
Los amigos de Clarisse se quedaron en silencio, confundidos por la presencia de Brion y el inusual tono de sus palabras. La tensión era palpable, una mezcla de miedo y desconfianza que nadie parecía capaz de disipar. Brion, consciente de esto, respiró profundamente antes de continuar.—Sé que ninguno de ustedes confía en mí, y no les culpo. Cometí errores graves, acciones que hoy lamento profundamente. Todo lo que quiero ahora es asegurarme de que Clarisse y el bebé estén felices y seguros, sin tener que temerme a mí o a quienes están detrás de nosotros —dijo con voz suave pero firme, sin apartar la mirada de los amigos de Clarisse.Lorna lo miró con desconfianza, cruzando los brazos.—¿Y por qué deberíamos creerte? Nos das la impresión de que eres capaz de cualquier cosa para lograr lo que quieres, incluso manipular a Clarisse. ¿Cómo sabemos que esta no es otra de tus estrategias?—No quiero convencerlos con palabras, Lorna —respondió Brion, manteniendo su compostura—. Quiero que vea